Partida Rol por web

- Hay dos luces -aclaró Silvania algo molesta- O cierro camino u os quedáis a oscuras. Si no bajáis lo haré yo.

Cita:

Mama respondió a la mirada del paladín con una sonrisa de oreja a oreja, asintiendo lentamente como procesando tras la falsa mueca una información que no tenía pinta de ser desvelada.
Subió su faldón de manera poco femenina y sin reparo por encima de sus muslos. Lo subió quizás demasiado para la vista de algunos y se sentó al borde de la trampilla para facilitar el salto al interior del nuevo corredor. Su ballesta aún tenía el hechizo de luz en ella y apuntó en todas direcciones, deteniéndo el foco en aquellos huesos que permanecían repartidos por todo el suelo. Tomó lo que parecía una tibia y la olfateó y examinó con detenimiento por si llegaba a saber cuánto tiempo llevaban allí esos restos o cualquier información que le fuera útil.
-"Vaya...esto sí que es un verdadero panteón familiar".-Dijo con cierta sorna.

Mosest bajó inmediatamente y se puso lo más delante posible, eso sí, intentando no entorpecer a los especialistas ni los que iluminaban. Aunque hasta el momento no había conseguido mucha gloria, algo sí que estaba aprendiendo.

Arthedain no necesitaba la arenga de Silvania y bajó con cautela los escalones hasta situarse al pie de la escalera, en guardia ante lo que pudiera venir.

Poco a poco todos fueron descendiendo. El túnel se adentraba en la oscuridad y, efectivamente, había huesos apilados a ambos lados. Huesos recubiertos por una escarcha que lanzaba destellos ante la luz de las antorchas. Las catacumbas - pues eso parecían - arrancaban desde la enorme sala donde estaba la piscina y se perdían en una oscuridad insondable.

Al ver como sus compañeros, poco a poco, se decidían a bajar a las catacumbas, Rómulo intentó volver a tomar el mando - Gaius! - lo llamó - Si puedes verificar que no haya trampas en el camino, yo iré a tu lado iluminándote y protegiéndote -

Mirando al resto intentó organizarlos - En fila de dos, así no estamos demasiado cerca de los muros - les indicó sin darles un orden de marcha - Así tenemos algo de espacio si aparecen esas sombras -

Rápidamente levantó la cimitarra que llevaba en la mano de su rodela, para iluminar lo más posible y esperó que el picaro se pusiera en marcha para ir a su lado. Sus ojos y sus oidos (así como los de su montura) intentaron no perder detalle de los que había al frente. Ya se ocuparían sus compañeros de verificar que nadie apareciera por los costados. Su otra mano estaba lista para conjurar si aparecía algún otro muerto viviente.

La temperatura había subido ligeramente en aquel agujero y el familiar de la maga decidió salir de su mullida protección. Revoloteó con aleteos fuertes delante de la cara de Mama, subía y bajaba en pequeños trayectos mientras emitía su característico chillido. -Síii, mi querido y pequeño essspía...adelántate y dime que ves -contestó la semielfa al chirrioso sonido del murciélago, como si este se estuviera comunicando con ella de alguna manera. -Pero ya sabes que no debes arriesgarte. Al menor síntoma de peligro: regresa a mi.-Luego se dirigió a los demás mientras veía perderse en el fondo de la oscuridad a su querido familiar. -Parece mentira...tan pequeñín que es y es el más valiente del grupppo. -Acto seguido, escupió una flamante flema contra la pared -¡gggssstuuff...utas sombras del carajo! Espero que no tengas razón, mediano, y se olviden de nosotros. -Dijo mirando con recelo las paredes y apuntando al fondo con su ballesta, esperando a que el enano se decidiera en su posición y colocarse a su lado. Miró al enano con la ceja alzada -bueeeeno BhAAAin...el murciélago es casi tan valiente como tú -le dijo dándo un pequeño golpecito con la yema de su dedo en la regordeta nariz del enano. -Por eso te prefiero a mi lado.

Poco a poco fueron bajando todos, y mientras lo hacían, bhain no pudo evitar recordar el encontronazo que había tenido al entrar en la ciudad. Ahora, mientras contemplaba la oscuridad, se pregunto por que cuando alguien luchaba y hacía lo que creía justo, algún inocente acababa resultando perjudicado. Los dioses sabían que el lo había intentado, había estado luchando por lo que creía justo pero entonces ... ¿ por que todo lo que tocaba se convertía en mierda ? ¿ por que siempre alguien lo acababa pagando ?. Una amante le había dicho una vez que lo que importa son las intenciones, pero ... ¿ hasta que punto eso era suficiente ? Se pregunto si al resto de gente que luchaba por lo que creían justo y acababan llamando héroes les pasaba lo mismo ¿ tendrían fantasmas que les atormentaban ? ¿ tendrían sus héroes pies de arcilla? La voz de mama le saco de sus pensamientos y cuando ella le rozo esos oscuros pensamientos se fueron y su corazonb se acelero y Bhain dejo escapar una sonrisa como respuesta- yo...yo tambien ..gusta tenerte cerca- farfulleo el enano 

Mosest se puso justo detrás de Gaius y de Rómulo sin importar quién le acompañase. Si la acción surgía allí delante esperaba estar lo suficientemente cerca para no perdérsela otra vez. Embrazando el escudo y sujetando la espada, dedicó una breve oración a Gloranai y se preparó para seguir al mediano y al pícaro.

El murciélago se alejó en la oscuridad... pero pronto regresó dando la vuelta alarmado. Mama reprimió un escalofrío... Los muertos no estaban tan adelante... Pero tenía la sensación de que, por el momento, se alejaban de ellos...

-Están ahí cerca...parece que aún huyen, pero no debemos fiarnos pues posiblemente se detendrán pronto. Tened en cuenta una cosa: como bien pudo apreciar Mosest, estos muertos vivientes no son corrientes...poseen algún tipo de inteligencia, algo infrecuente en ellos. Sigamos con las armas preparadas y a punto. -Un extraño brillo se reflejaba en los ojos de la maga mezcla de entusiasmo y nerviosismo. -Quizás, si no se detienen a luchar, lo mejor sería seguirles en vez de atacarles. Quizás, debido a esa inteligencia que parecen tener, no estén huyendo en desbandada y sin sentido. Quizás se dirijan a algún punto interesante para nuestros propósitos. Veamos hasta donde nos llevan antes de destruirles ¿Qué os parece?

- Un punto interesante? o donde tengan ventaja - el mediano contestó a la hechicera con las palabras que, seguramente les rondaban a todos por sus cabezas

- Pero de cualquier manera debemos avanzar - se encogió de hombros mientras ambrazaba con firmeza el escudo y dejaba que su cimitarra siguiera iluminando el tunel - Así que vamos! -

Con calma, esperó que el picaro se pusiera en marcha y taloneó a Remo para que caminase a su lado. Necesitaba iluminar el camino para que este estuviera las manos libres y así poder hacer lo que sabía.

¡Vamos!, gritó Robin ante la sugerencia de la Madamme Oscura. Después de todo, tarde o temprano él iba a quedarse sin rezos ni plegarias, y seguir esperando a que llegaran oleadas tras oleadas de cadáveres andantes sin estar en posesión de las armas para detenerles definitivamente, era la crónica de una muerte anunciada.

- Con un poco de suerte descubriremos quién se encuentra detrás de todo esto... Y Random mediante, este ser, no será inmune a las armas no-mágicas.

Después de que la nigromante hubiera recabado todos los datos posibles no quedaba otra opción que avanzar, aunque como bien decía Rómulo podía ser que tal extraña inteligencia en unos seres como aquellos condujera al grupo a una trampa.

- Bien desplacémonos con cautela, listos para prevenir las trampas y sorpresas que puedan emboscarnos más adelante, yo no me fiaría de esos fríos e inteligentes cadáveres – opinó el asesino mientras abría la marcha del variopinto grupo.

Avanzados unos escasos metros se giró en dirección a sus compañeros, mientras bajaba la mascara de telas que cubría su cara y mirando fijamente a Robin espetó – Clérigo ten preparada tu moneda no tardaremos en volver a ver a tus enemigos predilectos -. Era la primera vez que enseñaba su faz al grupo y quedo patente que lo había hecho para remarcar sus palabras. El ultimo encuentro con los helados muertos le había afectado mucho.

- Odio este sitio. No sé por qué me dejé convencer para algo como ésto, si al menos supiese que esto ayuda a mi señora...

Silvania seguía cerrando la marcha, su rostro seguía taciturno, no estaba muy convencida de su actuación contra la sombra un momento antes, se había dejado llevar por el pánico y eso no era propio de un soldado.

Bhain miró a mama, le brillaban los ojos, y casi se atrevería a decir que una ligera sonrisa se dibujo en su rostro. Parecía estusiasmada, como una niña con un juguete nuevo, se pregunto si sería por el echo de encontrarse con esos no muertos dotados de inteligencia. La miro y penso en decir algo pero le dió cosa - siempre acabo metiendo la pata - penso, y ese pensamiento hizo que se lo pensara dos veces, que  cambiara de tema y volviera a terreno seguro- No e preocupes, si quisieran llevarnos a una trampa no habrían cerrado la trampilla, la hubieran dejado abierta para que pudieramos seguirlos mas facilmente. Si poseen inteligencia como dices, tambien deben tener miedo, ya que la una suele ir acompañada de la otra, quizás no se esperaban que opusieramos tanta resistencia y han ido a avisar al resto de habitantes de este sitio, si esto fuera asi, quizas deberiamos hacer algo al respecto.....

Arthedain seguía las conversaciones sin intervenir, pero atento a las posibles situaciones tácticas que pudieran derivarse, y mirando de vez en cuando hacia atrás, no fueran a meterse en un callejón sin salida.

Gaius avanzaba un poco por delante, atento a las losas del suelo. Rómulo, montado en su fiel perro, le seguía de cerca. De pronto el asesino se detuvo, levantando una mano. A su vez Remo gruñó levemente, retrocediendo un par de pasos para sorpresa de Rómulo, que nada había ordenado. Gaius observaba el suelo de piedra. Levantó la mirada revisando las paredes y el techo. Los demás, curiosos, aproximaron la antorcha y se fijaron en lo que iba señalando su guía: un sinfín de agujeritos en la pared bastante bien disimulados entre las junturas de las piedras trazaban una constelación en las paredes y el techo durante los siguientes metros, hasta donde llegaba la luz.

Una trampa de gas. De hecho, lo que había llamado su atención en primera instancia no fueron los propios agujeros, sino el olor dulzón que todavía quedaba en el ambiente. Era evidente que los muertos vivientes habían pasado por delante de ellos sin preocuparse de esquivarla, ya que los venenos no afectarían a su constitución sin vida. Pero para los aventureros suponía un problema. El asesino revisó el suelo con cuidado... Había un pequeño pasillo de piedras más desgastadas que pasaban por un lateral de la pared. Con cuidado pulsó una de ellas con su espada: era una piedra normal. Debían cruzar por allí en fila de uno ya que, probablemente, el resto del empedrado supondría algún mecanismo que activase la trampa.

Al ver lo que el picaro señalaba, Rómulo tragó saliva, preocupado por lo que hubiera pasado si no contaran con los aguzados sentidos de Gaius... y de su perro. Mirando a los presentes uno a uno sus ojos se detuvieron en aquellos que llevaban armadura. Para ellos sería más complicado pasar por el estrecho reborde

- Supongo que deberíamos pasar uno a uno... y atados, para asegurarnos que si alguno resbala podamos sacarlo de ese lugar - Rómulo revisa en las alforjas de su fiel Remo y saca una soga que ata con cuidado al arzón de su silla. Luego lanza el extremo de la cuerda a sus compañeros - Espero que no haya nadie esperándonos del otro lado - comenta antes de espolear a su animal para que avance despacio y con cuidado por el camino que ha señalado Gaius.

En su mano izquierda, la cimitarra sigue brillando como si fuera una antorcha, sostenida por la misma mano que lleva el escudo. Su otra mano, libre, se encuentra lista para tomar algún componenete de conjuros de la bolsa que cuelga de su cinto para así defenderse.