Partida Rol por web

-Tendrán que proseguir.-Les llegó por radio.-No parece que nos deje abrir más

Sin mucha más opción, salvo seguir adelante, entraron en la cámara de la esclusa de acceso de la nave, que estaba iluminada por una ténue luz verdosa, que recorría las paredes como una especie de membrana iluminada, para un suelo quitinoso, ligeramente áspero y con apariencia dura y consistente, en un color negro mate cuya superficie tenía dibujada una seríe de "baldosas" de formas ameboides y no más grandes que una mano humana abierta, apenas distinguibles por una especie de sutura que había entre baldosa y baldosa.

El aspecto orgánico de todo era especialmente llamativo, sin embargo, tenía una consistencia y solidez especial, además de que era seco al tacto.

Ahora era el momento de abrir la siguiente puerta de la esclusa, la del interior de la nave, tendrían que esperar un momento a que el sistema de apertura forzada hiciera lo mismo con la puerta interior... pero toda idea de hacerlo se vino abajo en cuanto esta se abrió sola.

La nave sabía que estaban allí.

Sin embargo, sólo se abrió la interior, la exterior permanecía limitada a ese estrecho metro de apertura, no estaba precisamente confiando en ellos.

La siguiente estancia de la nave era la bahía de carga: Un amplio espacio circular, casi vacío sino fuera por unos 2 generadores, apagados y justo en frente de la esclusa de entrada, de los que salían unos grandes cables que ascendían por la bahía de carga, hasta perderse en una suerte de escaleras que parecían una mezcla de rama de estructura quitinosa, de color grisáceo pero recorrido por unas estrías amarillas que hacían que fuesen fácilmente observables, siendo claramente algo diseñado para el movimiento de una persona, las cargas parece que debían de ir por una especie de esfínter en el centro del techo de la sala, aunque el como debía de ascender una carga, si estaban en un planeta con gravedad, no estaba tan claro pues no había ascensor ni grúa.

En un lado de la sala había 2 tanques grandes, aunque no masivos, con dos conductos para cada tanque que parecían conectarlos a la nave, eran lo bastante grandes como para que una persona pudiera entrar en ellos, pero eran a su vez cilíndricos y cerrados.

El suelo de la bahía de carga ya era un tanto distinto, no parecía tener la misma consistencia y las baldosas ameboides ahora sobresalían como almohadillas, apenas distinguible porque la luz en el interior de la nave era verdosa y ténue, saliendo de la pared pero ahora saliendo de algo bastante similar a unas grandes almohadillas que rodeaban las paredes de la sala y de las que salían unos conductos igualmente verdosos, y de aspecto similar a venas, entre el color de las luces y el aspecto daba una sensación tétrica cuanto menos.

- Es correcto Kazz, en cuanto liberemos las toberas, tras un proceso manual muy sencillo que podrá realizar cualquier operario del Hangar 10, ese tejido será fulminado con las grandes temperaturas que se alcanzarán tras el encendido de los reactores.

Anto Kuro estaba acostumbrado a usar ya abreviaturas de los nombres de sus compañeros, a los orgánicos les solía parecer bien usar abreviaciones de sus nombres para hablar entre ellos cuando había cierta confianza y camaradería y, al fin y al cabo al androide le comenzaban a caer bien sus compañeros.

Vera llegó con tiempo de ver la apertura en la nave. Dejó su pequeña maleta a los técnicos que estaban haciendo las labores de carga, pero mantuvo consigo una pequeña mochila que llevaba.

Ya había perdido casi 30 minutos en recoger sus cosas, pagar y regresar. Quedaban 30 minutos para el despegue y no tenía ni idea de cómo podría manejar la nave.

En realidad manejar la nave era sencillo. Casi todas las naves tenían un sistema de mando similar en esencia, aunque variaba de modelo en modelo, lo que facilitaba que cualquier piloto pudiera hacer las maniobras básicas con las naves más sencillas.

Pero esto era otra cosa. Vera estaba maravillada, pero no podía perder tiempo. Su trabajo empezaba ya mismo, no podía relejarse ni un minuto. Consultó el COM, gracias a las estrellas les habían cargado toda la información. No se preocupó en comprobar el interior de la nave ni cual sería su cuarto o lo que fuera, se fijó en dónde estaba navegación y como llegar allí.

En cuanto hubo espacio suficiente, Vera se introdujo en la exótica nave. Tuvo que contener sus exclamaciones al ver el interior, era muy raro, ya tendría tiempo de explorarlo, de hecho seguramente llegaría a conocerlo como la nave en la que había criado.

Usando los planos se movió hasta llegar a navegación y ocupó su puesto.

- Piloto en posición. Esperando instrucciones de despegue. - Usaba el COM tanto para hacer saber a sus compañeros como a la torre de control que ya estaba lista. Aún quedaba un buen rato para despegar, por lo que conectó el COM a una pantalla más grande y empezó a comprobar donde estaban todos los controles. En cuanto encontró el interruptor paso a control manual.

- Capitán, la nave ya está en control manual, a sus órdenes para iniciar maniobras tras comprobación con control.

Lo primero sería maniobrar para salir de Sagitario, luego tendría un tiempo para alejarse hasta efectuar el salto que le permitiría verificar la ruta marcada.

Quedaban menos de 20 minutos. Vera seguía comprobando todos los controles y procuraba familiarizarse con ellos.

Vera ascendió en gravedad cero con cierta gracilidad, esa gracilidad de una espacial mucho más acostumbrada a manejarse en estos ambientes, ascendiendo precisamente a través del acceso por las escaleras.

La siguiente sala, estaba justo encima de la bahía de carga, y era igual de circular, pero estaba conformada con un anillo de habitaciones, en cuyo centro se encontraba el esfínter para subir cargas pesadas desde la bahía hasta estos habitáculos.

Ahora, el suelo volvía a estar abaldosado de una forma lisa, pero la luz verdosa era un tanto más intensa, y recorría el techo y las paredes de la sala circular, con unos conductos similares en estructura a las venas que ya se veían en la bahía de carga.

Como los accesos entre estancias no estaban realmente selladas, las escaleras de la bahía de carga seguían ascendiendo a través de la zona de habitáculos hasta finalmente llegar a navegación.

Navegación, ya era donde empezaba a notarse la mano del hombre, era una estancia igualmente circular, pero con una pequeña cúpula, ya cerrada y que no iba a ninguna parte. En el lado opuesto al acceso estaba el panel de control, conectado o más precisamente, implantado en los sistemas de control de la nave, un panel mucho más similar a lo que estaban acustumbrado a verse en una nave humana, pero no completamente, estaba conformado por pantallas y semiabierto, además de que su disposición no era precisamente ortodoxa, a menos que se tuviera un campo de visión de 270º y la capacidad de usar dos manos a la vez.

Era más propio de un Hijo de Isha; Anto Kuro.

De acuerdo a los esquemas, esa era la zona del oficial de comunicaciones.

Fuera de esa terminal en el perimetro de la sala de navegación había una serie de pantallas, membranosas, sin ninguna clase de teclado o similar dispositivo de entrada, que estaban mostrando en un idioma extraño una cascada de información, ininteligible.

En el centro de la sala se encontraba una suerte de panel de mandos, una mesa circular que estaba cubierta por un cilindro con una telilla de material orgánico muy fina, apenas distinguible a menos que alguien se fijase, y que cambiaba de forma y color para actuar como una representación holográfica de objetos tridimensionales, en estos momentos parecía estar más bien representando el hangar en el que estaban, con Jax en el centro y lo que sus sensores podían aportar, haciendo esto con un importante nivel de detalle.

Pero lo interesante del cilindro era como en un lado del mismo, se elevaba para dejar un asiento especial, un asiento especialmente ornamentado, con unos reposabrazos membranosos terminados en esferas moteadas con puntos azules, de aspecto especialmente blando, y dada la visión privilegiada que daban de toda la sala debía de ser la silla del capitán.

En el lado opuesto, y contra el capitán, y por ello orientado hacía el tanque, se encontraba otra silla, aunque ya de tecnología humana y elevada a la altura de una especie de columna que terminaba en dos esferas igual de blandas. Estas esferas estaban rodeadas por una malla metálica que se conectaba a un ordenador cuya pantalla y control estaban en la silla, y de acuerdo a los esquemas debía de ser la silla del astronavegante.

El resto, no parecía tener silla, daba la impresión de que sólo había 3 asientos, pero originalmente sólo hubo 1 y era el del capitán, los Herederos no tenían que tener muchos problemas con estar de pie durante tiempos prolongados.

Detrás de la silla del capitán, había una puerta, grande, de forma esférica pero tan grande que era como 1/8 de esfera, con un aspecto especialmente pesado y recio, de acuerdo a los esquemas detrás de esa puerta estaba el acceso directo al cerebro de la nave, todo el tejido principal del sistema nervioso central y el material para su control por administración de sustancias inhibidoras.

Y al lado de la silla del capitán, se encontraba otra, a su lado, ligeramente por detrás, con misma estructura y composición, aunque sin esas extrañas y blandas esferas.

Ahora tocaba la parte complicada.

Podía sacar su com y empezar a aclararse con las hojas de referencia rápida, de acuerdo a estas, poner el control manual era tan sencillo como pedirlo en ĺa interfaz del ordenador del astronavegante.

Luego, la familiaridad disminuía con el tiempo, en realidad, de acuerdo a lo poco que había leido, tenía que usar la "palanca de control", en referencia a la columna con las 2 esferas, pero habían colocado un sistema intermediario; un control por micropulsos con las ordenes preprogramadas, el manual decía que podía retirarlo en cualquier momento y en teoria era compatible con los dígitos humanos pero eso era "manejo avanzado" y más bien para los astronavegantes de los Herederos que si saben manejarlo.

En realidad, para manejar la nave tendría que emplear el pequeño ordenador y familiarizarse entre este y el "tanque araña" como hacía referencia al tanque de representación holográfica por telarañas, para crearse sus entradas de información y enseñarselas al resto.

Por el momento tendría que usar el ordenador en si.

Las opciones eran muy limitadas, en sus clases de astronavegación le habían enseñado como funcionaban los sistemas de control y los programas que los manejaban, pero aqui tenía que literalmente programar lo que quería hacer en el sistema, y no con instrucciones de alto nivel, sino que tenía que prácticamente tenía que leer las entradas en bruto, decidir que referencia tomar en el espacio a cada momento, y definir manualmente los vectores.

Para su fortuna le habían preparado unos ejemplos muy sencillos, ejemplos que si de verdad era tan simple como decían deberían valer para que la nave hiciera movimientos simples en el espacio, aunque con instrucciones sencillas y tomando como referencia la propia nave para que aumente la potencia, o gire en un eje u otro.

Era como mover una persona diciendo con precisión, cuanto y como, y con respecto a que.

Era bastante, y luego tenía que descubrir muchas más cosas, como el como usar el tanque araña tan extraño para que le represente los datos en directo y hacer las correcciones sin tener que romperse la cabeza con abstracciones espaciales, era eso o iba a tener que pedir una estación de astronavegante completa.

Mientras Anto se movía a lo largo y ancho de la nave, pudo denotar como en el fondo esta había ido reactivandose sola, pero podía decir, sin arriesgarse demasiado, que de hecho no se había activado por completo, y no sólo eran las ténues luces, tenía que haber más humedad en el ambiente y sus sensores no subían del 5% de humedad relativa.

Para cuando llegaron a navegación, se pudo confirmar, el tanque araña, o esa gran mesa central que hacía la representación holográfica, antes estaba claramente apagada, y las membranas del resto de la sala tampoco estaban activas, sin embargo, estaban lanzando datos a mansalva con un sistema de comunicación en el fondo antiguo y diseñado más bien para representar mucha información con muy poco para mentes diseñadas para captar los patrones.

Una mente humana podía alcanzar a un 10% pues podía ver algunos patrones de información en esas pantallas, pero no tenía la capacidad suficiente para captarlos todos a cada momento.

Anto no podía leerlas, pero no por falta de capacidad sino porque en sus 324 años de vida nunca le ha hecho falta emplear esos sistemas de representación de información, para los Hijos de Isha es mucho más habitual recibir los datos por señales electromagnéticas o lumínicas, y tal vez en alguna de sus otras vidas aprendió ese código de los Herederos.

Sin embargo, en su estación de control, no sólo tenía acceso a las comunicaciones sino a una representación más aceptable de algunos de esos datos, especialmente los del reactor nuclear y la distribución de calor y energía, asi como de las reservas de combustible y propelente.

Y por el momento, todo indicaba que tenía los reactores apagados, siendo algo normal, Kazzumgguedum se dió de bruces con la razón: Las tapas que bloqueaban la entrada de propelente y el control de la nave sobre sus reactores, pero en cuanto estuvieran listos, podía activarlo, y en unos minutos empezaría la reacción que pondría el hexafluoruro de uranio en estado gaseoso, asi que más valía que se activase a una distancia prudencial de la estación donde ni el propelente saliendo a velocidades masivas pudiera hacer daño ni los radiadores pudieran producir daños al ambiente cercano.

Además, una vez se activase el reactor, el resto de sistemas de la nave empezarían a recibir energía y recuperar la normalidad.

Aunque tal vez el resto no lo había notado, el interior de la nave estaba no estaba especialmente húmedo, pero de acuerdo a lo que sabía de la tecnología del biosínodo, eso no era normal, estaban al 5% de humedad relativa y tenía que ser más alto.

Esto no era una nave, era un ecosistema complejo contenido y tenía que estar en las condiciones adecuadas para alcanzar su máximo rendimiento, temperatura, humedad, presión... todo tenía que estar en su sitio, por lo que la nave no estaba al 100% en estos momentos.

Al fijarse en las pantallas de membrana de navegación, rápidamente pudo recordar lo que eran: Pantallas de cascada, un invento de los Herederos y que algunas naves cloron especiales aparecía, para representar toda la información posible sin necesitar a un clado de Herederos o hacer una conexión neuronal, empleando un lenguaje complejo y un entrenamiento intenso, las mentes que han sido diseñadas para ver los patrones de las pantallas de cascada y su lenguaje, pueden traducir e interpretar los datos rápidamente.

Kazzumgguedum podía entender lo que ponían las pantallas, no porque en realidad fuera experta, sino porque los cloron, fueron tambien un clado del biosínodo y su cerebro, aunque no directamente, carga en si una cierta predilección para reconocer esa clase de patrones del biosínodo, de forma que la cascada de información le llegaba a su cerebro como un sonido, aunque como no estaba en realidad familiarizada con el lenguaje ni muy entrenada no podía llegar a entender los detalles.

Y en su mente, se repetía el mismo sonido, equivalente a lo que decían las pantallas de cascada continuamente con un patrón casi obsesivo, casi gritándolo, empleando sus propios vocablos se construía en su mente un único sonido cuya única palabra más cercana era: Jax.

Aisha había estado en muchas naves, pero todas naves humanas o espaciales; Motores nucleares de estado sólido, espacios tremendamente reducidos, muchas veces sin tener potencia suficiente como para tener gravedad por centrifuga o por aceleración a 1 g. Asi, cuando alguna que otra vez veían una nave de los Herederos o de los Hijos, pasandoles por encima con sus motores acelerando a 1 g o más, con una señal térmica enorme, muchos en su tripulación se quedaban maravillados y se preguntaban como serían por dentro.

Pues ahora estaba dentro de una y era algo completamente distinto.

El espacio de la bahía de carga era enorme, para un espacial ya podía ser casi una suerte de cielo en si mismo, y para la tecnología humana, el simple hecho de que la bahía de carga estuviera presurizada con oxigeno, algo reservado para los transportes especialmente grandes o de material vivo, era un absoluto lujo, incluso el tener una sección central para las habitaciones dedicadas era igualmente lujoso, Aisha como segundo oficial al mando había tenido que vivir en cápsulas no más grandes que su propio tamaño.

Su función era trabajar en la estación Sagitario para la resistencia, allá en Lirán, tantear el terreno, obtener contactos, recursos... mientras estaba en Navegación, la única sensación posible era que en efecto, lo había conseguido, había obtenido un conjunto de contactos transhumanos, contacto directo con miembros del IEH, a través de un proyecto secreto cuyo objetivo final le pone a los mandos de una nave de ultratecnología arquailecta modificada por los Herederos.

Probablemente no tendría ni que hacer un reporte de vuelta, estaba a punto de hacer historia.

La tecnología de la nave no era necesariamente tan inusual para Hastivah, en la cábala de Kashtan ya habían dominado el arte de dominar la entropía para resistir milenios en su estación espacial sin muchos recambios, y en su caso, se tomó también parte del camino de la biotecnología para la estructura y el soporte vital, por lo que la estética orgánica y natural era más bien un tanto como volver a casa.

Pero Kashtan lo diseñaron entre ellos, esta nave era el producto de una superinteligencia, dificilmente alguien podría llegar a notarlo, pero la mano de Yggdrasil se podía notar en algunos aspectos, aunque sus Herederos modificasen esta nave para poder vivir en ella emplearon precisamente las herramientas de su arquailecto para conseguirlo, por lo que nunca llegaron a deshacer del todo su dependencia de Yggdrasil.

Las baldosas no habían adoptado esa forma al azar, en Kashtan, en las crónicas de construcción de la cábala, se indicaba que el suelo creció y adoptó la estructura más adecuada para resistir la degradación del caos, las formas ameboides del suelo estaban optimizadas para actuar en armonía: Estaban recorridas por un sistema circulatorio que las conectaba con el resto de la nave, dándole a esta la posibilidad de alterarlas, mantenerlas... y de sentirles a ellos si acaso sus diseñadores asi decidieron que fuera.

No era una nave normal, nisiquiera para los Hijos de Isha, el resto tal vez no lo veía igual porque no estaban acostumbrados y tal vez necesitarían un análisis reduccionista para entenderlo, pero todos los elementos de la nave estaban conectados entre sí, comunicándose y en equilibrio, un equilibrio entre el caos y orden.

Un equilibrio vivo.

Y cuando llegaron a navegación, y estuvo al lado de precisamente el cerebro de la nave, encerrado en su pequeña sala, aún aislado, casi podía tener la sensación de que podía "tocarlo" con algo más que sus manos, tal vez era una sugestión autoinducida, o tal vez, sus treks habían conectado con la nave y podía empezar a sentirla a través de estos, pero lo que le decían sus sentidos es que estaban ante una entidad extremadamente inteligente, pero orientada hacía si misma, el término más cercano era hiperautista, para describir aquellas inteligencias tan conectadas con sus partes internas que eran capaces de procesar y entender toda la información de lo que sucedía en su interior.

¡Ey!  -se volteó Kazz hacia todos, apuntando hacia las pantallas de cascada, su dedo siguiendo las runas como cuando alguien quiere señalar una gota que cae y vuelve a caer, como en el rio de Heráclito.    

¡Nos esta diciendo su nombre!  -lo decía con el mismo tono de unos padres que descubrien su lenguaje dentro del gibberish de sus hijos.  

jjaja, ¡nos está diciendo su nombre!  -su casco transmitía la alegría del rostro interior de Kazzum.  ¡Miren, miren!  -jaja, aquí dice Jax.  Y aquí, y ...otra vez aquí.  Su índice enguantado seguía las runas que caían como quien señala las gotas que resbalan en un parabrisas.  Jajja, ¡Que bien!    

Jax.

Comunicarse le parecía fundamental a Kazzumgguedum, especialmente porque había estado a punto de morir por falta de comunicación que es presión.  ¡Que expresión!  Jjaja.   -lo decía gozosa. 

Anto, ¿puedes ponerlo en forma auditiva o visual de tal forma que el resto de la tripulación (que no es del biosínodo), lo entienda también?  Sólo algunas partes.  Podía ser una inundación.

Empezó ella a teclear también en su estación, para indicarle a Jax que le entendían, algo, y para de paso checar qué estaba pasando con la humedad por debajo de los niveles que se esperarían de una nave-ecosistema. 

Me interné en la nave con el resto, atravesando el estrecho túnel para llegar al interior. Al entrar, miraba a todas partes con atención, pero sin expresión de asombro, salvo con algún detalle. La mano derecha, de rodillas al salir del túnel, acarició las baldosas del suelo con suma delicadeza.

-Hola preciosa.-Dije en un susurro. Caminé hasta navegación, acariciando las paredes a mi paso. En ocasiones me paraba y cerraba los ojos. Al llegar a navegación, miré detrás del puesto del capitán. Me dirigí al cerebro. Lo observé con atención. Con cariño casi.

Me senté a su lado.Me concentré profundamente cerrando los ojos. Hola, Jax. Soy Hastivah.  Pensaba repetidamente, como un mantra.

Había estado en muchas naves, tanto terrestres como alienígenas, jamás había visto ninguna como ésta. No reconocía ningún patrón de todas las naves que había visto. Estar en esta nave era algo extraño, era muy orgánica y en su visión como conjunto había algo a la vez harmónico; pero, también algo aterrador. 

Tras unos momentos en los que me dedique a contemplar tanto las paredes, puertas y suelo. Llegué hasta la silla del capitán, sin pensármelo demasiado acabé sentada en la silla, era extrañamente cómoda. 

- Tomaros un tiempo para ver la nave e iros familiarizando con ella - dije mientras tocaba y examinaba la silla en la que estaba sentada. 

La nave parecía tener un nombre: Jax. El entusiasmo de Kazz contrastaba con mi escepticismo a la hora de examinar la nave.  

Kazzumgguedum había señalado una de las pantallas que había en la sala de navegación, de las originales que no tenían nada conectado y de los que aparecían una serie de símbolos en sucesión y cayendo de abajo arriba o de arriba a abajo, pero eran símbolos muy extraños, incluso no parecían un lenguaje, sino más bien un galimatías que bien podría haber sido una suerte de reproducción estética.

Kazzumgguedum señalaba símbolos en la pantalla membranosa, y tal vez el resto podía verlo o no, pero si que podía ver un patrón, de hecho fijandose más en detalle la pantalla en realidad estaba dibujando una suerte de fondo tridimensional de forma artificial y con microproyeccciones de luz en el fondo, pero con algo fuera de lugar.

Sin embargo, aunque la mente avanzada de Anto era capaz de ver más allá del telón, para ver las piezas de la representación, la cascada de datos en la pantalla era muda para el, como leer un idioma cuyos principios entiendes pero como no lo has aprendido no eres capaz de entenderlo, incluso cuando Kazz parecía señalarlo en la pantalla para decir que "estaba diciendo su nombre" pero bien podría haber dicho que era una representación visual del estado del refrigerante de los radiadores y podría haberla creido.

Tal vez en otra época de sus 324 años de vida llegó a manejar el lenguaje, pero el problema de vivir 324 años con varios borrados de memoria es que todo acababa sonando a algo tarde o temprano.

Cuando Kazz tocó la pantalla, se produjo un cambio repentino en esta, los simbolos desaparecieron y se quedó en negro con un patrón estrellado de puntos de color azulado a lo largo y ancho de la membrana, y empezó a sentir una repentina conexión con la disposición espacial de esas luces, era casi como si se separase de su cuerpo y su conciencia estuviera a mitad de camino entre ambos, debía de ser parte del diseño de Yggdrassil o su arquailecto menor, Hillibus, aún asi, la sensación en el fondo era ligera un mero mareo.

Sus manos dentro del traje, se movieron solas, pero lentamente, debía de ser algo intrinseco, pero le faltaban los detalles, el manejo de las pantallas de cascada era algo que requería bastante entrenamiento entre los cloron, aunque el hecho de que pudiera entenderlas de forma instintiva debía significar que tenía el paquete adecuado de genes en la disposición necesaria y una expresión aceptable para la tarea.

Y al menos podía "entender" y escuchar lo que decía en las pantallas, aunque fuese de forma superficial y con dificultad.

Asi que centrandose en otra pantalla, que si que estaba soltando la cascada de símbolos, y igualmente decía "Jax", y centrandose un tanto más, podía decir que el resto era ruido, sin sentido, tal vez con práctica, o tal vez si alguien le pudiera enseñar las complejidades del lenguaje cascada del biosínodo.

Y entre los manuales que le habían dado había instrtucciones y gestos preestudiados para hacer una navegación y análisis básico de los sistemas de Jax, aunque eran sólo los gestos sin explicación de porque o como conseguían producir esos resultados.

Pero al menos con sus propios conocimientos, podía decir que era lo que esstaba pasando es que la nave estaba en modo inactivo, con el reactor nuclear apagado las termosintetinas no estaban funcionando y no introducían compuestos energéticos en el circuito ecologico, por lo que lo que detectaban eran más bien la humedad residual dentro de la nave, pero residual cuando estaba inactiva y esperando a que se terminen tareas de limpieza, mantenimiento o digestión.

Una vez se reactivase el reactor, y mejor lejos de la estación Sagitario pues generaba tanta potencia que los radiadores bien podrían acabar derritiendo el hangar de alrededor, la nave empezaría a reactivar muchas de sus funciones a lo largo del tiempo y el ambiente adoptaría las condiciones normales.

Kazzumgguedum empezó a manipular la pantalla, y en cuanto su guante la tocó, esta perdió todos los caracteres, y se volvió estrellada con puntos azulados de distinta intensidad, pero que ya no respondían a las entradas de la cloron.

En cuanto Aisha se sentó sobre la silla del capitán, estaba acolchada, pero no era un acolchado normal, sino más bien como estar sentada en una especie de gel especialmente blando que poco a poco se iba amoldando a su forma muy lentamente, era como hundirse sobre un cuerpo humano, hasta podía sentir un calor equivalente al contacto entre dos pieles bien vivas, casi daba la sensación de que bien podría llegar a dormir ahí.

En cuanto llegó a colocar los brazos en los reposabrazos, eestos tambien parece que empezaron a amoldarse a su forma y peso, aunque más lentamente, y cuando su piel hizo contacto con las esferas gelatinosas del final, aunque fué por un corto instante... pudo notar un repentino calambrazo, relativamente suave y más sorpresivo que otra cosa, pero podía decir con total seguridad que provenía de ahi.

Bien, capitana, compañeros, entiendo un poco, pero aún no puedo usarla para comunicarme.   Habré de estudiarme el manual para estar un poco más funcional, pero queda una brecha muuuy significativa para llegar a eso.  Entiende sus propios sistemas, si, aunque no pueda hablar con nosotros.  ¿Anto, ideas? 

Bueno, ahora sí a lo que sí se hacer. 

Bueno, antes de que nos cuentes -autointerrumpió al hijo de Isha, típico cloron-  les explico lo mío:  la nave aún no está como orgánicamente estaremos, un ambiente más húmedo, más movimiento, más metabólico.  Ahorita estamos en modo inactivo, con el reactor nuclear apagado, las termosintetinas no funcionando ni introduciendo compuestos energéticos en el circuito ecologico.  Es como las condiciones residuales de cuando Jax está "inactiva" esperando a que se terminen tareas de limpieza, mantenimiento o digestión.

Una vez se reactivando el reactor - lejos de la estación Sagitario porque no queremos derretir el hangar- (otra más, no), la nave empezaría a reactivar muchas de sus funciones y el ambiente adoptaría las condiciones normales.  Es mi reporte.

Así que, desde mi lado, estamos listos para movernos des-pa-cito, fuera de la estación.

Anto no paraba de asentir ante las palabras de Kazz, tenía razón en todo, incluso en que Jax se estaba comunicando con ellos. Al fin y al cabo, no lo había logrado hacer de una forma más común para el droide.

- Es correcto, en cuanto podamos activar el reactor, lejos del hangar para evitar derretimientos accidentales, la energía comenzará a fluir y veremos algo más de lo que Jax es capaz de hacer - dijo mirando en derredor -. Me gustaría poder enseñarle a Jax a comunicarse de otra manera, necesitaré datos que me ayuden a conocer el estado de nuestro anfitrión con el objetivo de monitorizar cualquier error en el sistema y poder actuar en consecuencia. Pero de momento, listo por aquí - añadió.