Partida Rol por web

--- Comprendo, comprendo, Herr Hunderprest, pero en todo caso preferiría igualmente conocer a alguno de ellos, aunque sea sólo para establecer contactos, nunca se sabe. Quizás ahora no estén dispuestos a vender, pero quién sabe más adelante. O al revés, tal vez les interese comprar, y en ocasiones han llegado a mis manos piezas que podrían ser de interés.

Robert: no consigues abrir la trampilla por las buenas, y te das cuenta de que forzarla va a ser ruidoso y además dejará rastros.

No puedo ayudarle, se limita a responder el austríaco.

Aquello empezaba a pintar mal, Hunderprest se estaba cerrando en banda, y Nicholas debía entretenerlo lo más posible. Sin embargo, por otra parte, era bastante curioso que Hunderprest se mostrase tan reacio a hablar con sus "colegas", tal vez mereciese la pena investigarlo (1). Decidió, pues, cambiar de tercio.

--- Oh, vaya... Pues, francamente, me deja usted frío. Es una pena, ciertamente,hubiera sido un buen negocio... En todo caso, Herr Hunderprest, disfrutemos de la comida, que por cierto está deliciosa. Y dígame, Herr Hunderprest, si me permite la curiosidad, ¿qué opina de lo acaecido en la subasta? Ciertamente fue algo espeluznante, ¿qué puede haber movido a alguien a cometer tamaño barbaridad?, ¡y a la luz del día nada menos! (2)

Vivimos en tiempos difíciles,señor Highforest, responde Hunderprest sin dar señal alguna de quererse levantar de la silla.

Tras pasarse varios minutos forcejeando con la cerradura, Robert se dió por vencido, no podía abrir eso sin producir muchos ruido y tal vez no fuera conveniente. Desesperado dio un par de vueltas por la habitación buscando algún tipo de solución.

Mierda se que ahí debajo se esta cociendo algo, tal vez sea la clave para desentrañar el misterio de Herr Hunderprest, pero no se ni que hacer. Bueno tal vez la llave este por aqui cerca, no debería por que temer que le entraran, no tiene ninguna sospecha. Si no saldre para avisar a Steven, tal vez el sea capaz de abrirlo.

Robertt se pone a buscar en la habitación donde se encuentra si hay alguna llave que encaje en el pestillo. Si pasados unos minutos no encuentra nada, saldra a buscar a Steven.

No hay llave alguna.

La respuesta del austriaco hizo que un escalofrío recorriera su espalda. ¿Cómo era posible que ante semejante atrocidad se mostrase casi indiferente, diríase? La culpabilidad de Hunderprest ganó muchos puntos en aquel momento. Sin embargo, no era tiempo de malas reacciones, sino de mantenerlo ocupado...

--- Cierto, muy cierto, Herr Hunderprest. La Gran Guerra ha traído la pobreza y la desesperación a estas tierras, quién sabe lo que son capaces algunos de hacer...

Tras buscar inútilmente la llave Robert cede en su empeño y visto que no sera capaz de abrir la cerradura solo se le ocurre avisar a Steven y ver que puede hacer él. Inmediatamente sale de la casa y cierra la puerta ya que tiene cogido el truco a la cerradura y no le creara problemas el abrirla otra vez.

Tras salir a la calle, Robert intenta primero enfocar ya que sus ojos aún no están hechos a la oscuridad de la noche, una vez que ve una silueta, se acerca rápidamente sabiendo que es Steven.

Steven, Steven. Ha sido Hunderprest, he registrado su domicilio y he encontrado algunas pruebas que lo confirman. Dice Robert susurrándole. He encontrado un hueso de un dedo con anillo que parecía ser valioso. y además muchos libros de resucitar muertos y de ocultismo sobre la vuelta a la vida. También me ha parecido detectar el olor dulzón de la escena del crimen, y siguiendo su rastro he encontrado una habitación con una trampilla en el suelo. Lo malo es que no he conseguido abrirla, tu que opinas nos dará tiempo a abrirla? Tu podrías intentarlo? Que dices rápido Steven toma una decisión, no se si podremos volver a colarnos aquí. Todo esto lo dice atropelladamente, muy rápido y casi sin respirar, ahora mira a Steven cogiendo aire y con los ojos muy abiertos casi saltones, con una muestra de nerviosismo.

-Es-está bién, Robert, tranquilo -dijo, Steven-intentando captar todo lo que estaba diciendo su amigo, e intentando encontrar sentido a todo aquel torrrente de palabras referidos a dedos de muertos y libros para resucitar.- ¿Una trampilla? Yo no soy cerrajero, no sé que voy a poder hacer.- Miró a la calle, y al ver que parecía que no venía nadie, se decidió- Está bién, guíame, vamos.

Mientras Robert le guiaba hasta la trampilla que había mencionado, Steven no dejaba de mirar a su alrededor, hacia las habitaciones al lado de las que pasaban y todo lo que veía. Al llegar al dormitorio se dió cuenta del olor dulzón que provenía de la trampilla. Ya sabía por qué Robert le daba tanta importancia. La miró, escarbó unos momentos alrededor del borde y el pestillo y luego probó a abrirla.

Dado que Huderprest no colaboraba demasiado en la conversación, Nicholas decidió mantenerlo entretenido hablándole sobre algunos de los objetos más curiosos que habían en encontrado en Egipto en las excavaciones en las que había intervenido, comentándole detalles sobre los ritos mágicos egipcios y pidiéndole consejo u opinión en algunos aspectos que Nicholas pudiese no conocer demasiado.

Steven, Robert: la trampilla se abre a un pozo, al que se baja por una escalerilla sujeta a la pared. Al abrir, el tufo se triplica en intensidad, por lo que habréis de recurrir a taparos la nariz con pañuelos, etc. En la pared hay un interruptor de luz, y veis cables eléctricos que bajan por el pozo, paralelos a la escalerilla.

¿Encendéis la luz?

Steven dió un paso atrás y, girando la cara, ahogó una exclamación al llegarle con tal intensidad aquel olor dulce. Se tapó la nariz con su pañuelo, con los ojos lagrimeándole, y miró a la trampilla abierta pensando si bajar o no.

-Ahí abajo podría haber algo. Me refiero a que si los mordiscos vistos en los cadaveres no eran humanos, bueno, en algún sitio tiene que estar el animal que los hizo...-Steven miraba inseguro la abertura, mordiéndose el labio inferior con nerviosismo. -Creo que es mejor no encender esa luz y usar las linternas pero, si hubiese un animal puede que no lo veamos y él nos oiga acercarnos y ataque.

Estoy de acuerdo contigo Steven, encender esa luz puede significar que llamemos la atención de algo. Viendo la indecisión de Steven, le agarra del hombro y le indica que el primero sera él. A partir de ahora silencio absoluto, no me gusta nada ese olor e intenta que la linterna no destelle con su máxima potencia, pon la mano o algún objeto en medio, para que solo podamos ver. Yo iré primero tu sígueme, espero no tener que utilizar esto. Y señala el cuchillo de cocina que lleva consigo.

Con un ligero temblor en la mano, Robert agarra la escalerilla y se dispone a bajar. Ahora bajare, tu alumbra desde arriba y hasta que no te avise no bajes. Este lugar debería conectar con las alcantarillas y sera por donde se mueve Herr Hunderprest.

Conforme bajas te parece que el pozo tiene algo raro, pero no se te ocurre el qué.

Al llegar abajo, a unos 18 m de profundidad, te encuentras sumido en una pesadilla. Las paredes son lápidas de mármol robadas de mausoleos, y entre ellas cuelgan tapices confeccionados con sudarios, entretejidos con los huesos de sus antiguos propietarios.

Robert lanzo una ahogada exclamación antes lo que sus ojos observaban, un cosquilleo le recorrio toda la espalda y sus nervios se pusieron a flar de piel. Que demonios es esto, es la obra de un loco, es espeluznante. Nose que pensar es aterrador cuantos metros medira este lugar y ese asqueroso olor de donde procede? Robert hizo un gesto hacia Steven y le indico que bajara. Mientras agarraba fuerte mente el cuchillo hasta el punto que los nudillos se le ponían blancos ante la tensión. La luz de si linterna se movía en todas direcciones sin fijarse en ningún punto fijo, esperendo la sorpresa, el movimiento.

Ante el gesto de Robert, Steven se sujetó el pañuelo sobre la naríz y la boca, anudando dos de sus esqueinas tras la cabeza y descendió por la escalerilla. Al llegar abajo, a punto estuvo de gritar a causa de la sorpresa y el horror de lo que estaba viendo, que parecía más propio de una novela de Poe que del mundo real. Luchando con la tentación de volver a subir y alejarse de allí, se acercó a Robert, decidido, al menos, a no quedarse sólo.

-Está claro que Hunderprest está perturbado, es la única explicación-susurró-Creo que, si hay tiempo, me gustaría echarle un vistazo antes de irnos a esos libros sobre resurrecciones de los que hablaste. Puede que sean una pista para saber en qué está pensando.

En el centro de la sala a la que desciende la escalerilla hay una pequeña mesa y una silla. Sobre la mesa descansan un libro y la cabeza de latón robada, dispuesta a su vez sobre una bandeja de plata. Ambas están recubiertas de una sustancia negruzca.

El libro que hay sobre la mesa es el Liber Tenebrae.

Liber Tenebrae (El libro de la oscuridad)
+8 a Mitos de Cthulhu; multiplicador de conjuros x2 (3 conjuros: Contactar con un gul, Contactar con Nyogtha y Contactar con Y'Golonac); pérdida de COR 1D8.

En la pared norte hay tres pequeñas sepulturas excavadas en la pared, vacías las tres.

La habitación cuenta con dos recias puertas: una al este y otra al oeste.