Partida Rol por web

Creciste en Ciudad de Dios, la capital del reino, dada tu naturaleza fuiste acogido por la iglesia, donde te educaron y te enseñaron los caminos del señor Paladine (Dios de la virtud) desde pequeño cada accion tuya tenia alguna "repercusión extraña", ayudabas a la gente inconscientemente, tu valor le daba fuerza a los pobres que no tenian nada que llevarse a la boca, cuando jugaban los niños, tu siempre te ibas con los que eran rechazados, cuando alguien hacia algo malo nunca mentias, aun cuando esto era malo para ti.

cuando alcanzaste la adolescencia, viste como uno de los sacerdotes se llevaba a una de las muchachas, hacia su camara y como poco después esta salia con algo de sangre en su túnica, despeinada y llorando como una magdalena, de forma natural te acercaste a ella y aún sin saber porque, te lo contó todo, lo siguiente que recuerdas es estar en la cámara del sacerdote con una espada ensangrentada en la mano y el dueño de la habitación muerto sobre la cama con una expresión de sorpresa.

tras una breve investigación, por parte de la orden de los cruzados de Paladine se dictamino que fuiste tu el que mató al clérigo, el cual estaba bajo sospecha desde hacia algún tiempo pero sin poder probar nada dada tendencia a desaparecer de los testigos y sus relaciones con el papado.

El juez encargado de la investigación después de interrogarte y observar tu comportamiento en los siguientes dias te acogió como su discipulo, te adiestro, te cuidó y te enseño el código del Honor.

ahora como miembro recien investido de la orden, como es natural se te a asignado un poblado acorde a tu rango, donde el anterior novato murió en extrañas circunstancias.

te encuentras a lomos de tu caballo enfrente de la aldea en cuestión.

Tras el largo viaje en caballo, acaricio el lomo de este. Llevabamos poco tiempo juntos, pero notaba que era un animal fuerte y noble.
Empiezo a acercarme a la ciudad echando un vistazo a mi alrededor en busca de algun guardia o ciudadano al que poderme dirigir.

vas paseando por la aldea sobre tu montura, examinando sus gentes y edificios, en tu periodo de entrenamiento habías visto ciudades grandes y pequeñas, capitales de imperio y poblados portuarios, tras analizarlo todo con tu ojo experto llegas a la conclusión de que este pueblo no tiene ni milicia local, la gente vive al limite y los pocos que prosperan usan su dinero para irse a un lugar mejor, cuando ya casi terminas de inspeccionar el pueblo encuentras una edificación bastante mejor que las demás, en ella la puerta esta manchada con sangre seca, tras fijarte un poco mas, encuentras el símbolo de Paladine.

El camino montado a caballo por dentro de la ciudad era escalofriante. La gente era extremadamente pobre, vestian con harapos apenas tenían nada para comer. Los que ahorraban se marchaban había oído decir a alguno de ellos.

El orden y la ley tampoco era algo importante, no había guardias ni nadie defendiendo a la gente...

Esto explica por qué el anterior guardian murió de una forma extraña, debo encontrar algo mejor.

Con una tristeza dentro de mi me acerco a un grupo de aldeanos y reparto varias de mis raciones de comida y de agua con ellos. Mi posición me podría permitir comer y beber sin problema.

Tras seguir en el camino veo lo que parece un edificio eclesiástico, mucho mejor construido que las chabolas de la gente común. Bonitos arcos cruzan la puerta, la cual esta manchada de sangre seca.

Oh mi señor...el mal ha llegado hasta las puertas de los dioses del bien...Debo ir con cuidado pues no se si aún puedo haber alguien peligroso en las cercanías.

Bajo del caballo y lo ato cerca de la entrada de la iglesia de Paladine.

Esperame aquí pequeño, pronto volvere a buscarte, no dejaré que nadie te haga daño ni a ti ni a los aldeanos.

Cojo un poco de alfalfa de un saco del caballo y se lo pongo para que vaya comiendo y recupere fuerzas por el largo viaje. Tras eso me preparo el escudo y desenvaino mi espada mientras me acerco a la puerta.
Inspecciono la sangre de la puerta para poder saber cuanto es de vieja y empiezo a abrri la puerta observando si hay algún amigo o alguna criatura infernal esperandome para acabar con mi vida.

no es una iglesia o un convento, mas bien es un edificio donde reside el justiciar del pueblo, en cuanto entras ves un despacho, con una mesa y varios pergaminos, en uno de los cajones encuentras un libro bastante gastado que cuando abres y miras superficialmente descubres que se trata de un Diario/registro de incidencias, ves otra sala donde hay celdas y jaulas para meter monstruos o borrachos, en general no hay mucho que ver, pero puedes decir que ya estas en casa.

Me quedo bloqueado por el estado en que esta la sala. Empiezo a leer los pergaminos y la especie de diario para saber toda la información posible del lugar, gente peligrosa, monstruos en la zona, etc..

Intento ordenar la habitación para ponerla más acorde a mi persona.

ordenas la habitación y encuentras objetos varios de uso administrativo, botes de tinta, plumas, pergaminos, libros en blanco, y poco mas, cuando te echas sobre la silla para leer el diario en tu nuevo despacho, la puerta se abre y una persona aparece por ella, parece asustada y agarra su sombrero de paja con un rostro atormentado

-señor, si me permite soy Federico de la casa de los huerfanos, usted debe de ser el nuevo Justiciar del pueblo, necesito su ayuda, necesitamos su ayuda urgentemente.-el hombre instiste freneticamente en que le sigas.

Levanto mis ojos ante la llegada de un individio a mi nuevo despacho. Lo observo de arriba a abajo, parece un simple granjero con ropa raida y un sombrero de paja y en su cara un miedo muy grande.

Me levanto majestuosamente con un tono de armonía a mi alrededor y poso una mano en su hombro al tiempo que le sonrio para darle confianza.

Saludos amigo, sí, yo soy el nuevo Justicar del pueblo. Cuentame, ¿que problema hay?

el granjero te mira como agua de mayo, y se echa contra tu pecho rompiendo en lagrimas

-oh, gracias al señor, le hemos estado rogando por que trajera a alguien como usted, venga conmigo ¡rapido! se trata de la granja de Mary, les están atacando.-se levanta y sale corriendo por la puerta. al asomarte por la misma y ver la dirección a la que va, ves no muy lejos una columna de humo.

Siento la tristeza y miedo del granjero al cojerme y veo como sale rápido diciendome que necesitan mi ayuda.

Sin dudarlo dos veces me aseguro que este mi espada en el cinto y recojo mi escudo para ponermelo en el brazo.

Salgo de mi despacho, desato las riendas de mi caballo, al cual acaricio en el lomo y me subo a el.

Mi señor Paladine, dame fuerza para ayudar a estos aldeados y destruir al mal que los atormenta...

Tras mi oración a mi señor, doy un golpe a mi caballo para salir lo más rápido posible hacia la dirección de la columna de humo.

Cuando llegas al lugar de los hechos, ves el lugar semi-derruido, hay 4 cuerpos, los cuales tras examinarlos superficialmente intuyes que han sido atravesados por objetos cortantes, la posición de sus cuerpos sugiere que fueron cogidos por sorpresa y ni siquiera les dieron la oportunidad de huir. sientes un ligero temblor en el broche de tu capa(donde llevas el símbolo de tu dios), miras a tu alrededor y ves a un hombre que te apunta con su arco

Miro al hombre profundamente intentando escudriñar algo en su mirada, no parece alguien malvado, sino un hombre asustado que lucha por su vida.

Para darle confianza meto la espada en la vaina lentamente y al guardarla le ofrezco mi mano.

Baja ese arco amigo, no pareces hombre de mal. Dime, sabes quien ha atacado estas granjas?

Al envainar tu espada el hombre se sorprende y mira a su alrededor alarmado como si se tratara de una trampa luego te mira con desconfianza mientras baja el arco lentamente.

-Mi nombre es Robert Longstride, mi casa es esa que ves-dice inclinando la cabeza hacia las ruinas-mis hijos están muertos, a las mujeres se las han llevado y los hombres de mi casa despedazados por el camino, no se quien a hecho esto pero se por donde han ido y que son demasiados para mi solo, quiero "justicia" por mi familia, nunca hicimos nada malo, ¡somos granjeros! por los dioses que digo la verdad ¿me ayudaras?

Veo que el hombre no se acaba de fiar de mi, no me extrañaba pues poco antes unos bandidos habían destrozado sus posesiones y matado a su familia y yo había aparecido allí de repente.

Mi nombre es Serafin Corlav, mi buen señor. Soy el nuevo justicar del publo, me enviaron del reino de dios para poner fin a esta serie de sucesos que llevan pasando y que parece que causaron la muerte de mi predecesor.

Sobre vuestra justicia, por supuesto que la tendras, no pienso tolerar que nadie ataque a honrados granjeros.

Dame todos los detalles que tengas sobre ellos, se han equivocado en donde saquear...

Siento como la ira recorre mi cuerpo, mi codigo autoimpuesto me obligaba a acabar con todo aquel que se osase a quitar la vida de alguien inocente, y por supuesto, iban a pagarlo.

"así que el nuevo justiciar a llegado, esperemos que dure mas que el anterio" el sudor corría por todo mi cuerpo ya que me había pasado horas corriendo, bajé mi arco sin mostrar signos de fatiga, quería una venganza rápida por mi mujer y mis hijos, se habían llevado a la mayor y todavía no sabia si aun seguía con vida, junto con el Justiciar podrían hacer algo

-son humanoides, las huellas dicen que van al sur entre 8 y 10 personas, transportan a alguien por lo que van mas despacio, si nos apresuramos podremos cogerles, mis caballos están desperdigados...¿podríamos útlizar su montura?-digo mientras utilizo la punta del arco como apoyo para acercarme al justiciar.

Tras ver la información del granjero no nos queda otra que acabar con nuestros enemigos.

Apretaremos el paso, iremos en el caballo.

Me subo a mi fuerte montura y espero a que Robert se suba con nosotros, tras su subida, cojo las riendas y hago avanzar al caballo lo más rápido que pueda.

Nos acercaremos hasta que oigamos ruido o algo parecido, entonces seguiremos a pie, yo entrare directamente, necesito que tu me des apoyo con tu arco desde la distancia para sorprenderlos.

Por fin podré demostrar mi valia y mi voluntad a la gente, el mal debe desaparecer de este mundo...

El arquero te mira y asiente

juntos en el caballo llegáis hasta una zona amplia donde escucháis gritos de dolor y angustia, desmontáis y Robert te dice que ira desde su retaguardia para cubrirte, esto te dara un poco de tiempo para evaluar la situación y corregirla con eficacia, a medida que avanzas escuchas los ruegos de una mujer/moza, estas a una distancia prudencial

visión: están en un claro, una jovencita y 10 elfos oscuros, parece ser una cuadrilla Drow, unos están junto al fuego comiendo y riendo, mientras otros están disfrutando salvajemente de la joven.

van armados con cimitarras y ballestas de mano y protegidos con cotas de mallas, el sol esta cayendo por el horizonte. 

Viendo que la situacion parecia suicida vuelvo a hacer un gesto a Robert para que vuelva junto a mi. Una vez juntos le explico un nuevo plan.

Bien, son demasiados para nosotros ahora mismo, debemos esperar a la noche y acabar con los guardias sigilosamente. Luego podremos acabar con los que queden dormidos y salvar a la chica.

La impotencia de tener que ver sufrir a esa chica era exagerada, pero yo no era estúpido y no me quedaba otro remedio que resistir a mis impulsos.