Partida Rol por web

-¡No puede ser!--exclama Tsadok, al parecer comenzando a enojarse--¿No estarás haciéndome trampas, verdad?

El impetuoso semiorco sirve el tercer vaso del vigoroso ron Quemavísceras a Harper y luego arrebata la baraja al crupier de muy malos modos:

-¡Trae, trae! Que estás barajando mal, hombre. Ya me encargo. Vete a dar un paseo, anda.

-¿Lo ves?--asiente Colmilloro mucho más satisfecho--Estoy sí que es una mano como Besmara manda. ¡Ja!

El primer oficial del Rey Huracán no se deshace de ninguna carta y pone cincuenta piezas de platino sobre la mesa.

-A ver si me igualas ahora la apuesta, pajarito.

Harper coge las cartas, se descarta una e iguala la apuesta.

Cuando ponéis las cartas sobre la mesa resulta que esta ronda ha terminado con un empate por parte de ambos jugadores.

Tsadok baraja de nuevo las cartas con suma habilidad, reparte como antes y luego parece no gustarle nada en absoluto lo que ve.

-¡Menuda basura!

El iracundo semiorco se descarta de todos los naipes que puede, pone lo que tiene sobre la mesa y cambia de tono con el nuevo juego:

-Así, sí. Mucho mejor.

Harper coge las cartas y pide dos descartes. Cuando los mira deja las cartas. Esta no es mi mano.

Tsadok sonríe de oreja a oreja cuando Harper rehuye la apuesta. El semiorco muestra sus cartas y una amarga sensación de estafa engulle al oficial de artillería, pues el juego de Colmilloro era ciertamente penoso:

-Es el mercado, amigo--se burla jocosamente mientras agarra la botella de ron e ingiere un buen trago a morro.

Colmilloro vuelve a barajar y repartir con habilidad las cartas. En esta ocasión, el primer oficial del Rey Huracán se deshace de tres cartas.

Harper maldice cuando cuando ve las cartas de su rival. Cuando empieza la nueva mano parece calmarse. Pide un descarte y sube la apuesta poniendo 30 piezas más las dos para jugar. 

Confiando en sus posibilidades, Tsadok acepta gustoso la nueva puja de Harper. Sin embargo, la altanería de Colmilloro se desvanece de ipso facto cuando ambos contendientes ponen por fin las cartas sobre la mesa. Esta vez sí, el oficial de artillería del Grindylow Embrujado ha sacado un buen pellizco.

-Parece que le caes bien a la Señora de los Piratas. No te fíes mucho de ella...

Tras servir un nuevo chupito de ron al pícaro, el primer oficial del Rey Huracán dispone de otra mano del Memo bastardo. En esta ocasión, el vehemente semiorco no hace descarte alguno y puja ¡cincuenta piezas de platino!

Harper sonríe al ver la reacción del semiorco. Y vuelve a coger sus cartas. Pide 5 descartes e iguala la apuesta. No me creo tu mano.

-¡Ja! ¡Siuuuuuuuuuuuuuu!

Tsadok vuelve a soltar un buen trago de la botella del Quemavísceras, se limpia con el antebrazo y luego recoge las cartas para barajarlas.

-No tienes nada que hacer. Estoy machacándote de lo lindo.

Colmilloro reparte los naipes, se queda observando la mano un buen rato y termina por deshacerse de una única carta. No obstante, el semiorco pone sesenta y cinco piezas de platino sobre la mesa, todo cuanto le resta a Harper. 

-Acabemos la partida de una vez por todas, muchacho.