Partida Rol por web

Naciste como cualquier otro gigante de la tormenta, rodeado de poesia, música, danza y otras cosas que caracterizan a un pueblo culto, los de tu raza sois muy pocos, se cuentan por centenares, la soberbia y el gusto por la cultura os han distraido de la amenaza exterior, desde tu hogar las criaturas del bosque te contaban historias, del cielo y las estrellas, todo te sonaba fabuloso, como un niño mortal, jugabas por el bosque ajeno a cualquier cosa que pasara al exterior, con el paso de los años te fuiste dando cuenta de que no eras ni un humano, ni una otra criatura del bosque que hubieras visto antes por lo que un día en un arrebato de furia, mataste con tu fuerza sobre-humana a uno de los que te criaron, apenado por la culpa, huiste lejos donde nadie te pudiera encontrar, un día mientras te bañabas en un pantano, encontraste a una joven hermosa de cabello pelirrojo, pera algo mayor que tu, una adolescente, pues su cuerpo no estaba totalmente desarrollado como el de las ninfas del bosque, cuando te vio en su rostro había una expresión de sorpresa, poco después sentias los peores calambres de tu vida, sin darte cuenta de que pasaba quedaste inconsciente.

Cuando despertaste, estabas rodeado de hombres con armaduras brillantes como perlas, hombres que median mas de 3 metros, con una presencia que te era imposible quitarles la vista de encima, tras unas deliberaciones te aceptaron, a medida que aprendías su idioma, descubrías que tu eras uno de ellos, de su misma raza, pero nadie parecía saber nada de ti, con el tiempo te olvidabas del pasado y te interesabas mas por el futuro, aquella sociedad, aunque limitada a unos pocos cientos, te asombraba, ya que incluso construían su territorio sobre los cielos, aun así su dominio estaba en el mar, donde comían lo que necesitaban, comprendiste que eran una sociedad totalmente hermética....excepto para sus enemigos quienes se habían aliado con criaturas de las cuales desconocías su existencia.

Gracias a un pájaro de enormes dimensiones, descubrieron que se acercaba un ejercito, se disponían a conquistar el territorio, los gigantes acostumbrados a las deliberaciones y al pacifismo, y teniendo en cuenta que los enemigos podrían pasar de largo se quedaron inmoviles.

Pero tu no....tu habías convivido mas tiempo con los seres del bosque que con los gigantes, eran tus amigos, tu "familia" así que hablaste con los ancianos, pero tus palabras caían en balde, no tenias "honor" entre aquella gente, "tu" gente menos para una persona, quien gozaba del mas alto respeto entre los gigantes, se trataba del mismisimo virrey cuya vida era un ejemplo a seguir, nunca había perdido una batalla, salisteis juntos del templo, y cuando llegabais a las murallas ya erais casi cien.

Juntos marchasteis hacia la zona de desembarco,  los mas maduros pelearon desde el mar ya que sus atributos se lo permitían.

por supuesto al principio, los gigantes aplastaron a sus enemigos que resultaron ser criaturas grotescas y de diferentes razas, pero después de unos diás la diferencia entre los dos contendientes era abismal....los gigantes luchaban codo con codo y disfrutaban haciendo lo pero el enemigo era todo lo contrario....se mataban entre sí, no les importaba disparar sus flechas contra sus propias fuerzas.

a tercer día, los heridos ya estaban muertos por heridas infectadas por no tratarse y de todos los que fuisteis, solo quedaban una veintena escondidos tratando de recuperar sus fuerzas. habíais conseguido repeler sus fuerzas,  el virrey te mando a dar las noticias dedicandote una mirada de satisfacción en el rostro (como si hubieras aprobado con nota un examen) y te dio un colgante, emocionado por los logros y excitado por tu juventud saliste corriendo como si te llevara el viento, solo volviste la mirada una vez....suficiente como para dejarte huella el resto de tu vida.

toda tu gente era asaeteada desde las embarcaciones enemigas mientras estaban ocupados recogiendo a sus muertos. el unico superviviente fue el rey quien gracias a su disciplina y veteranía en mil combates reacciono a tiempo para usar su escudo, pero al ver que todos habían muerto, su espíritu quedo quebrado, calló de rodillas y expandió sus brazos preparado para morir cuando un segundo aluvión de flechas le oculto el rostro.

volviste tan rápido como pudiste al "Eliseo" tus palabras hablaban de una victoria, pero nadie creía en ellas, padres y madres estaban consternados ante la perdida de su progenie y mas aun, su Rey guerrero, algunos furibundos se abalanzan sobre ti y te exigen respuestas por medio de ataques, algo que no debía de pasar, pero ¿quien se lo iba a impedir? pues nadie quería creerte, les dices que el Rey lucho como si fuera inmortal, como si nadie pudiera herirle que en tres días no recibió ni un solo corte, tu explicación amaino la furia de la tormenta, pues esas eran las palabras que mejor describían a su rey, ya mas calmados dejaron de torturarte y se retiraron para dejarte terminar la historia, cuando llegaste a la parte final, las lagrimas de todos asomaban por sus caras, pues descubrieron que solo el sentimiento de culpa por los suyos había vencido a su, hasta ese momento invicto lider.

tras unas deliveraciones concluyen que la culpa de toda esta tragedia reside en ti, de pronto todos asienten y se abren en un pasillo para dejar pasar a la princesa quien mientras te coje como un insecto te increpa con palabras mordaces "tu convenciste de tu locura a nuestro rey, Mi padre tu mataste a nuestros jovenes, no el enemigo, maldigo el día en que te traje a nuestro hogar, a partir de este momento quedas exiliado, y solo la voluntad de los Dioses podrá permitir tu vuelta

mientras pasa todo esto tu buscas con la mirada la ayuda de los demás quienes miran al vacio con apatía, sabias que tu castigo no era justo pero tampoco totalmente injustificado, te alzaron en el aire y te echaron al vacio, antes de que te dieras cuenta  un rayo del cielo te golpeo impulsandote hacia hacia el mar.

Al día siguiente trataste de volver esperanzado de que a "Hipolita" se le hubiera pasado el odio, pero no encontrabas el camino, ahora vagas por las islas Hipatias con una espada, un escudo y una lanza, tratando de buscar el perdón divino.

solo tienes una posesión importante "el colgante del Rey" para ti vale mas que tu propia vida.

bien, te encuentras en una ciudad lejos de tu "isla natal" te fascina la cultura, y todo eso, por desgracia son poco "civilizados" tienen leyes tiránicas, problemas políticos, sociales, económicos, y eso dentro de su propia ciudad, con las demás ya ni hablamos.

Orestes miró al cielo considerando su situación. Habia pasado algo terrible y habia cometido muchos errores imperdonables en su vida, pero lo que ocurrió no era uno de estos. Los suyos no podián ignorar el mundo, por mucho que se empeñasen en ello. Debía de dejar de lloriquear, ayer era un niño, pero ya no podia seguir siendolo, no podía esperar a que a los suyos "se les pasase el enfado". Tenía que actuar, demostrar que tenía razón, tenía que hacer que la sangre de su rey no hubiese caido en vano. Estaba decidido, aquellos que habian asaetado a los suyos sin el más minimo rastro de honor y los que estaban detras de esos ejercitos iban a pagarlo muy caro. Alzó el puño hacia el cielo, no volveria a poner los pies dentro de la isla de los gigantes hasta derrotar al enemigo, quien fuera que fuese. "Ahora eres un hombre, comportate como tal" fueron las palabras que se dijo a si mismo antes de emprender su camino.

Su primer objetivo sería visitar el templo de Diana. Necesitaba serenarse.

tras entrar por la via kardo te diriges hacia la zona del Dios protector de la ciudad, en la cual esta bellamente decorada, quedas impresionado por los grabados, puntales y los relieves tan logrados en las paredes del templo, tu primer impulso como visitante de la ciudad es darle una vuelta completa al templo, la gente habla alegremente por la zona, algunos afirman que la Diosa les a dado una respuesta a sus plegarias, otros son los tipicos peregrinos que van por rutina, a pedir mas y mas.

sientes algo diferente cuando tocas el primer escalón hacia el templo, una sensación divina recorre tu cuerpo, cuando entras al interior, cuando entras al templo puedes ver a la gente que viene dejar "su pago" por rezar a la diosa, miras a tu alrrededor los platillos de aceite al ser de día están completamente apagados, te pones en cola, y cuando llega tu turno observas como el sacerdote te pone la mano con cara de inocencia(claramente te esta pidiendo la "voluntad" para poder rezar a la diosa) miras a la estatua con su imponente arco apuntandote, quien dirias que te mira con mala cara. el sacerdote al "intuir" que no tienes dinero te pide que te marches y que cuando encuentres la voluntad vuelvas.

Los mortales resultan curiosos a Orestes, acostumbrado a mirar a sus mayores hacia arriba ve como solo los mas altos de los humanos le llegan al pecho. Acostumbrado a oir las voces de sus mayores como atronadoras ve las de los mortales en cambio son debiles y carentes de resolución. Acostumbrado a ver a sus mayores como gente con una fortaleza inmensa ve a los mortales debiles y fragiles. Su mirada se dirige a la estatua de Diana, pretendia mostrarle sus respetos a la diosa cuyo dominio incluia lo que durante años habia sido su hogar, pero hoy no podía ser. De momento tendría que presentar sus respetos a Stronmaus, conocido como Zeus o Jupiter en el mundo de los mortales, padre de su raza en cuanto tuviera ocasión, es decir, en la primera tormenta que visen sus ojos. Se dirige al foro mientras mentalmente reza a todos los dioses, no pare pedirles su favor, simplemente por el mero hecho de honrarlos. Mira a los mortales de su alrededor, buscando un filosofo que le parezca interesante.

caminas por las transitadas calles de las polis, te das cuenta del estado en el que esta la ciudad, a pesar de su magnitud, no tiene decoraciones, ni ni lujo ni clase ni nada, y por desgracia para ti, descubres que tampoco tienen alcantarillado, una ciudad bonita pero barbara.

a medida que te vas a cercando al foro el bullicio de la multitud se eleva, hasta un punto en el que nisiquiera puedes escuchar tus propios pensamientos, pasas por los puestos de mercado, al ver algunos productos como la vid, o las huevas de esturión la boca se te hace agua, puede que no tuvieran una buena base, pero desde luego si que sabían como comer bien".

llegas al corazón del foro, cargado con un gran racimo de vid que una atractiva esclava sin mucho que esconder te obsequia, timidamente, el agora donde se reúne la gente para hablar de los temas importantes que acontecen a la ciudad,

observas a las personas que hablan, desgraciadamente para ti, de lo único interesante de lo que charlan es de la próxima abertura en el Anfiteatro, de quienes lucharan, sus armas y una gran y ampliada gama de detalles.

Cuando ya te habías cansado de la tematica del día, escuchas un abucheo general, a una parte concreta del agora, pese a tu gran estatura no logras ver nada, pues te tapan l visión algunos puestos. 

Llevandose un grano de uva a la boca Orestes se dirige a ver el origen del abucheo, no es muy dificil para él abrirse paso pues su tamaño hace que instintivamente los mortales se aparten de su paso para evitar una colisión con resultados obvios. Aún asi sigue teniendo que esquivar a los que no se percatan de su presencia, ya sea porque esta de espaldas o porque estan muy despistados, no hay motivo para tirar a nadie al suelo. Su cabeza analiza los datos que ha obtenido sobre la ciudad y busca donde esta la raiz de su mal, un lugar por donde empezar la reparación.

llegas a ver a un viejo, que al contrario que otros sofistas, agoreros o charlatanes, no da largas conversaciones, hace preguntas a la gente, la cual responde con total seguridad, el viejo pregunta sobre por que están tan seguros de que las cosas son así, y le pide una explicación detallada, las personas en cuestión se la dan de buena gana, pavoneandose tras terminar la respuesta el anciano le pregunta sobre algo en concreto, y ves como las personas ya no están seguras de contestar, y algunas guardan silencio o le increpan a insultos, las que todavía contestan lo hacen mirando al suelo, como si a medida que iban respondiendo se estuvieran dando cuenta de algo, a estas personas ya no les preguntaba mas, ves como muchas personas se van furibundas para dejar paso a otras, este proceso se repite una y otra vez, sin darte cuenta el sol ya a alcanzado el medio día, has quedado tan impresionado que el tiempo se a parado para ti, ya casi no queda gente, y el maestro se va a casa acompañado de un joven de pelo rizado.

Orestes se dirige al anciano antes de que se marche.Su gran tamaño y su potente voz hacen que no le cueste mucho captar su atención.

- Te he estado observando y escuchando, mortal, vengo de muy lejos y he podido ver como esta ciudad esta en un estado muy deplorable, no tiene alcantarillado y todo el arte que he podido ver estaba en la zona del templo. Por mucho que he permanecido en el Foro no he podido encontrar un verdadero filosofo, hasta que te he encontrado. Seguramente lleves aqui mas tiempo del que las pocas horas que llevó yo asi que necesito que me digas ¿Cual es la raiz de los males en este lugar?

quien es este joven que me llama "filosofo"? es alto, es fuerte, pero no parece muy inteligente, quizas...este chico sea aquel por el que e estado rezando a los dioses

ya es tarde, nos vamos a casa, te sugiero que hagas lo mismo, aunque por tu apariencia deduzco que no eres de por aquí, te puedes quedar a comer a mi casa, pero luego te marcharas.

sin esperar respuesta alguna, se gira y cruza unas palabras con su esclavo, el cual sale corriendo al momento

bien, muchacho, entonces ¿tienes respuestas o buscas preguntas?-dice mientras se mueve con poca movilidad hacia ti, mientras espera a que le ofrezcas el brazo para usarte como bastón.

Orestes le ofrece su robusto brazo al hombre para ayudarle a andar.

- Tener respuestas o no es un estado que depende de la pregunta a formular, nadie tiene la respuesta a todas las preguntas y tampoco no existe nadie que no tenga la respuesta a al menos una pregunta. Asi pues, si tengo respuestas depende de la pregunta formulada. Hasta que la pregunta sea formulada en potencia tengo  la respuesta y al mismo tiempo no la tengo.

comenzáis a andar los las calles, a vuestro paso la gente os mira y señala, Ptolomeus no parece darle importancia y escucha tus palabras, como si las acariciara

"puede que no sea muy listo pero, parece que es un joven muy maduro para su edad-dices que soy un filosofo....por que crees eso cuando yo solo hago preguntas, un filosofo ¿no debería de responder a las preguntas de los demás en vez de preguntarles?.

-también me has preguntado...

¿Cual es la raiz de los males en este lugar?

-que te hace pensar que un viejo senil como yo te dara la respuesta deseada, pues podrías preguntarles a otras personas y quizás todas te digan lo mismo o yo te diga algo diferente a la misma respuesta de ello-en ese momento ves una sonrisa picarona, podrías decir que juvenil en esa cascara vieja.

- A veces las verdaderas respuestas se hayan en las preguntas, cuando formulas una pregunta, haces que el otro piense en una respuesta que quizas nunca antes habia pensado, eso puede lograr dos efectos, el primero es que el otro encuentre la respuesta por si mismo, el segundo, que se de cuenta de que una respuesta que anteriormente habia dado en realidad no era tan correcta como pensaba. Muchos tenemos respuestas a nuestros problemas en nuestro interior, simplemente no dimos con la pregunta adecuada.

El gigante hace una pausa antes de ir a la segunda cuestión.

- Asi pues, es posible que no me des la respuesta que busco, pero en cambio me des algo mas valioso, la pregunta adecuada que me llevara a la solución del problema. Y si no, de todos modos no será un tiempo malgastado.

Cuando terminas de hablar, el viejo se detiene y te mira directamente a los ojos-ya hemos llegado a mi casa, por favor entra y sientate-cuando entráis ves una casa normal, sin muchos lujos, sin embargo hay mucha gente, pero solo ves a un esclavo, uno de ellos se te queda observando unos instantes y se marcha corriendo, al momento volvió con otro portando un  tocón de madera, el cual pusieron a un lado de la mesa.

Cuando empezasteis a comer, descubriste que todos ellos incluso las dos mujeres eran "discípulos" de Ptolomeus, sus conversaciones eran interesantes, hablaban de todo pero a un nivel bastante mas bajo que el de su maestro, unos con otros, trataste de seguirlas pero al cabo de un rato te dabas por vencido.

el maestro comía en silencio y aunque hablara palabras simples como que le pasaran un plato, su sola voz cortaba el bullicio como un cuchillo la mantequilla, era mas que obvio que aquellas personas con las que comías le tenían un respeto fuera de lo normal, cuando el maestro terminó de comer el esclavo trajo una bandeja con manzanas que una de las mujeres al verla paro de comer para pelarselas al maestro, sin que este dijera nada, las conversaciones terminaban una a una y cuando la mujer le paso la bandeja con la fruta cortada, Ptolomeus se aclaro la garganta y entre bocado y bocado.

-chicos, os preguntareis quien es el joven que esta con nosotros el día de hoy, veréis mientras estaba en la plaza me lo encontré, me dijo que estaba buscando un filósofo y que según el yo era el único-al decir estas palabras ves como algunos se sonrojan y miran el plato avergonzados-el extranjero me a preguntado cuales son los males de la ciudad, yo no lo se...por eso os e traido aquí para que le respondáis por mi .tras esto los estudiantes se miran unos a otros aunque algunos mueven sus labios de sus bocas no sale ningún sonido.

-bien extranjero, esa pregunta ya me la hicieron todos ellos, el principal mal de esta ciudad es el "egoismo"  gracias a el, la ciudad esta de esta forma, calles sin pavimentar, inexistencia de alcantarillado, epidemias, hambrunas y miseria-te lo dices con la mirada perdida en su trozo de manzana, y al observar a los demás ves como todos miran incomodos su plato, menos uno que se muestra indiferente a las palabras de este, su apariencia es la de un hombre fuerte, hombros anchos, pecho amplio brazos fuertes y todo musculo, en su plato no hay tanta cantidad de restos como los demás y sus ropas aunque son evidentemente de calidad, no son tan nuevas ni vistosas como las del resto.

- Egoismo...- dijo Orestes para si, era una curiosa palabra, no muy útil pero por algo habia que empezar. ¿Como se curaba el egoismo? No era algo facil, combatir un concepto era algo muy complicado. Su mirada se dirigio al misterioso personaje que se mostraba indiferente. ¿Que lo hacia distinto a los demás?

Conocia muy poco de esa ciudad, demasiado poco como para hacer un tratamiento eficaz. ¿Cual era sus sistema politico? ¿Su acceso a recursos naturales? Demasiados interrogantes.

- Acabar con el egoismo es una tarea muy complicada, más aún si hablamos de una ciudad entera. Pero al igual que romper una roca se vuelve más sencillo si la golpeas en el lugar adecuado los problemas de la ciudad pueden ser resueltos si se ataca el egoismo en los puntos adecuados. La pregunta es, cuales son esos puntos.

Ptolomeus no contesta hasta que termina de comer, luego te mira pensativo

-Dices que has estado por la Ciudad y quieres eliminar sus males pero....¿te has parado a escucharla? en el templo, en el foro ¿que decian, sobre que hablaban todo el tiempo?el viejo se apoyo sobre la mesa esperando una respuesta, y miro hacia uno de los estudiantes y le hace una señal después te sigue mirando esperando por una respuesta.

- Primero he estado en el templo, algunos comentaban que la diosa habia escuchado sus pregarias, otros estaban de peregrinage. En cuanto a los sacerdotes, bueno, que volviese cuando encontrase la voluntad. Luego he ido al foro, la gente hablaba del anfiteatro, quienes iban a lucha y con que armas. Luego escuche un abucheo, lo cual me llamo la atención, entonces te encontre, haciendo preguntas.

Ptolomeus se pone en pie y se marcha, algunos de sus estudiantes le acompañan, os quedais solo tu y aquel al que le había mandado la señal quien te mira un poco fastidiado.

-El maestro se a ido porque tus preguntas las hice yo en su día, me llamo Philoctetes y te contestare por el maestro, que ahora debe descansar.

-has estado escuchando las palabras de la gente, pero no has hablado con ella, te has limitado a observarles, si les hubieras echo un par de preguntas te habrías dado cuenta de que solo piensan en las ofrendas a la Diosa y en los Juegos, nadie habla sobre los elevados impuestos o la guerra a la que irán los jóvenes el próximo año.

-A los pobres se los manda a la guerra, para que así no "molesten" a la sociedad, pero esta ciudad esta cada vez mas vacía, esto no era así cuando mandaba el anterior Rey, que cerro el anfiteatro y nunca entro en guerra por su propia mano.- Phil te mira con curiosidad,como si tratara de adivinar tu próxima pregunta.