Partida Rol por web

Recuerdas haber leído una vez acerca de una secta que invocaba demonios al plano material, los mataba para enviarlos de vuelta a su plano de existencia, y con una serie de hechizos de restricción mantenian la esencia de dichos demonios atada al plano material, separando así el cuerpo físico de la esencia del demonio. Esa "esencia" podía desplazarse libremente por el mundo material como si las leyes físicas no se le aplicaran.

Vale, haremosss lo sssiguiente. Niveka y Sssuara, id a arreglar los engranajesss. Essstad alerta y sssiempre bien iluminadasss. Menelpar, Sssskronch, y yo avanzaremosss por el passsillo - Axelos recita unas breves palabras en un idioma que desconoces y su bastón se ilumina con un resplandor azulado -. En marcha.

Con cautela salís del almacén, iluminados aún por las bolas llameantes de Suara, y sin mediar palabra las dos mujeres regresan por donde habeis venido, llevándose consigo los orbes. Os quedais iluminados por la tenue luz que emite el bastón de Axelos. Nuevamente avanza Skronch a la cabeza, seguido por el dragonborn, y contigo en última posición, vigilando la retaguardia.

Avanzáis por el pasillo hasta que éste tuerce a la derecha. Y allí no encontráis más que una especie de medallón incrustado en la pared, destrozado por algún tipo de golpe contundente.

Me acerco a analizarlo para averiguar de que material es, como se ha roto y si está conectado a algo, mirando la pared. Cuando termino, cojo si es posible los cachos y me los guardo.

El medallón, forjado en plata y amatista, está anclado a la pared, y separarlo o llevartelo parece tarea imposible. A la tenue luz de Axelos logras encontrar esparcidos por el suelo todos los fragmentos de amatista que componen la gema central y los guardas en tu bolsillo. Claramente el medallón no tiene nada que ver con rituales religiosos. Más bien parece estar relacionado con algún tipo de hechizo, pero la magia como tal nunca ha sido tu fuerte. Al fin y al cabo, si algo mágico o sobrenatural debe ocurrir, serán los mismísimos dioses quienes así lo dispongan.

Le llevaré las amatistas estas a Suara a ver si reconoce algo. Pero no puedo admitir que es porque yo no tengo ni idea.

- Yo no veo ninguna pista por aquí. ¿Axelos? ¿Skronch? Cuando queráis volvemos a la puerta metálica.

No parece que essste passsillo lleve a ninguna parte - murmura Axelos palpando las paredes -. Si, regresssemosss con lasss chicasss.

Desandais lo andado por el pasillo y entrais de nuevo en el hall, donde cuatro bolas llameantes iluminan a Suara sentada frente a los engranajes y a Niveka vigilando con aspecto algo más relajado.

Me acerco a ellas echando un vistazo si el resto del lugar sigue igual. Medirijo primero a Niveka con cara amistosa:

- ¿Ha funcionado? - Me vuelvo a Suara con un tono mas serio - Oye, hemos encontrado un medallón destruido en la pared. Te traigo los restos rotos de la amatista que contenía para que contrastemos lo que pensamos que puede ser.

Cojo del bolsillo los cachos y se los ofrezco estirando el brazo y abriendo la palma de la mano.

¿Un medallón y cristales de amatista? Si el medallón estaba forjado en plata creo que es más que evidente de que se trata - te dedica una larga mirada para contrastar si en realidad no tienes ni puñetera idea de qué es. Se encoge de hombros y devuelve su atención a los engranajes -. Ese amuleto permite vincular un guardián escudo a una persona o lugar. Si el amuleto está roto significa que el guardián del templo no puede activarse, y eso explicaría por qué el templo está en este estado. Vale, esto ya está. Niveka, querida, trata de levantar el portón de piedra.

Con un crujido de nudillos como afirmación, Niveka planta sus manos sobre el portón de piedra y con fuerza titánica comienza a desplazar el pedrusco lentamente. 

Mover este mamotreto me recuerda a cuando mi hermano Vaiken se quedaba dormido en la taberna y tenía que arrastrarle hasta su cama... Qué poco aguante tiene el pobre.

Tras desplazar la puerta, se os presenta un nuevo pasillo, nuevamente oscuro como boca de lobo.

- Adelante pues - Avanzo pasando junto a Niveka y a su altura apoyo levemente mi mano en su hombro - Buen trabajo -  y lke dedico una sonrisa. - Se nota que portas la fuerza de Helm.

Me asomo por la puerta mientras espero a Suara que se acerque con su luz. Si tarda lo más mínimo le lanzo una mirada acusatoria para que se de prisa en su labor.

Tengo que acabar con ese demonio ya, los dioses se están impacientando. Noto como sus miradas se clavan en mí.

Sin previo aviso, sientes como si te desgarrasen el cerebro y gritas de dolor. Sudores fríos invaden tu cuerpo y el pulso te tiembla por momentos. Te palpas la cabeza, pero no hay heridas físicas, aunque el daño parecía muy real...

- ¡¡¡AARRRGHHH!!! - Me arrodillo de dolor y me palpo la cabeza. Miro a los lados buscando el origen del daño.

Cuando veo que solo están mis compañeros me vuelvo a poner de pie con un claro gesto de haber sufrido dolor.

- Algo me acaba de atacar psiquicamente, esto se está poniendo feo. - Mientras vuelvo a encender mi lámpara - Creo que no deberiamos andar por la oscuridad.

Me vuelvo a tocar la cabeza y las heridas que me han hecho los bandidos. Me giro a Axelos y le digo:

- Axelos, ¿podrías hacer algo para curar todo esto? Aunque podría continuar, mejor ser cautelosos y no exponer puntos débiles al enemigo.

Me giro rápidamente a Skronch como si me hubiese venido una idea a la mente de repente.

- Por cierto Skronch, ¿tu has llegado a ver algo en la oscuridad?

Con semblante serio y gesto afirmativo, Axelos se acerca a ti. Sus manos emiten un breve resplandor azulado que, al contacto, sientes como refrescan tu mente y tus heridas. Mientras, Skronch aplaude y chasquea.

Algo. Atravesar. Pared - canturrea el pajarito del semiorco.

- Gracias Axelos, me siento mucho mejor. Y... Skronch ¿No has podido ver algún detalle, lo que sea, de la criatura? ¿Cuantas extremidades tiene? ¿Vuela? ¿Es etereo? ¿Color? Lo que sea.

El semiorco niega lentamente con la cabeza a cada una de tus preguntas.