Partida Rol por web

La zona más computerizada con diferencia de la Torre Europa es a la vez una de las menos glamourosas, pero se mantiene impecablemente a pesar de la ausencia de ventajas y de la considerable falta de espacio. En contra de lo que uno podría suponer en vez de hacer calor hace más bien todo lo contrario, la temperatura de la sala es baja, ni la docena de ordenadores y servidores tamaño “familiar” en permanente funcionamiento alteran ese detalle.

Tres pasillos paralelos, uno conector y un pequeño ensanchamiento para ubicar dos terminales de diagnóstico y control de todo el resto de la sala es todo lo que da de si la sala, formando una E con un palito central ligeramente sobresaliente donde se ubican los terminales. En total el pasillo conector hará escasamente una docena de metros de largo.

La entrada se realiza con un código y una cámara de seguridad registra la entrada y salida por la puerta blindada cortafuegos que da acceso a la sala. Nada más. Claro que se podría apostar alguien aquí para vigilar, pero dado que siempre suele haber uno o dos técnicos depurando errores y dedicados a tareas de mantenimiento de servidores y sistemas automáticos del edificio y el sistema está protegido por contraseña encriptada no se consideró que hiciera falta invertir en seguridad humana…

Yo no tenía demasiado claro qué era lo que querían hacer allí así que cuando entramos, yo simplemente miré a los dos hombres, esperando a que me dijeran si tenían alguna clase de plan.

De todas formas, como me pasaba siempre, tampoco pude estar mucho tiempo esperando sin abrir la boca, así que tuve que hablar.

- ¿ Entonces la idea cual es? ¿ Dejamos que se apoderen de esto pero controlándolos o tratamos de impedírselo?

La cosa era diferente según se mirara y yo, podía intentarlo con ambas cosas, aunque claro, fueran a ser las dos bastante complicadas.

Eso sí, como ellos iban a tener que ser una parte importante de aquel plan, preferí que me dijeran qué sería lo mejor para lo que teníamos entre manos. En mi cabeza había demasiadas variables como para encontrar una respuesta satisfactoria a mi pregunta, por no decir, que tampoco iba a decidir yo sola lo que hacer, sería estúpido.

- Bueno, mi ídea era impedir que se hiciesen con la sala... - suspiro poniendo los brazos en jarra mientras miro incómodo el mono de mantenimiento, con lo que me gustaban mis nuevos trajes - La táctica no era complicada, tú mantenías los ordenadores bajo nuestro control y yo noqueaba barra mataba a todo aquel que entrase por esa puerta. - sonrío con amplitud y sinceridad mientras me apoyo en una de las paredes vigilando la puerta - Soy hombre de poca sutileza y planes sencillos, quizá nuestro amigo tenga pensado algo más intrincado. - concluyo señalando a Mr. People.

En el tiempo que tardaron en despedirse, recogers sus cosas e irse hacia el lugar asignado en la reunión, pasaron dos cosas. Lo primero es que un autobús que un club de hockey sobre hielo se presentó en las puertas del edificio, de donde salieron veinte hombres vestidos en chandal con las insignias del equipo y portando grandes maletas. Entraron en la recepción y fueron redirigidos a una zona previamente asignada y fuera de la vista del público.

Lo segundo que sucedió es que, cinco minutos después, se solicitó la presencia del servicio de limpieza en dicha habitación. Tuvieron que recoger unos veinte chandals y muchas bolsas de deporte vacías. Nadie hizo preguntas.

Mientras, por los ascensores varios grupos de hombres armados y bien pertrechados se fueron desplazando rápidamente y en perfecta sincronía en los lugares asignados.

SALA DE CONTROL:

Mientras escuchaba a Erika, People recibió un mensaje por el móbil.- Perdonad.- Dijo, a la vez que miraba el mensaje.-- Bien, creo que ha llegado la caballería-. Se dirigió a la puerta de acceso a la sala de control y abrió. Alli esperaban cinco hombres armados, uno de los cuales entregó una bolsa deportiva a Mr. People. -Esperad fuera y controlad los accesos.- Ordenó, cerrando nuevamente la puerta.

-Bueno, Señorita Sullivan. Confío plenamente en las capacidades de Svyatoslav. Pero también confío en la buena pericia de mi enemgo, así que me preparo siempre un plan B.- Dicho esto, de la bolsa deportiva sacó dos uniformes con sus protecciones balísticas muy similares a los que portaban los hombres de fuera.- Al igual que usted, yo tampoco me llevo muy bien con las balas y siempre me ha gustado ir vestido para la ocasión. No hay que perder el glamour.- Ofreciéndole uno de los trajes, le dijo.- Si usted quiere, pruebe uno de estos. Su salud se lo agradecerá.-

Mirando alternativamente a sus compañeros, a la vez que se vestía, comentó.- En cuanto a qué hacemos aquí, yo diría que coordinar. Desde aquí controlamos los accesos y los movimientos entre plantas, así que podemos entorpecer o ayudar en cualquier conflicto que se presente.- Observando los aparatos tecnológicos de su alrededor.- Todos estos  cachibaches no son mi fuerte, así que usted "reina" en esta sala. Lo que si puedo hacer es "pinchar" cualquier comunicación de teléfono o radio que entre o salga del edificio, aunque para ello tendré que sentarme en una de esas sillas, mirar las cámaras y, digamos, entrar en trance. Así que mi seguridad dependerá de usted y del Sr. Vorobiov.-

Dirigiéndose esta vez hacia el ruso, le dice.- Para su conocimiento, los hombres de afuera están apostados vigilando la entrada. No obstante tienen órdenes de obedecerle a usted en todo lo que les indique. Están a sus ordenes.- Sonriendo, a la vez que se ajustaba el chaleco antibalas, finalizó.-Bueno. ¿Quién pide las pizzas?.-

El plan de Svyatoslav estaba bien si podía con todo lo que viniera, pero claro, con esa elaboración yo le veía alguna laguna. Quizás, porque de formación profesional ya me venía eso de que todo tenía que ser complicado para que saliera bien.

- ¿ Estás seguro de que eso va a funcionar? - Casi hasta sonreí al decir aquello porque me hizo gracia la franqueza del " tu te enchufas a lo que necesites y yo arreo ".

De todas maneras si uno pecaba por lo parco del plan el otro por todo lo contrario, quizás, por la elaboración del mismo y cuando vi todo lo que se armaba a nuestro alrededor me di cuenta de que podíamos escribir un libro.

- Los mutantes y yo! - Solté una risa por lo bajo. - Es un título cojonudo para un libro de ciencia ficción basado en hechos reales.

Se me estaba yendo ya un poco la olla.

- Vale, me has convencido con lo del traje. - Además era mi talla que no era fácil acertar con ella porque no solía haber talla de mujer de este tamaño.

Me comencé a buscar un sitio en el que poder cambiarme. 

- Miraré eso de los teléfonos. Quiero saber qué lineas con las que están pinchadas.

Erika se incorpora el traje modelo femenino XS a su vestuario, simplemente colocándoselo encima de la ropa y ajustándolo con las cinchas dispuestas a tal efecto, y se dedica a pasar el tiempo revisando los esquemas de control de la Torre, así como siguiéndole la pista a las líneas “pinchadas”. La mayoría de ellas (5), son por motivos policiales: tres sospechosos de delitos económicos, uno culpable de delitos de tráfico de drogas (y otros tantos, pero ese es el principal) y una mujer en protección de testigos (de la que al parecer no se fían). El sexto caso es más curioso, porque no es un pinchazo legal y el equipo es de alta tecnología, un estudio menos minucioso que el llevado a cabo por Erika no habría sido capaz de detectarlo, pero precisamente lo sofisticado del aparato es lo que le ha llamado la atención. Las piezas y tecnología sugieren una agencia de inteligencia de Emiratos Árabes; el espiado es un jeque, lo que cuadra con esa hipótesis.

Por su parte, los 5 hombres de Mr. People en la sala de control, aunque bien disciplinados, siguen siendo humanos y al cabo de un rato comienzan a hablar discretamente, ofreciendo conversación trivial si alguien la quiere.

Pasan un par de horas en la “pequeña” (o más que nada aburrida) sala hasta que por fin sucede algo:

-Srta. Sullivan, Mr. People, Sr. Vorobiov, me acaban de informar de que el topo de mantenimiento ha salido de los vestuarios de la planta baja y se dirige a la Sala de Control. Sin duda verá a sus guardianes... ¿Quieren que lo intercepten?

Miro a People y a Sullivan haciendo una mueca, la verdad es que no tenía muy claro que hacían aquellos hombres alli, yo ya era como cinco hombres entrenados y la intención era pasar desapercibidos y esperar que intentasen tomar la sala de control para partirles la cara y que todo siguiese igual, aprieto el auricular del oído para activarlo - No será necesario, el equipo alfa va a salir de control y se ocultará en lado norte del pasillo en una de las oficinas cerradas. - espeto haciendo un gesto a los hombres para que empiecen a moverse hacia allí - Mantenganse fuera de la vista, si les necesitamos les haremos una señal. - concluyo con una sonrisa al jefe del equipo.

-Entendido, señor Vorobiov -es la escueta respuesta del agente. En momentos así es cuando su entrenamiento para-militar puede observarse con más claridad.

El jefe del equipo Alfa asiente.- Si, señor.- Realiza unos rápidos gestos y los cinco hombres se sitúan en silencio en la oficina cerrada indicada por Svyatoslav, a la espera de la señal.

Mientras tanto, Mr. People, se sienta en una cómoda silla, observando los monitores y siguiendo con la vista el topo de mantenimiento y concentrándose en caso que utilice algún terminal electrónico de comunicación.

El traje me quedaba como un guante y la verdad es que me hacía sentir bastante más protegida, por lo que cuando aparecí de nuevo con él puesto asentí mirando al hombre que me lo había dado.

- Gracias. - Dije como si hiciera falta que volviera a decir alguna cosa. Yo al menos, me sentía en esa situación.

Por lo de las lineas esperaba algo interesante, pero vi que no era así y me encogí de hombros un poco después, como respuesta a mí misma.

- Las lineas pinchadas son una pérdida de tiempo. No parece que ninguna sea por el tema que nos incumbe... - Dije a los otros dos hombres para que supieran que ya le había echado un ojo aunque hubiera resultado una pérdida de tiempo el hacerlo.

Nos dieron aquel aviso y yo miré a mis compañeros, pues aquella era una de esas cosas que tenían que decidir cómo hacer ellos. Yo de estas cosas no entendía y además que tampoco tenía muy claro por qué teníamos tanta gente que no servía más que para estorbar en un edificio como aquel.

Tampoco era decisión mía, sino los echaría a todos en menos de lo que es capaz de cantar un gallo, quizás, incluso antes de lo que tardase en pestañear.

Como cabía esperar, el topo de mantenimiento es un británico profesional del mantenimiento informático al que deben haber “untado”. O tal vez le hayan amenazado de alguna manera. Sea como sea, nadie le había informado de que lo que encontraría esta vez en la Sala de Control no eran sólo máquinas.

Reducir a un civil sin ningún tipo de adiestramiento en combate, más allá del ruido que pudiera armar, no iba a resultar muy complicado... Y arma ruido. Viéndose de repente rodeado de “swats”, maldice, se resiste (sin llegar a golpear, pero negándose a ser trasladado a ninguna parte), pero se ve superado tremendamente por la situación.

-¿Qué coño? ¡No me toque! ¡Tengo mis derechos! ¡No estoy haciendo nada malo!

Era de nuevo turno de mis compañeros, puesto que yo no me veía ni amenazando gente ni placándola, pues con mi peso y mi estatura, por no decir nada de mi agujero de bala, la cosa iba a estar complicada. Sería como si una pluma cayese encima de una persona...

- Pues con esa cara hubiera podido sospechar de cualquiera menos de ese...

Sí, vale que yo también usaba gafas para trabajar y era un poco friki, pero al menos no tenía esa cara que en el caso de estas personas viene a decir algo así como que se " tocaba " vistiendo y desvistiendo a su personaje del WOW.

- A mí si me caéis así encima me acojonáis fijo...

Sonreí porque aquello estaba tratando de ser una especie de chiste ácido o alguna cosa parecida, pero vamos, que para estas cosas no las solía tener todas conmigo.

Antes de preguntar qué le habían dicho que hiciera me parecía que debía dejar que mis compañeros lo acojonaran un poco más.

- Para tener derechos te tiene que detener un agente de la ley... - sentencio con una media sonrisa - Y aquí no hay nada de eso... - niego con el dedo índice de mi mano izquierda - Así que ya estás cantando o te retuerzo el pescuezo hasta que puedas girar el cuello 360º. - termino por decir agarrando la cabeza del hombrecillo con mi mano derecha.

Mr. People sigue concentrado en las imágenes de las cámaras repartidas del edificio buscando cualquier indicio de movimientos, cuando el técnico es interceptado. Despreocupándose totalmente, sigue con sus labores.

Mientras, sus hombres se abalanzan y maniatan al topo, esperando las órdenes del ruso. Viendo como éste tiene controlado al sujeto y lo intimida, tres de ellos se sitúan próximos a la puerta, manteniendo la vigilancia para que nadie entre sin ser invitado, mientras que los otros dos, permanecen a ambos lados del técnico.

Al escuchar las palabras del ruso, el agente situado a la izquierda, con un ágil movimiento, le quita las gafas al técnico, diciéndole.- No queremos que se rompan, ¿no?.- Cuando el técnico se gira hacia él, el agente de la derecha le da un pescozón con la mano en la parte posterior de la cabeza.- Mira hacia adelante, te están preguntando algo.- Sin darle tregua aún, el agente de la izquierda aprovecha dicho revés para empujar al técnico hacia Svyatoslav con la culata del subfusil.

-¡No, no, cantaré, cantaré! Yo, yo... me iban a pagar 10.000€, pero eso no vale que me déis una paliza. Quieren que pare los ascensores, todos los ascensores, a partir de las 18:00h. No sé para qué, no quise preguntarlo, pero el que me tenía que pagar tenía acento italiano. Un tipo de nariz bulbosa, ojos pequeños, pelo oscuro, barba desarreglada, acento italiano. Sabía dónde trabajaba, mi nombre, dónde vivía, todo. No me atreví a decirle que no. Eso, me entró el pánico. Tengo mujer y una hija, ¿saben? Yo, yo cedí. Ya se lo he dicho todo, no sé nada más. De verdad. Por favor, no me golpeen, tengo familia, por favor... -el hombre, a partir de aquí, lloriquea más que habla, pero parece haber dicho casi todo lo útil que podría decir. Por otro lado, son CASI las 18:00h...

- Llevaoslo al despacho vacío. - solicito con tono amable a los SWAT mientras asiento al hombrecillo capturado, espero a que se vayan y miro a Erika - Bloquea los ascensores cuando den las séis, una vez hayan movido pieza, vuelve a ponerlos operativos, por favor. - sonrio a la jovencita con amabilidad para observar las cámaras después y ver como está todo.

No hacía falta ser ningún genio para saber que aquel hombre parecía estar diciendo todo lo que sabía, yo comprendía su situación, pues siempre había habido clases sociales y yo también era de esas personas a las que pegaban en la escuela sin importar demasiado la excusa.

- Al menos está claro que no pagan mal... - Bromeaba aunque para mí que no me iba a compensar el sueldo con la misión, pero bueno, después de tres intentos de irme y no haber podido llevar a cabo ninguno. Esperaba que mi muerte pesara algún día en la conciencia de alguien.

Después ya me dijeron lo que quería que hiciera así que asentí, pues al menos, lo que me pedían era algo bastante sencillo de hacer.

- Sin problemas.

No sabía qué más decir a parte de aquello, aunque a mí lo que me preocupaba era el hecho de que luego tenían que hacer ellos sus cosas y bueno, para mí que los " malos " siempre guardaban un as en la manga.

Los dos agentes ponen sendas manos en los hombros del balbuceante técnico.- Venga, andando, figura...- Dice uno de ellos, a la vez que lo despojan de todo lo que lleva encima, atándolo con unas bridas por las muñecas y encerrándolo en el despacho vacío.

- A las 18:00 horas...- murmura para sí Mr. People. Conocedor de la hora, People se concentra aún más en las cámaras, intentando localizar cualquier indicio de cierta "anormalidad" que pueda darles una pista de por dónde pueden venir los tiros.