Partida Rol por web

Caminan por el corredor . Ambos están alertas, pero parece que no es suficiente. Se fijan en el lugar mientras dan dos pasos, Se escucha un Leve "crack", y ambos escuchan un sonido como un soplido, ven  como si  algo pasara rápidamente algo, y luego  sienten cada uno el dolor.

Ven una flecha gruesa, de unos 15 mm de diametro que los ha herido.

Ambos tanto Adam, como Leticia salen heridos.

Las flechas atraviesan el rostro del Tzimisce (como si necesitara cirugia plastica) y el pecho de el La sombra. No pasa nada después de esto pero escuchan que cerca (quizas los compañeros que estaban detrás) estan en una batalla.

 Impactado por el golpe recibido tan velozmente, intento estabilizarme y asestarle un contraataque a mi oponente

Adam se detuvo en seco, gimiendo por lo bajo, apretando los dientes a punto de profirir un alarido descomunal. Se contuvo, pues con suerte aún no había perdido la sorpresa. La flecha había penetrado buena parte de su pierna derecha, más no había alcanzado a atravesarla. Lenta y dolorosamente, se quitó el proyectil, que salió de su extremidad al mismo tiempo que un sonido viscoso.

Dificultosamente, volteó para mirar a Leticia. Se llevó el índice a la boca, y le hizo una seña para que continuase, aunque no sin antes asistirla para quitarse su flecha, si no lo hubiera hecho ya.

 Maldita sea, ¿ahora como nos liberamos?. Miro a Max y su rostro.. afortunadamente los vampiros curamos rápido sí concentramos la sangre. No te preocupes Max,  Tratare de safarme y luego te ayudare,

maldición se ve horrible. pienso sin decir nada.

 Parece que están atacando a los demás, pero eso les ocurre por incompetentes, ahora debemos tratar de liberarnos de aqui y buscar al maricón del toreador.

La oscuridad la desconcertó, y sólo aquel clack previo al dolor en su cadera le hizo percatarse de que aquello no iba a ser tan fácil como lo había sido hasta ahora - ¡Hummm! - se le escapó un leve gemido de dolor, mientras Adam le hacía señas para que lo aguantara.

Tras el daño, Leticia vió como una saeta afeaba su esbelta figura y había abierto un agujero en su vestido de gala - ¡vaya! - exclamó en un susurro mientras urgaba con el dedo en el agujero de su traje. Luego, se volvió hacia Adam, por si le hiciera falta ayuda, aunque había sido capaz solito de apañárselas - Por cierto, ¿dónde está el resto? ¿vamos a ir solos a por Falere? Por si no te has dado cuenta, lo mío no es combate directo - musitó a su compañero mientras buscaba un lugar seguro del que acordarse en el futuro para dejar su 'botín'.

Escucha los ruidos, pero de momento tiene otras ocupaciones... Asiendo con fuerza la flecha, comienza a extraerla lenta y cuidadosamente, tomando el dolor que esto le produce... almacenandolo. Convirtiendolo en energia para lo que deberan hacer luego. Esto, sin duda, se lo hare pagar con creces +piensa el joven, con los ojos bien abiertos llenos de frio odio...

A uno le atraveza la cadera y al otro la pierna, en realidad han tenido suerte.

Ya liberado de su suplicio, el assamita asistió a Leticia. Ante los comentarios de esta, Adam farfulló "mierda", aunque sin demostrar un ápice de cólera en su rostro. Volteó, esperando que emergieran sus compañeros.

-Se suponía que nos pisaran los talones- afirmó en un susurro, inhumano, inexpresivo. Terrible. -Aguardemos-

- Sí, mejor. Creo que voy a necesitar ayuda con ésto - dijo la joven intentando sacarse su flecha sin éxito alguno.

Durante dos turnos, ustedes toman esas flechas, y las halan, se liberan en breve, Pero son concientes de  las dificultades.

Pueden tomar dos opciones.

1. Devolverse en apoyo de los compañeros que al parecer estan sufriendo un ataque

2. Seguir adelante.

 Me siento aliviado  al liberar mi cadera. Es doloroso. Max, lo lamento por Rosco, pero quiero terminar con ese cretino, y se que tú también lo quieres, no soy niñera de esos maricones. Concentro mi sangre y procedo a secarme. Además Rosco  se puede defender solito.

El primero en liberarse es Adam, el assamita que resulta ser muy fuerte. Leticia, hace lo que puede, logra  aflojar la flecha lo que es muy doloroso, pero sin mucho exto. Adam, como un caballero  toma la flecha de leticia y la saca. Es doloroso, pero el grito que suelta Leticia no se escucha, por el poder del assamita del silencio que lo envuelve.

Leticia no puede oir, pero tu sí, escuchas que los compañeros detrás de ustedes, y que no fueron tan agiles para pasar por el hueco, estan siendo atacados. Sabes que podrías seguir, o retroceder.