Partida Rol por web

Busque un mechon de pelo alque acariciar, aunque llevaba la mano enguantada y no podia obtener el tacto del pelo la posición y el gesto me relajaron unos segundos:

-No puedo aportar nada mas de información que la de mi compañero, pero me parecio ver una fuente que manaba en un lado, podria ser el efecto del agua al caer u otra cosa, no me parece importante pero no había mucho mas- dije posicionandome nuevamente -hay que actuar prestos- dije mirando al señor de las runas y luego al barbahierro, evitando cruzar la mirada del músico -sabemos por donde tenemos que ir y somos mas numerosos que ellos, solo hay que ser sabios y quizás mas tarde arreglar este Dammaz*-  rumie la última palabra como si me estuvieran poniendo un hierro ardiendo sobre el cuello y aguantara el dolor.

La rabia le recorría las venas. Era consciente de que había cometido un error fruto de su inexperiencia e ímpetu, pero quería arreglarlo. Era eso, o perder su barba, y deshonrar a su familia. Por ello se acercó al barbahierro y le susurró:

- Se que he cometido un error, muy grave además. Pero estaría dispuesto a sacrificar mi vida por el resto con tal de no deshonrar a mi familia. Si hay algún cometido, por muy peligroso que fuera, por muy imposible que sonara con tal de ayudar al buen desenlace de la misión, estoy dispuesto. 

Por la mejilla derecha y mientras hablaba al Barbahierro, una lágrima de rabia caía. Y lo que suponía esa lágrima, pesaba mas que cinco armaduras pesadas. Estaba dispuesto a todo con tal de compensar su gran error y no acabar como un errante hasta encontrar su muerte.

Se limitó a andar y andar siguiendo el paso del resto, aguantando miradas de desprecio de manera estoica, sin casi atreverse a mirar a su hermano de la verguenza y responsabilidad que sentía.

Por suerte Kurdrim descargó toda su mala baba contra el músico en lugar de centrarla en mi.- Si no quieren oír disparos que no traigan ingenieros.- Pensé para mi mismo parafraseando un dicho local.

Escuché con atención las palabras de los exploradores, conforme hablaban mi ira iba en aumento, aquellos seis unbaraki que habían traicionado a toda su raza, que habían vendido su alma al caos se atrevían a pisar los túneles escavados bajo nuestra Karaz.

Deberíamos acabar con ellos e interrumpir lo que sea que estén haciendo antes de que lo terminen.

Levante los brazos con las palmas hacia afuera y digo:- Quietos!, solo han visto a 6, y ninguno con armas de fuego, cuando yo he oído dos disparos de sus odiadas armas, eso significa que hay más por hay con esa fuerza mágica, quizás en los túneles y estos estén protegiendo una entrada o una salida.
Luego mirando al minero y le pregunto:- Esto te suena?, y sin dejar que responda termino por decir a Kurdrim:- Hay que moverse, esa magia me ha localizado y sabe donde estoy, puede que pueda ocultarme de ella en otro lugar, pero no aquí, hay que moverse rápido

Las noticias que trajeron los dos exploradores hizo que se me erizara la barba. Enanos mezquinos!!! Por unos instantes estuve tentado de lanzarme contra aquellos seres malvados y dañinos que tanto daño nos habían hecho. Pero el deber me obligaba a permanecer allí.

Pero de pronto algo pasó. El estandarte parecía pesar más de lo normal y sentía como si algo me estuviese apretando contra el suelo. ¿Qué maldita hechicería nos provocaba aquello? Con esfuerzo miré al Herrero, pero su semblante reflejaba la misma tensión que en el resto, lo cual dejaba claro que fuese lo que fuese nos afectaba a todos.

Cuando noté que la presión cedía respiré una bocanada de aire, sin darme cuenta que durante aquel lapso de tiempo era como si lo hubiese estado conteniendo. El sudor perlaba mi frente y miré sorprendido al Rhunki. Su expresión mostraba cansancio.

-¿Estas bien Girthal? – le pregunté mientras le tendía la cantimplora.

Luego escuche el resto del informe.

- Sabes que nada me gustaría más que destrozar a esos seres, pero si ellos ya nos han encontrado como dice el venerable Girthal el factor sorpresa lo hemos perdido. Y por otro lado, no es la misión que nos ha traído hasta aquí. Deberíamos avanzar por ese camino lateral que nos han dicho los exploradores y avanzar rápido para poner tierra de por medio… Y con ello no quiero decir que esté rehuyendo el combate!!! – Añadí mirando al resto con el ceño fruncido por si alguien pensaba que era un cobarde - ¿Qué hacemos Kurdrim?

La espera apenas duró unos segundos, pero el rostro de quienes portaban las noticias no auguraba nada bueno y, para colmo, aquella sensación de cansancio y entumecimiento se había cernido sobre mí haciendo que la coraza, el casco y el hacha pesaran como losas. La barba se me erizó al al mirar alrededor y gruñí una maldición al ver que no era el único que había padecido aquella sensación

Magia- barboté cuando observé a Girthal disipar aquella maldita brujería que se había cernido cual mortaja sobre nosotros - Bien hecho- dije mientras los dos exploradores contaban lo hallado

Bastardos seguidores de Hashut, buscando seguramente lo mismo que nosotros, y pertrechados para la guerra... sin duda eran parte de los malignos guerreros de élite de aquellos traidores moradores de las Tierras Yermas. Intenté ordenar las ideas mientras todos y cada uno de los presentes daban su opinión al respecto, creando una cacofonía digna de grobis

¡Basta!- gruñí en tono bajo, siendo más expresiva mi mirada ceñuda a través de la máscara que lo que había dicho 

Había muchas cosas que podían salir mal, en especial cuando no sabíamos cuántos de aquellos desgraciados habían en la zona; tenían armas de fuego, y uno de aquellos brujos, por no hablar de los posibles refuerzos... podíamos toparnos con una fuerza muy superior a la nuestra si nos lanzábamos a lo loco para intentar darles muerte

Pero tampoco podíamos esperar eternamente, en especial cuando según Girthal ya nos habían localizado con su maligna magia.

Fue entonces cuando Garrim se me acercó para disculparse por su error, lo cual ya acabó por desbaratar cualquier atisbo de tranquilidad

Lo que tenga que ser será. Mantente fiel a las órdenes y cumple tu cometido... ya hablaremos del resto en otro momento

Miré entonces al grupo. Estaban todos expectantes, deseosos de la venganza justamente merecida, y ansiosos por saber si finalmente tomaríamos la ruta defendida por los caóticos

Tomaremos la ruta oculta. En grupos de tres. Pasaremos sin ser vistos y nos colaremos tras sus líneas. Entraremos en su retaguardia, atacaremos a sus tiradores y a su brujo, y despejaremos la zona de esos viles seres... Un veterano irá al frente de cada grupo. Garrim y Girthal, iréis en ese orden detrás de mi, en el primer grupo. Kurgan, Thorkas y Dorg. En el segundo. Ursus, Ulrik y Bemlir en el último- dije mientras señalaba con rapidez y diligencia a cada uno en orden

Si alguno de los grupos es descubierto, el resto cargará sin esperar orden alguna. Los que hayan atravesado irán en busca de los tiradores y el brujo, el resto a por los guerreros. Atacarlos en parejas. No os hagáis los héroes. No dudo de ninguno de vosotros, pero si los matamos rápidos es menos probable sufrir heridas o que lleguen refuerzos... intentad golpearles en la cabeza, es donde es más fácil acabar con ellos... su armadura es prácticamente igual a la nuestra- expliqué con rabia mal contenida

- Una vez estén todos muertos no os quedéis quietos, buscad a siguiente objetivo y si no lo hay ayudad a vuestros hermanos. Poneos a cubierto en cuanto sea posible... no me fío de esos perros traidores 

Estaba a un paso de convertirse en un errante, y tenían un plan establecido que no garantizaba una victoria, así que, y sin nada que perder mas que su vida, se acercó a sus compañeros y les comentó su plan:

- Hermanos... Dejarme tocar el cuerno por última vez, dejarme que les atraiga a mi hasta esta posición con el cuerno mientras flanqueais. Que el ingeniero deje algún artefacto con una mecha preparada para que solo tenga que prender la misma, y volar los túneles con esos malnacidos siguiéndome, o debilitar alguna parte del túnel, y que solo tenga que darle un golpe para que éste cayera, bloqueando a esos bastardos. Seguro que si les dividimos, vosotros tendréis una ventaja que sabréis aprovechar. 

"Déjame hacerlo.... Kurdrim... Déjame honrar a mi familia o morir en el intento..."

Dicho esto se apoyó en su hacha, mirándo al suelo esperando a que los presentes decidieran algo al respecto, incapaz siquiera de mirar a su hermano allí presente.

No

Un único monosilábico. Duro. Tajante. Seco. Rotundo

Aprenderás a acatar órdenes. Arrimarás el hombro como el resto y harás tu parte - contesté a Garrim ante su petición - Es muy fácil tomar el camino rápido. Hacerse el mártir y que todo el mundo lo recuerde como un valiente que se sacrificó por el resto... eso solo ocurre en situaciones críticas y, de momento, tenemos una ruta que nos puede evitar peligros innecesarios y cumplir nuestra misión sin necesidad de dejar a nadie atrás. No me han nombrado barbahierro de la unidad para que al primer bache deje que uno u otro haga el loco según le plazca. ¿Quieres volver a ganarte a mi confianza, y tu honor por añadido? Pues compórtate como se supone que debes hacerlo y deja de gimotear

Miré al resto

Y ahora si nadie más tiene una idea genial empecemos. Tal vez no salgamos en su retaguardia, lo cual nos permitirá ganar tiempo a la par que avanzamos y así que Girthal intente localizar la runa perdida, sin necesidad de arriesgarnos... si resulta que tenemos que luchar lo haremos, os aseguro que tengo tantas ganas de hender sus cráneos como vosotros, pero no puedo dejar que el odio me ciegue y olvidarme de cual es nuestro cometido real

Pues a que coño estamos esperando, vamos ya, cada segundo que pasamos aquí se pueden estar preparando para venir, y es mejor no derruir ningún pasillo, no sea que sea justo en el que esta la runa.
Dicho lo cual saco mi martillo y apoyo la cabeza en el, a la vez que musito unas palabras ininteligibles y toco con mi otra mano la primera runa que con rapidez se ilumina levemente, giro el martillo y lo hago con las otras dos runas que al igual que la primera se ilumina levemente. Después levanto la cabeza como si de una ceremonia se tratase, lenta y pausadamente, para terminar apoyando la cuarta parte contra la frente ergida, y al separarlo termino diciendo:-Esos malnacidos verán lo que puede hacer un martillo runico en la cabeza que esos traidores.

Viendo el espectaculo simplemente solo podia esperar, mire de reojo a un lado y el otro y tuve en cuenta escuchar las ordenes dadas, después de aquellla trama el barbahierro hablo tajante. Y por mis barbas que hablo, a ver quien era el guapo que le llevaba la contraria, terminaria buscando sus huesos en el fondo de algún pozo.

Me dirigi a la entrada de la gruta, para coger ese sendero como se me había ordenado.

El grupo había discutido mas de la cuenta, valientes y cabezones había tenido su ración de hablar, pero el barbahierro cansado de tanta diplomacia hablo tajante. Ahora iban ha hacer lo que tenian que hacer, que era ni mas ni menos que lo que él les mandaba, así de facíl así de sencillo. Y no solo es que pudiera hacerlo, por tener galones para ello, y experiencias que un barbilampiño solo escuchaba en historias entre cervezas, es que pensaba ir con ellos guiandolos el primero del grupo, recibiendo cualquier peligro de cara, como un valiente.

Se dispusieron en los grupos que mando Kurdrim y este bajo el primero viendo como cada grupo esperaba su turno mientras echaban miradas furtivas al fondo del lugar. Desde su posición privilegiada, pudieron ver gracias a la claridad que manaba del propio agua, dos docenas de garrapatos muertos y destripados por grandes tajos. Del grupo de corruptos enanos no vieron nada, y el silencio del lugar era acallado por el sonido del agua al caer, una fina brisa que empapaba todo y hacia que tuvieran pequeños resbalones. A su ves un hilo de agua caia hacia una fuente de donde borbotaba agua del subsuelo. El agua corria por todos lados rebosada sin parar de la fuente y dejaba el lugar anegado de barro.

La grieta por donde bajaban era natural, pero estaba rematada con escalones y pasamanos para permitir una bajada comoda y rapida. Era muy dificil que alguien los viera desde abajo ya que muchos recobecos eran pura piedra. Aun así la debíl luz que bañaba aquel lugar era suficiente para la vista enana, sin contar con el arma del señor de las runas que iluminaba mejor el lugar limpio de escombros o hezes, pero con polvo que dejaba sus huellas.

Al llegar abajo vieron como la ruta terminaba, casi a nivel del suelo, aun así había que dar un salto de almenos dos metros de alto hasta llegar al chapoteante barro, y descubrir la profundidad del mismo. Desde aquella balconada oculta en la piedra podian defenderse disparando algun arma, mientras descendian uno a uno. Les llevaria unos minutos hacerlo.

Aunque me parecía que Kudrim vivía anclado en el pasado había que reconocerle que tenía el carisma necesario para liderar el grupo y hacer que cumpliera sus órdenes sin rechistar.

Mientras esperaba mi turno para comenzar el descenso respiraba alegre pues el plan del músico no había sido aceptado y no había tenido que discutir con nadie ni negociar la entrega de mi preciada pólvora.

Al llegar abajo esperé mi turno para saltar. Por suerte, yo no vestía una de esas pesadas armaduras de rompehierro y para mi no sería difícil aterrizar sin peligro.

Superada tirada de percepción:

Desde tú(vuestra) posición privilegiada, ves como un grupo de sombras se mueven en uno de los tres tuneles que puedes ver, dos de ellos estan anegados por el agua aunque no tiene pinta de ser muy profundo, y un tercero esta a nivel de esta(del agua), en la entrada hay escombros y es donde estan los enanos caoticos.

En el tunel en un idioma caotigo y grotezco, mezclado aquí y allí con palabras del khazadim(idioma enano) puedes(podeis) escuchar como un enano discute/brama  por la pinta de las sombras a otros enanos, mientras estos quietos aguantan en chaparrón. Los enanos no estan muy lejos de la entrada del tunel, según la información de las sombras.

Kudrim.- Sururré para atraer la atención del Barbahierro. Cuando me miró señalé uno de los túneles que habían a nuestros pies, en él se podían ver un grupo de sombras moviéndose.- Esa escoria está ahí abajo.

Podía escuchar sus voces, usando un idioma que en algún momento pasado había sido como el nuestro, pero que ahora estaba corrompido por el caos, al igual que aquellos que alguna vez fueron nuestros hermanos y no eran más que un agravio a nuestra noble estirpe.- Son varios, no están lejos de la entrada del túnel.

Avance con el primer grupo, como se había ordenado, preparado, para eso había sido instruido por mi tío-abuelo, para una misión importante y esa misión había llegado, debía encontrar esa runa y volver. Todo lo demás era superfluo, pero cualquiera que estuviera en medio seria borrado del mapa, y esos enanos del caos parecía que se habían metido justo en medio.
Al llegar al final, salto cuando le tocaba y amortiguo bien la caída quedándose en su posición como bien sabia hacer.

Con extrema precaución descendió Garrim, tratándo de evitar las miradas del resto. No esperaba que lo calificaran de suicida, ya que pensaba que su plan tenía sentido, y en cierto modo, pensaba que podría funcionar. Pero no estaba en sus manos.

Habiendo escuchado a sus compañeros alertando de esos corruptos, su instinto le hizo agarrar aún mas fuerte su hacha. Tenía que derramar mucha sangre. Algo le estaba quemando por dentro. Era como si un fuego de rabia, ira y verguenza calentara su sangre hasta el punto de casi no poder contenerse. 

Hoy era el día en el que Garrim el umbaraki salvaría el honor de su familia.

Valaya, protégeme de todo mal. 

El grupo se puso en marcha, con Girthal y sus runas iluminando el camino gracias a las runas de su martillo rúnico, mientras no dejaba de darle vueltas a como diablos había logrado llegar tan lejos aquel grupo de enanos del caos... y tan cerca de nuestra mayor fortaleza. Habría que avisar de ello al Gran Rey para que tomara medidas al respecto, no se podía pasar por alto algo así

Avanzamos sin ser detectados, pudiendo eludir a nuestros enemigos, hasta llegar a un saliente que precedía a un salto que bien podría suponer un contratiempo de estar en apuros y tener prisa; ya me disponía a saltar cuando Bemlir nos advirtió que había detectado al enemigo bajo nuestra posición, a la espera, tendiendo una emboscada

Silencio -dije alzando la mano enguantada y con voz muy baja, agazapándome con sumo cuidado para observar con mas detenimiento*

...

Al parecer el destino quería que nos enfrentáramos a nuestros odiados semejantes caóticos, y por Grimnir que no sería yo quien rechazara aquel sino

Creo que va siendo hora de que nos enfrentemos a nuestros enemigos...y empleemos esos cachivaches tuyos, ingeniero... ¿es posible crear una explosión controlada? Algo no excesivamente destructivo... no queremos que nos caiga encima toda la caverna - le pregunté

Estad todos listos. En cuánto la bomba haga explosión cargaremos sobre ellos. Un salto al vacío y sangre en nuestras hachas. Recordad, atacad a la cabeza y en parejas. Bemlir, prepara tu arma. Nos cubrirás desde aquí

A Dorg casi se le paró el corazón cuando Kurdrim ordenó dar la vuelta y dirigirse hacia los skavens. ¿Por qué razón? ¡Él no quería luchar contra los hombres rata! Bastante tenía con haber esquivado a los garrapatos. No se podía matar a todos los enemigos del pueblo enano uno por uno.

Y, como si se confirmaran sus temores, antes de enfrentarse a los skavens se tuvieron que enfrentar a los garrapatos. Luego resultaron poca cosa para los enanos, pero el temor quedó ahí, latente. Más la vergüenza, su hermano había actuado por iniciativa propia, enfureciendo al líder de grupo y arrojando una mancha que debía ser lavada. Dorg golpeó en la cabeza a su hermano mayor cuando habló de sacrificarse. No podía permitir que eso pasara, la muerte era una certeza siniestra, pero al vida estaba tan llena de posibilidades...A Dorg le gustaba la vida, especialmente la suya.

Más problemas, la moral de Dorg era muy baja. Ahora debían enfrentarse con el más terrible de los enemigos, aquellos hermanos suyos que habían sido corrompidos por los Poderes Ruinosos, el más terrible enemigo de los enanos: los enanos. Idearon aun plan para evitarles, algo que a Dorg le agradaba, pero su presencia fue señalada por el señor de las runas asegurando que buscaban lo mismo. Habría que aprovechar cualquier oportunidad para acabar con ellos. Fue cuando llegaron a la cornisa y les vieron al fondo del abismo cuando se presentó una posibilidad de acabar con ellos. Parecía que todo dependía del ingeniero.

¿Estas seguro que nuestro camino es ese?- Le pregunté a Dorg señalando uno de los dos túneles inundados que no tenía pinta de ser muy profundo.

No soy minero - respondí a Kudrim negando con la cabeza a la vez que mesaba mi barba después de escuchar su plan.-Puedo fabricar el explosivo si lo deseas, pero sin conocimientos de minería no sé ni donde colocarlo ni la cantidad de pólvora necesaria para lograr el efecto que quieres conseguir. 

Aún así, tanto estudiar el terreno como fabricar y colocar el explosivo en el lugar requiere un tiempo que no sé si tenemos.

Mmmm, ya veo... en ese caso prepara tu arma. Vamos a bajar. Si debemos seguir por el túnel inundado y esos malnacidos están cavando en un túnel adyacente solo puede significar que han dado con la manera de sortear el agua y llegar a la runa por un camino lateral. No podemos permitir que eso pase...-dije mientras me volvía a poner en pie y me aseguraba mis pertenencias. Dorg, te quedarás aquí arriba con Bemlir hasta que hayamos asegurado la cámara y, de paso, nos ayudarás a bajar con las cuerdas- comenté mientras me anudaba la cuerda a la cintura y le daba un extremo a los enanos restantes 

Garrim, bajas conmigo. Los dos a la vez, del mismo modo- le dije mientras esperaba a que se anudara la cuerda a la cintura y le diera el extremo al resto [b]- Los otros, anudaos las cuerdas y, en cuanto los que os preceden toquen tierra vosotros bajáis. Una vez abajo os pegáis al lado inundado a fin de salir de la línea de visión de esos repugnantes hijos del caos

 Girthal y Gurkan, bajáis en segundo lugar. Luego Ursus y Ulrik. Sed precisos y todo irá bien