Partida Rol por web

Naolind mira por el rabillo del ojo a Gnimsh ladeando la cabeza de un lado a otro, a modo de desaprobación, pero sin mediar palabra. Debía concentrarse en el lobo que tenía frente a ella. Apunta y nuevamente dispara a la bestia.

El virote disparado por Naolind decide que ha llegado la hora de empezar una nueva vida e independizarse y vuela libre perdiéndose en las profundidades del bosque.

Los rugidos y gritos de sus compañeros empezaban a subir de tono, la escaramuza se estaba volviendo cruda. Sin duda que los lobos no esperaban encontrarse con unas presas tan duras, pero la verdad era que Rhean empezaba a preocuparse por lo que tardaban en despachar a las béstias -Como más se alargue más posibilidades que alguien salga herido de esta.

Con energías renovadas la paladina maniobró rápidamente y le dedicó un diestro mandoble al canino. Sin más intención de acabar con la agonía del animal

Moviendo mis manos tal y como me habían enseñado y diciendo las palabras con la entonación adecuada hice brillar un potente haz de luz justo delante del hocico del lobo que tenía delante dejándolo momentaneamente ciego.

El espadazo de Rhean no resulta ser lo suficientemente rápido, por lo que es esquivado por el lobo con un salto hacia un costado. Nada más volver a poner las patas en el suelo y sin dar tiempo a reaccionar a la brava paladina el lobo se lanza contra ella con sus fauces por delante, pero no consigue apoyar las patas firmemente y el salto resulta desviado.

El malherido y ahora ciego lobo que se encuentra junto a Theoden y Eko parpadea en un par de ocasiones, lanza una ciega mirada al frente entre jadeos para finalmente desplomarse al suelo víctima de la perdida de sangre causada por las heridas recibidas.

El último lobo, pese a estar rodeado por el Alcalde, Gnimsh, Naolind y Qüenya no se rinde, y lanzando espumarrajos por la boca se abalanza contra la guerrera elfa con las fauces completamente abiertas, pero la guerrera esquiva el mordisco con un grácil movimiento.

Harto ya de los malditos lobos, me lanzo hacia el que tengo más cerca dispuesto a acabar ya de una vez por todas con esta lucha.

El lobo que se encontraba frente a Rhean no se esperaba un ataque desde otro ángulo, así que poco pudo hacer para esquivar el potente espadazo del guerrero, el cual decapito al pobre animal, lanzando la cabeza un par de metros. El resto del cuerpo cayo inerte al suelo, dejando un cada vez más amplio charco de sangre.

Saco mi honda con la intención de lanzar una pedrada, o al lobo o al aire. Si le doy, bien, y si no le doy pero le distrae ver un canto rodao salir disparao pues mejor, pues si lo consigo despistar, quizás logre disponer de tiempo bastante como para volver a trepar a un árbol y sacar la lira.

Nuestro querido pequeño gran héroe intenta en este caso hacernos una demostración de su habilidad en el uso de la honda pero sus problemas estomacales hicieron que la piedra lanzara fuera a hacer compañía con el virote previamente disparado por Naolind.

El alcalde intento aprovechar que el lobo se quedo un momento mirando asombrado el lejano vuelo del proyectil, clavando profundamente la daga en uno de los muslos del lobo.

Qüenya maldice al alcalde una y otra vez - ¿Qué parte de que eres nuestro protegido no entiendes? Quédate atrás mediano - La elfa volvió a atacar con su espada al mismo lobo del alcalde pero el animal se encogió por la cuchillada del hobbit y esquivó por suerte el espadazo de Qüenya. Un golpe de suerte para el lobo con suerte.

El golpe de Qüenya iba diestramente dirigido hacia la cabeza del lobo, pero en el último suspiro y justo antes del golpe el dolor del muslo provocado por el ataque del alcalde le desestabilizo haciendo que el golpe pasara escasos centímetros por encima de su cabeza. El alcalde por su parte respondió a la pregunta de la elfa con un tosco gruñido mientras arrancaba la daga de las carnes del animal.

Al ver que ya solo quedaba un único lobo y pensando en posibles enfrentamientos más adelante decido guardar mis fuerzas y dejar que sean el resto de mis compañeros los que acaben con el lobo restante.

Naolind vuelve a disparar contra el último lobo

Demostrando más cariño por la vida de los lobos que por la suya propia, el nuevo virote disparado por Naolind se une a los otros que se habían perdido en la espesura del bosque.

Durante unos instantes la paladina miró a su alrededor desorientada. Había tardado más de lo deseable en deshacerse del canino y mirase por donde mirase no veía más que lobos muertos.

Al final descubrió el que quedaba vivo.
Pensó en dejar que sus compañeros matasen a la béstia, pero temió por el alcalde... Así que se lanzó contra el último lobo todo y que la ventaja numérica que tenían era ya vergonzosa.

La valiente Rhean se dirigió espada en alto hacia el último de los lobos, con los ojos fijos en su presa dispuesta a darle un potente golpe de espada... solo que el golpe se lo dio ella misma en la cabeza al tropezar con una piedra. Tal vez debería de haber fijado sus ojos en donde pisaba.

El último de los lobos inasequible al desaliento se lanza con las fauces abiertas de par en par a por Theoden al cual consigue dar una buena dentellada a la altura de la muñeca izquierda.

Observaba desde un lateral cómo mis compañeros se batían con el último lobo. La paladina acababa de fallar su ataque, pero el estado del lobo no merecía preocupación ninguna. Salvo que las cosas se pusiesen sorprendentemente muy feas para mis compañeros, no pensaba intervenir; ese no era mi combate. Mantenía la espada desenfundada y el escudo en la mano, por si la situación requería una rápida acción por mi parte, pero por el momento consideré más apropiado dejar que sea quien lo inicia el que termine el combate.