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La última cena -Crónicas Giovanni I-

Castillo Giovanni -Capítulo 02-

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04/02/2008, 22:39

...hago lo mismo que ellos? ¿Y si bebiendo la sangre del criado o de la doncella recupero mi vitalidad? No se por qué, pero la idea me atrae con fuerza.
Una sonrisa entre lobuna y demente se marca en mi cara.Sí, asi protegeré a lady Amisa...
Y me lanzo contra el criado con la intención de chuparle hasta la última gota de su sangre...

Notas de juego

Te pongo ésto en privado porque no se si el planteamiento te parecerá correcto, asi que lo dejo asi en espera de tu aprobación o no...

P.D. Mira que hacerme Setita XDDDD

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04/02/2008, 23:17
Director

Notas de juego

El criado ya se ha marchado, estáis solos en la sala, piensa que la necesidad de sangre no es algo que aparezca de inmediato.

PD: Algún clan te tenia que tocar... Seguro que lo haces muy bien...

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04/02/2008, 23:52

Notas de juego

Vale, entendido. Que ganas tengo de que me entre la sed de sangre. ¿Qué sabor tendrán mis compañeros? XDDDDD

Ahora tengo otra pregunta, aunque no se si hacerla aqui... La hago igualmente y si quieres continuamos en Creación de personajes.

Pregunta: Yo manejaba a mi personaje como alguine justo, recto y caballeroso. Al ser convertido en Setita, ¿la sangre me transforma en un ser malvado, manipulador y corrompedor?
Lo digo para interpretar bien el nuevo rol de chupa-sangres...

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05/02/2008, 08:52
Director

malvado, manipulador y corrompedor no tienes por qué ser pero tampoco eres como un paladín ya que ahora tienes unas necesidades que tienes que atender que no son muy caballerosas jeje

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05/02/2008, 09:41
Grigore Wadim

- ¡Maldita sea la hora en la que creí que aquella era una invitación afortunada! ¡Demonios de dientes largos! ¿Ahora estamos muertos? ¿Porqué tengo el instinto de quedarme a defender el castillo? Grrrrrr Gruñe Grigore.

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05/02/2008, 10:12
Dalina Stoicescu

Dalina cayó desvanecida cuando fue vaciada. Su cuerpo murió y sintió cómo la negrura la envolvía.

De repente, un resplandor rojizo ocupó todo su ser.
Abrió los ojos y se encontró bebiendo de una muñeca abierta. Lady Jadviga le estaba dando su sangre.
Aquel néctar era lo más marvilloso que había probado. Notaba cómo su cuerpo se retorcía del placer y se agarró con las dos manos a esa muñeca como si su vida dependiera de ello.

- Suéltame ya - le ordenó. Y ella, se separó inmediatamente. La adoraba, la reverenciaba... Y más después de haber bebido de ella, una sangre así sólo podía pertenecer a un ser superior.

Al separarse de ella sufrió un ansia terible. La sed le atormentaba. Deseaba seguir bebiendo, como un muerto de hambre al que le ponen delante unos humeantes manjares, pero no puede alcanzarlos.

Vio con angustia la desaparición de su señora detrás de la puerta, pero ella debía quedarse allí. Debía protegerla a toda costa.

Se levantó pesadamente, como adormilada. Se sentía diferente, pero bien. Mucho mejor que nunca. Su piel estaba tersa y hasta parecía que resplandecía ligeramente. Sus músculos parecían más fuertes y precisos.

Ahora estaba de pie y se encontraba frente a la puerta.

El resto de invitados estan dispersos por allí, excepto uno. No veía a Camus, aunque había un ser monstruoso en el lugar que él ocupaba durante la cena.

Los ruidos de los invasores se acercan. Se lleva la mano al cuello y de un tirón se arranca el collar con el grifo.
Acto seguido introduce su mano en los pliegues de la falda y saca su daga oculta.

- ¡Que vengan! Protegeré a Lady Jadviga con mi vida. - piensa sin saber que ya no está viva...

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05/02/2008, 11:18
Tudor Preda

¡Todo había ocurrido tan rápido! Habría bebido la sangre, la habría bebido, lo juro... yo no quería que pasara esto, no otra vez... dios mío, y las llamas...

Al incorporarse, Tudor miró alrededor, consternado. Una bestia encorvada y grisácea, malvestida con los jirones de la ropa de Camus, recorría la sala en llamas en busca de algo. El resto de sus compañeros se levantaban, aturdidos o encolerizados, todos preparados para enfrentar una amenaza aún no visible.

Las llamas...

El miedo de Tudor, el miedo de un hombre acosado durante toda su vida adulta por el temor, se había transformado en una fuerza oscura y opresiva que le movía inexplicablemente a la acción. Se sentía evanescente, duro, invisible. De manera inconsciente, se sumió en las sombras oscilantes que proyectaban las lenguas de fuego, bendiciendo su hospitalidad, mientras buscaba un arma en el salón destrozado con la que poder defenderse...

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05/02/2008, 13:09
Director

Tú tardarás un buen rato en terminar la transformación, un par o tres de turnos una vez que lleguen los invasores, y una vez haya terminado ya no estarás dominado por lo que tampoco impelido a cumplir la orden de defenderles

Ya te avisaremos cuando puedas actuar (vamos, hacer algo más aprte de sufrir con la transformación:P)

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05/02/2008, 13:15

Asier despertó, con el infierno alrededor. Sus manos ardían en frío escarchado, sus ojos estaban envueltos por un velo de lágrimas insípidas, y su corazón rugía su último suspiro, atronando en su pecho como si se tratase de una tormenta.
Un grito espectral manó de su garganta; completamente perdido y encolerizado miró a su alrededor con unos nuevos ojos, claros y acuosos como una niebla densa.
Ahora las sombras le susurraban promesas inconcebibles y aterradoras que lo embriagaban y estremecían.
Desenvainó su espada, aquel filo que ayer pareció nublado por la sangre infiel, ahora relucía como aliento sagrado, como si llamas blancas lamiesen la afilada lengua de metal que tanta muerte hubo otorgado.
El sacerdote parecía ver tras el velo que nuestros sentidos nos imponen. En lugar de prepararse para la lucha, parecía hablar con la nada, escuchar mensajes que el viento portaba, reír y llorar débilmente.
Descendió hasta una realidad aún más oscura, pero a una realidad que de verdad le daba respuestas a todas sus inquietudes.
Un hambre voraz le hacía cabalgar un sentimiento no del todo desconocido por su corazón, ahora frío e inerte, y una necesidad por empuñar su filo sagrado para descargarlo en los patéticos cráneos de sus enemigos.

Notas de juego

Lo del filo sagrado es una paranoya suya. Su espada es la misma de siempre, sucia y algo oxidada.

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05/02/2008, 13:38

Las tinieblas de mi mente parecen aclararse poco a poco, aunque sólo traen el horror de una nueva pesadilla y no la claridad de la mañana cálida. Veo que ya todos mis compañeros de cena, los llamados "sacrificios" o platos principales, se levantaron del piso. Yo soy el único que aún con atroces dolores, estoy tirado. Pensé en levantarme y tomar el hacha del sacrificio, pero no se si lo hice, o sólo vagué entre las telarañas del dolor, intentando sacármelo de encima, para luego caer al suelo de nuevo.
Ahora, todo parecía mas despejado, como si el dolor de todo el cuerpo se hubiera cristalizado en una sola punta afilada que atravesare mi corazón, que, ahora que me doy cuenta, no late.
Esto debe ser el infierno, y yo estoy metido en el. Tenemos el fuego, el dolor, la atroz forma en la que me he convertido. No puedo evitar aullar (nuevamente quizás) del dolor y de la desesperación contenida en mi pecho, ahora inmóvil.

Palpo mi rostro una vez mas, pero la faz inmunda no ha desaparecido. Con horror inmutable, comprendo que lo único que ha quedado de mi rostro, son mis ojos, hundidos en la maraña de piel, sobre una boca plagada de dientes afilados como agujas de plata, amarillentos algunos, ennegrecidos otros.

Intento levantarme por segunda vez, pero esta vez las piernas y los brazos no me responden. El proceso o la tortura a la que me han condenado no ha terminado. Veo que ninguno de los que estaban en la cena han cambiado, pero yo en cambio ahora soy un monstruo. ¿Un castigo por haber sido un monstruo anteriormente? Sin embargo, se que no era mucho peor que la mayoría, y que era simplemente mejor que otros.

Un espasmo de dolor nuevamente atraviesa mi cuerpo, el cual se tensa y afloja mientras esta exquisita agonía me traspasa. Una vez mas, mi intento de levantarme se aborta, y aún estoy tirado.

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05/02/2008, 13:39

Notas de juego

Bueno, ahi lo arregle para que quede mejor con lo que me has dicho. Espero no haya sido demasiado.

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05/02/2008, 16:23
Grigore Wadim

- Vamos, Robert, el más condenado de nosotros, te ayudaré a levantar ya que nadie lo hace... dice Grígore acercándose a ayudar a monstruoso Camus. Su propio cambio, su transformación, parece haberla llevado a cabo internamente, sin ruido, sin movimiento. Ha muerto y lo sabe, pero no lo demuestra, tal vez en un vano intento por enfrentarse a ello. Su espíritu luchador ahora le empuja a ayudar a otros para ayudarse a sí mismo. No demostrará debilidad, no lo hará...

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05/02/2008, 16:56
Ion Corvus.

"Arghh... ¿Que me ha pasado?¿Estoy vivo?." Me levante del suelo y friamente mire a mi alrededor, algo habia cambiado, tanto por fuera, como por dentro, ¿Pero que era?... Me acerco la mano al rostro y me doy cuenta de algo, estoy viendo por un solo ojo y el otro solo veo sangre, tengo una daga en el ojo izquierdo. "Eso significa que estoy marcado... ¿Para siempre?."

De repente, en un ataque de furia, me saco la daga y el collarin siniestro, produciendome un dolor no tan grande como me espraba, pero si fuerte. Con el rostro desencajado en pura rabia y frustacion, me guardo la daga que me ha mutilado y desenfundo mi espada. El unico pensamiento que se me cruza por la cabeza, es del descargar mi ira y mi espada en los presuntos enemigos que venian tras Sire Wencerlass y sus acompañantes, eso era todo lo que podia desear ahora que habia logrado sobrevivir a tal funesta noche.

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05/02/2008, 17:05

Alguien se me acerca. Intento hablar pero...un aullido nuevamente se escapa de mis labios deformes. Un grito atroz de un condenado...y un nuevo espasmo amenaza con quebrar mis huesos.

Algunos huesos se quiebran, realmente. El dolor es agónico.

Dios mío, ¿terminará esto alguna vez? Perdona por no haber creído en ti. Credo in un Dio crudele!!! Si, creo en un Dios cruel!!! Aparta de mi este caliz, Señor!!!

El tormento no cesa, y, aunque veo una mano que se acerca a mi, no la cojo, porque mis propias manos son garras deformes ahora.

Me retuerzo incesantemente en el piso, mi carne pudriendose ante mis mismos ojos. Mas gritos escucho, pero son solo los mios.

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05/02/2008, 17:28
Mihaela Cartarescu

Mihaela se levantó de su silla, en la que había permanecido todo el rato, sentada, con o sin consciencia... Ese hombre había maldito su sangre, ahora estaba muerta... pero no definitivamente muerta.
Habían jugado con ella, y lo sabía, desde que vio a esos hombres sentados en esa mesa lo sabía. Desde que tuvo esa conversación con ese hombre lo sabía. Desde que vio ese macabro espectáculo lo sabía.
Pero de la misma manera sabía que no podía hacer nada para evitarlo. No a no ser que el destino le brindase una oportunidad... y se la brindó, de una forma caprichosa, como siempre, pero se la brindó.
Se levantó exhausta, parecía que la vida se le escapaba entre las manos aún, pero no era la vida lo que se escapaba, era la no-vida. Una sed insaciable se apoderó de ella, no entendía qué le pasaba, intentaba reprimir ese impulso pero sin éxito. Alguien controlaba su cuerpo, no era ella misma, aunque era consciente de ese hecho, y eso le enfurecía.
Tenía la sensación de no haber comido nada desde hacía un mes o más, pero no era carne lo que quería, ni pescado ni fruta... quería sangre. No sabía porque pero la quería. Le daba incluso asco la mera idea de pensarlo...
Pero al saber que alguien entraría por esa puerta, alguien vivo, hacía que se desatara algo en su interior que no conocía...
Lucharía contra la gente que viniera, hasta la muerte definitiva si hacía falta, pero no por lealtad, no por salvar a nadie, sino para salvarse ella, para saciar ese hambre, para recuperar el control de su cuerpo y de su mente.
Habían cometido un tremendo error. La habían dejado viva, al menos de momento. ¿Qué harías con tus enemigos Lord Mieczyslav? Aún no conocía la respuesta a esa pregunta, pero algún día, tarde o temprano ese hombre conocería, de verdad, lo que hacía ella con sus enemigos...

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05/02/2008, 17:38
Hardestadt

Pronto la puerta se viene abajo y aparece un grupo de soldados. Su líder es un hombre gigantesco de colmillos resplandecientes. Los soldados llevan todos la insignia de na rosa en sus uniformes, y varios de ellos han desnudado también sus colmillos. El segundo al mando es alguien a quién conocéis: Roderigo.

El líder anima a sus soldados: ¡Destruidles, mis valientes, pero dejad vivo al menos uno para la tortura!

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05/02/2008, 17:40
Roderigo

¡Rendíos, perros traidores! grita ¡Mi señor Hardestadt os perdonará la vida si os rendís ahora!

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05/02/2008, 18:22
Francesco de cilas

Francesco se despierta un poco mareado, con una sensacion extraña, la cual nunca habia tenido, un nuevo instinto, una nueva sensancion , los olores en el aire parecian distintos, todo no era como antes

no lo huelen... esa sensacion...ese.....olor a sangre mira a los soldados sientiendo el llamado de la caza , se lanza hacia ellos buscando su cuello

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05/02/2008, 18:46
Ion Corvus.

Ante las amenazas de Roderigo y el lider de los soldados, solo puedo hacer una cosa, luchar hasta la muerte contra los invasores. Asi que, sin siquiera bizquear, me lanzo contra el lider, blandiendo la espada como si fuera una lanza que iba atravesar su estomago.

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05/02/2008, 19:09

Ante la irrupción de los soldados, sorprendido, no puedo evitar mostrar los dientes, rabioso, como un lobo o... como un vampiro.
He crecido con las historias de vampiros, demonios que chupaban la sangre a niños y doncellas, pero nunca había creido realmente en ellas... Ahora, ahora resulta que soy uno de ellos... Estoy muerto, pero vivo con una nueva fuerza. ¿Es una maldición o una bendición? El tiempo lo dirá, pero ahora lo más importante es acabar con éstos perros. Oooooooh, su sangre me llama, me pide a gritos que la beba hasta la última gota... Asi sea...
Hago un gracioso molinete con la espada y me encamino hacia Roderigo.
Que apropiado, la sangre de un traidor para alguien traicionado. Me pregunto qué sabor tendrá... Probémoslo.
Segun me acerco voy aumentando mi velocidad, hasta correr, cargando contra él para asestarle un buen golpe con mi espada, silencioso y sonriente, mostrando mis nuevos colmillos...