Partida Rol por web

Hace solo un par de semanas que llegaste a la Segunda Ciudad en el último viaje que ha realizado tu clan . Has conocido a algunos otros unicornios de mayor rango y por ser quien eres esperan que acates bien las ordenes y seas capaz de honrar a tus ancestros . El Unicornio de mayor rango es el embajador del clan en estas tierras , Shinjo Olong . Actualmente vives en los barracones como cualquier soldado del clan que no ha adquirido una casa en el lugar . 

Es primavera , la época de la guerra , pero la zona se mantiene tranquila y no parece que vaya a haber conflicto ninguno entre ningún clan , si bien ya ha ocurrido un par de muertes entre los cangrejos y los arañas . Para un samurai en periodo de paz las cosas suelen ser aburridas a menos que un superior te llame para algo específico , y por ser quien eres parece que te han dado cierta prioridad con respecto a otros soldados rasos del ejercito , además las doncellas de batalla suelen ser élite . 

Has recibido una carta de un superior que te espera en la embajada para asignarte una misión simple para probarte . ¿ El qué ? no lo sabes aún aunque espera que sea algo más que recoger impuestos de las aldeas de la región . 

Por el hecho de conocer a otros Unicornios que ostentan rangos altos, ya se puede decir que ha merecido la pena el viaje a la Segunda Ciudad, no se puede decir lo mismo de los barracones en los que me he tenido que instalar temporalmente, pero de momento no está en mi mente el adquirir una casa. Pero claro, no puedo dejar de lado el propósito con el que he llegado aquí.

No me gusta aprovecharme de mi posición, pero si tuviera que seguir esperando sin hacer nada hasta que me reclamasen, me habría vuelto loca. La carta me brindaba una oportunidad de ser útil y hacer algo de provecho, pero cualquier cosa sería mejor de estar de brazos cruzados. Sólo espero que no sea algo que podría cualquier otro menos capacitado.

Poco después de despachar al mensajero, recojo lo poco que he traído y me dirijo hacia la embajada. Me habían citado allí y no estaba bien visto hacer esperar a un superior.

Ya en la embajada unicornio , te hicieron pasar a una sala , y casi de inmediato apareció otro Unicornio . 

Así que tu eres Utaku Sayaka . 

Afirmó al verte y antes de tomar sitio en la sala . 

Soy Moto Daisuke , ayudante del embajador unicornio Shinjo Olong ; y te digo claramente antes de que te sientas más de lo que eres , no me importa lo importantes que fueran tus ancestros , solo me importa lo que tú seas capaz de conseguir . Cumple tus misiones con diligencia y honor y podrás ganarte un puesto en la Segunda Ciudad . Falla , y te aseguraré que serás borrada de los registro de la familia . 

El Moto dio 2 palmadas y escuchaste pasos entre los biombos que separaban la habitación ,; en apenas medio minuto , la puerta se abrió levemente y otro unicornio entró en la sala . 

Ven , sientate . 

Él es Horiuchi Tsang Xi , uno de los pocos Horiuchi que aún quedan en el clan ; acostúmbrate rápido a sus manías porque a partir de hoy serás su Yojimbo mientras se dedica a sus quehaceres en pos de hacer resurgir a la destruida Familia Horiuchi . 

Os dejo para que os conozcais . 

Dicho lo dicho , el ayudante del embajador unicornio dejó la sala con presteza . 

Me inclino ante el Unicornio, a modo de saludo, cuando se me acerca. Asentí con la cabeza ante su primera frase, sabía de sobra que no era una pregunta, pero por si acaso.

Tras el breve discurso sobre que no importaba lo que fueran mis ancestros o se dijese de mí, volví a asentir, aunque esta vez añadí algo más.

-No fallaré, se lo aseguro.

Tras las palmadas y la llegada del nuevo invitado me explica cual es el cometido que se me va a encargar. Tengo que cubrir la espalda Horiuchi Tsang Xi mientras realiza sus cosas en pos de su Familia. Loable cuanto menos. Supongo que cualquiera querría hacer lo mismo en su situación.

Tras la marcha del ayudante del embajador, me quedo mirando al que se convertirá en mi protegido. Hablar no es mi punto fuerte, por lo que espero a que empiece él.

Una doncella de batalla Utaku , no esperaba menos como yojimbo salvo un duelista iuchi o un belicoso Moto . 

Fueron las primeras palabras del anciano . 

Verás , estudié un tiempo fuera de los Horiuchi y tuve la suerte de estar lejos cuando ocurrió ese aciago día ; aun conservo mi nombre pero sirvo a los Moto así que llamame Moto Tsang Xi cuando estemos en público . 

Te hizo una señal para que lo siguieran mientras iba caminando a paso lento para salir del lugar . 

¿ Sabes algo sobre la magia ? supongo que no , a los bushi no se les suele enseñar esas cosas . Verás , el entrenamiento de un Horiuchi nunca se olvida así que ansío llegar a refundar la familia , pero necesito muchas cosas como objetos mágicos ; olvidate de nemuranais , mi magia no tiene nada que ver con eso ; mi magia es a partir de objetos , como los pergaminos rokuganeses , solo que son mucho más específicos . Si logramos conseguir suficientes objetos de esos y algunas cosas más , tal vez se vuelva a otorgar el nombre de Horiuchi . 

¿Magia? Ese concepto estaba tan disperso en mi cabeza que no conocía más que habladurías sobre él. Supongo que era esto a lo que se refería el ayudante del embajador cuando hablaba de las manías del Horiuchi. Tras su señal, le sigo al exterior.

-Debo decirle que tiene razón sobre eso, apenas me enseñaron nada sobre magia durante mi entrenamiento. Por lo que en este tema sólo le podré ser de ayuda escoltándole y velando por su propia seguridad. Siempre que sepa donde encontrarlo le acompañaré, pero no espere que sepa diferenciar entre uno de esos pergaminos y otro normal -le digo sin acritud ya que era la pura verdad-. Cualquier cosa que necesite para su familia estaré dispuesta a ayudarle.

No tenía claro cual sería el límite que me impondría el anciano en su búsqueda, pero iba a tomarme esto como una prueba para alcanzar algo mayor. Además, si triunfaba, el clan Unicornio triunfaba y se haría más grande.

Seguisteis hablando un rato pero más que nada fue una conversación del Horiuchi sirviente de los Moto consigo mismo , en la cual no tenías mucho que decir . No tardasteis en pasaros por el mercado donde tu superior observó detenidamente cualquier objeto gaijin que le resultara minimamente interesante , pero no había mucho que destacar sobre ellos y lanzar hechizos de sentir y comunión constantemente era muy extenuante . Mientras volvíais de nuevo a la zona de los unicornios donde él tenía su casa , te dio una nueva orden . 

Utaku san ¿ Os importaría ir a hablar con los campesinos por si ellos supieran de objetos de su cultura que tubieran algo de poder mágico ? yo me quedaré aquí en mi casa a meditar y recuperar mis energías para implorar a los kami , no creo que en territorio de nuestro clan ocurra nada , siempre hay guardias rondando . 

Le seguí allá a donde iba, cumpliendo mi papel en esta búsqueda de la que poco sabía. Él se contentaba hablando solo, incluso llegaba a responderse manteniendo conversaciones en las que no tenía que participar, cosa que me alegraba. En el mercado, iba recorriendo los puestos y centrándose en los objetos que venían de fuera. Y eso me llevó a preguntarme si la magia que el viejo buscaba estaba en "artefactos" venidos de fuera, ¿qué mérito tenía recopilarlos y utilizar su poder? Los bushi nos entrenamos durante años, y no digo que los shugenja no lo hagan, pero no dependemos de magia, conjuros o supersticiones.

Supongo que esa pregunta puede esperar a que nuestra relación tome un poco más de confianza. No sería bien visto faltarle al respeto con una cosa así, aunque ignore el tema por completo.

-Iré hablar con ellos, Moto-sama -y asiento con la cabeza a sus palabras-. Aunque antes de irme debo preguntarle si va a requerir mis servicios mañana. Para saber cuando volver a su casa. Y también quería preguntarle, en el caso de encontrar algún objeto, ¿se lo traigo inmediatamente o mejor espero a mañana?

Mejor mostrar cierta iniciativa y ser servicial a sólo cumplir órdenes sin más. La única dificultad en esta búsqueda, es que no tengo forma de reconocer uno de estos objetos. Supongo que él lo sabría y aún así me manda a ello.

Si , si , pásate mañana ; vamos a estar buscando esas cosas durante un tiempo . Si encuentras algo interesante trata de que te lo reserve al menos hasta que pueda ir a verlo . Sino no habrá más remedio que comprarlo . 

Te contestó a tus preguntas de forma rápida , sin duda al ser alguien ya mayor no tendría tantas energía para deambular de un lado a otro como quisiera por lo que te dejó que observaras un poco tu misma el mercado , así de paso tambien podrías poner en practica tus conocimientos y mejorar en un aspecto que nunca te habían enseñado . 

Tras inclinarme adecuadamente a modo de despedida, espero a que el anciano entre en el interior de su hogar antes de volver sobre mis pasos. De nuevo rumbo al mercado. Haber estado con él antes me podría ayudar a hacerme una idea porqué objetos interesarme, intentando detectar aquellos parecidos a los que el viejo Horiuchi prestó algo de interés. También intentaré evitar los puestos por los que ya haya pasado previamente, si él no encontró nada, no tiene sentido que yo vuelva a pasar a echar un vistazo.

El resto del día transcurre sin que logres encontrar nada interesante , o al menos que tu creas digno de mención a Horiuchi sama , o Moto sama ya que tras la desaparición de su familia fue acogido por los Moto . Tampoco viste que los mercaderes se mostraran muy afectivos hacia alguien que solo miraba y no compraba las mercancías que ofrecían , telas , estatuillas , comida y baratijas varias de todo tipo formas y colores . 

Finalmente vuelve a los barracones donde duermes provisionalmente , o permanentemente hasta que te destinen a otro lugar y o acabes siendo asignada fija o te cases , pero esta última opción las Utaku no la aceptaban hasta cerca de los 30 años . 

El ajetreo de los barracones era el normal entre los soldados , habladurías de hazañas , chismes y conversaciones de estrategias y guerra entre unos y otros . 

No me sentía mal por volver con las manos vacías, había hecho lo que Horiuchi sama me había pedido, sólo que sin ningún resultado. Recorrí todo el mercado buscando algún objeto que tuviera poder mágico y no encontré más que lo habitual en un lugar como ese.

La noche cayó y de vuelta al barracón a intentar dormir un poco, por la mañana tendría que reunirme de nuevo con mi protegido, supongo que haríamos nuevas visitas en busca de dichos objetos. Pero mis planes de conciliar el sueño pronto se vieron contrarrestados por el ánimo y el jolgorio propio de los soldados. Por el momento prefiero mantenerme al margen, aunque eso no quita que mantenga un oído atento por si contaran algo sobre la ciudad. Puede que sólo fueran chismes e invenciones, pero no estaba de más saber qué se cocía en la segunda ciudad.

Chismes y rumores sobre la ciudad iban y venían de las bocas de los soldados menos disciplinados , no resultó difícil escuchar algunas cosas medianamente interesantes como las siguientes . 

El campeón marfil tenía su puesto ya que es el amante de la gobernadora . 

El campeón marfil deja al margen sus deberes centrándose solo en ser yojimbo de la gobernadora dejando el resto de sus labores en manos de un león , el cual ha puesto a gaijins en puestos de yoriki . ( esta parte la dicen con cierta molestia dado que el campeón marfil es un unicornio ) . 

No hace mucho un grupo volvió de una misión encargada por el embajador de los clanes menores , los únicos difuntos fueron la mayoría de los miembros de los grandes clanes , aunque 2 de ellos fue en un duelo ilegal , los unicornios se alegran de que el embajador unicornio no hiciera caso del llamamiento del kasuga , el cual se sabe que tiene preferencia por los ronins . 

Los rumores no dejaban de ser habladurías de envidiosos y descontentos, pero no por ello debían de ser siempre mentira. Aún así, lo que se comentaba en los barracones no despertaba mi curiosidad, por lo que dejé de hacerles caso. Debería hacerme con una residencia propia, no soportaré esto mucho más tiempo.

Sin más, me preparo para irme a dormir y esperar las novedades del nuevo día, ya que por la mañana tendría que presentarme en la residencia de Horiuchi sama para continuar la búsqueda de esos objetos.

Despiertas por la mañana temprano como todo samurai . Fuera , puede oír los primeros andares de los samurais que se preparan para los entrenamientos matutinos , la realización de katas , meditaciones y demás asuntos habituales de la vida del samurai típico , aunque seguramente los león o los grulla no hicieran tanto ruido , pero al menos no eran ruidosos cangrejos vociferando constantemente y riendo de algún chiste subido de tono antes de formar ante sus superiores . 

Una vez estabas aseada y lista , partiste rumbo a la casa de Horiuchi sama . Al llegar pudiste notar el olor de incienso quemándose y algunos rezos matutinos que provenían de la casa de tu protegido , seguramente estaría acabando .