—¡Que me muera en ayunas si quiero enfrentarme a la serpiente esa! —exclamó Fete. Luego les mostró el mapa a sus compañeras y les mostró una ruta que podía ser segura—Yo creo que si vamos por aquí... luego giramos por allá. Mmm sí.. ¡no, que hay trampa rara! Y luego... Bueno—dibujó con la mano unos trazos aleatorios sobre el mapa—que vamos por ahí y luego inprovisamos. Cualquier cosa será mejor que volver, sí.
Motivo: Destino
Tirada: 1d8
Resultado: 4 [4]
—Ssoiss unoss aburridoss —unas gotitas de veneno escapan por la comisura de mis labios —. Pero no había pensado en el bassilissco, no sse me ocurre qué hacer con él, ni con el otro grupo sssi han podido con esse lagarto petrificador.
—Butlersss, ¿Creéss que esse mapa noss sacará de aquí?? Te creo, pero por ssi acasso no podemoss volver, llenemonoss los bolsillosss de cosass valiossass. ¡Grimorioss! ¡Si no hay grimorioss por aquí, no sse me ocurre dónde podría haber! Busquemoss grimorioss.
Pues por un lado, que tanto Skarlkja como Lagakh tiren 1d8 para ver los posibles encuentros de la salida de la mazmorra, y por otro lado que cada uno tire Inteligencia (fette 1d20 +2, Lagakh 1d20 +1 y Skarlkja 1d20 +1, para ver si encontráis grimorios comprensibles y quienes saquen igual o más de 15, que tiren 1d100 adiccional para ver qué grimorio les cae en suerte...).
Motivo: Encuentros
Tirada: 1d8
Resultado: 2 [2]
Motivo: Inteligencia
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+1)=17 [16]
Motivo: Grimorio
Tirada: 1d100
Resultado: 93 [93]
Motivo: Encuentros
Tirada: 1d8
Resultado: 3 [3]
Motivo: inteligencia
Tirada: 1d20
Resultado: 2 [2]
Motivo: grimorioss
Tirada: 1d100
Resultado: 37 [37]
Motivo: Int
Tirada: 1d20
Resultado: 15(+2)=17 [15]
Motivo: Grimorio
Tirada: 1d100
Resultado: 84 [84]
Entre los papelotes, mapas y decenas de libros del nigromante, que todavía reposaba como un sanguinolento guacamole contra las piedras de su estudio, había grimorios, claro que si, pero algunos parecían estar cubiertos de sellos trazados por bebe´s de pecho con su primer kit de ceras grasas, otros parecían quemados o tenían sus páginas pegadas como las vulgares 'biblias' del viajero solitario, unos pocos más estaban a medio cubrir y otros estaban en lenguas que llevaban mucho tiempo muertas o todavía estaban en proceso de ser inventadas. En un rápido vistazo, Lagakh pudo dar con uno que carecía de lomo, pero tenía cubiertas de papel jaspeado, casi flamígero, en el que se destacaban diversas imágenes de todo tipo de ojos y lentes. Aparentemente, si lo usaba, ninguna ilusión, sea cual fuese su naturaleza u origen, podría engañarla.
Skarlkja encontró uno de aspecto poderoso, su lomo desprendía destellos entre asalmonados y cobaltos y parecía estar lleno con las voces de mil brujos sabios, deseosos de descubrirle sus secretos, pero a los pocos segundos de tocarlo, se escurrió entre sus dedos, en una catarata de pulpa y lágrimas o algún otro líquido salado. Su hermana rio a su espalda, generando un montón de burbujas asquerosas en la superficie del líquido dentro de su contenedor.
Fette aferró fuertemente uno entre sus pequeñas manos, cuando una pila de aquellos libros se deshizo en una enorme nube de polvo con olor a entrañas podres. El pequeño volumen tenía un lomo nacarado con tonos sonrosados, y en su portada destacaba una estampa de un cerebro simplificado, que más parecía una nuez, del que salían una serie de rayos que parecían elevar de una colina cercana a una vaca, de asustado rostro cómico. Parecía ser depositario del saber que le permitiría desplazar objetos con el poder de su mente. Seguro que no le venía nada mal.
Zoex no quería saber nada de libros, se dedicaba a planificar cómo podrían tratar de llevarse las butacas si eran capaces de convencer a unos goblins de que cargasen con ellas, claro que los enanos verdes que habían visto hasta ese momento estaban en la otra dirección. En el peor de los casos, sus planes podrían servir para ir más rápido si volvían con gente del pueblo.
Motivo: Zoex int
Tirada: 1d20
Dificultad: 15+
Resultado: 5(+1)=6 (Fracaso) [5]
1/2
Una vez que repasaron el resto de pertenencias de Xiximander y lo que allí había acumulado, entro lo que había algo más de calderilla de todos los materiales imaginables y con todo tipo de sellos pero en pequeñas cantidades, aparte de los grimorios y alguna baratija, el grupo comenzó a avanzar por el camino que Fette iba indicando, a medida que descifraba los garabatos de aquella salida, supuestamente más segura pero trazada por una mano torpe.
Tras recorrer varios pasillos, girando a izquierda y derecha, subiendo y bajando niveles por estancias que parecían abandonadas o en las que había restos de trampas activadas para nunca volver a ser recolocadas (Unas con esqueletos a modo de decoración, otras sin nada, tal vez activadas por alguna rata o mosquito excesivamente grande), el grupo cruzó un pasillo que parecía absorber la luz de su curiosa linterna. Una bandada de murciélagos levantó el vuelo a medida que lo recorrían, peor los roedores alados continuaron su camino hacia algún otro punto de la mazmorra donde aún quedase suelo libre de su ácido guano.
Tras aquellas inesperadas señales de vida, tras más de media hora recorriendo estancias inertes, llegaron a un pasillo en el que se escuchaban claramente los chapoteos de algún tipo de gelatina viviente, puede que un pariente lejano de aquel marasmo aceitoso al que se enfrentaran poco después de llegar a las tumbas, pero en aquel punto era imposible de dónde provenía el desagradable sonido, ya que había distintas aberturas a ras de suelo y techo que podían traerles aquellos ecos desde cualquier punto de la mazmorra, por encima o por debajo de sus cabezas.
Llegaron a otra estancia circular de varios niveles, ya les costaba saber a qué distancia estarían del nivel del suelo, y en un piso más elevado pudieron ver el brillo de ojos rojos en la oscuridad, así como el sonido de risas provenientes de asquerosos goblins de escasa estatura, casi hasta podían oír algo similar al sonido que causaría el que varios elementos sebosos se lamiesen los labios con deleite, en espera de una comida ya apalabrada. El olor a hongos en el lugar era casi tóxico, pero los aventureros pudieron seguir avanzando sin mayores complicaciones.
Aparentemente, ya casi habían dado con la salida del lugar, si es que el mapa ciertamente les sacaría de allí, a no ser que marcase alguna otra localización especial, ya cualquiera sabía qué podía ser aquello, fíate tú de Xiximander el nigromante, aún tras pasar por el mortero, cuando llegaron a una nueva estancia de tamaño mediano con todo el suelo cubierto de unos asquerosos limos naranjas que brillaban en la oscuridad. Creyendo que podían avanzar sin peligro, ya que no había ninguna trampa en el lugar, la tropa podía avanzar, pero algo comenzó a salir del suelo: el esqueleto de algún guerrero del tamaño de Lagakh, cubierto de líquenes fosforescentes y armado con un mazo de guerra bastante rudimentario. En las cuencas de su cráneo brillaban ascuas de un azul intenso, mientras miraba a estos inesperados invasores, babeando un líquido blanquecino entre sus dientes y por los huecos creados tras la perdida de algunos de estos.
Un gorgeo hizo temblar las paredes, como si fuese la misma habitación la que hablase por el esqueleto, todo allí decía - ¡MÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁS!
Tras él había un túnel por el que parecía poderse ver la luz del exterior, al fin, pero allí seguía plantado el no-muerto (O el muy muerto, según se viese) en mitad de su camino.
Motivo: Encuentros Zoex
Tirada: 1d8
Resultado: 7 [7]
2/2
¿Qué hacéis?
Acabé con el libro más destartalado que había allí entre mis manos, pero bueno, quizás fuera útil en algún momento, así que me lo guardé. De todas maneras, esto seguía distando de lo que yo consideraba un tesoro y se me pudo ver en la cara, pues sólo me faltó empezar a refunfuñar, porque ya estaba soltando una especie de gruñiditos.
Caminamos siguiendo las indicaciones de Fette, pues era el que mejor descifraba aquellos mapas y bueno, yo estaba deseando salir de una vez por todas de aquel sitio. La verdad es que era bastante decepcionante casi haber muerto para nada.
Claro que pronto vimos como en una de las salas, delante nuestro, había un esqueleto con una maza, pero eso de que dijera "más" dama como muy mal rollo.
- Decidme que no es el brujo de nuevo...
Sí, necesitaba escuchar aquello, aunque algo me decía que de ser él nos íbamos a enterar enseguida.
Así, me puse en guardia, midiéndome con aquel esqueleto que espumajeaba sin saber si comenzar aquel combate, o esperar a ver cómo se veía la cosa.
Va, aquello no me duró demasiado pues enseguida me lancé al ataque.
- ¡A la mierda con todo!
Pues para zurrarle, puedes tirar d20 (+4 por tu bono) y tendrías que sacar 12 o más. Si le das, tira el d8 de daño del hacha.
Motivo: ataque
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 20(+4)=24 (Exito) [20]
Motivo: Daño
Tirada: 1d8
Resultado: 5 [5]
No sé si al crítico se le sumaba algo.. ya se me ha olvidado xD
Fette cogió su grimorio y lo miró con los mismos ojos que un niño mira a un pastel. Pensaba todas las cosas que podría coger con eso: comida sin levantarse del sofá, el pastel de tía Gertrudis que ponía en la ventana del segundo piso o tesoros inalcanzables o protegidos por peligrosas trampas. Luego volvió a la realidad, en la habitación asquerosa de Xixi el malvado y preguntó si podían irse ya.
Tras mucho caminar y perderse varias veces, algo que por supuesto ocultó y vendió como atajos inteligentes y seguros, por fin alcanzaban la salida de aquel antro cuando ese bicho salió y Lagakh lo atacó.
Ni corto ni perezoso, Fette abrió au nuevo grimirio y leyó las palabras en él escritas, pensando en elevar el arma del esqueleto y tirarla sobre su propia cabeza.
Uso el grimorio para hacer volar el mazo de guerra. Si el esqueleto no lo suelta lo subo todo lo posible para que corramos por debajo hacia la luz. Si suelta el mazo lo elevo y dejo caer sobre él
—¡¡Ahgk!! —el prometedor grimorio se me deshace entre los dedos, sus secretos perdidos entre las risas de mi hermana.
—¡Calla, víbora dessscabezada! ¡Alegrarsse de lasss dessgraciasss ajenass! ¡Tener hermanasss de nido para essto! Sssi lo sssé, no vengo.
Porque no eran hermanas en el sentido de los mamíferos como las ratas, las cobayas y los halflings. Las madres serpiente ponían los huevos en un nido común atendido por decrépitas matronas y defendido por serviles machos semiinteligentes.
De mal humor, rezumando veneno y siseando por lo bajini, acompaño a mis hermanos de mazmorreo por lugares potencialmente peligrosos, sintiendo cada vez de forma más opresiva la colosal estructura de piedra polidimensional que es la TdlRS.
—No queda mucho para que desssaparezca la tumba — el vestigial órgano atrofiado situado junto al corazón que, hace siglos, había proporcionado a las mujeres serpiente la capacidad de sentir la magia, le provocaba ardor de estómago. Ardor de estómago místico, lo llamaban las que sabían de ésto —. ¡¡Tenemoss que darnosss prissa!! — añado con cierto tono demasiado próximo a la histeria.
Entonces, un nuevo ejemplo de la nigromancia serpentina. Algún marqués o barón serpiente, puede que un guardaespaldas de otra era, se alza frente a nosotros.
No le puedo envenenar, ni tiene órganos que apuñalar. No puedo seguir usando el grimorio del ídolo serpiente o acabaré siendo maldecida por esos dioses escamosos.
—Zoexxx! Atacalé amado mío! — ordeno imperiosa mientras espero que el esqueleto me deje un hueco para pasar junto a él. Le dejaría un recado en forma de golpe al tobillo, eso si. No soy una víbora traidora
Motivo: Ataque de flanco
Tirada: 1d20
Resultado: 18(+2)=20 [18]
Motivo: Daño
Tirada: 1d8
Resultado: 3(+2)=5 [3]
Curiosamente los cuatro aventureros pudieron aprovechar el que el esqueleto no les pillase totalmente por sorpresa para darle con un peculiar combo de fuerzas y armas desiguales. Así, Lagakh le dio con un fuerte impacto en el esternón, que hizo que todos sus huesos crujiesen con un sonido horrible, haciendo que uno de sus brazos y la pierna opuesta cayesen al suelo.
Fette aferró, con el poder que le otorgaba su grimorio, el mazo que su enemigo levantaba, ahora con un solo, pero firme brazo, rompiendo la conexión entre las partes de esa extremidad, así como parte de su columna y su caja torácica, que subieron violentamente contra el techo de la sala.
Zoex le devolvió una peculiar mirada a Skarlkja, como preguntándole a qué quería que atizase exactamente, pero la mujer serpiente si que fue capaz de atizar con su cola a los pocos huesos que aún quedaban en pie, que emitieron el peculiar sonido que tenían los bolos, aquellas piezas de madera tallada contra las que los críos y los vagos lanzaban cualquier cosa susceptible de rodar en las fiestas del pueblo.
Estaba claro que aquella cosa volvería a formarse tan pronto como el hechizo de Fette se disipase, en unos quince minutos*, y si todavía quedaba algún rastro cercano de los aventureros, iría tras ellos incansablemente, pero era una criatura fácil de esquivar y engañar.
Y con medio osario en el techo y otro medio osario en el suelo, los aventureros fueron capaces de volver a ver la luz al final del túnel, asegurándose de poder salir antes de que se cumpliese la amenaza de la mujer serpiente. Era difícil saber si la tumba desaparecería, como solía hacer, ahora que el nigromante serpentino ya no moraba en su corazón, peor más valía prevenir que curar. Ya comprobarían a la mañana siguiente, acompañados por algunos de los voluntariosos pueblerinos a los que habían salvado de los goblins, si quedaba algo por saquear en la zona... O en una nueva incursión en la mazmorra.
Aquellas accidentadas incursiones en la tumba los habían convertido en un grupo más compenetrado y poderoso, por no hablar de la ventaja que tal vez pudiese suponer el cargar con una cabeza cortada, psíquica, en una garrafa, y con suerte todavía podrían extraer los suntuosos tronos que habían visto antes de llegar a las estancias de Xiximander, pudiendo costearse gracias a ellos como medio año de borracheras y comida si eran generosos con las propinas.
- Tranquila hermana, puedo hacer que la tumba ssssssssiga aquí tanto tiempo como precisssssses.- Dijo una vicosa vocecilla, atrapada entre las sienes de Skarlkja. Aparentemente, el tiempo que su hermana había servido como pisapapeles al señor de la tumba había servido para algo...
El camino hasta Clacwin se caracterizó por el silencio fruto de las magulladuras, el cansancio y la necesidad de llenarse el estómago de carne y vino cuanto antes, peor al menos las gentes del lugar seguían considerando que tenían una deuda con ellos y les siguieron recibiendo con el mismo clamor con el que les habían abrazado tras su retorno con las cabezas de goblins que habían martirizado a sus hijos perdidos (Y con estos últimos, ya de paso). Puede que la mañana anterior los habitantes dle lugar estuviesen un poco cansados tras tanta celebración y tanto gasto continuado, pero había sido poder descansar de los aventureros por unas pocas horas, y volver con energías renovadas... Más cuando las anécdotas sobre las guaridas de los goblins de la corona de algodón, las manchas de aceite vivientes, los otros aventureros, el peligroso basilisco, las trampas, su viaje a otra dimensión, las riquezas que tal vez todavía pudiesen recuperar y el infausto final de Xiximander, bajo uno de aquellos iconos religiosos de piedra, entre otras pequeñas anécdotas, les apretaban el corazón, les hacían reír y casi llorar (recordando cuan cerca estuvieron de la muerte Zoex, la quemada Lagakh e incluso la temeraria Skarlkja), lo que les devolvía la sed y les animaba a volver a llenar los platos de su mesa de celebraciones y las copas de aquellas libaciones que terminarían vomitadas en el río o en el tronco más cercano.
Motivo: Tiro Zoex
Tirada: 1d20
Dificultad: 12+
Resultado: 19(+4)=23 (Exito) [19]
Motivo: poderes psi
Tirada: 1d20
Dificultad: 13+
Resultado: 18(+4)=22 (Exito) [18]
* Vamos a dar por supuesto que Butter usa su poder de tal forma que deja los huesos apretados contra el techo hasta que se pasen sus efectos.