Partida Rol por web

          - Me uno a la humilde petición de agua fresca por favor.   ¿Que más adelante dependiendo de la situación, la confianza y la compañía podría ser intercalada con otro tipo de bebida caballero! -    Responde con diplomacia el Capitán Namor aún del brazo de la bella pelirroja cuando escucha a la misteriosa y más reservada Amlda pedir la bebida a su anfitrión y se une a su petición tras sentirse un poco sediento y aprovecha para sonreír le sutilmente para susurrar le:

         - Saludos desde Moya soy el capitán Namor y ¿usted señorita cómo se llama y de dónde viene si no es indiscreción? -     Mientras que el chamán de Moya espera la respuesta, reduciendo la velocidad y distancia de sus pasos, reconoce que Dragomir se ha acercado a ellos para presentarse y entonces se gira hacia él sin soltar el brazo de la joven y hermosa druida, dándole un giro con un improvisado paso de baile para poder acercarse al juerguista mago elurtuano para estrechar su mano con un fuerte apretón con la mano ahora desocupada, como un saludo de sorpresiva confianza o aparente camaradería, mientras que de reojo alcanza a escuchar y reconocer a la pareja diferente de bellas mujeres que posiblemente provenían de las místicas y sofocantes arenas Ignis, con lo que su sentido de aventura se multiplicaba, pero entonces le responde al hombre cuya mano ha chocado con la suya para decirle sin reconocer aún su confusión:

          - Es un placer conocerte nuestro estimado ... ¿Liska?   Yo ya me he presentado. Pero si me permiten o si no.  Yo les comento que las expectativas cuando uno conoce a nuevas personas o lugares deberían ser como vasos casi vacíos, que nosotros nos hagamos responsables por llenar el de los demás, sin esperar que ellos llenen los nuestros para ello.       ¡Así uno puede gozar la experiencia, en lugar de sufrir por cualquier decepción!      Por esa razón por el momento para mi es un placer irlos conociendo.    ¡Tal vez sea una decepción si nos separamos antes de generar la suficiente expectativa de quieran que llene un poco de sus vasos, como quiero que llenen el mío! -   

Complacida de traer a los dos rezagados caballeros Althea se dedicó algunos minutos para evaluar la situación y a los presentes Controlando su impulsividad que tras titánicos esfuerzos rendía frutos, pues una vez más satisfecha, sonrió mientras las dos damas del desierto entablan conversación entre ellas; sin duda por la afinidad de su tierra natal mientras luego los dos hombres se suman a la conversación.

Tantas personas diferentes, tantas historias fascinantes de sus tierras junto con la promesa de visitarlas algún día latente en el aire.

Era mucho para la alborotadora jovencita que después de tener sus brazos libres nuevamente dió algunas vueltas como una mariposa inquieta alrededor de la mesa donde el gorg disponía de la bebida y las copas.

Rio un poco escuchando la conversación y levantó los ojos mirando al resto del grupo.

Un gesto desenfadado de su muñeca agitando el aire restándole importancia.

-¿Espectativas? Que va. Nunca esperes nada de nadie ni de nada. El hilo de la vida es caprichoso y siempre hilvana lo que quiere a pesar de nuestros deseos.

En eso coincidía un poco con la explicación de el Moyano sobre vasos vacíos y llenos mientras sus dígitos delgados se cerraban sobre dos recipientes mirándolos a contraluz para constatar la pureza del cristal o tal vez la higiene del mismo 

-Es mejor ir por la vida dejándote sorprender, es mucho más divertido.

Añadió acortando la distancia finalmente tendiendole una copa a Dragonmir. Luego con su eterna sonrisa engalanando sus labios interpuso su deducción del origen de las mujeres.

-Si no me equivoco las damas son de las cálidas tierras de Pyrovia , ¿o me equivoco?

Pregunto hacía ellas admirandolas, tan hermosas con sus velos y ropajes del desierto. Nuevamente la similitud de sus cabellos fue algo que resaltaba a la vista, incluyendo a la propia Althea.

La druida acomodó parte de su propia cabellera sobre el hombro comparando las tonalidades del fuego en sus cabelleras.

-Podríamos pasar por hermanas.

Comentó ligeramente para nadie en particular pues sabía que el rojo no era común al menos en sus selváticas tierras, siendo ella la única en su familia que ostentaba el fuego en sus cabellos.

Poco a poco, los Agentes se congregaron en la Sala de Guerra. Uno tras otro, fueron atendidos por el gorg de manera cortés, aunque acompañado ocasionalmente por un comentario mordaz que parecía arraigado en su carácter, quizás forjado desde temprana edad como una estrategia de supervivencia, como dejó entrever de manera sutil Lady Farah Ghazali.

— Mis padres adoptivos tuvieron la ocurrencia de llamarme Eidan — comentó con un aire despreocupado, sin revelar el matiz humorístico presente, ya que hacerlo habría sido un menosprecio a la inteligencia de la maga —. No es necesario destacar que no fueron el epítome de la vida familiar. Por ende, Vuestra Excelencia puede dirigirse a mí como tal, o bien como gorg, o emplear cualquier otro subterfugio que considere apropiado. Eidan a su disposición en cualquier caso, al igual que un servidor.

En la misma línea, no pasó por alto el comentario de Lord Dragomir Ledovy a quien sonrió afable, acercándose en un exceso de confianza para decirle al oído de un modo perfectamente audible para todos los presentes:

- Mi Señor, la puntualidad conlleva sus propias ventajas. Incluso los magos están sometidos a la tiranía del Tiempo. - Retirándose para contemplar al resto añadió. - Tanto es así, que hemos emprendido nuestro viaje hacia el destino que, pese a ser urgente, también se halla a una distancia considerable, otorgándonos unos días para concluir los preparativos necesarios.

La calma antes de la tormenta sería conveniente para que se conocieran un poco mejor antes de trabajar juntos o dado el caso, se pusieran al día con sus asuntos privados si habían coincidido antes. Sirvió las bebidas requeridas esperando que se acomodaran en el palco para exponer los sucesos que hasta este lugar los traían. Algunos se "acomodaban" más de lo que desearía (evitaba enarcar una ceja ante la actitud de Dragomir). Otros, sin lugar a dudas, irradiaban una emoción palpable, ya sea debido a la perspectiva de la aventura que les aguardaba o por su notable juventud según el criterio del gorg.

Eidan esperó. Contemplando ese curioso grupo, guardando para el recuerdo sus rostros y la sensación que le tramitian. Preguntándose y cuando los despidiese, volvería a verlos o sabría de su suerte.

Amlda tomó el agua que había solicitado, y antes de probar trago alguno agradeció con un gesto afable el servicio.

Ya que se había presentado alguien, y mostrando la disciplina aprendida en el Templo; en el Convento, que había sido su hogar y escuela estos últimos años , pues siguió su ejemplo: - Soy la Hermana Religiosa Superiora Ikegar, pero, si quieren, pueden llamarme Amlda, que es como me llamaron mis padres al nacer, por mi espíritu. Mi edad aún no llega a los 20, pero, según dicen, tengo una forma de ser de alguien mucho mayor. Mi padre fue un soldado, pero que dejó esa vida por la agricultura, y allí encontró a mi madre, que por cierto aún viven ambos. No tenía demasiado claro que decir más de si misma, pero, lo único que se le ocurría era resumir en una sola cosa lo aprendido en el Convento: - Mi adiestramiento se ha centrado casi siempre en la curación, y he acompañado a muchas patrullas de soldados en su trabajo, precisamente como médico entre las guerreras que formaban esa unidad de combate.

Amlda vestía siempre la túnica larga con capucha que el convento el puso el primer día sobre los hombros. Sus botas parecían ligeras, cómoda y resistentes, pero estaban un tanto gastadas por el uso. Eso no era lo extraño de su atuendo, ya que, a pesar de que de su cuello colgaba el distintivo de la sanación, sobre su cintura colgaba un ectraño y grueso cordón que estaba fijo a una espada un tanto especial. Era un cinquedea. Un arma ancha y corta, que parecía más una herramienta para trabajar en el campo, para sus labores de curación, o para otras labores que para el combate. Eso si, en manos diestras era capaz de destrozar incluso huesos, tanto de un vivo sano, como de uno que no pueda presumir de esa condición. En la vaina también estaba expuesto el distintivo que al cuello portaba, y en el pomo de la empuñadura y en la raíz de la guarda, parecían nacer plantas.

Balanceando los pies perezosamente y en contraposición con un enérgico compás donde sus talones, enfundados en botas de cuero marrón, altas hasta más allá de las rodilla, golpeaban levemente el escalón inferior la druida sonrió escuchando el nombre y la presentación de la religiosa.

Con el cuerpo ligeramente inclinado adelante y las palmas sujetando el asiento la joven tomó nota de las palabras de la mujer aprovechando para estudiarla encontrando muy interesante la procedencia de la chica.

-Mucho gusto hermana Amlda, es fascinante oír sobre su excelsa Orden de poderosas féminas, algo he leído sobre ella en mis estudios pero claro muchos son los secretos que no llegan a las letras de los eruditos. Yo soy Althea Evergreen de Verdonia. 

Luego subió los hombros, ya lo había dicho antes pero ahora reunidos y tal vez sería buena idea profundizar en su persona siendo que no quería parecer descortés. 

-Mis padres viven también pero siempre se han enfocado más en mis hermanas. Alana, la mayor será quien tomará las riendas de la familia, heredera de…bueno todo, incluyendo la sabiduría de las plantas . La segunda Almena, se metió en la política y sirvió como concejal en el séquito del Concilio en Ohiana. Así que sin las responsabilidades de tener la carga familia pude ser libre de elegir mi propio camino y decidir qué hacer con mi vida, en ese sentido digamos que fui bastante afortunada.

Suspiró un poco pensativa manteniendo la sonrisa aunque un velo momentáneo de tristeza pareció cubrir sus ojos que rápidamente parpadearon cambiando la vista. Al bajar sus ojos se fijó invariablemente en sus ropajes que claramente la identificaban como miembro de los Evergreen de Verdonia, de un verde encendido donde la tela simulaba las hojas de las plantas, realmente algo que podría confundirla como una usuaria de magia vegetal. Un atuendo simple que se ajustaba como segunda piel con bonitos bordados de oro en el cuello y el talle, con una falda corta, muy corta, pero que le permitía la libertad de movimiento que su profesión exigía.

-Yo.... rió un poco-veran soy totalmente negada a todo lo que tiene que ver con plantas o curación. ¿Irónico cierto, viniendo de la famosa familia Evergreen? Mis habilidades me conectan con la fauna. 

Una rápida mirada hacia Lizka dedicándole un guiño cómplice al zorro al tiempo que los abalorios en forma de mariposa cobraron vida revoloteando sobre su cabeza regalando destellos luminosos en sus alas antes de volverse a posar en su cabellera 

-Ellas son mis Luminarias, una especie de luciernagas-mariposa que salen durante la Argien Llagia, el festival de luminiscencia en mi tierra. Deberían visitarlo algún día, serán mis invitados. La música, las fiesta y bailes de los festivales son insuperables.

Finalizó con dulzura dándole un sorbo a la bebida; esperando a ver cuál de los presentes tomaba la palabra y contaba anécdotas o cosas interesantes de su persona o exóticas tierras.

          - ! Muchas gracias por su hospitalidad nuestro estimado y misterioso anfitrión ¡          Me parece muy interesantes sus breves historias señoritas y más adelante les relataré la mía propia cuando me sienta con mayor confianza y algo de camaradería con ustedes; ´pero ahora me interesa saber primero cual o son las tareas para organizar a nuestros mejores recursos de acuerdo a las necesidades de cada una de las misiones que nos pidan abordar -     Responde de manera corta pero concreta Namor a los demás. dejando un adelanto de lo que escucharía y propondría tras conocerse mejor, pero entendía el capitán que debía ofrecer algo para organizar los grupos si fura necesario, de manera que aclaró para contribuir:

           - Yo tengo habilidades de navegación, liderazgo, puedo volar, caminar y nadar aún más rápido, con los seres marinos tengo ... empatía y soy un poco fuerte -

- Mi nombre es Farah Ghazali. No te agobies, yo tampoco estoy muy hecha a las reuniones sociales, prefiero mejor tratar los asuntos en privado. Pero supongo que te acabarás acostumbrando si quieres formar parte de el juego de poder. - le explicó con una sonrisa amable.

- Eidan servirá.... - le respondió al gorg sin mucho interés. Ya había alguien más interesante con el que charlar mientras esperaban. - ¿Tendremos que esperar mucho para conocer la razón de nuestra misión?

Tras mirar con estupefacción y admiración las mariposas luminosas hizo un gesto amable para la presentación con un: -Encantada. Y le alargó la mano a Althea para poder tener el placer de iniciar esta amistad. Le pareció que la historia personal tenía ciertas similitudes con la suya, ya que, ni en su tierra ni lo que esperaba ella misma para si, luego eligió carrera y por fin pudo sentirse a gusto con sigo misma. 

Si, aun tengo mucho camino que recorrer en el juego de poder- La joven irguió la espalada cuando el resto se acerco, fue presentándose y asintiendo cuando se la nombraba. Se sorprendió de la facilidad que tenían para hablar sobre sus vidas y su pasado ¿Solo lo había pasado mal ella? Unas palabras captaron su atención -A mi me encantaría asistir a Argien Llagia y poder bailar allí- Avanzo un paso sin pensarlo, subió sus mofletes y una enorme sonrisa apareció en su rostro. Un pequeño silencio se creo, solo duro un segundo pero fue lo suficiente para que Kyria reculase. Le hubiese gustado realizar un giro sobre si misma, levantar la mano y comenzar a bailar allí mismo pero no se atrevió.
Se odio a si misma por no atreverse, ella bailaba bien, le gustaba y en mas de una ocasión lo había hecho cuando no era el mejor momento.
Si, la tierra de la arena es mi hogar...- Ya había metido una vez mas la pata o eso creía -Tu cabello es también del color del fuego ¿Es común fuera de Pyrovia?

        - Es un verdadero placer conocerlas señoritas, muchas gracias por el generoso consejo señorita Ghazali.   Aunque comparto su sentido de discreción, por favor permítame recomendarle señorita Farah tratar de ser un poco más paciente, ya que los tiempos no son tan prontos para todos, espero que no se retrase tampoco la explicación para poder concentrarnos en el tema, pero mientras el placer de la compañía me parece suficiente por el momento -    Responde el capitán Namor a la ansiosa Aristócrata Ignis a quien le sonríe diplomático, mientras que mira de reojo al otro par de bellas chicas, respondiendo a la segunda que parecía ser menos reservada:

        - Para mí sería un agradable gozo acompañarle por cierto tiempo en el camino del poder si tenemos la oportunidad de coincidir, pero aún más el de acompañarle bailando en Argien Llagia u otro bello lugar como donde nos encontramos ahora señorita Kyria

El siervo mostraba complacencia en la presencia de los agentes, quienes presentaban peticiones razonables y fáciles de atender. Tradicionalmente, la bebida se empleaba para desinhibir el diálogo y propiciar conversaciones fluidas y sinceras. Sin embargo, en esta ocasión, los invitados demostraban una actitud amistosa y un genuino deseo de establecer una conexión mutua lo cual, mejoraría su desempeño en equipo.

- No ha de faltar mucho para que sus Señorías sean informadas. - comentó como si esa responsabilidad no recayese en sus hombros - El sol está casi en su cenit.

Con paciencia, esperó mientras las conversaciones fluyeron, creando un ambiente que permitía a los presentes ubicarse en las gradas, en tanto él mismo adoptaba una posición de humildad en el centro de la sala.

- Si me prestan atención... - un ahogado quejido del fondo de su garganta interrumpió el discurso, como si una mano gélida le estrujase la garganta contando su respiración.

Los ojos del gorg se entonaron en blanco y la cabeza se estiró hacia atrás quedando Eidan con la boca abierta y mirando al techo de la sala.

- Saludos mis Agentes, Voluntad y Mano ejecutora del Consejo. - entonó con una voz ajena y poderosa. Indudablemente femenina, cargada de autoridad y firmeza. Soñaba con claridad a pesar de la reverberación que producía la voz del propietario original, muy por debajo, como enterrada en el finde de un profundo pozo.

- La paz ha sido una vez más perturbada por los rebeldes y se os pide que actuéis sin compasión contra ellos pues sus crímenes son imperdonables. - ni se presentó ni parecía tener intención de hacerlo porque no lo necesitaba. Era la Voz del consejo y contra sus órdenes no cabía la réplica. De los presentes, quien además estuviese familiarizado con la magia mental de los norteños podía identificar de qué se trataba.

La mente de Eidan había sido dividida (voluntaria o por la fuerza) y ahora se encontraba literalmente en poder de otra persona quién, sin importar la distancia, era capaz de adueñarse de su cuerpo para convertirlo en su marioneta.

- Un hechicero de Pyrovia llamado S'hagin ha sobrepasado su libertad colaborando con los rebeldes, compartiendo con ellos secretos de la alquimia que nos ponen a todos en riesgo. Destruir a ese brujo, sus aliados y todo rastro de conocimiento. Esa es la tarea que se os encomienda y para lo que habéis sido convocados.

El hombre poseído los miraba fijamente desde sus ojos lechosos sin pestañear, aguardando el asentimiento de los agentes y las preguntas que de seguro rondaban sus mentes tras la noticia.

Liska decidió quedarse pegado junto a Dragomir, el zorro parecía empezar a sentir abrumado por la cantidad de gente creciente que se iba acumulando, aunque reaccionaba positivamente a las atenciones de Althea a la que ya conocía. Por su parte, el elurtuano seguía tomándose con tranquilidad la situación, pero se sintió satisfecho al ver que las presentes empezaban a animarse a dar algo más que largas miradas silenciosas.

—Encantadísimo —movió la mano desde su asiento del que había hecho su feudo —. Ya puedo poner nombres a las caras, eso es bueno. Pero no tengo ninguna presentación tan imponente como los presentes. Dragomir, oveja negra de los Ledovy de Elurtua. La decepción de la familia —saludó distraído, con una sonrisa arrebatadoramente burlona, pero sin darse importancia. Antes de que la conversación prosiguiera, la Voz tomó el control de su anfitrión.

—Que conveniente.. —musitó desconfiado, le desagradaban esa clase de posesiones, pero no exteriorizó más que una mera mirada de suspicacia. 

A medida que recibían las instrucciones, Dragomir echó una mirada a las pyrovianas presentes sin decir nada. Para cuando las instrucciones acabaron, alzó la mano para preguntar.

—¿De qué crímenes imperdonables estamos hablando, Su Excelencia? —disimuló el tono burlón. Dragomir era inconformista, pero no imbécil. Bueno, no lo era a veces.

La reunión estaba tomando forma a medida que accedían el resto de los convocados. Más pronto que tarde el gorg cedió su cuerpo para realizar una locución poco agradable. No era la única que sentía incomodidad al ver como se usaba la magia de control para demostrar poder y sobretodo indiferencia hacia los invitados. Quizá Farah se había hecho ilusiones de conocer personalmente a algún miembro del Concilio y eso es lo que más le causaba desagrado. Probablemente tenían asuntos más importantes que atender en otra parte del mundo, pero eso no hacía más que acentuar el hecho de que eran novatos y por mucha premura que pareciera haber, se trataba de una misión menor para ponerlos a prueba.

— Supongo que se nos darán más detalles sobre la localización más exacta de ese brujo al finalizar, así que me centraré en lo que verdaderamente importa.  — dijo antes de aclararse la garganta. — La información que se ha revelado es precisamente lo que no queréis que se expanda. Pero, como bien sabéis, cualquier secreto una vez revelado, no puede volver a ocultarse del todo. La información es como el humo que se filtra por las más pequeña grietas. Podemos aplastar al brujo, a sus hombres y a los rebeldes, pero jamás sabremos si sus secretos viajan ahora en misivas a cualquier otro lugar recóndito, lejos de las arenas.

            - ¡Buen día poderosa dama misteriosa, soy el capitán Namor!    Me siento al mismo tiempo dichoso por escuchar su voz y muy triste por no poder admirar su figura bella, alta y poderosa dama del consejo y le quedaría muy agradecido si también se presentara con nosotros por temas de civilidad y seguridad y en cuanto a lo que ha preguntado mi camarada Dragomir supongo que para nada pone en duda la acusación del crimen que significa facilitar privilegiado conocimiento a grupos rebeldes del consejo, más bien dicho:  ¿Si hasta ahora se tiene alguna idea de que tipo de conocimiento de alquimia se les ha enseñado?  -       Tras escuchar y mirar Namor la reacción del pendenciero Ledovy juzgando o descalificando la acusación que hacía ante una poderosa miembro del consejo de magia, rápidamente trato de endulzar su oído, tratar de asegurar su identidad, tratar de explicar porque era muy importante que se escatimara en facilitarles toda aquella información necesaria para llevar a buen puerto la tarea encomendada  

           - Por supuesto que sabremos llevar a cabo vuestra tarea asignada como es debido, sin embargo y como ha comenzado a sugerir la también bella e inteligente noble de Ignis para este caso igual ms importante que la frialdad y contundencia de nuestras acciones es primero poder recopilar toda la información que hasta ahora podrían facilitarnos acerca del brujo S'hagin, quienes de los rebeldes son con los que se ha reunido. desde hace cuándo, por última vez en donde y el tipo de conocimientos de alquimia que les ha facilitado y después podríamos aproximarnos de incógnito, tal vez en un par de grupos para asegurar a todos los implicados, la información transferida y sus planes para el futuro.    Tal vez uno de los grupos podría buscar aproximarse con un trabajo de inteligencia a Shagin y el otro a los rebeldes involucrado o a su líder

Amlda no tenía nada más que añadir. Otros hacían las preguntas para obtener los datos que pudieran necesitar, pero, estaba claro, que si magos eran, poderes convinados tendrían que usar para encontar el objetivo asignado. Como le habían enseñado en el tempo, con el puño en el centro del pecho, hizo una reverencia, y esperó cualquier otro movimiento del grupo, dato ofrecido o información.

La monja esperaba solo que les ofrecieran un transporte, para poder cumplir pronto con lo que tenían que hacer, pero.... no tenía esperanza en ello.

Hablaron de poder y una vez más Althea torció el gesto, pretendiendo saborear la bebida, miró atenta su reflejo en el líquido y no dijo nada al respecto.

Más bien sonrió levantando los ojos hacia las dos muchachas de las tierras calientes, Kyria y Amlda.

Le agradaban.

Iba a contestarles a ambas cuando finalmente el poder que los convocó se hizo presente.

Ahora sí que Althea le dió un trago largo y tendido a su bebida procurando no rodar los ojos. Puro alarde y demostración de poder, cualquier druida podía hacer lo mismo con los animales, y después de todo los seres humanos no eran más que animales también; incluso un buen mentalista podría hacer más.

Llegaron las explicaciones sobre la misión encomendada, luego preguntas y una sutil desconfianza de parte de quienes hablaban.

Estaba claro que si la dama del Consejo hubiera querido mostrar su rostro ya lo habría hecho y verificar su nombre daba igual, un nombre no significaba nada; Althea dudaba que nadie que no tuviera las credenciales necesarias pudiera apropiarse de la mente del gorg que servía en Pluma de Quiscalus.

Pero esta vez la parlanchina verdiana mantuvo la boca cerrada formulando sus propias deducciones.

Las bellas tierras de Elurtua tenían un muchas virtudes pero un sólo defecto, su clima. Euphemius por más que lograra moverse con comodidad aún cuando la helada paralizaba a las bestias de piel gruesa, no podía sortear de frente los fuertes vientos gélidos que debía atravesar si quería ascender a las nubes sobre la montura alada que vino en su búsqueda. Por fortuna sus prácticas de equitación y su fuerte conexión con los animales le permitió guiar al Grypharcos sin que se estrellasen contra uno de los picos nevados, y su dominio del viento hizo posible que volasen por encima de las nubes que ocultaban el sol en su tierra natal. Lo que no pudo hacer es llegar a tiempo.

Aterrizó en la isla que se alzaba en lo alto del cielo, conocida por los eruditos como Pluma de Quiscalus. Un sitio formidable que contempló desde el aire antes de descender. En la entrada ya no había nadie, atravesó una gran puerta y se abrió paso hasta dar con un sirviente quién le comentó quienes habían llegado antes y le indicó dónde lo estaban esperando.¹ Con prisa caminó hasta la sala y llegó justo para contemplar cómo un hombre  era poseído y les hablaba con autoridad.² Las palabras provenían sin duda de una poderosa maga y clamaban por hacer justicia, al parecer todos los presentes eran agentes del consejo y eso le dio la confianza para acercarse al grupo.

- Mi señora, la voluntad del Consejo será llevada a cabo hasta las últimas consecuencias - dijo en voz alta inclinando su cabeza en dirección al hombre poseso - Mi única inquietud es hasta qué límite nos es permitido actuar para extirpar esa corrupción - había muchos modos de castigo y no sabía hasta dónde estaba dispuesto a llegar el Consejo en ese asunto.

Luego se dirigió a los demás que estaban presentes, había memorizado los nombres que escuchó en boca del sirviente, pero no podía conectarlos con los rostros que veía a excepción de uno que sí reconoció. - Me disculpo ante todos vosotros por mi demora, soy Euphemius de Beltzashuria, y es un honor para mi estar junto a otros agentes de la magia leales a nuestro amado Consejo - dijo con una formal reverencia, cuidando los modales que tan importantes eran en Elurtua. 

Se incorporó y tras observar en detenimiento los rostros de cada uno se detuvo en el de un hombre - Señor Ledovy, el paso del tiempo le ha sentado bien, me da gusto volver a verlo - sus palabras sonaban amables y carentes de ironía, pero si pensaba realmente lo que decía o albergaba otras ideas en su mente, era algo que Dragomir aún no tenía modo de saber.

La siniestra figura en que el bueno de Eidan se había convertido dirigía la mirada más allá de los rostros de magos y magas que allí se encontraban. Pudiera tratarse de un reflejo de los movimientos de la titiritera o, que estuviese viendo algo que para ellos resultaba invisible. Las cuestiones que plantearon eran las esperadas lo cual la satisfizo , mostrando una sonrisa dentada en el rostro ajeno que recordaba a cualquier cosa salvo una sonrisa amistosa. Antes de responder se volteó hacia el rezagado de un modo extraño, ladeando la cabeza de forma que los largos cabellos canos del hombre cubrieron una parte de su rostro.

- No es propio de ti llegar tarde Euphemius. Tal vez estés perdiendo facultades. - en su voz compartida se dejaba escuchar una amenaza latente. - Sus crímenes son de lo más variado si tanto le interesa. - prosiguió centrándose en Dragomir – Los mayores: traición y atentados contra el Gobierno. La sentencia ha sido dictada ya, muerte tras tortura.

No es que la justicia careciera del concepto de “tribunal” o “defensa legítima” simplemente, se obviaban en los casos que los soberanos así lo estimaban, lo cual últimamente era más habitual de lo que debería, siendo francos.

- Los componentes que suele utilizar se encuentran en el interior de los bosques de Verdonia. Suponemos que sus allegados siguen allí, realizando los envíos donde quiera que los necesite S’hagin para elaborar sus brebajes. ¿Qué magia encerrada y disponible podrían desear los Rebeldes de un piromante? Explosiones para aterrorizar a la población, ácidos capaces de fundir la roca y metal de sus celdas o permitirles entrar en lugares prohibidos, gases tóxicos que paralicen o asfixien al mago impidiendo que conjure, sombras que los envuelvan convirtiéndolos en asesinos invisibles y silenciosos.

Hizo una pausa observando primero al Capitán y luego al resto, esperando que se hicieran una idea aproximada de a qué se enfrentaban. Dependiendo de la violencia de los rebeldes, el uso indiscriminado de la alquimia podía causar la muerte masiva de inocentes, tanto magos como plebeyos. Sin contar lo peligroso que resultaba de por sí ese tipo de poder en manos torpes y mentes inexpertas.

- El dónde y cuándo es otro cantar. En su arrogancia se han atrevido a publicitar su siguiente atentado dentro de unos días, durante el kontratazioa, con intención de privarnos de nuevos linajes mágicos.

Desde siempre han existido magos y magas en busca de alumnos a los que trasmitir sus conocimientos, sobre todo al llegar a cierta edad donde los caminos pesan y la memoria es traicionera. En particular fue en Elurtua donde se institucionalizó como práctica anual el reclutamiento obligatorio de infantes que demostraban poseer dones para la magia. De ahí se extendió a todo el Imperio y cada cual la ejercía a su modo. En ocasiones se compensaba económicamente la ausencia del menor a la familia y otras veces, los padres, abuelos y hermanos eran eliminados de la ecuación para que al novicio solo le quedase el Consejo como hogar y familia.

- En cuanto al límite de su actuación y jurisdicción: Roanoke.

Sentenció con solemnidad. Una palabra con diferentes mitos tras de sí pero una sola interpretación.

Era el nombre de una antigua colonia que aparecía y desaparecía de los registros históricos sin conocer su paradero exacto. El relato de los arqueólogos y exploradores hablaba de cómo de la noche a la mañana varios centenares de personas y su población habían sido borrados del mapa. La propaganda Rebelde hablaba de un exterminio por parte del Consejo para ocultar sus macabros experimentos. Otras leyendas hacían referencia a un cataclismo por el uso caótico de la magia.

Para el caso, significaba que en esta misión tenían permiso para usar cualquier medio y eliminar cuanto estimasen necesario con tal de proteger los secretos de la magia y acabar tanto con S’hagin como los terroristas.

- Pluma de Quiscalus se dirige hacia las señas de la amenaza, pero ustedes deciden si acudir allí o tomar otra vía de acción.

Después de tan larga exposición aguardó nuevamente en silencio, mirando con los ojos lechosos del anciano.

Euphemius sintió la fuerza de la misteriosa voz calando en sus huesos, de inmediato se inclinó hacia ella - Reitero mis disculpas ante todos vosotros. Debo admitir que subestimé la fuerza de los vientos gélidos en las cimas de las altas montañas y sobrevaloré mi pericia con las monturas aladas, pero os aseguro que no volverá a ocurrir mi señora - dijo en respuesta con solemnidad.

Se mantuvo en la misma postura inclinada pero elegante, mostrandole respeto como autoridad sin perder su propia compostura, mientras escuchaba en silencio los detalles de la misión. El tema era sumamente serio y peligroso, pero una media sonrisa se dibujó en su rostro cuando escuchó la palabra "Roanoke" en respuesta a su pregunta. 

Cuando terminó el discurso se incorporó - Desconozco los detalles de las áridas tierras de Pyrovia, pero tal vez alguien de los presentes conozca mejor la región como para orientarnos. No tengo dudas que el destino hacia el que se dirige Pluma de Quiscalus es el más acertado para dar inicio a nuestra búsqueda, aunque me permito agregar tanto al bosque de Verdonia como a la ciudad en la que se llevará a cabo el kontratazioa como sitios complementarios apropiados para comenzar a ejecutar la voluntad del Consejo - había entre ellos varias mujeres de cabellos rojizos, tal vez fuese un mito pero solían relacionarse con el fuego latente en las tierras de Pyrovia y era posible que tuviesen una idea más clara que la suya sobre el lugar.

Con la información revelada podían hacerse una idea de cómo avanzar con la limpieza de la escoria rebelde, seguramente habría distintos modos de encararlo y Euphemius opataría por los más discretos y letales para evitar escándalos y solucionar el problema de raíz. Pero algo más daba vueltas por su cabeza - Tengo otra pregunta, su eminencia, puede brindarnos más información acerca de S'hagin? - Su apariencia, su lugar de origen, su historia con el Consejo, el último lugar en que se lo vio, o sus habilidades mágicas además de la alquimia podía ser información muy relevante a la hora de decidir dónde y cómo comenzar. 

Mi tierra… Nadie mancharía su nombre— La joven escuchó con atención y no pudo disimular su mirada hacia la mujer que compartía origen con ella. Se llevo la mano al pecho y realizó una inclinación de cabeza — El consejo habla y yo actúo— No importaba el motivo, daba lo mismo quien fuese, la razón no se tenía en cuenta, Kyria ya tenia una orden y carta blanca para utilizar su poder. Limpiaría el nombre de su tierra y esa determinación se mostraba en sus ojos. Joven e impetuosa llegaría hasta el final para cumplir la voluntad del consejo y sólo una duda le asaltó aunque no era el momento de exponerla.
Los allí presentes realizaron preguntas más que acertadas y ella sólo quería partir ya para comenzar la cacería