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La Sociedad Fénix 2

Dieselpunk

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22/10/2012, 15:00
Director

Lecciones de historia

La Primera Guerra Mundial (1897-1906)

En 1897, en plena guerra del Sudán, una fuerza alemana aliada con el Mahdi penetró en territorio colonial británico, ocupando las pirámides de Mëroe. Olvidando sus diferencias, una fuerza de franceses, ingleses y miembros de la Sociedad Fénix, obtuvieron una costosa victoria en la conocida como Batalla de las Pirámides. Esta operación alemana, que iba a ser alto secreto, saltó a la palestra de la escena internacional, iniciando una escalada de tensiones.

Ese mismo año, un independentista serbio llamado Garvilo Princip asesinó al archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa durante un desfile en Sarajevo. Austria declaró la guerra a Serbia, y el sistema de alianzas de Bismark supuso una rápida serie de declaraciones de guerra entre las principales potencias: La Triple Entente (Inglaterra, Francia y Rusia) y la Triple Alianza (Alemania, Austria e Italia). Le seguirían numerosos países, posicionándose en uno u otro bando.

La guerra comenzó con el intento de aplicación del llamado Plan Schlieffen, un avance a través de Bélgica para flanquear la frontera francesa y terminar la guerra con un rápido avance hacia París. Sin embargo, y contra todo pronóstico, las fuerzas alemanas, equipadas con armamento avanzado para su época, fueron rechazadas en las batallas del Marne y París, casi los mismos días, obligando al ejército alemán a una retirada táctica más allá de los rios Somme y Marne. Paralelamente, un ejército ruso al mando del general Samsonov marchó sobre la Prusia Oriental, pero fue derrotado en la batalla de Tannenberg. El ejército de la Entente debió así combatir en dos frentes: el occidental, donde se desarrolló una guerra de trincheras, y el oriental, más móvil, donde se presionó a las fuerzas rusas que sufrieron duros reveses como en la Batalla de los Lagos Masurianos (1899).


La infantería cargaba a bayoneta calada para ser destrozada por las ametralladoras alemanas

La Guerra de Trincheras, basada en posiciones fijas fortificadas que creaban una red impenetrable de alambre de espino, búnkeres y nidos de ametralladoras, fue el escenario de una larguísima y cruenta contienda donde las tropas aliadas perdieron cifras astronómicas de hombres para desarrollar avances muy pobres, que eran contrarrestados por contraofensivas alemanas de similares características. A pesar de los muertos, de las malas condiciones (tener que luchar en ambientes donde el sol se ocultaba fruto del humo de las bombas y con el agua llegando a las rodillas dentro de las trincheras) y de los sangrientos campos de batalla como el Somme o Verdún, el esfuerzo de guerra aliado se haría notar. Nuevas armas fueron concebidas intentando romper el bloqueo: aviación, fuerzas de choque rápidas que marchaban sobre el terreno y, sobretodo, la aparición de los carros de combate, bautizados por los británicos como "tanques" (nombre en clave con el que fueron secretamente desplegados en el frente).


Tanque británico desplegado en el Somme

Las cosas mejoraron en 1904, con la entrada en la guerra de los Estados Unidos, que se había mantenido al márgen hasta el momento. Su intervención bastó para sacar a Japón de la guerra, que dependía de sus suministros. Sus fuerzas de refresco fueron un gran alivio para las potencias aliadas, que comenzaron a cosechar las primeras grandes victorias. Entretanto, el Imperio Ruso se enfrentaba a las turbulencias fruto de un pueblo descontento por el hambre y las derrotas, agrupado ahora en torno a los soviets, y el partido comunista dirigido por Lenin. Incapaz de resistir una revuelta y una guerra exterior, Rusia salió de la guerra en 1905, y los alemanes redesplegaron sus tropas en el frente occidental.

Sin embargo, esta llegada masiva de soldados alemanes no pudo contener el avance aliado, que destruyó las líneas alemanas en la Tercera Batalla del Somme, y avanzó a bordo de sus tanques hacia la llamada "Línea Hindenburg", la última defensa de la Entente. Entretanto, y a pesar de las derrotas del ANZAC frente a Turquía, el Imperio Otomano se enfrentó a una revuelta interna, dirigida por Mustafá Kemal, alias "Ataturk", cuya junta de coroneles depuso al sultán e instauró una república, que se apresuró a firmar la paz con los aliados.

Sufriendo graves bajas y privaciones, el pueblo alemán comenzó a protestar con fuerza, creyendo que si deponían al káiser la guerra terminaría. Con Bismarck muerto en el primer año de la guerra, los apoyos del káiser fueron cada vez menores conforme el ejército alemán sufría derrotas en el frente occidental. Los acontecimientos se precipitaron en 1906, cuando sumado a un ataque generalizado de los aliados sobre la línea Hindenburg, que consiguió romperla, se produjeron revueltas en las principales ciudades alemanas. El Káiser abdicó, y ese mismo día murió fruto de una apoplegía. Un gobierno de emergencia se formó, incluyendo a las plataformas políticas que habían iniciado las manifestaciones (los llamados espartaquistas, que eran de izquierdas). Las fuerzas aliadas habían avanzado ya hasta Düsseldorf, ciudad que atacaron con fiereza. Antes de que cayera en manos del ejército dirigido por el general Durand Rosseau, Alemania y el Imperio Austrohúngaro (en proceso de disgregación por el ataque de los paises balcánicos) se rindieron. El armisticio se firmó a bordo del acorazado Kniav Suvorov, símbolo de la primera gran derrota de la Entente en la Batalla Naval del Índico.


Desfile de la victoria de las tropas aliadas

Los conflictos continuan (1906-1918)

A pesar de lo cruento de la guerra, de los 40 millones de muertos en ambos bandos, muchos de ellos civiles, los conflictos generados fruto de la contienda prosiguieron en los 12 años siguientes de forma discontinua. En primer lugar, se encontraba la cuestión de la Guerra Civil Rusa. Incapaz de detener el avance bolchevique, el gobierno del príncipe Kerenski fue disuelto, y se formó un gobierno provisional conocido como "la Rusia blanca", al mando del almirante Mijail Tupolev, héroe de la Primera Guerra Mundial.

La guerra en Rusia se volvió internacional, y las potencias aliadas ayudaron, aunque con cierta timidez, a las fuerzas de la Rusia Blanca, que tuvieron que abandonar Moscú tras el asesinato del zar en 1909. Las tácticas de guerra del almirante, brillantes para su tiempo, detuvieron al novedoso ejército rojo de Trotsky. Sin embargo, la retirada de la guerra de los aliados, cansados tras una década de conflictos y muerte, supusieron un duro mazazo para la Rusia blanca, rompiendo la muy necesaria cadena de suministros. La flota, que había sido un núcleo monárquico muy importante, se sumó ahora a la rebelión, fusilando a sus propios oficiales. Tupolev y el bando blanco lanzó un último y desesperado ataque para capturar Moscú, que casi tuvo éxito, de no ser por la traición de unos de los comandantes blancos. Capturado y dispuesto para su fusilamiento, el almirante Tupolev logró escapar en última instancia. Los aliados, que no deseaban inmiscuirse en más problemas internacionales (fue el año de la creación de la llamada Sociedad de Naciones, una iniciativa internacional para perseguir la paz) se limitaron a darle asilo y mantener oculta su identidad. Rusia cayó así en manos comunistas, convirtiéndose en la URSS.


Discurso del almirante Tupolev a las tropas de la Rusia Blanca

En los Balcanes, los conflictos se reanudaron en 1910 y durante ocho largos años, sumándose a una guerra civil en Grecia. Como fruto de estos conflictos, el otrora poderoso imperio austrohúngaro se disolvió en varios paises diferenciados, y llegando de hecho a atacar Hungría a su anterior hermana y aliada, Austria, conflicto donde tuvieron que intervenir a regañadientes las fuerzas de ocupación aliadas en Alemania.

Era el año 1918, y la Europa floreciente en su tecnología steampunk se encontraba maltrecha y llena de rencor. La guerra había asolado Europa, y se había extendido al resto de continentes, a excepción de América y Australia, y era el momento de la recuperación.

Los felices años veinte. ¿Felices para quien? (1918-1930)

La nueva generación de jóvenes que había nacido en la guerra, rechazaba ahora la violencia como forma de resolver los conflictos. Sus mayores, hastiados por el enorme sacrificio humano y material de la Primera Guerra Mundial y los turbulentos años posteriores, pensaron tan solo en recuperar el antiguo esplendor de sus economías, y poner a trabajar a la masa de parados que habitaban las ciudades tras el cierre de las fábricas de guerra.


Las tropas francesas ocupan las fábricas del Ruhr.

Alemania se llevó la peor parte. Acusada de "guerra sucia", y de provocar un conflicto que había supuesto tantos daños, el gobierno francés al mando del presidente Georges Clemençau impuso unas durísimas condiciones a la Alemania de la posguerra en el Tratado de Versalles (1907). Una Alemania rota por el conflicto social, los millones de muertos y las pérdidas materiales durante los bombardeos tuvo que enfrentar la durísima carga de pagar las reparaciones de guerra a los aliados, que sumaban cientos de millones de marcos. Ante la imposibilidad de un pago rápido, el ejército francés invadió la región industrial del Ruhr, inciando un durísimo régimen de producción fabril que aumentó el sentimiento de agravio del pueblo alemán, que ahora se creía expoliado y casi esclavizado.

No obstante, una tímida recuperación se vivió durante los años 20, fruto del desarrollo de la economía estadounidense, que derramó créditos entre sus aliados con condiciones muy ventajosas. Eran los felices años veinte en Estados Unidos, una nación que había luchado en una guerra lejana, y había salido victoriosa. La juventud se divertía en clubes de jazz, mientras los mafiosos traficaban con licor y ponían en jaque a la policía. Fruto de estos años, se vivió un gran desarrollo tecnológico, en el que el paradigma cambió. De un mundo basado en el vapor, se pasó poco a poco en un mundo basado en los combustibles fósiles y la electricidad.


Un mafioso se divierte en una cela de gala. Estados Unidos tardó casi 10 años en perseguir con eficacia a estos "barones del licor"

Fruto de estos años, el gobierno estadounidense al mando del presidente Calvin Coolidge, convenció a Inglaterra y Francia para que abandonaran su política de presión hacia Alemania, iniciándose la lenta recuperación de este país. Las tropas francesas abandonaron el Ruhr, pero blindaron su frontera con Alemania con una poderosa red de fortalezas de alta tecnología conocida como "la línea Maginot".

Sin embargo, los cimientos del mundo iban a tambalearse fruto de un suceso global. El 29 de octubre de 1929, la bolsa de Nueva York quebró, y una aguda crisis económica conocida como la Gran Depresión azotó a una América que había gozado de gran prosperidad. Durante años, el resto de paises occidentales fue abandonado a su suerte, mientras el presidente Franklin Delano Roosevelt se concentraba en paliar la crisis dentro de sus propias fronteras, iniciando una serie de atrevidas propuestas gubernamentales conocidas como el New Deal, que salvarían a la larga a esta democracia occidental.


Cola de racionamiento del pan en Chicago (1930)

El auge del fascismo (1930-1939)

Una Europa deprimida por la crisis se retrajo en si misma, siguiendo varias propuestas para enfrentar la nueva situación. Italia, incapaz de pagar las reparaciones de guerra, vió la subida al poder de Benito Mussolini, creador del movimiento político denominado como fascismo. Una amenaza que las potencias occidentales no pudieron o quisieron advertir. Tras reuniones de emergencia en la Sociedad de Naciones, se condonó el pago de las reparaciones de guerra a Alemania, Austria e Italia, aunque se mantuvieron las restricciones de armamento que recaían sobre ellas fruto de diversas convenciones sobre reducción de armamentos en los años 20.

Alemania, azotada por el desempleo y las tensiones sociales, vió la aparición de movimientos radicales. Uno de los más poderosos fue el NSDAP, el partido nacionalsocialista. Las proclamas de este partido llamaban al pueblo alemán a levantarse de nuevo, a dejar de sentirse avergozados, y a trabajar por una Alemania más "pura". Los movimientos xenófobos que culpaban de la agudización de la crisis a los magnates judíos aumentaron la sensación de histeria. Viendo en el líder del partido, Adolf Hitler, un hombre fuerte, el presidente de la república, Hindenburg, accedió a que el NSDAP se presentará a las elecciones de 1932, obteniendo bastantes escaños. Dos años más tarde, fruto de la situación de emergencia que vivía el país, unas nuevas elecciones llevaron al poder a Hitler, con una aplastante mayoría.


Concentración nazi en Nuremberg, previa a la guerra. Hitler era ya un ídolo de masas.

Hitler cambió la faz de Alemania por completo. La otrora castigada potencia, se levantó de nuevo en una recuperación económica fulgurante, casi milagrosa, basada en políticas económicas proteccionistas y en grandes obras públicas. Muchos parados fueron a engrosar las filas del nuevo ejército, una máquina de guerra moderna que sorteó las prohibiciones aliadas desarrollando nuevas tecnologías, que ellos no consideraban relevantes. Hitler prometió devolver a los alemanes el orgullo, el trabajo y la prosperidad. Hundidos y pisoteados, vieron en él un líder al que obedecer ciegamente. Toda oposición comenzó a ser perseguida, especialmente en la llamada "noche de los cuchillos largos" (1934).

Las potencias aliadas estaban demasiado ocupadas intentando recuperarse de la crisis. Francia, aunque con un ejército enorme, se hallaba sumida en turbulencias políticas, y la Inglaterra de Neville Chamberlain iniciaba la llamada "política de apaciguamiento", que suponía, de hecho, transiguir a muchas de las demandas de Alemania para evitar una nueva guerra. La experiencia de la Primera Guerra Mundial pesaba demasiado, y nadie quería una nueva masacre en las trincheras. Hitler aprovechó esta circunstancia para iniciar su politica de "lebensraum", el espacio vital. El pueblo alemán, y la raza aria, debía unirse expandiendo sus fronteras hacia zonas de influencia cercanas, creando una "Gran Alemania". Primero, se unieron a Austria en el llamado pacto del Anchluss (1938), le seguirían otros territorios como los sudetes polacos o el estrecho de Carelia. Hitler firmó un pacto secreto de alianza con Stalin, planeando el conflicto que estaba por llegar. Un conflicto para el que Alemania se había preparado a conciencia, y que pilló casi desprevenidos a los aliados.

El 1 de septiembre de 1939, las tropas alemanas se lanzaron a la conquista de Polonia. Poco después, unas titubeantes Francia e Inglaterra declararon la guerra a Alemania. Había comenzado la Segunda Guerra Mundial.


El führer les guiaba hacia la victoria

Notas de juego

La línea cronológica de este mundo se alteró fruto de los acontecimientos de la primera partida de la saga "La Sociedad Fénix".

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22/10/2012, 16:47
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Blitzkrieg

El nuevo tipo de guerra de Alemania cogió por sorpresa a los aliados. Pensando que aquella sería otra guerra de trincheras, iniciaron su movilización confiando en la línea maginot, y no supieron extraer buenas conclusiones de la fulgurante caída de Polonia en un mes (septiembre-octubre 1939). Los caballos eran de poca utilidad frente a las divisiones panzer y los ataques de la aviación.

Tras repartirse Polonia con la URSS, las fuerzas de Hitler se lanzaron en una rápida campaña de victorias sucesivas en Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Suecia, Noruega... los aliados no estaban preparados para aquel estilo de guerra móvil, que confiaba en ataques demoledores de la aviación seguidos por la perforación de las divisiones blindadas y el rápido avance de la infantería motorizada. Cada vez que quería plantearse una defensa en firme, esta defensa era rota, y el frente había avanzado cientos de kilómetros.

Inglaterra mandó la llamada BEF (British Expeditionary Force), buscando al igual que en la Primera Guerra Mundial bloquear el avance de la columna alemana en Bélgica. Pero la operación fue un desastre.

La caída de Francia

Escudada tras la línea Maginot, Francia confiaba en detener el avance alemán. Sin embargo, contra todo pronóstico, los alemanes avanzaron a través del bosque de las Ardenas, considerado como impenetrable para los blindados. Una vez más, la técnica y la inventiva alemana triunfaron sobre el modelo de guerra convencional.

Las pocas fortalezas de la línea Maginot en Bélgica, cayeron por sorpresivos ataques con paracaidistas, mientras las tropas avanzaban casi sin oposición ya en territorio francés. Los británicos se mantuvieron junto a sus aliados, y los franceses aún tuvieron ocasión de contraatacar y obtener alguna victoria pírrica, especialmente en una operación con carros de combate dirigida por el general DeGaulle. La ineptitud del mando francés, al mando del general Gamelin, y sus dudas durante el primer año de la guerra, planteando una pequeña ofensiva en suelo alemán que se retiró pronto tras la línea Maginot (la llamada "Drôle de guerre", o "Guerra en broma") sentenciaron a la potencia que había resistido en la Primera Guerra Mundial. Con un ejército que había perdido el espíritu de lucha en las trincheras, años ha, las divisiones panzer cortaron como un cuchillo las defensas francesas, embolsando los núcleos de resistencia, incluida la línea maginot, que cayeron uno a uno.

En una rápida y fulgurante campaña, Francia cayó. Los aliados estaban atónitos. El nuevo presidente francés, Petain, rindió el país a los nazis, convirtiéndose en un estado marioneta conocido como la Francia de Vichy. A pesar de que pronto el movimiento guerrillero y partisano combatió a los alemanes dentro de la propia Francia, los restos del ejército aliado, formado por tropas de las naciones que habían caído bajo el mando del eje, como Chequia o Polonia, se retiraron en las playas de Dunkerque en una humillante huida donde casi fueron aniquilados por los alemanes, de no ser por la rápida intervención de la Royal Navy británica.

Inglaterra, sola

Mientras las tropas alemanas desfilaban triunfalmente en las calles de París, y Adolf Hitler se retrataba con sus generales frente a la silueta de la Torre Eiffel, Inglaterra fue abandonada a su suerte. A excepción de los países que formaban parte de la Commonwealth y su imperio, las islas británicas estaban solas frente a la invasión alemana. Mal equipos, con la moral por los suelos, con un armamento terrestre anticuado y unas tácticas de guerra obsoletas, Inglaterra tuvo que repensar su estrategia.

El nuevo presidente, el enérgico Winston Churchill, planteó una defensa a ultranza frente a los alemanes. Estas fueron sus palabras: "defenderemos nuestra isla cueste lo que cueste, lucharemos en las playas, lucharemos en las pistas de aterrizaje, lucharemos en los campos y en las calles, lucharemos en las colinas, nunca nos rendiremos". El rey Jorge VI, pese a su tartamudez, dedicó un emotivo discurso a todos aquellos que estaban dispuestos a resistir.

La invasión alemana de Inglaterra, sin embargo, se retrasó durante unos fatídicos meses. Confiado por sus triunfos, y sabedor que el ejército inglés no suponía una amenaza seria, Hitler confiaba en que si bombardeaba las defensas aéreas inglesas, uno de sus bastiones frente a la invasión, podría anular con su superioridad aérea a la Royal Navy, y el gobierno inglés se rendiría rápidamente ante las operaciones de invasión. Confiado por la tradicional postura neutral de los ingleses, y su imagen de guerreros poco valerosos, creía en una victoria fácil. Pero no conocía a aquel pueblo inglés. El de 1940. Un pueblo que luchó solo cuando nadie más lo hacía.

La luftwaffe de Goering se lanzó al ataque, buscando destruir las bases de la RAF y allanar el camino hacia la invasión. Sin embargo, Inglaterra resistió. A pesar de los bombardeos a las ciudades, a pesar de perder miles de hombres y aeronaves. Poco a poco, la sabia aplicación de la nueva tecnología del radar y el valor de los pilotos de caza, a bordo de sus spitfire, mantuvieron a raya al ejército del aire alemán, dando al traste con la invasión. Ocupado ahora en la conquista de Grecia, potencia que había rechazado un ataque italiano, Hitler parecía concentrar sus fuerzas en el este, lanzándose a la invasión de Rusia en la llamada Operación Barbarroja. Había llegado el momento de que los ingleses contraatacaran.

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22/10/2012, 17:54
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Dieselpunk

Imagina un mundo donde la tecnología del diesel se anticipa a inventos posteriores. Máquinas voladoras, extraños robots y armas adelantadas a su tiempo. Imagina que los diseños de guerra nazis de 1944-1945 están ya sembrando el caos en el frente occidental, y son combatidos por máquinas de guerra aliadas igualmente asombrosas. Un mundo donde el ordenador personal ya existe, y las mujeres, que trabajan en las fábricas sin descanso, aspiran también a ser pilotos, espias y soldados, contribuyendo al esfuerzo de guerra aliado.

La tecnología dieselpunk ha cambiado la faz del mundo conocido, pero este sigue basándose en un modelo social antiguo, que está a punto de ser contestado. Los ciudadanos de las colonias, oprimidos, ayudan a sus metrópolis, pero pensando ya en la independencia cuando se alcance la victoria. Las mujeres no se conformarán con su papel de madres y esposas módelicas cuando Hitler sea derrotado. Porque será derrotado. Entretanto, enciéndete un cigarrillo lucky y conduce tu automóvil por las carretas del medio oeste, plagadas de anuncios de maravillosos inventos que harán tu vida algo mejor.

El mundo en guerra

El esfuerzo tras el frente se concentra en la producción bélica. Los niños y las mujeres recogen chatarra en carritos, que es reconvertida en tanques y aviones en fábricas donde las mujeres trabajan turnos de 10 horas, exaustas y preocupadas por el hermano o el marido que lucha en el frente.

En casa, la vida pretende amenizarse con un estilo de vida alegre, algo desenfadado, que no olvida nunca a los que pelean por ellos. Miembros de la policía y el servicio secreto peinan las calles buscando espías que puedan desestabilizar el gobierno o paralizar el esfuerzo bélico, mientras la población alemana o de ascendencia alemana es vigilada estrechamente, tanto para evitar que sean linchados como para que puedan comunicarse con sus "hermanos del Reich".


Pilotos femeninas del programa WASP de los EEUU (transporte y vigilancia de las costas continentales)

De las potencias aliadas, la más castigada es Inglaterra. Sufre privaciones y racionamientos, así como ocasionales bombardeos nocturnos de los alemanes a las principales ciudades, sobretodo Londres, una táctica de guerra psicológica conocida como "el blitz", que pretende minar la moral aliada. Los bomberos trabajan a destajo en cuanto los aviones alemanes desaparecen, y los ciudadanos, que se esconden en las galerías del metro, resurgen para volver a sus puestos de trabajo y reparar la ciudad.

La situación es algo mejor en las colonias inglesas, Australia y Canadá, que dedican gran parte de su esfuerzo fabril a la producción de guerra británica. Voluntarios se alistan copando los centros de reclutamiento, deseando "hacer su parte". Aquellos jóvenes que no pueden contribuir al esfuerzo de guerra se sienten decepcionados, y algunos hasta contemplan el suicidio, sintiendo verguenza por tener que quedarse en casa. Así son los nuevos soldados de paises como Inglaterra o Estados Unidos: valientes y optimistas. Son conscientes de la amenaza que supone el fascismo, y lucharán con denuedo para alcanzar la victoria. La supervivencia de muchos depende de ello, especialmente en los países ocupados.

Estados Unidos no ha entrado todavía en guerra, pero vende material bélico e incluso lo escolta hasta Inglaterra con su propia flota como parte de los llamados "acuerdos de préstamo y arriendo". Esto supone que la Navy debe rechazar en ocasiones a los submarinos alemanes, los u-boote, que se están cebando con los convoyes de suministros aliados. Roosevelt intenta presionar al congreso para que entrar en guerra del lado de Inglaterra, pero los americanos todavía desean mantenerse al márgen.


Tropas japonesas en China

En Asia, Japón inició en 1937 la conquista de China. El pueblo japonés, agraviado tras la PGM, giró hacia un totalitarismo militarizante ejemplificado en el primer ministro y el emperador Hiro-Hito. El imperialismo japonés tiene como misión conseguir los suministros y materias primas que Estados Unidos, asqueada por esta política imperial, le ha negado. En China, el ejército nacionalista intenta resitir, aunque las tropas más efectivas son las del partido comunista. No obstante, a estas alturas de la guerra, se están produciendo grandes masacres en ciudades capturadas, como Nanking, donde oficiales japoneses compiten cortando cabezas de prisioneros con sus katanas. Para un japonés, un enemigo que se rinde es un ser infrahumano. Los japoneses saben que si siguen así, los aliados entrarán en la guerra en su contra. Por eso, están preparando un golpe fulgurante en este año de 1941.

En los países ocupados por los nazis, la vida es dura. Las naciones que se rindieron con poca pelea, o sin hacerlo, viven en una especie de calma tensa, bajo el ojo atento de la gestapo y trabajando para los alemanes en sus fábricas. Otras naciones como Polonia o Francia han decidido llevar a cabo una lucha en la sombra, con guerrilleros y partisanos, debilitando las defensas alemanas en la zona y pasando información a Inglaterra, que les proporciona armas y suministros en silenciosos lanzamientos nocturnos con aviones de transporte. Otros países han tomado el ejemplo, y la resistencia al invasor comienza a hacerse fuerte. Los alemanes, sin embargo, aplastan (o tratan de aplastar) a estos grupos rebeldes.


Miembros de la resistencia francesa durante una operación de comando

Los bandos

A pesar de que en 1940-41 no todas las naciones estaban en guerra, el mundo se dividió en dos bandos. Por una parte, los aliados, dirigidos por Inglaterra, Estados Unidos y más tarde, la Unión Soviética. Por otro lado, las llamadas potencias del eje, con Alemania, Italia y Japón.

Potencias del eje

  • Alemania (Tercer Reich) incluye:
    • Slovaquia (régimen de Tiso)
    • Bohemia y Moravia.
    • Hungría (régimen de Szálasi)
    • Noruega (régimen de Quisling)
    • Macedonia (tras la invasión de Grecia)
    • Bielorrusia (tras 1941)
    • Francia de Vichy
    • Países ocupados durante la guerra.
  • Italia, incluye:
    • Montenegro
    • Albania
    • Mónaco
    • Países ocupados del norte de África (como Somalia)
  • Japón, incluye:
    • Manchuria y China ocupada.
    • Mongolia interior
    • Filipinas (en 1942)
    • Parte de la India (tras 1941)
    • Vietnam (tras 1941)
    • Laos (tras 1941)
    • Camboya (tras 1941)
    • Islas y plazas del Pacífico (tras 1941)
  • Aliados ocasionales del eje:
    • Argentina
    • España
    • Dinamarca
    • Suecia y Noruega
    • Finlandia
    • Yugoslavia

Los aliados

  • Reino Unido de Gran Bretaña y aliados de la Commonwealth
    • Francia libre (exiliada en Inglaterra en 1940) y Congo belga
    • Gobiernos exiliados de Noruega, España, Polonia... (tras 1940)
    • Australia
    • Canadá
    • India
    • Nueva Zelanda
    • Sudáfrica y Rodhesia
    • Islas y dominios marítimos de Gran Bretaña (incluyendo Creta, Malta y Chipre)
  • Estados Unidos (tras diciembre de 1941)
  • Unión Soviética (tras 1941)
  • Chinas nacionalista y comunista
  • Italia (tras 1943)
  • Otras potencias secundarias (lista completa)

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22/10/2012, 19:08
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La Sociedad Fénix y la Órden de Thule

Gran parte del mérito de la victoria de la Primera Guerra Mundial lo tuvo una organización secreta de espias y combatientes británicos conocida como "La Sociedad Fénix". Esta organización, que reunía a las personas con aptitudes más sobresalientes del mundo libre, tiene su base en Inglaterra, en un apacible lugar de la campiña inglesa donde se alza Talbot Mannor, una escuela de "superhéroes" que a finales del siglo XIX era dirigida por los Talbot, un matrimonio comprometido con la defensa de la libertad en el mundo.

La Sociedad Fénix buscaba personas expertas en su campo, y especialmente a aquellos que demostraban tener "poderes", las llamadas serendipias (la unión del azar y la necesidad genética). Esta especie de "X-men" eran entrenados para aprovechar sus poderes de forma beneficiosa para mantener la paz y la democracia en el mundo. Formaban una red de agentes secretos a lo largo y ancho del mundo, cuya punta de lanza eran los "comandos", grupos de ataque formados por 4 o 5 miembros, tuvieran serendipias o fueran simplemente humanos sobresalientes, que se reunían con fines específicos para una misión, al cabo de la cual, si habían sido exitosos, volvían a disolverse. Los nombres de algunos de los integrantes de estos comandos resultaban significativos a finales del siglo XIX: el doctor Owen, famoso inventor, Dorian Gray, hombre "inmortal" o Archibald Sowreston, famoso cazador de la sabana.

Más importante fue el comando dirigido por Mijail Tupolev, el héroe de guerra ruso, antes del estallido de la Primera Guerra Mundial. Este grupo desbarató los planes alemanes de detonar un arma de destrucción masiva en París mediante un ataque aéreo masivo en los primeros compases de la guerra. Cada miembro de este equipo luchó luego por su nación en la guerra, obteniendo algunos de ellos, como el general y luego mariscal de Francia Durand Rosseau, grandes méritos y condecoraciones.


Artemis Sowreston, primera mujer oficial del ejército británico, llegó al rango de coronel y mandó a su propia unidad de guerreros subsharianos (los "hombres de Artemis"). Cosecharon grandes victorias en este escenario de la guerra, venciendo al famoso general alemán Paul Lettow-Vorbeck y sus fieros askari.

Su enemigo no era otro que la Órden de Thule, un grupo ocultista alemán que creía en la superioridad de la razia aria, y practicaban una política de matrimonios consanguíneos entre portadores de serendipias, de modo que sus hijos atesoraban una gran cantidad de poderes. El ejemplo paradigmático de esta doctrina fue el de von Krauser, padre e hijo, que dirigían la Órden antes del estallido de la PGM. Sin embargo, la poderosa orden de Thule, creadora de armas y estrategias de guerra que favorecieron a los alemanes, sufrió un duro mazazo con sendas derrotas en las batallas de las Pirámides y París (1897) donde los Krauser murieron y el movimiento fue descabezado.

Durante los años posteriores, Thule sufrió una profunda reestructuración. Se centró en obtener el poder económico y social mediante una tupida red de contactos, y pasó a ser dirigida por el conde Homolka, un vampiro supuestamente inmortal que había sobrevivido a la batalla de París. A pesar de la profunda crisis social y económica de Alemania, Thule se concentró en el estudio de viejos tomos ocultistas buscando nuevas armas que pudieran hacer vencer a su país en una futura guerra. Por eso, cuando un joven Adolf Hitler creó el NSDAP, la orden de Thule le brindó su apoyo político, económico y social, gracias al cual Hitler llegó a ser fhürer. Desde entonces, Thule y los nazis vivieron una luna de miel, peligrosa en todos los aspectos.

Hitler les prometió independencia en sus operaciones, y apoyo logístico y de tropas. Les permitió asimismo formar parte de la cúpula directiva de las SS, siendo el poder tras la sombra de Himmler. Se creyó así la división Thule de las waffen SS, un auténtico cuerpo de ejército con tecnología punta, escogido entre los arios más "puros", y que tenía carta blanca para experimentar, atacar los objetivos que considerara precisos y llevar a cabo operaciones por todo el mundo buscando poderosas armas que llevaran a la victoria definitiva del Tercer Reich. Homolka se mantuvo entonces en la sombra, como asesor de Thule y miembro del partido, dejando que el poder de la división homónima recayera en un militar brillante, y miembro de la orden: Hermann Bauer (derecha). Un hombre muy astuto, con grandes poderes mentales, Bauer dirigió entonces a la división Thule por la Europa ocupada buscando pistas de un gran poder. Un poder que podría cambiarlo todo. Detrás de su división, los "grupos especiales" de las SS iniciaban el genocidio de la población judía en Europa. La palabra escrúpulos no entra dentro de su diccionario.

Mientras tanto, en Inglaterra, los restos del ejército aliado se repliegan. En Talbot Mannor, el anciano matrimonio al cargo de la Sociedad Fénix, los Rosseau, piensan que la nueva iniciativa de la Órden de Thule debe ser contestada por los aliados. La Sociedad Fénix debe convertirse en la punta de lanza del avance aliado.

El comando Fénix

Aunque las labores de espionaje y desestabilización eran muy necesarias en la Europa ocupada, la Sociedad Fénix debía responder al desafío de la militarización de la Órden de Thule. Dado su carácter secreto, el gobierno británico no pudo otorgarles el mando sobre un gran número de hombres. Sin embargo, la Sociedad Fénix se unió y apoyó la iniciativa de un militar británico, el coronel William Talbot (hijastro de los Talbot) en la creación de una nueva unidad de combate de operaciones especiales: el cuerpo de comandos.

Formado por guerreros sobresalientes, el cuerpo de comandos tendría ahora un regimiento especial, el llamado comando Fénix. Este comando estaría formado por los hombres y mujeres más sobresalientes del ejército aliado, hombres y mujeres con superpoderes, pero también, simple y llanamente, guerreros con aptitudes especiales, duros e imaginativos, que llevaran el combate al enemigo. Operando frecuentemente tras las líneas enemigas, el comando Fénix se convertiría en una de las mayores esperanzas de los aliados en aquellos tiempos oscuros. Su misión: detener a toda costa los planes de la división Thule, y ayudar a las tropas a ganar la guerra contra el eje.