Partida Rol por web

Al tener que llevar una de aquellas antorchas tuvo que colgarse al hombro la ballesta y hacer uso de su espada. Miró alrededor, con cierto nerviosismo, sobre todo cuando escucharon aquel ruido. Ante las palabras de la elfa, el mercenario consideró que era mucho más prudente quedarse en esa línea defensiva... A la espera de no sabía muy bien qué. Lo que sí hizo fue ponerse alerta, convencido de que algo iba a por ellos y les iba a saltar encima. 

La nerviosa melissa, ni siquiera se dio cuenta cuando le ofrecían una de las antorchas para que la llevara, simplemente estaba mirando en todas direcciones, se preparaó con el vello de punto cuando Lorantha soltó una flecha ¿Que había visto? Melissa tenía buena vista pero no dejaba de ser una humana y su ojo no vio nada. Entonces se encendieron más antorchas y la luz empezó a jugar en todas las piedras y telerañas, creando siluetas en la mente de la guerrera.

Antes no veía nada, pero ahora veía enemigos en cada baile de sombras, aferrando la espada con fuerza y sudando copiosamente siguió con el grupo hacia delante.

No distingo nada pero si son arañas lo lógico seria que estuviesen arriba , no ? .Digo levantando el escudo por encima de la cabeza mientras mantengo el brazo de la espada ligeramente flexionado para poder golpear rápidamente .Me acerco al compañero mas cercano para tener al menos un flanco protegido y ahora solo es cuestión de esperar a que pase algo o de que alguien vea algo en este agujero de mierda.

Cuanto mas nos internábamos en la caverna, mas se definía la sensación de amenaza. La criatura o criaturas que abitasen estas cavernas podían estar preparando una emboscada en cualquier lugar y ser atraídos a ella sin saberlo. Solo los aguzados sentidos de la elfa nos guiaban por los corredores, así que cuando se detuvo y paro a la comitiva, sabía que algo malo iba a ocurrir.

- Pues yo no veo nada.

La ramificación de cuevas era extensa y el tramo que habíamos tomado se dividía en dos, según Lorantha uno no le gustaba y por el otro algo se acercaba...maldita sea nuestra suerte.... ante mi incapacidad para distinguir nada incluso con la luz en la mano espero atento a que algo se abalance sobre nosotros. 

Grim estaba molesto, aquel Kislevita había dicho que su opinión era algo estúpido, la mirada que le devolvió el enano habría matado si hubieran sido espadas. Refunfuñando como estaba se olvidó de vigilar la oscuridad mientras se mantenía junto a Melissa a la par que seguían avanzando. Parecía que sus compañeros veían más que él así que no le dio más vueltas. - Malditas cuevas de bichos, no tienen ni un poco de trabajo de mampostería, cuatro enanos tardarían unas tardes en dejar algo presentable y no así de olvidado. Maldito desperdicio de tierra buena. - comenzó a refunfuñar mientras intentaba olvidarse de la tensión que tenía.

En retaguardia, con la ayuda de la antorcha  que portaba Nathan, el bretoniano esperaba que fuera lo que fuera que estuviera ahí dentro, les atacara en cualquier momento. Así que tensó sus músculos, y la vista para tratar de ver algo que se moviera en la noche. 

Espada en mano, seguía la estela del resto del grupo haciendo el menos ruido posible (dentro de lo posible). Que Jaime no estuviera bien le preocupaba. Ese estúpido debió haber gritado o algo cuando lo secuestraron. ¿O acaso iba tan dormido que no se dio cuenta?

-Maldita sea- exclamó el kislevita molesto y con la voz tan alta que podrían oírlo desde la entrada de la cueva, -es que han olvidado como seguir un plan y obedecer una orden- y tras sus palabras avanzó con determinación hacia el aparente enemigo mientras los demás quedaban a la espera de una ataque que tardaba mucho en llegar.

Mientras ello sucedía, un envalentonado Grunt se aproximo a las profundidades de aquella extremidad misteriosa de las cuevas a fin de descubrir que era aquello que nublara su visión. Por su mente pasó el que solo se tratase de algún tipo de humo o bruma, pero para su sorpresa, apenas adentrarse en este, quedo atrapado por algo parecido a una telaraña, solo que en gran tamaño, de hecho parecía extenderse en todas direcciones.

Para cuando Kurt notó lo que sucedía con el explorador enano, Domochievski, quien era su pareja en la formación, ya se encontraba a un lado de Lorantha dispuesto a lanzarse a la carga en cualquier momento. Y en su primer amago de hacerlo, todos escucharon como aquello que estuviese en la oscuridad se alejaba rápidamente sin importarle el ruido que provocaban los huesos y rocas que desplazaba a su paso; aunque, si se basarán solo en el ruido, aquello debía tratarse de algo no mas grande que un gato, o incluso solo una rata, pero bien sabían que era algo mucho mas grande que eso.

-Cargad imbéciles- gritó el Kislevita al tiempo que se lanzaba al frente, probablemente en un intento por darles valor.

La elfa vio cómo Domochievski pasaba a su lado, que inconsciente se precipitaba a la oscuridad sin iluminación alguna, ya que los portadores de la luz se habían quedado atrás. El problema de cargar y no dejar una escapatoria a un animal, implicaba forzarle a luchar con fiereza, ya que no le dejabas la posibilidad de huir, la cual solía ser la tendencia natural de las bestias.

Casi a la par, Grunt, que se había acercado a inspeccionar qué era lo que generaba aquella anomalía visual, lo descubrió de la peor de las maneras posibles, al quedar atrapado en una inmensa red de araña que se hizo visible con la vibración generada por el enano en su intento de escapar.

El tiempo de actuación era reducido y por si fuera poco había visto fugazmente dos arácnidos del tamaño del perro de Nathan, que se retiraban al escuchar el sonido de carga del Kislevita. Observó que el pasillo se alargaba, lo que en definitiva podía ser ventajoso para ellos de alguna manera.

- Sir Hugo, Alfred, echad una mano a Grunt. Kurt, en cuanto estén fuera, pégale fuego a la telaraña, si hay enemigos ocultos en su interior acabarás con ellos. Los demás, avanzad hasta el pasillo. - añadió para que es kislevita no se quedase solo. 

Ella avanzó unos pasos dispuesta a utilizar su arco en la menor oportunidad.

Todo se estaba desmadrando. Aquello iba a salir muy mal, el mercenario estaba cada vez más convencido... En especial cuando vio demasiado tarde aquellas telarañas, y como Grunt se quedaba atrapado en ellas, y Domochievski ordenaba cargar.

-¡Cuidado, hay telarañas!-gritó al kislevita, esperando que no acabara enredado igual que el enano, para después optar por seguir el plan de Lorantha. Lo último que necesitaban ahora mismo era dejar a un compañero preso y listo para ser el desayuno de lo que habitara en aquel lugar. 

Hugo asintió a la elfa. Sacó la espada y empezó a hacer cortes estratégicamente para liberar al enano agarrando fírmemente la espada para que no se perdiera entre las telarañas, utilizando su doble filo para liberar al pobre enano.

- Nathan, arriba esa antorcha. No se si lo habéis pensado pero si empezamos un fuego aquí con nosotros dentro estamos muertos. Cuando tengamos al mediano, haced lo que queráis, pero si ellos no pueden respirar nosotros tampoco. Es la peor idea ahora mismo, esperad. Me parece que algo nos sigue, estad todos atentos, esto está demasiado tranquilo.

Tras dar su opinión esperaría de nuevo en la retaguardia, esperando que algo saltara para abrirlo en canal. Sería una gesta digna de un caballero, sin duda.

Al avanzar por la caverna, primero me medio tropecé pero conseguí no caerme pero me dí cuenta de que no me podía mover:-Mierda telarañas. Ahora sí que la he hecho buena.-digo pensando en voz alta. por suerte Domo y Lorantha me ven. Al primero le importa una mierda lo que me pase, menos mal que al segundo le importo algo más, le pide a Sir Hugo y a Alfred que me ayuden. 

Veo que Sir Hugo es el primero en acercarse, desenvainando la espada:-Ve con cuidado, ya sabemos que hay arañas. Y gracias por la ayuda.-le digo a Sir Hugo. 

Parecía que el plan no había sido del todo mascado antes de entrar en la cueva, pero tampoco es que estemos siguiendo mucho las ordenes de Domochievski. Grunt que se había aproximado al otro lado de la caverna, había sido atrapado por una telaraña. Mientras esto pasaba el ruido que íbamos siguiendo empezó a correr hacia al interior del corredor y el kislevita opto por cargar contra lo que fuera.

- Correr a oscuras por una cueva, estoy viendo lo que va a pasar.

Lorantha siguió las ordenes del kislevita mientras añadía una ayuda hacia Grunt, serían los que venían detrás los que le ayudarían mientras el resto cargábamos hacia lo que fuera que hubiera en el túnel. - Sigmar ayúdanos a encontrar al mediano. 

¿Echar una mano a quien  ?.Pregunto algo despistado y cuando ni siquiera he dado un paso hacia el enano el bretoniano ya ha intervenido cortando la tela de araña y me quedo en tierra de nadie sin saber exactamente que hacer .Debo apoyar al kislevita , seguir las ordenes de la elfa o retroceder con los demás ?.Al final se impone el sentido del deber y avanzo para apoyar a Grunt  y Sir hugo.Y ahora ?.Pregunto cuando llego junto a ellos .

La guerrera como si de una polilla se tratara, siguió la luz de Walter por por el tunel hacia donde se dirige el Kislevita. Se paró justo de trás de él, con el arco listo y la espalda contra la pared de tunel. Dejar la pequeña sala le daba tranquilidad, ahora la antorcha iluminaba bien las paredes y su imaginación dejó de jugarle malas pasadas.

De refilón vió como uno de los enanos, ahora mismo no sabría decir quien, cayó en una de las telas de arañas y se le puso el vello de punta, el impulso de amistad le tiró para ir con la Elfa, pero era como un soplo contra un vendabal, que era el miedo que la urgía a buscar refugio, así que se internó en el nuevo tunel con su nueva mejor amiga. La antorcha de Walter.

El enano estaba poniéndose nervioso, no veía ningún enemigo que decía el resto, mientras tenía luz delante y detrás suyo. Aquellos humanos podrían ver algo más pero su visión se veía perjudicada por aquellas antorchas. Al poco Grunt se acercó a un lateral descubriendo que había telarañas cerrando el paso de diversos túneles. - Arañas, malditos bichos asquerosos, nos intentarán cazar si les dejamos. - se calló cuando el kislevita comenzó a cargar contra la oscuridad que tenían en frente. El resto comenzó a avanzar tras el mientras la elfa organizó quienes tenían que acercarse al enano atrapado para sacarlo. Con eso aquellos quedarían algo retrasados y serían los encargados de proteger las espaldas del grupo. - Vamos! - Dijo siguiendo al resto mientras mientras se disponía a cargar contra cualquier enemigo que apareciera en su campo visual.

Lorantha había dado indicaciones para ayudar a Grunt, y la mayoría del grupo las habían acatado, desafiando con ello las órdenes de Domochievski, o al menos desde la perspectiva del Kislevita. Consciente de que nadie lo acompañaría, el duro hombre del norte retrocedió ignorando el problema en que se encontraba Grunt mientras bufaba para si. Una telaraña no era un enemigo por el que tuvieran que temer, al menos el no se amedrentaría por eso.

Llegando hasta donde estaba Nathan, le arrebató la otra antorcha pues Kurt ya se disponía a quemar las telarañas, aunque por suerte el bretoniano les estaba previniendo sobre lo que podría suceder, aunque bien hubiera preferido que le siguiera. De hecho, lo que mas alteraba al kislevita era que hombres como Kurt, Walter, Alfred o el mismísimo noble bretoniano no pudiesen seguir una linea de mando y prefiriesen ayudar a un torpe enano.

En la realidad, el kislevita no habría dudado en ayuda a Grunt, pero tenía un juramento que cumplir, y eso estaba por encima aun del clan al que consideraba su familia.

-Si alguien realmente desea salvar a Jaime, que me siga sin pestañear. De lo contrario, será mejor que retrocedan y salven sus vidas- exclamó mientras todos observaban como Sir Hugo rebanaba las telarañas con su espada con cierta dificultad, pues estás fácilmente se enredaban en su espada, dificultando con ello los cortes consecutivos.

Aun así, no se necesitó mucho para lograr liberarlo, y así poder proceder a quemar la telaraña si es que se quería seguir con ese plan. Grunt por su parte, aunque ya estaba libre, sufría aun de los restos de la telaraña que le envolvían y le impedían incluso caminar.

Avanzado hacia la elfa, por un momento pareció que el kislevita reaccionaría de forma imprudente pues su mirada desafiante mostraba ira, no obstante, solo se limito a hablar. -Si quemas eso, impedirás que Jaime y yo logremos escapar- y tras su sentencia, se adentro en la oscuridad empezando a correr con su maza en una mano y la antorcha en la otra. Era claro que el acto del kislevita estaba movido por la ira y por aquella extraña relación que le unia a Valdia y al mediano; no obstante, si recordaban bien todos, habían sido el y la elfa Lorantha quienes les salvaran a la mayoría de ellos en aquella fortaleza llena de herejes.

La elfa no iba a discutir con Domochievski, y menos en una situación como aquella, pero una telaraña era un material de combustión rápida. Apenas tardaría unos segundos en consumirse, eso sí, dejando al hacerlo un desagradable olor, pero poco más. Además, en el entorno cavernoso en el que se hallaban no había posibilidad de que el fuego se propagase, ni, dada su ubicación, que crease una barrera de fuego que les impidiera el paso.

Por otro lado, el grupo había continuado avanzando, quizá no tanto como al kislevita le hubiera gustado pero más de lo que posiblemente lo hubieran hecho al ver a Grunt atrapado. Lo que no podía sorprender al kosar a esas alturas era la escasa heterogeneidad conductual.

No tenía sentido hablar de aquellas cuestiones en ese preciso instante. Aquél era un momento para actuar y por ello la elfa siguió con su avance¹, pero a diferencia de cargar a lo loco como hacía el guerrero, anduvo con el arco preparado para hacer frente desde la distancia a cualquier amenaza que pudiera cernirse sobre ellos.