Partida Rol por web

La rebelión de la magia

El Aquelarre

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11/08/2023, 20:16
Voz en off

En los albores de una mañana bañada en la luz dorada del sol, un rumor susurrante comenzó a recorrer los rincones de los reinos ajenos al Concilio. Un eco de asombro y admiración resonaba en cada aldea y ciudad que contemplaba los cielos, vislumbrando cómo atravesaba las nubes, suspendida en el aire la enorme estructura de un castillo junto al peñasco sobre el que se asentaba.
Desde los picos nevados de las montañas de Elurtua hasta los profundos bosques de la Ohiana y los áridos desiertos de Pyrovia, habían sido convocados los magos que ahora, emergiendo de las nubes como quimeras de ensueño, cabalgaban las bestias voladoras. Sin duda no las más majestuosas y poderosas pero sí lo suficiente rápidas para acudir a la llamada con presteza. Las alas extendidas abarcaban los cielos como velas elásticas y resistentes, y sus cuerpos resplandecían con marcas rúnicas que destellaban con un fulgor mágico. Montados en sus lomos, los Agentes de la Magia podían viajar tanto por tierra como por aire, siendo unos corceles fieles de mirada inteligente.

 

La isla flotante a la que llegaban era conocida como Pluma de Quiscalus, usada durante generaciones como fortín itinerante, especialmente antes que los magos instauraran su paz. En la actualidad, ese lugar donde la magia fluía como nubes luminosas les servía a modo de guarida y transporte en sus misiones. Las aguas que rodeaban la isla eran cristalinas y sus jardines colgantes albergaban plantas luminiscentes y árboles frutales. Ahora con la llegada de los Grypharcos y los Magos, Pluma de Quiscalus recobraba su antigua función y un propósito aún más profundo.
Las bestias voladoras se posaron con elegancia en los mástiles tallados en las laderas de la isla, replegando sus alas cansadas alrededor de su cuerpo. Dejaron escapar un coro de cantos melódicos, un saludo en el idioma de los vientos que anunciaba su llegada a un testigo que llevaba horas oteando el horizonte con anticipación.

 

Tan solo un hombre apareció por la entrada de la fortaleza, un sirviente de edad mediana, de cabello gris y rostro curtido por el tiempo, inclinándose con respeto ante los recién llegados. Su atuendo sencillo y cómodo sin ostentaciones, denotaba su posición dentro del castillo. Sus ojos, reflejando años de servicio y lealtad, brillaban con una mezcla de reverencia y curiosidad al observar a los Agentes.

- Sean bienvenidos mis señores y señoras al fortín de Quiscalus. Es un honor recibir a su distinguido grupo de Agentes. Si me acompañan al interior sus aposentos están dispuestos para refrescarse después del largo viaje. 

 

En un reino sumido en una era de magia y misterio, la paz y la prosperidad habían sido mantenidas durante siglos bajo el sabio gobierno del Consejo. Sin embargo, como en cualquier reino, había aquellos que anhelaban el poder y la libertad de sus garras. Los rebeldes, un grupo de insurgentes y brujos descontentos, se habían alzado en armas. Normalmente las fuerzas del orden locales eran suficientes para sofocar las revueltas y dar ejemplo con los líderes insurrectos. Era muy poco habitual que los hubiesen convocado fuera de las fronteras y por lo que se podía apreciar a simple vista por las indumentarias, desde regiones tan dispares.
Se habían escuchado rumores que el conflicto con los rebeldes se estaba intensificando, y era cada vez más difícil mantener la paz en el reino, pero la versión oficial entre la nobleza era tildar tales rumores de propaganda.

El gorg guió al grupo selecto de hombres y mujeres a través de los pasillos de piedra pulida, iluminados por antorchas de llamas danzantes que proyectaban sombras caprichosas en las paredes. Un suave viento susurraba entre las almenas, llevando consigo el aroma de las flores de los jardines internos. El eco de sus pasos resonaba en el ambiente, recordándoles la historia y la solemnidad de ese lugar así como su encomendada tarea de mantener el equilibrio y la justicia. 

- Les esperaré en la Sala de Guerra, ruego que no se entretengan.
 
Sus modales y sobre todo estatus, le impedían ordenar una reunión urgente para debatir cómo detener las acciones de los rebeldes y la amenaza grave a la que se enfrentaban. Y aún así, tal vez fuese su tono de voz, su porte, mirada sabia o el hecho de haberles dado la espalda al decir esto último… indicaba que no era un siervo cualquiera. 

Notas de juego

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11/08/2023, 22:15
Farah Ghazali

El vuelo, a lomos de un grypharco, nunca era algo a lo que una terminara de acostumbrarse. Por muy maga que fuera y muchos conocimientos que atesorara, las criaturas no eran su fuerte y mucho menos las que te llevaban a cientos de pies de altura.

- El viaje ha sido... práctico. - dijo sacudiéndose un par de plumas del vestido con cierto desdén. - Espero que nuestras estancias estén dispuestas como corresponden - continuó diciendo sin esperar mucho al resto. Ya habría tiempo para presentaciones cuando supiera con quien iba a compartir destino esta vez.

La Pluma de Quiscalus era un enclave envidiable y sabían como tratar a los magos de todas las partes del globo. No por nada era la sede del Concilo. Aquí se respetaba a un mago sea cual fuera su región de origen. Un lugar de intercambio cultural y de ideas con colegas que compartían los mismos intereses e inquietudes. Un lugar donde el conocimiento era moneda de cambio, más valiosa que el mundano oro.

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12/08/2023, 23:42
Dragomir Ledovy

La llamada a Pluma de Quiscalus lo cogió en pleno viaje de vuelta a Elurtua tras haber pasado unos meses en Oihana. Cuando le llegó trató de resistirse y ponerse excusas, pero el deber, más por obligación que por vocación, le acabó arrastrando a responder a la reunión.

No sé cómo me dejé convencer por mi tío para esto —bufó Dragomir acompañado de Liska. El familiar zorro soltó un gruñido y movió la cabeza, el tono irónico estaba implícito —. Pues puede archivar los códices de la Academia de la Aguja lo prefiere —mentía, antes prefería tirarse del grypharco que verse condenado al polvo, las velas y los viejos grimorios.

Al pensar en él, Dragomir echó una mirada a la bestia alada. Había sido un vuelo interesante, una nueva perspectiva bastante interesante. Antes de alejarse, le dio un par de palmadas al cuello de la criatura y le sonrió sin decir nada para ser recibido por su anfitrión.

Eso me gusta más —dijo jovial al oír lo de los aposentos y el refrescarse —. Muy agradecido, caballero. Muy agradecido —agradeció, valga la redundancia, al hombre mientras Liska soltaba un suspiro.

Dejándose guiar, echó una ojeada al resto de presentes. Bueno, para qué mentir, echó más ojo a las presentes. Aunque él era un caballero, al menos fingía serlo por el momento.

Que la lumbre os acoja —saludó con un arcaismo propio de Elurtua —. Dragomir Ledovy, encantado de compartir reuniones secretas y crípticas empresas con vuesas mercedes —el tono, pretendidamente florido, aunque con bastante gracia, para qué negarlo, lo dirigió en general. Aunque se permitió sonreír un poco más a las magas presentes y, al ver a Althea presente, la sonrisa se ensanchó un poco más y le guiñó el ojo.

Obviamente, Liska puso los ojos en blanco, le mordió la tela del pantalón y tiró de él como si le abroncara.

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13/08/2023, 04:49
Althea Evergreen

Ojos verdes, luminosos como solo podían ser los de algún magi habitante de Ohiana, observaron con curiosidad al viejo maese que recibió la comitiva; la chica no obstante cruzó una pierna sobre el lobo del grypharco deslizándose como un tobogán por el ala extendida del animal que tan amablemente extendió para que la joven maga se bajara.

-Wiiiiiii..

El sonido de una risa cristalina no se hizo esperar y una vez en tierra un saltito la hizo voltear para quedar frente a frente con el rostro de quién fue su montura que encarecidamente extendía el cuello pidiendo una caricia.

-Gracias bello mío…

Fue el susurro que escapó de los labios de aquella joven riendo nuevamente, desenfadada, alegre y natural. Algunas mariposas revoloteaban sobre sus cabezas molestas con la intromisión de la alada montura hasta que la joven suavemente lo apartó de sí, momento que aprovecharon los insectos para posarse en la encendida cabellera simulando coloridos abalorios -... pero ahora tengo que atender otros asuntos, jugaremos juntos más tarde te lo prometo.

Finalizó ella.

En realidad poco le atraían esos "otros asuntos", hubiera preferido mil veces quedarse en los jardines mirando las huertas o chapoteando descalza en las fuentes.¡No había mejor forma de refrescarse que esa!

Pero la voz del anciano gorg la obligó a suspirar resignada.

No podía. Siendo ésta la primera vez que asistía a Pluma de Quiscalus, y sobre todo la primera vez que se le encomendaba ser una de las representantes para atender asuntos de esta índole fuera de Ohiana debía ser juiciosa y profesional.

Finalmente sus pies la llevaron de piedra en piedra para seguir a la comitiva por los pasillos dentro de la fortaleza, algo rezagada eso sí, saltando en un juego que solo ella comprendía evitando algunas lozas y pisando sobre otras.

No fue hasta que unas frases rebuscadas la hicieron levantar la mirada adelante buscando el origen de aquella voz que su rostro se iluminó con una sonrisa de oreja a oreja.

Pausada y cautelosa entonces decidió acechar a su presa, silenciosa y ágil corrió el último tramo para caer como una rana sobre la espalda del hombre rodeando el cuello con sus delgados brazos.

-¡Liska, Hola! Exclamó riendo mirando hacia el familiar antes de volverse hacia el hombre picando su mejilla con el índice- y tu prometiste que te portarias bien. 

Comento a modo de saludo antes de susurrar levantando las cejas sugestivamente.

-Mi hermana te manda saludos.

 

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13/08/2023, 22:41
Kyria Al-Hassend

Un viaje incómodo y demasiado largo. La espalda le dolía casi tanto como el trasero. Trato de descender del animal con la mayor dignidad posible y no fue sencillo. No alcanzar el metro sesenta por casi diez centímetros le hacía encontrarse alejada del suelo, casi no llegaba a los estribos y al tocar tierra, se percató finalmente del dolor de sus piernas por la tensión generada al mantenerlas presionado el cuerpo del ave para no caerse en el viaje.
Sus pies descalzos agradecieron el contacto con el suelo casi tanto como el resto de su cuerpo y aún así, no se quejaría.
Sus ropas negras con ribetes rojos no sólo contrastaban con el color de su pelo sino que denotaban su linaje, era una hija del desierto de Pyrovia. Se bajo la capucha y se retiró el fino velo que cubría la parte inferior de su rostro.mostrando una amplia sonrisa — Un fantástico viaje— No se molestó en despedirse de la bestia porque solo quería descansar, Beber agua para eliminar la sequedad de su garganta y lavar sus pies, algo que realizaba con frecuencia aunque no era.necesario a pesar no llevar nunca calzado pero ella es una maga.
Cualquiera que hubiese compartido tiempo con ella ya sabría que era una mujer joven, muy joven, que aún aparentaba menos edad y sobre todo que no era bueno recordárselo para no desatar su temperamento que no era sencillo controlar en ocasiones.

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14/08/2023, 10:33
Amlda Inomagata Ikegar

Amlda había preparado su petate como su padre le había enseñado. Portaba la cantimplora y el cinquedea a ambos lados de la cadera y como siempre, el bastón largo para caminar por los lugares angostos de los bosques y campos. Lo que no se imaginaba es que aterrizaría en el patio central del Convento un ser alado con un menudo muchacho que sería el piloto y su guía. Las Hermanas Superioras y algunas compañeras más se agolparon en los arcos de los dos niveles de altura del lugar. El "bichillo" y su jinete esperaban tranquilos junto al pozo del centro. La muchacha sabía que hacer. Ya le habían dicho que tenía que partir a una misión del Concilio, y ella, llena de orgullo, no es que se hubiera planteado aceptar.... o no. Es que era su deber, y como tal cumpliría sin dudarlo. Es para lo que la habían estado preparando, a pesar de que ella no lo supiese.

No hubo palabras, ni discursos ni acto alguno. Es como si despidiesen a un ser querido que se marchaba.... tal vez para no regresar jamás. Y si lo hacía, igual era sobre el escudo, no con él.

Un instante antes de "montar" se giró hacia todas, y con el puño cerrado en el pecho, muy cerca del corazón, las miró, haciendo un giro, para no perderse rostro alguno de ese momento. Conforme sus ojos se posaban en todas ellas, incluso las de más rango, respondieron con el mismo gesto. Al terminar montó. Pegó el rostro a la menuda espalda del "conductor", y este no tardó en azuzar al anima, despegando tras un par de aleteos previos. No quería mirar. Eran sus Hermanas, su vida y su todo, y despedirse sin saber sobre el futuro le hacía escapar unas lágrimas por todas ellas, que empezaron a correr por sus mejillas. Estaba ya en el aire, pero ella no quería que la viesen llorar. Tampoco podían por la distancia, pero si veían un punto alejarse aleteando en la distancia, cada vez más alto. Cada vez más lejos.

Nada más tomar en el castillo, tras una media hora de vuelo, se bajó con sus cosas, y una mirada al muchacho le agradeció que la trajera. Luego tomó el rostro del animal, que reticente procuraba zafarse de sus manos. Amlda no pudo, más por agradecimiento que por otra cosa, usar algo de su poder para reponer las fuerzas de aquella montura que tan dócil y agradable se había portado.

Tras mirara un instante más al jinete y asentir en agradecimiento, sin decir palabra alguna se dejó guiar.

Dejó el petate en el cuarto. Este era mucho más agradable y decorado que la espartana celda del Monasterio. Allí era feliz, pero aquí... acababa de llegar. Tampoco pesaba mucho el petate, porque a parte de unas mudas, el poncho y la estera, un queso y un par de útiles más, tampoco contenía gran cosa. Tardó 10 segundos en "mudarse" a esa nueva habitación, y sin dudarlo, preguntar o demorarse, marchó hacia la sala que le había comentado el Señor Mayor, para la reunión. Imaginaba que no tardarían en darle las instrucciones. Había aprendido, a pesar de no serlo, portarse como un soldado, y como tal, cumpliría.

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14/08/2023, 20:01
Liria Al´Hazir

Era temprano en la mañana cuando escuchaba un sonido de chillido que venía a lo lejos mientras destilaba el jugo de una flor en medio de su laboratorio cerrado por todas partes y sin ventanas, ciertamente un pequeño bosque como siempre su laboratorio. 

- Supongo que la paz no iba a durar mucho tampoco. Suspirando empacaría sus cosas lentamente y guardaría el producto destilado en una botella dejándola en el suelo con una etiqueta de un bigotito. - El que la encuentre que se la quede jsjsjs. 

Reiría y caminaría hacia la pared mientras esta se abría para dejarle pasar separando sus lianas y raíces para salir a un claro del bosque y dejarse ver por el Grypharco que le buscaba desde el cielo. - ... Miraría la entrada del laboratorio rudimentario que había construido y ahí le dejaría, seguro serviría de refugio para algún viajero cansado que pasara por el bosque.

Una vez la bestia alada aterrizara le alimentaría sacando un fruto de su bolsa y acariciaría su cabeza para montarse, leer la carta y partir en su viaje hasta llegar a la Pluma de Quiscalus. Lejos si se encontraba, pero sujetándose a su montura con unas finas y ligeras lianas aparte de las correas para tener más comodidad en el viaje.

En un punto habría vislumbrado a otros miembros a otros agentes en vuelo de sus monturas y había identificado a un par de ellos. Por lo que... había aprovechado para dormir gran parte del vuelo.

Bajando con suavidad de su montura y con los pies en "tierra" acariciaría a la inteligente criatura y observaría a los otros agentes. - (Al parecer han seleccionado agentes de muchas partes... ¿Qué habrá pasado?) Sin más, caminaría hacia su habitación, dejaría su capa y sus utensilios, solo llevando un par de pócimas en su bolsa y comenzaría a comer semillas mientras caminaba hacia fuera de sus aposentos.

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14/08/2023, 21:56
Capitán Namor

           - ¡Muchas gracias caballero!    ¿Que pase lindo día! -     Responde Namor afable, pero marcial, cuadrando se al guardia en señal de respeto y disciplina, sin embargo, antes y después de ese cruce la actitud del hombre es un poco mas relajada, su vestimenta curiosa, ya que pareciera ir tan solo cubierto del pecho bien marcado, por un par de collares, pulseras en los brazos, sandalias en las piernas y un tipo de casco con plumajes coloridos en la cabeza ... cerca de los tobillos se le pueden visualizar a veces algún tipo de alas que se asoman entre la cintas entretejidas de las sandalias, una mochila de viaje en la espalda y un tridente en una de las manos, tras despedirse del hombre y subir al enorme ser alado la acaricio con un par de palmadas y miró de reojo al resto de los colegas con sutil curiosidad por un momento antes de susurrar:

          - ¡Buen día camaradas!     ¿El capitán Namor les saluda! -    El aparente joven y de exótico atractivo agente reconoce la diversidad del origen del resto y se contuvo de expresar por el momento la curiosidad al respecto, esperando un momento más oportuno para saber la causa de tan extraña reunión y el origen de los otros 

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15/08/2023, 23:52
Liria Al´Hazir

Una vez saliera de sus aposentos se sentaría en algún banco en el pasillo a esperar a sus ahora compañeros. Sin duda tenía curiosidad por alguno de ellos y la verdad no tenía mucha prisa por ir a la reunión. Después de todo, entrar unos y después otros no era algo que le apeteciera hacer tampoco.

- . . .

Notas de juego

Comencemos las interacciones pues.

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16/08/2023, 09:51
Amlda Inomagata Ikegar

Amlda esperaba a que llegasen todos, ya que, parecía que como tenía poco que "acomodar", llegó rápidamente al lugar de reunión. Tal vez, la primera y todo.... o caso.

Entonces empezó a ver. Había más mujeres que hombre. En el convento todo eran mujeres. Chicas, viejas, niñas.... todas.... sólo ellas. Era extraño que un hombre entrase allí, y si lo hacía era a unas salas contiguas a la entrada, en la que se les ofrecía aforo, atención, cuidados, alojamientos de varios tipos si era preciso... pero no entraban más, y si lo hacía era un Alto mando, hacía su inspección, y luego se le atendía en esas "instalaciones" al entrar. Fue raro ver a un hombre, en este caso un chico en el Patio Central, pero, ni tocó el suelo. Su montura se posó y ella partió de allí. 

Aquí también predominaban las mujeres. - ¿Eso querrá decir que somos más proclives a la magia, o incluso que nos fijamos más en lo que nos rodea y por eso podemos....? Sus pensamientos quedaron en el aire al ver que todas tenían el mismo pelo. Eso ya le hizo dudar del todo. - Alto tiene que ver. Estoy segurísima.

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17/08/2023, 01:55
Farah Ghazali

Farah Ghazali, hija de uno de los magos más poderosos e influyentes de la nobleza ignis, ahora estaba a punto de ponerse a prueba por primera vez. Ponerse a prueba en sus conocimientos y en sus habilidades. Estaba dispuesta a asumir su papel como agente lo más pronto posible, sin embargo dejó sus pertenencias en la habitación que le habían asignado y se tomó su tiempo para observar aquel lugar.

Quería saborear que era aquello de sentirse reconocida y que el Concilio pudiera su colaboración. No todos los magos eran dignos de la confianza de las altas esferas del gobierno mágico más importante del mundo. Y aunque no terminaba de comulgar con todos sus límites impuestos, especialmente aquellos que acotaban el campo de la investigación y el estudio de los astros y otro tipo de materias "sensibles", entendía que debía estar bajo el ala protectora de la más alta institución del mundo.

Una vez se había impregnado de todo aquel lugar y de lo que significaba su presencia allí, salió de la estancia con paso firme y digno de una mujer de Pyrovia. Alta, hermosa, de cabello castaño y un velo rojo que simbolizaba la fuerza y la pasión del mismísimo fuego. Así de presentó Farah ante la sala del Concilio. Lista para dar lo mejor de sí y representar a su casa. Porque, por lo que parecía, ya había más ignis a parte de si misma...

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18/08/2023, 15:11
Dragomir Ledovy

Dragomir resopló para sus adentros viendo el ánimo general. Va a ser duro, pensó para sus adentros. Pero se le pudo iluminar la cara al ver a Althea que, al menos, le daba algo de color a la situación.

—No me ha dado tiempo a hacerlo —replicó con una sonrisa burlona a la druida. Liska soltó un gorgorito feliz al ver a Althea, luego un soplido de resignación mientras negaba con la cabeza mirando de soslayo a Dragomir. El elurtuano no pareció darse por aludido y, de ser así, no parecía importarle.

Sabes que quien me desvela eres tú — ​​​​​​flirtreó sin perder la sonrisa, jugueteando con la mirada, añadiendo a continuación —. Me temo que tú hermana se morirá de celos.

Al escuchar la conversación, el familiar de Dragomir suspiró con resignación hilando el camino junto al mago. El otro que se abrió más a conversar fue un tipo pintoresco, más de lo que hubiera imaginado nunca.

—Sí, eh. ¿Qué tal, capitán? —saludó sin saber cómo tratar a Namor, aunque enseguida enfiló sus pasos junto a Althea dirigiéndole una mirada de circunstancias y se encogía de hombros.

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19/08/2023, 22:28
Voz en off

 La sala donde los esperaban era amplia, de altos ventanales desde los que se colaba la luz natural sin permitir que se viese a los ocupantes de la misma. La privacidad era fundamental en la estrategia militar. De espaldas a la pared del fondo dominaba una grada de tres hileras, formando un semicírculo, con una inclinación ascendente para contar con una visión y sonido adecuado para todos los que allí tomaban asiento, antaño generales y líderes de guerra (todos magos y magas, por supuesto). La zona central y más baja quedaba para los simulacros de campos de batalla con magia de Terram o el interrogatorio de prisioneros. 

En ese momento tan solo se encontraba el siervo que los recibió, dejando sobre las mesas de la bancada unas finas copas de metal. Levantó la mirada al escuchar llegar unos pasos ligeros, dedicándoles una sonrisa modesta a las mujeres que entraban por la puerta.

- Señora Farah, Señora Amlda. - Saludó con una sentida reverencia con la mano en el corazón. - ¿Les puedo servir algo mientras llegan el resto de ilustres Agentes?

Se desenvolvía con la soltura de quien conoce su propia casa, tomando un inmaculado trapo para cubrir su antebrazo y mostrándoles una carísima botella de licor sin abrir por si era de su gusto. La urgencia no estaba reñida con el placer y los modales.

 

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19/08/2023, 22:53
Amlda Inomagata Ikegar

Como si fuera una petición de un amigo contestó con afabilidad, mirando al señor. - Me gustaría agua fresca, si pudiera ser. Estaba un tanto comprometida con la salud, tanto por su propia experiencia como por lo aprendido, así que, si podía ser, tenía sus preferencias, y el licor no solía estar entre ellas. Además, se consideraba un tanto joven para bregar con "Agua de Fuego" sobre su lengua, y menos aún con los "Efecto Secundarios" que el alcohol tenía sobre la mente de la gente. 

No dejó de admirar la grandiosidad del lugar, de lo que representaba y había sido, y que de ahora en adelante, también les incluía a ellos.

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20/08/2023, 02:27
Althea Evergreen

El salto no duró mucho y ya posicionada junto al elurtuano la pelirroja continuaría sonriendo, tan natural como era su costumbre y propia personalidad, mientras ella misma rodaba los ojos un instante sin turbarse con las insinuaciones.

Hincando una rodilla al suelo se regaló unos minutos para dedicarle atención al zorro ártico premiandolo con mimos y susurros mientras Dragomir continuaba hablando.

-No cambias. Bromeó al erguirse entonces, dándole una palmada en el hombro para luego cruzar su brazo con el del hombre apoyándose en su antebrazo - Un día de verdad te vas a meter en un lío. Amonestó amigablemente por lo bajo mientras caminaban juntos como dos viejos amigos, la conversación fluía poniéndose al tanto de pormenores sin importancia rumbo a reunirse con el resto de la comitiva en la sala del Concilio. Althea aspiró profundo, debía admitir que estaba algo nerviosa así que su vista recorrió a los presentes cuando arribaron, la mayoría chicas siendo que algunas entraban.

Justo fuera de las grandes puertas un colorido representante que sin duda reconoció como alguien proveniente del archipiélago Moya se presentó. Llevando la diestra que tenía libre sobre el pecho las yemas de sus dedos reposaban delicadamente sobre la tela decidiendo que la mejor manera era presentarse siguiendo el ejemplo del capitán marino.

-Un gusto capitán. Soy Althea de Verdonia, un placer coincidir con alguien de tan distantes tierras. Me gustaría algún día ver con mis propios ojos a los famosos leviatanes.

Afirmó, pues si bien la selva y los animales eran su sello identificativo así también lo era el mar y sus criaturas para el exótico capitán.

-Acompáñenos capitán.

La invitación algo redundante, pues todos eran esperados en el Concilio, era también un incentivo para que se les uniera pues el brazo femenino quedó extendido por algunos instantes.

La entrada al gran salón la impresionó por su grandeza aunque por unos instantes torció los labios ladeando la cabeza estudiando la gran estancia. No soportaba los espacios cerrados por muy grandilocuentes que fuera la arquitecta, nada se comparaba con el majestuoso Ama y la magnificencia de la floresta. 

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20/08/2023, 16:19
Capitán Namor

         - Es todo un placer para mí coincidir con una maga tan especial como usted y su .. encantador amigo, nuestra bella Althea de Verdonia!     Cómo se llama tu pequeño amigo?     A mí también me encantan los animales, pero de otro tipo ... -       Responde el capitán Namor mientras que deja de levitar para plantar sus 2 pues en el suelo para caminar al lado de la bella y simpática pelirroja apoyando su brazo de manera protocolaria de acuerdo a las cortes que había visitado antes

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21/08/2023, 21:45
Kyria Al-Hassend

Solo esperaba no llegar la ultima, eso podría ser horrible, todo el mundo girándose a observarla y criticarla con las miradas. No, debía aligerar el paso y que otra persona fuese el objetivo del comienzo de la reunión.
Llegó con dudas, sin hacer demasiado “ruido”, con las manos entrelazadas y ocultas entre sus amplias mangas y buscó algo de comer. Con la cabeza alta para aparentar una seguridad impropia de sus edad, una media sonrisa y el tintineo habitual de su colgante, ese ruido como el de dos diminutos platillos metálicos siempre la acompañaba al andar.
Cogió una copa de la primera bebida que encontró y simuló beber. Un observador avispado seguro que percibió como Kyria levantaba ligeramente una de sus cejas al ver a Farah y reconocer que serían de la misma región
Que mala suerte, tenia que estar ella… Seguro que no tardarán en preguntarme en cuanto vean que no se utilizar el elemento fuego… Más explicaciones, como toda mi vida— Apretó la copa con fuerza sin percatarse de ello hasta que los nudillos se le comenzaron a poner blanquecinos.
Saludo a todos los presentes intentando mostrar más afecto a los que ya conocía pero estaba enfadada ya que todo había “comenzado” mal para ella

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22/08/2023, 23:35
Farah Ghazali

Farah saludó cortésmente al hombre que les daba la bienvenida. Al parecer conocía sus nombres perfectamente y eso la hizo recelar hasta el punto de hacerle una pregunta en lugar de aceptar su ofrecimiento. - No será necesario, pero me gustaría saber cual es vuestro nombre. - le preguntó con una sonrisilla pese a ser un gorg, o al menos eso es lo que aparentaba ser.

No era la primera vez que un noble se presentaba con ropajes dignos de la servidumbre y luego resultaba ser un mago.

En ese momento vio como entraban más futuros agentes. Toda una selección de lo mejorcito de cada casa. Eso eso era al menos la intención del Concilio. Tener bajo su mando a los más capaces. Aunque de decía que había ciertas influencias e intereses para formar parte de esta élite y no siempre todos los que se habían ganado un puesto, llegaban a alcanzar su meta.

Mientras pensaba en eso se fijo en una mirada de una jovencísima ignis ¿qué edad podría tener? Pocos casos se oían de agentes tan precoces. Así que se acercó a ella y con la confianza que le daba su diferencia de edad le dijo. - Tienes que haber sido una niña prodigio para estar aquí. - le dijo un poco seria de entrada, como evaluando su respuesta. - Es agotador querer estar siempre a la altura de lo que se espera de una. - confesó finalmente con una sonrisa cómplice, relajando la conversación que se podía gestar entre dos desconocidas.

Farah pretendía empezar con buen pie y que mejor que con alguien con quien tener algo en común. No se atrevía todavía a hablar con los hombres y mucho menos provenientes de tierras lejanas.

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24/08/2023, 21:41
Kyria Al-Hassend

Eso era algo que la joven no se esperaba, que viniesen a hablar con ella. En contadas ocasiones le había sucedido algo así y además las palabras que escucho le encantaron. Si esa mujer le había dicho que había sido una niña prodigio, sólo podía significar que ya no la consideraba una niña. El corazón se le acelero y levantó los ojos para mirar fijamente a aquella mujer de pelo rojizo como el suyo propio — Mucho más de que se pueda presuponer y si, siempre se espera que se superen todas las expectativas. Espero no equivocarme diciendo que en nuestra tierra de sol, arena y fuego siempre ha sido asi— Se acercó la copa a los labios para realizar una pausa y tratar de aparentar mayor tranquilidad — Mi nombre es Kyria… No estoy muy acostumbrada a estas… Recepciones…Como alguno de ellos— Giró su cabeza hacia la sala viendo como se comportaban alguno de los allí presentes

No me lo puedo creer ¿Habré encontrado mi sitio?¿Podré ser una más sin que me juzguen?— Demasiadas preguntas comenzaban a dar vueltas sobre su cabeza sintiéndose cada vez más abruma

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25/08/2023, 10:24
Dragomir Ledovy

Aquel lugar le recordaba vagamente a la arquitectura elurtuana, aunque bastante más clara y luminosa que las góticas formas de Beltzashuria. La recepción por parte de su anfitrión y, luego, que se dirigiera directamente a dos de las presentes hizo que lanzara una mirada intrigada por descubrir las dueñas de los nombres, intriga que se vio satisfecha pronto.

¿Soy yo o parecen haber preferencias? —musitó a Althea con humor, no parecía verse ofendido por ello, incluso se permitió reír un poco.

Aun así la invitación lanzada al peculiar moyano hizo que frunciera el ceño, veía más fuera de lugar a Namor que a él mismo, que ya es decir. Liska soltó un gruñido de advertencia junto a él, eso hizo que Dragomir dirigiera su mirada hacia su familiar con cara de "qué dices ahora". Obviamente el zorro ártico ya había expresado lo que quería y no se repetiría, eso causó que el elurtuano suspirara.

Liska —respondió brevemente a Namor, al escuchar su nombre el zorrito soltó un gruñido leve haciéndose valer. Dragomir lo miró y se encogió de hombros.

Al parecer algunos de los presentes empezaban a demostrar que tenían capacidades vocales, eso alivió al elurtuano. Temía misiones de largos silencios o, peor, hablando solo como un loco.

Las expectativas están para defraudarlas —aseveró mirando a Kyria, con una sonrisa amplia —. A mi se me da especialmente bien, especialmente eso de defraudar —se separó un tanto de Althea, dándole un poco de espacio y dejar de estar emparedada por él y Namor. Miró intrigado a la joven Kyria, también hizo lo mismo con Farah, teniendo clara su procedencia enseguida —. ¿Acostumbrado? Bueno..

Dio unos pasos, y tomó asiento apoyando las piernas en el respaldo del que tenía delante, tal como si estuviera en una cantina, pero como a él no le ofrecieron nada. Aunque eso podía cambiar.

La verdad es que yo sí tomaría algo, si no está reservado solo a las damas —añadió con humor, pero con una puntilla incluida. Se sacó de la chaqueta una pipa que empezó a llenar de hierba, volvió su atención a Kyria y sus inseguridades —. Estoy más acostumbrado a que me echen que a participar de estas cosas.

Con la actitud que estaba gastando, casi parecía obvio. Liska saltó sobre su muslo y le soltó un mordisco, Dragomir soltó un grito leve y bufó al zorro que gruñía riñéndole.