Partida Rol por web

No daba crédito a lo que veían mis ojos.Ese hideputa esyaba allí y nos mandaba dos canes del infierno para darnos muerte. De eso sabía yo, lanzé un lanzazno a uno de los canes y me protegí de su ataque.-¡Cuidado Alban!

El tipo de la barba y túnica comenzó a agitar sus manos... mirándote a Albán.

Resumen turno 1:

Fuiste el primero en lanzarte a la batalla. A Dios diste gracias de que se viera bien en aquella cueva, iluminada por velas y algunos farolillos colgados de las paredes*. Tu lanzazo en los cuartos delanteros hizo que la criatura (2) peluda retrocediese por momentos:

Daño: 8 (sin protección): 8 puntos de daño.

Entonces la criatura emitió un terrible alarido que resonó en toda la cueva y comenzó a retorcerse sobre sí misma de una manera imposible. Acto seguido reventó y desapareció transformándose en ceniza... Despues la otra bestia intentó atacar a tu compañero, pero infructuosamente. Éste contraaatacó, y no se lo pensó. Con el candil en su mano izquierda repartió acerco contra el "can" que estaba rugiéndole. No obstante, sólo pudo hacerle un corte en una de sus patas traseras.

Daño: 5 (sin protección) (/2 por pata): 3 puntos de daño.

Finalmente, el viejo de la túnica comenzó a agitar sus brazos, y sacó una bolsita de tela de entre sus ropas, pues la llevaba colgada al cuello. Después apuntó hacia Albán y vociferó una serie de palabras ininteligibles, en un idioma harto complicado (o inventado, tal vez).

¡¡¡Mathie!!! -gritó Albán mirándote deseperado-. No puedo... ¡mover mi brazo! -viste que el brazo que llevaba el cuchillo estaba caído, como inerte, y no podía moverlo-.

¡Mierda de brujerías!¡Alban, colócate detrás de mí y usa los pies lo mejor que puedas!........yo daré buena cuenta de esta bestia.-Solo espero que el brujo no me paralize a mí también.

Lanzo un ataque certero pero flojo al vientre de la bestia. Sólo espero que con el daño que le hizo Alban sea suficiente para hacerla explotar. Por si acaso preparo el escudo para detener sus dentelladas

Resumen turno 2:

Albán no pudo contenerse, y con su mano izquierda, que no manejaba muy bien, se adelantó un paso mientras andábase su brazo bueno colgando, pero no pudo acertar el acero en la criatura peluda. Por tu parte, tu lanzazo si que hizo golpear al maldito ser oscuro en sus cuartos traseros. Ésta gimió, al igual que antes, resonando en la caverna:

Daño: 23 (sin protección): 3 puntos de daño.

La sangre emanada de dicha aberración no era sino negra, como mezclada con ceniza al brotar (y a éstas alturas ya te dabas cuenta de que su materia básica era precisamente la ceniza). Finalmente, el mago volvió a emplear extrañas voces, y apuntó la bolsita colgada del cuello contra tí. Sin embargo, aquel hechizo que había dejado en parte paralizado a Mathie... no tenía efecto alguno contra tí. De momento.

Arremeto de nuevo contra la critura sin suerte y me defiendo con el escudo de sus ataques mientras veo a Alban luchar contra el brujo valientemente con la mano torpe.

Resumen turno 3:

Te lanzaste contra la criatura, pero tu lanzazo fue relamente un fiasco. Tanto Albán como aquel ente de sangre de ceniza tuvieron su oportunidad de herir al contrario, pero ninguno de ambos estuvo acertado. No así el tipo de la túnica, que volvió a tomar su bolsita colgada al cuello, la señaló hacia tí y tras unas palabras de mal augurio... ¡¡OCURRIÓ!!

Sentiste tu miembro derecho, desde los dedos hasta el hombro, totalmente inútiles, como si no las tuvieras; como si te la hubieran cercenado hacía tiempo. Entocnes tu lanza cayó, y tu brazo también, pues estaba ahora como una parte muerta de tu cuerpo.

Brazo derecho paralizado. Se te cae la lanza.

No esntendía lo que pasaba, mi brazo se volvió inútil. Pero no podía dejarme llevar presa deñ miedo. Con el izquierdo así fuerte el escudo y traté de golpear al viejo con el. Intenté darle en el brazo, un golpe rápido para ganar tiempo, recuperé la posición y paré su arremetida.

Resumen turno 3:

Pese al brazo que no sentías pero aún seguía allí, te encaramaste contra el tipo de las barbas, escudo en la siniestra, y le golpeaste en uno de sus brazos con el filo de tu escudo,  provocándole un leve corte.

Daño: 3 (-1 por pelliza de piel) (/2 por brazo): 1 punto de vida.

Acto seguido, la criatura de cenizas se abalanzó sobre Albán, con severas intenciones de morderle. Éste, pese a que se protegió cuanto pudo (sin hacer nada más), se trastabilló un poco y eso hizo que el ser le mordiera con dureza, demasiada dureza:

Daño: crítico (daño máximo e ignora armadura): 6 puntos de daño.

El muchacho sirviente emitió un severo grito de dolor, pues seguramente se habría quebrado las suyas costillas por dentro*, y tal que así que cayó hacia atrás, con gran pesar y sufrimiento. Finalmente, el viejo de la túnica sacó su cuchillo, una hoja pequeña pero cortante de debajo de sus prendas y avanzó para clavártela. Estando a tu lado cargó su mano pero sólo pudo cortar el aire... Suerte que tuviste.

-¡Aguanta Alban!-digo al ver a mi compañero flaquear. Más no puedo hacer, ya que el brujo está encima de mí con aviesas intenciones cuchillo en mano. Vuelvo a golpearle el brazo, como siga así mal vamos, pero menos es nada. Eso sí, me cubro bien de sus ataques no vaya a ser que me raje.

Resumen turno 4:

Volviste entonces a atacar con el escudo al anciano. Tu escudo golpeó en el mismo lado, su brazo, y éste se dolió y emitio un grito de dolor. Ahora pudiste hacerlo sangrar un poco más:

Daño 4  (-1 por pelliza de piel) (/2 por brazo): 2 punto de vida.

Después, la criatura intentó morder de nuevo a Albán (caído éste en el suelo y desprovisto de toda posibilidad de defenderse por sus rotas costillas), pero ésta parecía ya torpe e imprecisa (tal vez aquellos seres no estuvieran hechos para pelear). El caso es que, finalmente, el viejo se lanzó contra tí, cuchillo en mano; sin embargo, sus vanos intentos fueron efímeros, pues gobernabas bien el escudo con tu mano y brazo izquierdos.

Finalmente, y como por arte extraña, volviste a sentir tu brazo. Tu hombro, el músculo, la muñeca, los dedos... ¡todo! Habías recobrado la compostura.

Al sentir el brazo de nuevo sentí una gran alegría. Pero no había momento que perder , recogí la lanza y embestí al viejo descuidando la defensa. Ese podía haber sifdo un gran error.

Resumen turno 5:

La criatura que se había cebado con Albán, al ver que éste había caido herido y quejumbroso hacia atrás, centró toda su atención sobre tí, y no dudó en morderte en una de tus piernas:

Daño: 5 (-1 por Pelliza de Piel) (/2 por pierna): 2 puntos de daño.

Tras notar el terrible dolor de los colmillos de aquel ser extraño, recogiste tu lanza para después intentar utilizarla contra el viejo. Parecía que debías recuperar la compostura, pues no pudiste ejecutar bien la lanzada. El caso es que, por suerte, el destino, o un milagro, aquel anciano intentó hendirte su pequeña hoja de cuchillo en tí, pero también erró. Ello te dió unos instantes más de cálido aliento.

Doy gracias al cielo por mi buena suerte. El perro del infierno apenas me ha rozado la pierna y el viejo ha demostrado ser tan torpe como yo. Esta vez no dejo mi defensa descubierta y ataco de nuevo al viejo. Intento atravesarle el pecho, pero los nervios míos o el diablo lo protegen. LEvanto el escudo para protegerme de la embestida del viejo y el perro del averno.

Resumen turno 6:

Tras el mordisco de la criatura y las cuchilladas del tipo, tu escudo no hizo si aguantar fielmente las embestidas. Entonces habló aquel anciano, de nuevo, a voces, y su voz resonaba en la caverna:

¡Quedas desterrado del metal, infame! ¡Arderás junto a él, y sin él nada serás! ¡¡Despréndete y afronta tu destino en la desnudez!! -el tipo parecía decir consas sin sentidos, y senilmente se llevaba sus dos manos a un medallón que tenía junto a la bolsita que había mostrado antes. Ahora una piedra como oscura y circular tenía engastada una chapa de metal, todo sobre su cuello. Y comenzó a hacer aspavientos con las manos.

NAda me gustaba lo que hacía el anciano. Y temiendo volver a perder la movilidad del brazo o algo peor, decidí descuidar la defensa y golpearle con todo. No se lo que tramaba, pero si salía de esta, sin defensa, yo no me llamaba Mathie.

Resumen turno 7:

No sabías muy bien qué diantres estaba diciendo aquel infame anciano, pero no tenía buena pinta. La Santa Lágrima seguía allí, de pie sobre el suelo, ennegrecida y fuera de todo su buen baño de plata. El caso es que no dudaste en realizar un par de lanzazos como medida desesperada. Y que ambas fueron absorbida por el viejo sin que éste nada pudiera hacer:

Daño 1: 7 (-1 por Pelliza de Piel): 6 puntos de daño.
Daño 2: 7 (-1 por Pelliza de Piel): 6 puntos de daño.

La lanza quedó un instante clavada en el cuerpo del tipo hasta dos veces y finalmente salió al tirar de ella hacia atrás. Se había producido una herida abierta y perforante, muy grave, en el pecho del anciano. Su sangre brotaba al igual que su respiración mermaba poco a poco. El viejo quedó de rodillas, escupiendo sangre unos instantes, y se precipitó hacia delante, golpeandose ya su cadáver la cabeza vilmente contra el suelo. La bestia que tenía a su lado, en esos momentos, se esfumó; más bien se diría que se convirtió en ceniza, como había pasado con la otra al herirla de muerte.