Partida Rol por web

El elfo ve a tormenta alejarse y al escuchar sus palabras, comienza carrera al campo de batalla, mas al dar un par de saltos hacia la posición de sus compañeros decide escabullirse en las sombras para aprovechar el factor sorpresa.

Deidos se acerca a la vegetación buceando algo de cobertura y con gran agilidad y sigilo, para encontrar una buena posición para comenzar con su fatal asedio.

Antes de llegar al grupo, Tormenta tambien intenta llegar sin que le vean en silencio.

Ataques de oportunidad

En medio de la batalla, justo en el momento en el que el oso espectral de Shana aparece e impacta con su gruñido al lobo alfa; este último  se da cuenta de que Kettenbar se leja de su combate. Un certero mordisco consigue impactar en la espalda del wilden, aunque solo termina en un pobre moratón. El  lobo restante del flanco izquierdo intenta emular el ataque de su líder sin éxito.

Ambos lobos del flanco izquierdo después de  observar como el wilden había terminado con la vida de dos de sus compatriotas , se lanzan sobre el, ignorando el oso espectral  convocado por Shana. Ambos lanzan sus feroces mandíbulas contra el wilden y uno de ellos llega a rozar la piel del mismo. Por fortuna, el mordisco  no termina causando daño alguno al guerrero.

Por otro lado el lobo que se enfrentaba contra Shana, eriza el pelo de su espalda mientras gruñe  lleno de rabia y lanza un ataque sobre la enana. Una vez mas las fauces del animal consiguen penetrar la defensa de la shaman y causarle un desgarro en sus carnes. La sangre emana de la herida  mientras el lobo permanece expectante a sus enemigos. Los dorados ojos del lobo recorren las caras de la shaman, el humano y el wilden que se agrupan entre ellos para una  mejor cobertura.

Clevor exhaló un vaho de vapor ruidosamente al ver los lobos caer ante los tajos y quemaduras a causa de los rayos soltados por Jerra, y se volteó raudamente para tratar de organizar a sus compañeros, la embestida de las bestias los había dejado al borde del abismo, pero podía ver ya la luz al final del túnel. Podían zafar de una emboscada peligrosa, por ende el grupo tenía un gran potencial trabajando juntos. Apenas terminó de pivotar, Shana recibió aún más ataques, y Kettembar aguantaba como una torre inexpugnable a los lobos más peligrosos.

¡Déjame pasar Shana! espetó el guerrero mientras se abalanzaba cortando el aire hábilmente hacia el cánido que la estaba castigando, apretando los dientes y gritando al tiempo Vamos Jerra, ignora esas heridas, muestra de lo que eres capaz

Su voz resonaba como un faro de esperanza, indómita, en los corazones de sus compañeros.

Kettembar recibe los mordiscos como si nada, increiblemente los dientes de los lobos no llegan a tocar ni la armadura a pesar de la fuerza de los lobos. Sin pensarselo dos veces sigue creando energia cinética alrededor suyo y descarga su espada contra el lobo grande con gran brutalidad.

Cuando el lobo alfa sale a perseguir a Kettenbar, ordeno rápidamente a Ethys que lo ataque. El oso espiritual se vuelve rápidamente y golpea con sus garras al despistado lobo, provocando una herida.

Al bajar la guardia un momento en esta acción, el lobo que tenía a mi lado consigue morderme. No dejaré que me devores, bestia inmunda. ¡Ethys, acercate a nosotros! Le ordeno a mi leal compañero. Seguidamente doy un paso atrás para dejarle paso a Clevor y respiro hondo para recuperar fuerzas.

Jerra con energias renovadas por los animos de sus compañeros, decide ir ayudar por uno de los flancos. Y descarga una nueva andanada de rayos sobre sus enemigos

Embistiendo con su arma, Clevor se deshizo del lobo que atacaba a Shana. La sangre saltó a su armadura, pero el humano avanzó aplastando el cadáver del lobo para enzarzarse con el lobo alfa.  Ordenes que recordaban al ejercito, salían  de la garganta de Clevor, anunciando  al resto como reaccionar en el campo de batalla.

Entretanto, el guerrero se enfrentó una vez mas al lobo alfa,que mostraba una imagen llena de cortes y el arañazo en  uno de sus costados de su breve encuentro con el oso espectral de Shana. el wilden tensó una vez mas su brazo y asesto un  fortísimo golpe en la sien del lobo alfa, abriéndole  una fea herida de donde la sangre manaba a borbotones. La respuesta del lobo alfa fue una  especie de gruñido ahogado mientras se mantenía en pie.

La enana aprovechó que Clevor  exterminase a su contrincante para  desplazarse para curar sus heridas. Con un gesto  cuasi imperceptible, Shana ordenó a su fantasmagórico compañero que acudiese a enfrentarse contra el lobo alfa y su secuaz.

Con su salud totalmente recuperada, la genasi se escabulló del combate y ganó las espaldas de sus enemigos. El mismo gesto mágico que había realizado  anteriormente, se dibujó en el aire una vez mas; generando una  brumosa área llena de  chispazos y diminutos rayos de  energía. Por desgracia, el aura cargada de electricidad  impactó sobre Clevor que saltaba para enfrentarse al lobo alfa, entrando sin querer en el rango del conjuro.

Viéndose rodeado, el lobo alfa arremete contra el guerrero wilden con la intención de devolverle el tremendo golpe recibido. Por la parte que le toca a su secuaz, ataca con todas sus fuerzas al objetivo de su lider en un vano intento de hacer caer al guerrero. Por suerte la armadura  de Kettenbar resiste sin problemas los ya torpes ataques de su enemigo. La sangre del lobo alfa ya encharca gran parte del suelo,pero todavía mira desafiante a sus enemigos.

Clevor sintió a último momento como la energía del trueno recorría su cuerpo, ayudada por su armadura, quemándolo y azotando su sistema nervioso terriblemente. ¡Ghaaaagghhhh..! ahogó el grito, apretando los dientes y los puños, sabía que podía mantenerse en pie todavía, y no iba a cejar. Tendría que intercambiar unas palabras con la Genasi luego, no podía soltar su poder elemental de esa forma arriesgando a todo el grupo. Respiró nuevamente, ahora no solamente emanaba vapor de sus conductos respiratorios, sino que todo su cuerpo estaba envuelto en un vaho de vapor y humo de pelos y ropas chamuscadas. Con esas nuevas fuerzas blandió un terrible mandoble contra el flanco del lobo alfa, abriendo un terrible tajo en su costado y aprovechando el momentum para patear el cadaver del terrible animal y moverse acosando al último atacante. Cuando al fin pudo enfrentarlo, habló para sí mismo Esto lo terminamos ahora!

Sus ojos relucían con sed de sangre.

A pesar de la embestida exitosa inicial de los lobos, Kettembar no tenia apenas problemas para esquivar y parar sus ataques, sin contar que cuando conseguian morderle no logran hacerle daño real. Asi que sigue luchando con la misma tranquilidad.

Una vez más levanta su espada cargada y ataca al lobo pequeño que quedaba con un golpe descendente.

Con  un fiero golpe, Clevor descabezó de un tajo  al lobo alfa. La gran cabeza rodó unos metros mientras el cuerpo del mismo se desmoronaba entre  espasmos. La sangre  salía en chorro  humedeciendo las botas de   Clevor mientras recuperaba sus fuerzas desgastadas.

Inspirado por su compañero, Kettenbar giró sobre sus talones y asestó un exitoso golpe al ultimo lobo que quedaba.  Gran parte del maxilar superior fue sesgado por el golpe del guerrero dejando sin vida a su enemigo lupino.

En ese mismo instante, una pantera negra seguido a pocos pasos por vuestro compañero Deidos, entraron en escena de entre las ruinas  y cascotes. Sangre por doquier dibujaba una  bizarra  escena donde  lobos desmenbrados yacían en el suelo   mientras  su sangre  escapaba como diminutos ríos loma abajo.

De detrás del enorme carromato   salió , entre asustado y perplejo, el joven Yelmut. que intentaba sin fortuna calmar a los bueyes que mugían incesantemente. La tenue luz del cetro solar comenzaba a menguar mientras vuestras miradas se cruzan entre vosotros. Alguno se duele de las recientes heridas ,mientras otros enfundan sus armas, no sin antes limpiarlas delos restos de sangre y vísceras.

Kettembar limpia su espada en el lomo no manchado de uno de los lobos, pero no la guarda, ya que están cerca de la torre y no sabe que puede salir de ahí. Acto seguido echa un vistazo a sus compañeros y les dice.

-Estais bien? Estos lobos nos han cogido por sorpresa al estar todos centrados en la torre, todavia tenemos mucho que aprender de los combates.- Seguidamente mira a los recien llegados y les pregunta. -Que habeis descubierto? Os habeis encontrado problemas? habeis tardado mucho.

Clevor seguía un poco consternado por el impacto eléctrico que había recibido. Se hubiera practicado un torniquete si algún lobo lo hubiera masticado, pero no era el caso. Chequeó que todo estuviera en su lugar, sacó un trapo sucio que llevaba en el cinto y limpió con él los fluidos del lobo que manchaban su arma. Decidió sentarse un momento a descansar en el carromato, calor no le hacía falta.

Escuchó las palabras de Kettembar y asintió, esperando el mismo las respuestas. Ha sido una buena batalla, haberlos visto luchando me a dejado bien claro lo que hace cada uno. Me gustaría pedirle a Jerra que controle un poco mejor las fuerzas elementales que invoca, pues peligroso para nuestros compañeros. Estaba acostumbrado a no hablar de sí mismo en esos momentos, y quería saber que información tenían Deidos y Tormenta.

Con un movimiento de mano despido a mi oso espiritual Gracias por la ayuda compañero, ahora puedes irte. Seguidamente me giro hacia el grupo. Clevor, si necesitas que atienda alguna de tus heridas solo dimelo, le comento a mi compañero al verlo un poco aturdido después de recibir accidentalmente la descarga de Jerra. Todos los demás parecían estar bien.

En ese momento habían llegado nuestros exploradores. Me quedo esperando a su informe, o al menos a que contesten las preguntas que ya ha realizado Kettenbar. Por mi parte no tenía más que añadir.