Partida Rol por web

Por si acaso libre.

Libre por si acaso.

De vuelta al camino...

Tras el merecido descanso apareció la determinacion y el entusiasmo la perspectiva de un combate con los mil veces odioados enanos del caos no los amilanó, en cierta manera les dio ganas y entusiasmo para cobrar algún agrabio saldado, el rey de Karaz-a-Karak se lo agradeceria y no solo con alagos.
Urlik descubrió casi enseguida lo que llevaba temiendose hace un rato, había ratas en la zona y aunque no las veia las señales estaban frescas, como la caca que acababa de esquivar y piso accidentalmente Garrim momentos después, el joven musico tenia mala pinta aunque aguantaba el ritmo tozudamente a la perfección.

El cumulo de marcas eskaven llego ha ser evidente hasta para los menos diestros a descubrir rastros. Aquella situación comenzó a ponerlos nerviosos y cuidadosos. Kurdrim miro al minero para asegurarse que aquel era el lugar y este asentía con la cabeza mientras tocaba la pared tanteando runas enanas desgastadas por las odiosas criaturas que inundaban sus túneles. Añadiendo a sus gestos - queda menos de una unas horas para llegar "al puente del grobi tuerto" una vez allí llegaremos casi enseguida al lugar donde yo trabajaba y a la entrada del real Undgrin- aquella palabras aliviaron a mas de uno. Parecia que el objetivo estaba cerca, pero aquel olor a rata rancio y espeso, les ponia los sentidos a mil. Todos aquellos males eran faciles de llevar caminando en grupo, con las barrigas llenas y un objetivo en la mente. Nadie mas volvio a mentar el tema sobre la brabura del barbahierro, fuera como fuera él y solo él estaba al mando, aunque algunos grabaron a fuego las sabias palabras del señor de las runas, no tenia la barba tan larga por nada, hablaba como un verdadero enano. Y no es que allí no los hubiera, solo que algunos aun estaban madurando y seria una añana de lujo.

Llegaron a un camino muy cuidado, no había pedruzcos o trozos de heces de rata por allí y ademas estaba iluminado en ciertas zonas, cosa que les extraño a mucho. Se escuchaba un zumbido de fondo, podria ser agua nuevamente, o arrastrar de pies, pero también podia ser otra cosa con los ojos como platos nadie parecio adivinar que era.

Dorg dijo en un susurro -ahi delante esta el "puente del grobi tuerto", suele tener una guarnición de enanos protegiendo el paso así que es posible que encontremos mas hermanos- dijo con cierta alegria.

Una vez hubimos descansado volvimos a la marcha. Caminábamos en la formación que habíamos ensayado durante días en las salas de entrenamiento. Los rompehierros parecían haber nacido sabiendo mantener esa formación, mientras yo, por mi parte me iba acostumbrando de tal forma que prácticamente no tenía que corregir el paso ni una sola vez.

Descansamos lo justo, a mi me hubiera gustado marchar antes, pues el hechicero me preocupaba sobremanera, pero no podía casi ni moverme, aunque gracias al descanso pude llevar el ritmo necesario de avance.
Pasamos por lugares mancillados por los Skavens, habían manchado los grabados, las runas, las decoraciones, desgastado con sus sucios pies el labrado suelo, aquello casi me hacia llorar, pero de dolor y rabia. Y llenaba mi pecho de pura y sangrienta venganza. Si no fuera por mi dura cabeza y lo fría que puede llegar a ser debido a mi férrea profesión, saldría ahora mismo a matar Skavens por doquier.

De repente las manchas, los desgastes, la suciedad desaparece y Dorg dijo que estábamos cerca del puente.
Entonces me fui fijando y recordando los miles de mapas y paseos que había dado por los lugares, reconocería algún cruce en los mapas?, debía tener la mente abierta y clara para que no se me pasara nada que pudiera reconocer y orientarse. Yo era el único que sabia donde y como encontrar la runa, así que me tenia que esforzar al máximo, mas ahora que no había modificaciones externas del camino real.

Y allí marchaban. Estoico como siempre, el joven enano no se permitió ni un momento de debilidad y se puso en la formación, tocar la orden de marcha y ponerse en camino.

Le pesaba su equipo, el espíritu, la carga de la misión y anteriores errores que había cometido fruto de su inexperiencia e ímpetu propio de un joven que quería demostrar. Era obvio para la vista de todos que estaba reventado, pero no iba a permitir que nadie dudara ni un instante de su compromiso, y menos aún de lo que era capaz.

Iba a recuperar esa runa aunque no pudiera ni levantar los brazos, aunque tuviera que arrancársela a una de esas sucias ratas a mordiscos de las manos, porque era un rompehierros. Porque era su misión.

Mientras marchaba, miraba de reojo su arma, tintineando contra su armadura y con un brillo muy misterioso. El herrero rúnico le había dicho que se trataba de un buen arma, y que no era peligroso su uso así que decidió utilizarla y conservarla, dado que había perdido la suya. Sin duda y vistos los acontecimientos le iba a hacer falta...

Pronto llegaron a un paso que debía estar controlado por hermanos enanos, lo cual les daría probablemente la posibilidad de encontrar a alguien que pudiera dar otro vistazo a sus heridas. Porque aunque el descanso había tenido un resultado positivo, aún sentía tanto dolor que hasta mantenerse de pie le dolía. Ni que decir el esfuerzo de marchar y tocar a la vez...

Solo espero que sean amigos los que nos estén esperando... Aunque visto como están de "concurridos" los túneles, me espero cualquier cosa...

Miró a Kurdrim, denotando preocupación su mirada. Y es que a estas alturas mas les valía ir con pies de plomo, porque la cosa estaba muy pero que muy fea...

Me deleitaba entre carne en salazón, pan con queso de fuerte olor y cervezas. Litros y litros de cerveza en enormes jarras doradas, cuando un seísmo hizo que la sala se moviera de lado a lado, derribando algunas de las enormes jarras.

¿¡Pero qué demo...!?- mascullé casi atragantándome con un pedazo de carne con queso que estaba a punto de tragar

Una nueva sacudida, esta más violenta, derribó la silla en la que segundos antes estaba sentado e hizo que partes del techo se resquebrajaran, dejando caer una lluvia de polvo y esquirlas sobre la interminable mesa

¿¡Qué ocurre ahora!?- bramé buscando a los barbilampiños que me habían servido aquel ágape sin encontrar a nadie

Un último y violento temblor acabo por derribarme al suelo mientras el suelo se abría por doquier y la sala comenzaba a derrumbarse...

Abrí los ojos, sobresaltado y algo alterado, topándome con el rostro oscurecido de Ulrik que me sacudía un hombro para despertarme. Me había quedado profundamente dormido fruto del cansancio, el estrés y el dolor. Me puse en pie mientras fijaba mi mirada, hosca y huraña, en el enano que reclamaba mi atención excusándose sin necesidad por haber hecho lo que debía

Gracias Ulrik, has hecho bien- le dije con una palmada en el hombro.

Skavens. Ratas y alimañas que malograban el subsuelo de aquel mundo sin dejar de roer nada en su afán de quien sabe qué. Observé al resto de la unidad, sacando de su letargo a los que seguían dormidos, para formar la unidad mientras confirmaba con Dorg nuestra situación, asintiendo ante sus palabras con un cabeceo firme

Nos moveremos en silencio, nada de toques de cuerno y luces las menos posibles. Si logramos evitar ser detectados ganaremos un tiempo que ahora no nos sobra... no sabemos cuanta ventaja nos llevan aquellos indeseables traidores, así que tocará apretar los dientes- añadí mirando a los que habían resultado heridos en la confrontación - Rompehierros formad un cuadro defensivo, Dorg, Girthal y Bemlir iréis en medio de la formación. En marcha- ordené más que satisfecho de ver como aquellos enanos se colocaban en perfecto orden casi al momento de haber escuchado la orden.

Realmente era un honor ser líder de semejante fuerza combativa

Avanzamos lo que parecía una eternidad por los corredores llenos de marcas demasiado recientes de las idas y venidas de los sucios skavens cuando nuestra vista se posó en un lejano puente. Alcé la mano haciendo detenerse a la unidad al completo, acompañando el gesto con un quedo y grave Alto

Según Dorg aquella era una guarnición dawi pero las innumerables marcas skavens que habíamos visto por el camino me hacían temer lo peor. Y ya se sabía que "Enano precavido conserva la barba"

No hagáis ruido. Podría ser que ya no estuviera en manos dawis el puente... aunque en caso de estar tomado sería nuestra mejor defensa. Si podemos posicionarnos en el centro del mismo e ir avanzando da igual cuántos enemigos nos ataquen, su número no contará a su favor contra nuestro muro de escudos...Ulrik, adelantate con sumo cuidado y observa de más de cerca pero no te aventures tu solo en el puente. Observa y vuelve a informar; si no hay nada raro, a mi orden a paso ligero hacia el puente y no os detengáis a menos que yo de la orden... si nos salen enemigos al paso para intentar detenernos cargaremos de frente y los arrollaremos, formando una cuña para dispersarlos. Los echaremos del puente por los bordes ¿entendido?- dije echando la vista atrás, asegurándome que todos y cada uno de los presentes habían escuchado las órdenes

Ulrik echo fuego mientras desaparecia de la vista de todos, tenia su arma en ristre y sin saber lo que encontraria iba con todo por si algo se le cruzaba.

El grupo siguio en formación fuera lo que fuera que escuchaban, era un murmullo extraño, el eco de las paredes deformaba el sonido y ellos solo podían esperar a encontrar aquella fuente. Como un solo enanos, daban cada paso, y se movian unidos solo la fuerte respiración de cada uno de sus miembros delataba su posición. No llego a ocurrir nada que tuvieran que arrollar y el tiempo transcurria mientras seguian avanzando, en un recodo vieron una cosa peluda y alta acercandose sin intención de esconderse, mientras se acercaba vieron como Ulrik portaba una rata de buen tamaño(como un doberman) al acercarse mas y veros, la tiro a un lado.

Ulrik-esta ya no nos causara problemas, por las barbas de mis antepasados lo escurridiza que ha sido, pero mi martillo a dado buena cuenta de ella- dijo con una sonrisa, mientras todos pudieron ver la cabeza hundida del animal.

Kurdrim -es solo una rata, que mas has visto?- dijo el barbahierro.

Ulrik- hay delante hay un camino que cruza el Undgrim por el que vamos, y la tierra esta recien abierta esta portaba algún mensaje a un grupo mayor e visto sus huellas- dijo mientras enseñaba una pata trasera con un rollo atado a la pata, con un cordel tan fuertemente apretado que había hecho sangrar a la criatura. Sin querer Ulrik había roto las comunicaciones de un grupo de Skaven.

El barbahierro volvio a mirar a un lado y al otro, si aquello era una respuesta a sus preguntas sus oidos no les engañaban, allí delante había una batalla se estaban enfrentando y aquel zumbido que le erizaba el bello pronto descubriria que era, pero no le daba buena espina.

Ulrik regresó, y bien cargado, de su exploración de lo que nos aguardaba delante. En su nudosa mano traía nada más y nada menos que el cadáver aun caliente de un emisario skaven, interceptado en plena ida con un mensaje anudado a una pata. Su expresión de triunfo me hizo sonreír y asentir con gratitud

Bien, muy bien hecho Ulrik. Te has ganado una buena ronda de Bugman XXXXX a mi cuenta cuando regresemos al Karak por este gesto - le dije gratamente sorprendido - Ahora veamos si sabemos que dice este pergamino...*

...

Mientras releía el mensaje de la alimaña ajusticiada el claro sonido de una batalla en ciernes llegó hasta mis oídos, haciéndome alzar la vista, enrollar el pergamino a toda prisa y meterlo entre mis pertenencias.

Dawis, ahí delante se está librando una batalla y podría ser contra nuestros hermanos. Vamos a echarles una mano - aclaré al resto mientras de un manotazo me bajaba la visera del yelmo - Avanzaremos en silencio, en formación y a paso ligero. En cuanto detectemos al enemigo, y A MI SEÑAL, Garrim tocará a carga y nos avalanzaremos sobre ellos con la furia del mismísimo Grimnir. Si nuestra llegada no los hace huir probarán el filo de nuestras armas y descubrirán el error de quedarse a combatir- expliqué desenfundando a Dumgrob, que brilló brevemente al ser asida por mi mano enguantada en gromril - Si se quedan no dejéis enemigo con vida. Sin piedad -añadí mientras daba la orden de avanzar, iniciando un trote ligero hacia el puente...

Seguramente Kudrim,- confirmé sus palabras sobre que algunos de nuestros hermanos estaban siendo atacados.- Hay una torre con una guarnición que protege ese puente. Lo sé porque de tanto en tanto algún miembro del gremio es destinado aquí como piloto de girocóptero.

Desde siempre, el guardián de la piedra y sus hombres se han encargado orgullosamente de su defensa. Lo más probable es que los skaven estén intentando nuevamente tomarla ¿No es así maese Girthal?

Escuché entre los ruidos de la batalla percibí el carácterístico ruido de los engranajes y las poleas al moverse.

Hay maquinaria de guerra participando en la batalla- Le advertí. No había ninguna duda de ello, sentía el repiqueteo metálico  de forma tan clara como el agua.- Pero desde esta distancia no podría decirte de que se trata.

Izquierda... Izquierda... Izquierda derecha izquierda...

Y el martilleo en su cabeza seguía. Si bien era cierto que andaba como un ciervo recién nacido, el hecho de seguir el ritmo le ayudaba en la marcha. El ruido de los dawis avanzando habría sido algo que hubiera encendido el corazón de cualquiera, y el formar parte de ello le daba fuerzas al joven Garrim.

El cuerno preparado, y la vista al frente. Se acabó lo de ir meditabundo, se avecinaba combate, y aunque el no estaba para nada en condiciones de entrar en uno, era lo que tocaba. 

Protegedme, ancestros. Haced mi hacha certera, y mi escudo fuerte. Que Grugni me proteja.

Dicho esto retomó el paso tras escupir a la rata una mezcla de sudor, sangre y saliva que llevaba macerando horas en su garganta. Al comienzo de la caminata se giró al Barbahierro para decirle.

- Si no sobrevivo, y mi hermano tampoco, haz el favor de devolver este tesoro - señalando su recién encontrada arma rúnica - a las armerías del gran Rey. Quizás haya alguna runa de la misma que se haya perdido con los años, y pueda ayudar a nuestros hermanos en combates futuros. El Venerable Herrero no ha podido determinar que poderes ostentaba, probémoslos ahora - dijo mientras sonreía y enseñaba sus dientes llenos de sangre. El jóven mostraba una cara de confianza, de no tener miedo. Lo que no estaba claro era porque no tenía miedo, ¿Era fruto del entrenamiento y de la confianza en sí mismo? ¿O ese valor venía de alguien que se sabía muerto antes del combate, sin nada que perder? Pronto todos saldrían de dudas.

Las palabras de Kurdrim me habían dejado apesadumbrado pero a pesar de todo me tranquilizaron en cierta manera. Al menos por ese instante se había vuelto a convertir en mi hermano de armas, aunque el peso de la responsabilidad y otras cosas que se me escapaban le velaban la vista de forma clara. A modo de respuesta saqué mi petaca de brandy y tras darle un trago, se la pasé.

Y tras aquello nuevamente comenzamos a avanzar. El grupo estaba cansado a pesar de que ninguno lo reconocería. Incluso el Umbaraki parecía más resuelto que nunca a pesar de su enorme fallo y las heriidas recibidas. A este paso tal vez se convertiría en un Rompehierros de verdad.

No tardamos en estar en un lugar medio conocido. Pero las heces de ratas llenaban todo con aquel hedor almizclero y desagradable para nuestras fosas nasales. Máxime cuando podían haber profanado nuestros hermosos pasajes. Al parecer allí delante había un puente, un lugar donde una pequeña dotación de Dawis podría estar defendiendo, pero una rápida exploración de Ulrik, nos dejó claro que no era así, o se estaban defendiendo de algún ataque, a juzgar por los comentarios del veterano.

- Adelante valientes Dawis!!! Si nuestros hermanos están sangrando, deberán de recibir nuestra ayuda para conseguir frenar ese ataque y nosotros devolveremos algunas afrentas!!!!

Y poniendome en la formación levanté el estandarte bien enhiesto para que nuestros enemigos y amigos pudiesen contemplar desde lejos lo que se les acercaba.

Apareció Ulrik con una rata, que resulto ser un correo de los Skavens, que dirá?, no dio tiempo a saberlo pues Kurdrim escucho ruido de batalla mientras lo leía y en seguida dio ordenes de moverse hacia el puente y la torre que lo defendía, mis compañeros hablaron de ayudar a los nuestros y Bemlir que tenia conocimiento del puente y de la guarnición dijo algo al respecto, a lo que apostille.
- Si, hay delante hay una torre de menaje pero mucho mas ancha. tiene según los libros una capacidad de unos 400 enanos, pudiendo llegar hasta un tope de 500. La torre es ancha, pero con una entrada realmente estrechisima, casi ridícula para nuestros magníficos arquitectos, pero aquí prima la funcionalidad a la elegancia, ya que así es muy fácil de defender, obligando a los enemigos ha entrar de uno en uno pasando por un túnel no desprovisto de sorpresas para los extraños. Y esa es la unica entrada, aunque por la parte superior pueden sobrevolar los girocopteros y aterrizar.
La torre defiende el paso del puente, el puente no tiene barandilla, no hay nada para protegerse, para que desde la torre sea fácilmente visible quien se acerca, y es totalmente plano salvo por algún poste en los extremos por si hubiera que atar cuerdas en ciertos momentos. De ancho pueden ir cuatro enanos a lo sumo.
Quien defiende ese puesto ostenta el titulo de "Guardián de la Piedra", y así hay que dirigirse a el. Al Guardián de la Piedra lo conozco personalmente y es de muy buena familia y de confianza. Llevara casi unos 30 años, y como los anteriores Guardianes de la Piedra ha permanecido invicto, por lo que esa torre nunca a sido tomada por nuestros enemigos. Ademas sirve de union entre los Rompehuerros y los mineros que vigilan y trabajan en la zona.
Hago una pausa y termino diciendo:- A pesar de todo esto, todos vosotros no deberíais suponer que la batalla es contra los enanos, en estos túneles hay muchos enemigos y todos ellos se odian, quizás es un combate muy cercano a la torre , pero sois rompehierros, y se que estáis preparados para eso y mucho más, ahora vayamos a ver que pasa, y si podemos hablar con el Guardián de la Piedra, no os olvidéis de mencionar su titulo.

Siguieron avanzando con cierta precaución, vieron rastros de los skaven mucho mas evidentes si cabian, puntas de armas rotas, ropa, sacos y diferentes utensileos punzantes recorrian todo el Undgrin no tenian miedo de ser descubiertos, y tenian pinta de venir en gran numero.

Después de unos minutos caminando llegaron a una sala inmensa y abobedada, vieron el torreón rodeado completamente de un ejercito de skavens, y el puente a lo lejos. Había infinidad de antorchas por todos lados, fuego echos con prisa y restos del combate. Por pura casualidad, estaban a distancia de carga de dos inmensas catapultas* estas estaban realmente con muy poca guarnición apenas un puñado de esclavos que azotados se dedicaban a posicionar la maquina para obtener mas rendimiento en los tiros, y que traian la munición que lanzaban.

Aquello era un golpe de suerte terrible, aunque podian quedarse expuestos a un ejercito el echar abajo aquellas dos maquinas darian la oportunidad a los defensores de seguir aguantando, estos estaban castigando al enemigo de diferentes maneras, y todas ellas eran dolorosas y eficaces, en especial un cañon lanzallamas que habían montado en la muralla y que se estaba cebando en un flanco del ejercito, con lo que el olor a pelo y rata quemada comenzaba a inundar la zona. La situación no parecia muy critica pero a saber cuanto tiempo llevarian así.

Era el momento de mover ficha, de ayudar a los hermanos enanos de alguna manera y de proteger nuevamente sus dominios. De dar el justo castigo a las sucias alimañas y vengar agravios cometidos o que de muy buena tinta cometerian los sucios roedores.

Avanzamos hasta llegar a la torre, pero para mi desgracia si era un enfrentamiento Skaven-Enanos, eso perjudicaba nuestro camino que continuaba a través del ejercito Skaven y posteriormente por el puente. Esperaba que El hechicero no hubiera pasado aun por aquí, si era así, le llevábamos ventaja, pero para saberlo debíamos hablar con mi amigo. Así que me acerque a Kurdrim y le digo:- Kurdrim, debemos destruir esas catapultas, es lo único que veo peligrosos para la edificación y la defensa del puente, si las destruimos al ejercito skaven se les habrán acabado muchas posibilidades de tomar esa posición. Ademas debemos pasar por el puente e informarnos si el Hechicero y sus putos guerreros del caos han pasado por aquí. Si no lo han echo se que ellos les retrasaran. He incluso si esperamos a que las carguen, podríamos girarlas y disparar contra el ejercito sembrando aun mas el caos.

Un gruñido de asco salió de mi garganta al ver el campo de batalla formado por aquellas repelentes ratas que intentaban tomar una de nuestras fortalezas. Aquella misión nos había enfrentado ya ha grobis, gigantes, a nuestros malditos parientes y ahora a los sucios skavens lo que indicaba que los túneles bajo nuestras fortalezas estaban infestados de múltiples enemigos y que para su recuperación y conservación harían falta no cientos sino algunas decenas de miles de aguerridos hermanos enanos.

Tengo que reconocer que, en aquel momento, aquella revelación  fue un duro golpe para la mente de un joven ingeniero enano que aún pensaba que recuperar nuestros sería una tarea no excesivamente difícil, por suerte, tenía algo más urgente en lo que dedicar mis pensamientos, las catapultas skaven.

Lamento tener que contradecirle maese Ghirtal.- Le dije al rhunkicon todo el respeto posible.- El proceso de disparo de las catapultas es primero apuntar, luego cargar y justo después disparar. No dispondremos del tiempo necesario para capturarlas entre la carga y el disparo.

Lo más rápido y efectivo sería lanzar una carga relámpago y acabar con la dotación lo más rápidamente posible para justo después inutilizarlas completamente..

Kudrim.- Le dije entonces al líder del grupo.- Veo un error detenernos para tratar de utilizar las catapultas contra el ejército skaven. - Procedí a hacer un breve resumen.- Colocarlas en la nueva posición requiere tiempo, un tiempo que no tendremos cuando las ratas se den cuenta de que hemos eliminado a la dotación e intenten recuperarlas. Por no hablar de que sin haber realizado un par de disparos de prueba me resulta técnicamente imposible calcular la torsión necesaria para conseguir realizar algún disparo mínimamente decente. Además, la munición que emplean esas catapultas es tremendamente tóxica y corrosiva e inestable, tanto que de todos los skavens, solo aquellos más degenerados y mutados por el caos se atreven a utilizarla. Aunque se hará lo que ordenes.

Si decides inutilizarlas lo más rápido es cortar esas lianas.- Señalé las cuerdas retorcidas en la base que abrazaban el mástil y que al retorcerse le daban a la catapulta su tremenda fuerza.- Fabricadas con cuerdas y tendones de animales muertos, han sido tratadas para darles una endiablada resistencia a la torsión, pero no creo que sean rivales para hachas enanas como las vuestras. Cuando se corten, la débil estructura de madera no será capaz de absorber la energía almacenada en ellas y se resquebrajará en mil pequeños pedazos.

Y seguía la marcha. Sus pies avanzaban al ritmo de los demás, aunque estaba casi al límite. Y allí estaban. Pisando cadáveres de rata en dirección a lo que parecía un campo de batalla.

Levantando apenas la vista no pudo creer lo que estaba viendo. Un ejercito completo estaba atacando la posición fortificada, y a saber desde cuando. Era lo que les faltaba... Era lo que le faltaba.

Aunque la suerte parecía estar de su lado. Tenían una dotación de escoria atacando con armas de asedio a sus hermanos. Sin duda podían darles un certero golpe, y ayudar a la salvaguarda de una posición de tal importancia, y ganarse un merecido descanso. Aunque entre medias habría que derramar mucha sangre de rata asquerosa.

Y tiene pinta de que va a ser así... -mirando de reojo al Barbahierro.

El umbaraki se llevó la mano al mango de la maravilla que tenía por arma y sonrió de nuevo. Un ejercito skaven rodeado por enanos. No sabía quien era mas desgraciado, si ellos por estar ante tal cantidad de enemigos, o las sucias ratas por el hecho de tener que combatir contra gente con tal determinación y preparación.

Todo estaba por resolver.

Nuestro trote se vio bruscamente detenido cuando alcé la mano y detuve nuestro avance; allí no había una simple escaramuza, era una batalla en toda regla. Estaban intentando tomar el puesto de guardia que salvaguardaba el puente que debíamos cruzar; aquello era un grave impedimento para nosotros pues nuestra ruta estaba claramente cortada

(¿¡Y ahora qué!?, pensé contrariado analizando las opciones a toda velocidad)

La sangre, mi cuerpo, mi ancestral legado clamaban que me lanzara a despedazar a aquellos seres viles y miserables. Que los barriera de la faz de la tierra con barridos de hacha y arrojara del puente al resto... pero no estaba solo. Teníamos una misión por delante. Teníamos un deber sin igual que llevar a cabo y no podría arriesgar la misión, ni al grupo, a perecer bajo dagas skavens... aquel dilema me estaba destrozando. Deseé y no por vez primera volver a ser aquel trotamundos solitario, sin más problemas que el día a día, dedicándome a recorrer el mundo según el dictamen de mi propio deseo

Girthal y Bemlir expresaron entonces sus opiniones, uno instándome a avanzar, el otro aconsejándome sobre las máquinas de guerra... fruncí el ceño, me mesé la barba que ya empezaban a mostrar canas en varios puntos y emití un par de gruñidos mientras asentía a sus palabras. Había que sopesar todas las opciones pero parecía que no había demasiadas

Me giré hacia Dorg

¿Hay alguna otra ruta para llegar al lugar donde nos guías- le dije con apremio en la voz

Si el minero no sabía si había otra ruta, o si realmente no la había, no tendríamos más remedio que atravesar como una cuchilla aquella marabunta de ratas histéricas y chillonas, cual cuchillo hendiendo mantequilla caliente... caliente ¡eso!

Aguardé unos segundos mas a que Dorg me contestara

1) Bemlir, prepara tu lanzallamas portátil. Dawis, vamos a destrozar esas máquinas de guerra, pero no nos detendremos ahí. Mataremos a la dotación, cortaremos las cuerdas, y cargaremos sin detenernos siquiera contra las filas traseras de esa horda, por el flanco contrario al que está diezmando el lanzallamas de la guarnición.* Cargaremos de frente, cual torrente de agua contra un dique endeble, y los quebraremos. Empujad con todas vuestras fuerzas hacia adelante y hacia los lados. Que caigan por el puente. Están tan arracimados que no será difícil derribar a unos cuántos, de ese modo nos cubriremos un flanco con el precipicio y aquel que intente colarse por ahí será arrojado al vacío. No os detengáis por nada; seguid de frente, hacia la puerta. Tal vez causemos el pánico entre esas ratas miserables y se dispersen, pero en cuanto vean que somos solo un puñado se lanzaran a por nosotros... ahí entrarás tú, Bemlir. Que tus llamas nos guarden la retaguardia. No te entretengas siquiera en apuntar; dispara y continúa avanzando, pegado a nosotros... si lo hacemos bien llegaremos al pie de la guarnición antes de que sepan que les ha atacado. Cuando estemos cerca de la fortificación deberás tocar el cuerno, Garrim. Te tienen que oír los nuestros o nos quedaremos atrapados contra la piedra. Iréis pasando todos, Girthal y Dorg los primeros, e iremos cerrando filas hacia atrás mientras vais entrando. Bemlir, te necesitaré a mi lado al final para darnos esos segundos necesarios para entrar. Yo seré el último- dije explicando el plan de ataque - Ahora, dawis, calad bien vuestros escudos, empuñad con fuerza las armas y apretad los dientes. Hoy no caerá ningún enano y esas ratas van a sufrir nuestra ira en toda su magnitud