Partida Rol por web

Jerra estaba observando ha Clevor y su intento de romper la cristalera, pero parece que no era tan facil como parecia. Entoces escucho al wilden y mas que por instinto que por otra cosa,agarro fuerte el baston. 

Compañía, dices? - agarro el tótem con fuerza al ver que Kettenbar ha detectado algo y Jerra también se prepara - Ethys, atento.

Tormenta, había estado distante, pero atenta y las palabras de Kettenbar no presagiaban nada bueno.

El druida decidió buscar aquel ser que apuntaba...

Se puso a mirar hacia todas las partes... pero de pronto algo le vino a la mente y se distrajo y dangose un pequeño golpe contra una viga de madera.

Las palabras de Kettenbar fueron acompañadas  con un rechinar metalico, un millar de maderas quebrándose y un gutural sonido inundaba la estancia. Ante los ojos de los aventureros,  la bubólica imagen de la mesa recién puesta con deliciosos manjares sobre ella, comenzó a metaformosearse en algo grotesco. Parte de la alfombra  repto por las  patas de la sillas que se iban agolpando una tras otras, mientras los cetros solares se fundían en sendos cuellos  que se alzaban  ante los aventureros.

Los demás enseres que engalanaban la sala, fueron agolpándose uno sobre otro para ir formando patas, garras y  unas grandes fauces   rugían amenazantes  contra los aventureros. En unos segundos aquella sala se había convertido en algo que se asemejaba a un dragón de dos cabezas que avanzaba furioso contra los aventureros....

En el mismo instante que la criatura lanzaba zancadas para enfrentarse a los aventureros, Kettenbar  saltó a su encuentro enarbolando su espada y su escudo. Mientras tanto,  el resto de sus compañeros  mantenían la guardia, preparándose para la inminente batalla que iba a dar comienzo. Con sendos rugidos , el constructo - dragón se disponía a presentar batalla al wilden que, se adelantaba para  propinar el primer golpe!.

Kettenbar asesta una estocada aprovechando el impulso mientras se rodea de energia psiquica que le protege, y acto seguido crea un vínculo mental con la criatura, vígilandola en todo momento.

Al recibir el impacto del wilden, la criatura arqueó sus dos cuellos para terminar lanzando ambas fauces contra   Kettenbar, acompañado por sendos sonidos guturales llenos de rabia. Ambas superaron con demasiada facilidad la defensa del wilden,  mordiendo y desgarrando parte del hombro y  del costado de este ultimo. La armadura resistió tal embite sin mellarse. Si embargo, Kettenbar sangraba por ambas heridas.

La criatura aulló  satisfecha  al probar la sangre de su enemigo. Pero pronto centro sus  inertes ojos sobre el resto de aventureros,aguardando su intento de herirla. De repente, sin previo aviso, el wilden  se revolvió sobre si mismo y acertó a golpear en uno de los cuellos,astillando parte de las listas de madera que lo formaban.

Esta ultima aulló mas por la sorpresa que por el dolor,mientras  centraba su atención sobre Kettenbar...

La vieja táctica de apurar a Kettembar para que enfrentara al enemigo volvía a funcionar. El dríade era capaz de soportar castigos que hubieran doblegado a los enanos más aguantadores. Era hora de acercarse, y comenzar a ganar terreno codo a codo. Clevor frunció el ceño como solía hacerlo, las profundas hendiduras de su piel le daban un aspecto sombrío, especialmente la cicatriz que resaltaba su ojo derecho. La sangre se agolpaba allí, enrojeciendo su rostro y más aún las marcas de antiguas batallas. Como si todo su ser fuera simplemente un instrumento de guerra, marcado, moldeado y creado por las batallas que había vivido, sufrido y disfrutado.

Volvió a lanzarse a la carga, inclinándose levemente hacia adelante, con su peso sobre el sólido escudo que mostraba su ascendencia. El grito surgió desde su garganta como un golpe, al tiempo en que su espada refulgía con la tímida luz de la mañana. ¡Cormyr! el eco colmó la estancia ...ormyr ... myr ... yr....

El último resonar de su grito coincidió con su arma lanzándose hacia adelante, en pos de la bestia mágica que los amenazaba.

Jerra vuelve a convocar de nuevo el poder de la tormenta. Y lanza su mortifero rayo sobre el dragon de 2 cabezas.

Ethys y yo nos unimos a la ofensiva que han iniciado mis compañeros. Con una simple orden mental, mando a mi compañero espiritual a la primera línea de combate, junto a Kettenbar y Clevor. Ethys lanzar un zarpazo sobre el constructo y unas lucecitas blanquecinas se desprenden del oso y se posan sobre Kettenbar. A continuación Ethys emite un rugido que se materializa en un atronador rayo que cae sobre el dragón de 2 cabezas...

Tormenta,  decide mantener la distancia de momento y utilizar un poderoso ataque que les concederá más posibilidades a sus compañeros a resistir a los ataques del enemigo.

Para ello invoca una jaula hecha de viento, alrededor del dragón, haciendo a este daño y provocando ventaja de combate hasta que se mueva.

El segundo espadazo de Kettenbar no traspasó la defensa del constructo que serpenteaba con sus cabezas concentrándose en el  wilden. Como una exhalación, Clevor  cargó contra la criatura  pero tan solo consiguió que saltasen chispas  cuando su espada rozó la cobertura de la criatura hecha de maderas , porcelana y una multitud de  materiales mas.

Por su parte Jerra convoco al rayo y lo dirigió sobre el constructo con gratificante resultado. Las chispas recorrieron la estructura de aquel constructo ,haciéndole retorcerse de dolor ( si es que ese tipo de criatura podía sentir algo).

Ethys se lanzo  al combate con una orden dada sin palabras por parte de la shaman enana. El osos fantasmal  embistió con ferocidad sin causar  daño alguno, aunque una extraña sensación recorrió al wilden y al humano sintiéndose algo mas resistentes.

Por ultimo, de manera tímida, Tormenta convocó al viento  sobre la criatura causándole  daños severos. Aquella criatura parecía estar molesta por la magia que había recibido. Retorciéndose cual serpiente, la criatura clavó su mirada sobre Kettenbar y arqueó sus fauces con la intención de  responder con ferocidad sus ataques.

Kettenbar hace un gesto de resentimiento al encagar ambas fauces de la bestia en cada hombro, pero no se desanima y sigue arremetiendo con la enorme criatura.

Aquella criatura mágica parecía estar forjada de poderosos hechizos que la protegían de las armas físicas. Observó con decepción como su espada rebotaba chirriante contra ese cuerpo grotesco, incrementando aún más su ansia de terminar esta batalla cuanto antes. Mientras Clevor y Kettembar estuvieran luchando codo a codo, usando sus escudos como murallas, nada podría derrotarlos. La forma en que se paró, como aquellas estátuas de héroes que decoraban tantos castillos de poderosos señores, junto a su potente voz que retumbaba en aquella estancia como el trueno entre las nubes inflamó el corazón de sus amigos con esperanza inquebrantable. Seguramente nadie olvidaría aquella batalla, canciones se cantarían cuando retornaran de la peligrosa misión. El joven señor de la guerra lo supo en lo más profundo de su ser cuando la luz del amanecer, tenue antes, ahora se intensificaba y reflejándose en su pulido escudo le señalaba el punto débil del constructo justo debajo de una de sus enormes cabezas.

¡Por más poderosos que sean los hechizos que te mantienen luchando, una a una caerán tus cabezas!

Lo que parecía ser simplemente un reflejo del amanecer, era ahora luz pura en la espada antes opaca y llena de sangre seca. Un destello enceguecedor fue seguido de un chasquido, y la cabeza estaba colgando de varias piezas completamente destrozadas.

¡Por Torm, no lastimarás a nadie más!

Levanto la espada nuevamente y un último golpe vertical, desprendieron del todo la cabeza del ser. El brillo despareció, la armadura, la espada y el escudo eran de metal terrenal nuevamente, el alto héroe era nuevamente un hombre, pero su rostro mostraba una determinación que podía inspirar al corazón más desfalleciente.