Partida Rol por web

De los mismos elementos comienzaron a surgir enemigos alrededor de Andet. Sin embargo algo lo alertó, permitiéndole actuar con una presteza inusitada. Una sensación de que la muchacha ardiente se comunicó empáticamente con él lo invadió de repente. Aprovechando su estado actual, el mago se movió entre las ruinas, buscando un lugar seguro.
Cuando se apoyó contra el muro, percibió que Eva se encontraba todavía intentando dilucidar que era todo aquello. Fueron unos instantes muy breves, pero pudo percibir que se encontraba en potencial peligro allí, pues había elementales todo en derredor.

Entre las casas (o lo que quedaba de ellas) había un buen sitio para intentar frenar a los enemigos y obligarlos a esquivar un asalto frontal.

Los labios del hechicero comenzaron a recitar una antigua fórmula arcana, el muro ilusorio; un sortilegio que bien usado podía cambiar completamente el flujo de una batalla.

No había terminado de pronunciar las palabras de poder ni de realizar los gestos necesarios, que una pared de roca y metal surgió bajo sus pies con un estruendo, rompiendo el suelo y elevándose hasta una altura de seis metros. El alcance del conjuro le permitió dejar a Eva dentro de él, era su intento de protegerla.

Los elementales de gravilla y uno de los brutos de magma son los primeros en mover y acercarse. Solo uno de ellos alcanza a golpear a Sizzly, causándole unos rasguños menores.

Uno de los zancudos de magma se mueve, pero en lugar de cruzar el muro, decide trepar con suma agilidad por la pared del deteriorado edificio y prepararse para saltar sobre algún oponente mas tarde.

Antes de ser sorprendidos por los elementales la mujer había sentido algo. En situaciones normales aquellos pequeños bastardos no habrían tenido tiempo ni a tocarla, pero el bien del grupo dependía de la inteligencia de Andet cuanto antes.

Los pequeños elementales se abalanzaron sobre ella, lanzando un golpe no muy fuerte pero que la hizo enfurecer mas que nunca. Apretó los dientes de rabia contenida.

Lenguas de fuego la rodearon y una brisa caliente empezó a salir de ella. La única diferencia tras esta ola de magia candente fue que en lugar de fulminarlos con un hechizo de fuego abrió una grieta interdimensional, invocando a una de las criaturas que tenía sometida, una bestia formada por músculos y fuego.

-No te contengas cachorro, quema y devora. -Ordenó, aunque no había ninguna necesidad de hacerlo, formaba parte de sus instintos primarios.

La bestia exhalo un aliento de fuego que cubrió a los dos elementales de tierra, quemando todo lo que tenía justo delante. En aquel momento no estaba claro quien de los dos disfrutaba más de liberar el estallido de fuego, si la bestia o su dueña.

La grieta elemental continua latiendo y pequeñas fuerzas elementales salen a su alrededor barriendo el suelo. La realidad parece distorsionarse a medida que el tiempo pasa y la voz de la mujer gigante se hace oir por encima del barullo de la batalla.

-No sois ese viejo molesto. No se quienes sois pero no importa. Habéis llegado tarde, pues nuestro deber ya se ha cumplido.-

A sus palabras la grieta late de nuevo emanando fuego, frío y relámpagos por igual.

Las voluntad del ilusionista se convierten nuevamente en realidad, a través de sus palabras mormuradas al orbe. Un infranqueable muro aparece de la nada para bloquear el paso a unas criaturas que parecen confundidas por el cambio en el campo de batalla. Los rumores no eran mentira. Es bueno... Pienso para mi misma sin darme cuenta que se me escapa una sonrisa oculta detrás la máscara.

Retrocedo para cubrirme en la ilusión y obligándome a buscar un nuevo objetivo. Detrás de mi estallan fuego y cascotes cuando un sucio can es llamado por Sizzly. Céntrate. La enorme masa de roca y magma que asoma por la grieta es mas importante.

Concentro la fuerza en la mano. Lenguas de fuego rodean mi brazo y la daga que sostengo entre los dedos. Acabo lanzando al un fugaz corte en el aire que se proyecta sobre el caparazón de rocas. Abre pequeñas grietas, pero sin mucha relevancia sobre la criatura. 

Dayereth se desplazo hacia una posición en la que pudiera servir de algo a sus compañeros. Cerca de la bestia de Sizzly, canalizo el poder mágico en su arma y arrojo esta como una lanza contra el cuerpo del primer enemigo a la vista.

No tuvo que esperar demasiado pues al impactar esta, regreso a su mano con parte de la sangre de la bestia. 

Dayereth no se percata de la naturaleza insidiosa del can del infierno que ha invocado Sizzly. La criatura es una creación del mal y no solo exhala fuego por sus fosas nasales si no que su cuerpo exuda fuego y azufre por igual.

El eladrin recibe leves quemaduras por su despiste que le recordaran no volverse a acercar al can en próximas ocasiones.

Uno de los brutos de magma avanza con presteza alrededor del muro sin percatarse que es una ilusión.

El muro surge efecto, por supuesto. Esas simples mentes eran tan maleables que no presentaban ni siquiera un desafío interesante. Me muevo a lo largo del muro, observando a las criaturas hacerlo en dirección contraria. ¿ Donde vas pequeña caperucita ?. El bosque es un lugar muy peligroso para ir sola. Levanto la mano con el orbe por delante de mi cara. Imágenes distorsionadas de la realidad se reflejan y alteran cuando pasan a través del cristal.

Jugando con los hilos de su mente, puedo hacer que de la nada se levante un mortífero torbellino de viento y hielo. Enormes cascotes de rocas heladas vuelan por el aire, arrasando con el campo de batalla. Congelando, despedazando y destrozando todo cuando encuentran a su paso.

El hechizo de andet deja apresados en sus pesadillas a uno de los brutos de magama y su lacayo de gravilla. El otro brute sale corriendo por el hueco de la pared dejando marcas charruscadas y lanza un poderoso golpe al can infernal que casi lo destroza.

De repente una criatura estilizada y extraña cae del tejado de detrás del grupo, con su caída una lluvia de fuego inunda el campo de batalla y el calor se propaga rápidamente. El zancudo de magma lanza un mordisco lleno de fuego hacia andet pero el mago puede esquivar el ataque a tiempo.

Cuando el perro infernal recibió el golpe fue Sizzly la que se estremeció. En ese momento el vinculo con la invocación era fuerte, sentía la respiración de la bestia y su ira reprimida como si fueran de ella. La simbiosis fortalecía sus poderes pero a un alto coste si la criatura era destruida.

El can salto a un lado, obedeciendo la voluntad de su dueña para franquear junto con el eladrín, mientras que Sizzly empezó a formular una explosión de fuego entre la abertura del muro, intensificado con la furia del monstruo.

El zancudo que sizzly atacó se pone a correr y pasa por encima de la grupo del bruto de magma, su paso es alocado y sin defensas, exponiéndose casi adrede ... una vez situado al lado de Dayereth, lo intenta morder con una dentellada de fuego. El Eladrin intercede su arma para tirarlo hacia atrás, pero lo único que consigue es que la criatura tenga un blanco mas fácil para morder.

Después de eso y con energías renovadas, el zancudo arranca en una carrera hacia Andet, pero el mago lo ve venir y evita la mordedura del zancudo.

Al otro lado del muro, la brecha elemental sigue latiendo con fiereza dejando caer todo tipo de energia elemental. Las risas de la shaman pueden escucharse resonar entre las ruinas con cada latido.

De repente una explosión ocurre enfrente de Sizzly y su can infernal salta por los aires con la caja torácica reventada y humeante. -Bonito chucho.- Masculla la sonriente shaman detrás de la pared.

Cegada por la sangre de los ojos, percibo el campo de batalla como un entrópico baile de luces y sombras. De difusas siluetas que se desvanecen con la distancia. Pero a pesar de ello no escapa a mis sentidos el estallido de roca, fuego, carne y huesos.
Y es que cuando empiezan a llover pedazos de can infernal por los aires y la mascara oculta la sonrisa. Púdrete. Mustió cargada de odio hacia esos seres. Aunque antes de que pueda seguir regodeándome con la imagen de esa criatura hecha pedazos, un par de enormes moles de fuego caen delante mia.

El primero ha saltado por encima de mi cabeza, desde los tejados y el otro ha cruzado el campo de batalla con pasmosa velocidad por el tamaño que tienen. Pero no soy yo quien atrae su atención. El pulcro hechicero de las falacias les parece un objetivo mas relevante.

Siento el ardor emerger de mi pecho. Una punzante e incesante agonía lucha por salir, abriéndose paso por la carne y los huesos. Los músculos de mi cuerpo se tensan con tanta fuerza que la piel se resquebraja a la altura de mi cuello. Tu también morirás chillando. Me digo a mi misma con los dientes tan apretados que hacen mis palabras incomprensibles. 
De repente libero todo el dolor del cuerpo con un grito y una explosión de fuego negro y pozoñoso me rodea, envuelve y consume todo cuando alcanza.
Cuando las llamas desaparecen no dejan mas que un rastro de hollín en el suelo y grotescas quemaduras a mis víctimas.

Ahora desde el tejado de una de las casas, mi panorama de la batalla resulta mas claro.

Las llamas han desaparecido, cauterizado la herida de mi cuello, pero en su lugar unas oscuras hebras negras nacen en mis manos y bailan vivas y hambrientas que nunca.
El siguiendo golpe lo dirijo contra las mas cercana de las criaturas. Los hilos de dolor se expanden como un rayo hasta alcanzar, estrangular y sesgar  a la desafortunada criatura.