Partida Rol por web

Toda la situacion aun me parecia bastante ajena... mi mente luchaba por comprender todo lo que estaba sucediendo a mi alrededor. Habia aceptado que ya no era humano... ahora era una bestia, aunque aun tenia mi mente y mi voluntad... por lo menos cuando no estaba hambriento.

La magia de la anciana mujer jamas la habia visto, pero dadas las circunstancias creeria cualquier cosa en estos momentos. Segun ella todos tendriamos un gran papel en esta historia... que historia???

Mi vida, mi pasado, mi futuro, todo estaba perdido para mi... no podia volver a luchar junto a las fuerzas de nuestro señor siendo una bestia sin alma, lo unico que me quedaba y podia darle algun sentido a mi nueva existencia era la venganza. Un buen cristiano y un buen caballero no debe dejarse llevar por los instintos mas bajos, tendre mi venganza pero la tendre con honor vivire esta vida con los mismos valores que vivi la anterior.

Sabia que este era un nuevo comienzo, y como tal lo aceptaria como un caballero... honrare esta vida de bestia con la rectitud que aprendi durante mi vida como hombre. Y que dios se apiade de mi alma en su inmensa misericordia si alguna vez me desvio del camino de la caballeria.

Mire a los ojos del ultimo interlocutor, Hardestand era su nombre si no habia oido mal. Asenti en seña de agradecimiento ya que entendia que era por su misericordia que se nos habia dado la oportunidad de cumplir nuestro mas ferviente deseo, la venganza. Tras las palabras de algunos de los presentes hice oir mi voz.

-Humildemente agradezco su benevolencia, con mi espada como testigo, y mi alma condenada como pago, juro que cumplire mi venganza.

Otros tambien hablaron y expresaron su decision, al parecer todos coincidiamos en nuestra meta.

Alguien acaricia mi cabeza, escucho las palabras, ¿dejar de beber? ¿libre albedrío? No, no quiero dejarlo. Pero ¿y si tiene razón?

Aparto mis labios del brazo de la mujer, y ahora por primera vez, la miro a los ojos, intentando dejar de escuchar todas las voces de mi alrededor, que de repente vuelven a escucharse, o quizás tan sólo dejé de escucharlas mientras bebía su sangre.

Sangre.

He bebido sangre.

Y me ha gustado.

Mucho.

Retrocedo un paso, miro a mi alrededor, me llevo las manos a la cabeza, negando, no, no quiero escuchar, mis manos cubren mis orejas, mis oídos, no, no quiero seguir escuchando. Bajo la mirada, mi vestido lleno de sangre.

En mis labios todavía queda el sabor, sí, por supuesto que quiero más.

No.

No. No. No soy un monstruo.

 Sonrio mientras le escucho, es muy interesante todo lo que dice, un buen socio para los negocios que tengo pensado y que nos pueden reportar muchos beneficios a ambos

 La anciana, os mira y sonrie antes de darse la vuelta para desaparecer por la puerta. 

 Una vez que Angriel entrara en su habitacion, no se le paso por alto que las ventanas estaban completamente cubiertas y aquello, solamente le demostraba que nada era un sueño y su vida fue maldita. Pero el ya habia decidido que usaria su maldicion para concretar su venganza, era una deuda que no podia dejar sin pagar.

Pero durante el tiempo en que estuvo en el cuarto antes del amanecer, el estuvo indagando sobre si mismo, sus cambios y sobretodo, pidio alimento para poder saciar su sed, evitar terminar en un frenesi de sangre y muerte. 

Asi que alli estaba una de esas sirvienats que elllos usaban de carnada.

Sin ninguna duda aquello deberia de repetirse muy a menudo,pues al parecer la sangre era parte de su nueva vida,pero igual que aquello podia tomarse como una maldicion,para el era tambien una bendicion.Ser eternamente bello sin los estragos de la edad ni la muerte y ademas podia probar todo tipo de cosas ahora ,si quizas  incluso ese acto diario de alimentarse podria llevarse mas alla del nirvana como un  nuevo entretenimiento...

Se acerco a la muchacha o mas bien mortal,ganado mas bien deberia llamarla ahora.PAso sus dedos por su piel de arriba abajo,tocandola suavemente por todos lados.

Primero se alimentaria de su cuerpo si y despues cuando sus musculos humanos pidieran un descanso cuando cansada no pudiera mas que suplicar parar  solo entonces le dejaria llegar al extasis y entonces se alimentaria de este ,con su sangre abrazaria el nuevo don que le habia sido entregado y comenzaria su nuevo juego por toda la eternidad...

Cuando llegué a la habitación fue una grata sorpresa encontrarme a aquel apuesto caballero alto, rubio y de ojos claros. Tras una breve charla decidí que pasaría el día conmigo, no tenía mucha hambre, ya tendría tiempo de alimentarme bien cuando despertara y tras varios coqueteos y juegos de alcoba de los que jamás nadie tendría constancia, me fui a dormir con mi acompañante de ese día.

Me guían hacia algún sitio, cuando quedo sola, miro a mi alrededor, una habitación, no estoy sola, ahora lo veo, alguien está en la cama, un hombre, siento una ligera repulsión, hasta que noto el latir de su corazón, no lo escucho, veo sus venas, sigo sintiendo esa Sed, ¿será igual?

No, no soy un monstruo. No lo soy. Pero cuando quiero darme cuenta ya le he mordido y estoy bebiendo de él, su sangre, acallando sus palabras, no las de él, las de ellos, bebo, hasta que no sale más, hasta que lo dejo caer como una muñeca rota.

Sólo entonces me doy cuenta, total y absolutamente.

Soy un monstruo.

Y ellos no se callan, no se van, siguen aquí, aunque estoy sola, lo se, estoy sola, lo he matado, no escucho su corazón, no respira, aunque yo tampoco.

El sopor me llega sentada en una esquina, sin haberme quitado la ropa aún manchada de sangre, ahora más, llorando, sin entender por qué.

La anciana, os mira y sonrie antes de darse la vuelta para desaparecer por la puerta. 

"¿He de poder irme?... ¿Dónde?... no tengo lugar ahora al cual acudir, no tengo lugar donde no me sienta manchado de manera alguna... estoy maldito, siquiera mi propia sombra me es de confianza ahora, tampoco aquel a quien adopté y respeté incluso como a un padre me es confiable", pienso mientras observo a todos con una mirada perdida y sin prestarles prácticamente atención. "Entonces... sólo entonces... parece ser que entre estos hombres, o lo que fuere que seamos ahora, está mi lugar", continúo cavilando.

La anciana atina a sonreír al vernos. Lógico disfrute el que siente una persona al conocer lo que otros no saben y les está atormentando; recuerdo haberlo sentido infinidad de veces... tantos ojos con lágrimas que imploraban y aseveraban no saber nada hasta que finalmente las bocas y almas flaqueaban. Al verla pasar cerca de mí, tan sólo mascullo un: "- Mis servicios no eran sólo esos, entonces".

Me levanto y camino en dirección hacia donde ha ido la anciana. Los soldados se encuentran ahí y, una vez nos encaminamos todos, empezamos a marchar rumbo a nuestros aposentos.

Abro la puerta y atravieso el umbral de mi cuarto. Del otro lado, una joven se encuentra tendida en la cama. Me observa con fijeza... realmente no estoy seguro si sabe lo que aquí sucede. Mi rostro se tiñe de una inocencia total, algo que no ha sucedido hace mucho tiempo... creo sentir ganas de llorar, pero no puedo hacerlo, no debo hacerlo... las lágrimas son algo que no tienen lugar en mí, no son correctas.

Me acerco a la cama y la observo. Simplemente sonrío. "- He de reconocer que no esperaba tan bella recepción en mi cuarto. Debo asegurarle que me siento alagado por su presencia aquí- le digo en susurros y acerco mi mano". La muchacha parece rehusarse, asustada, sin pronunciar palabra alguna. Mis rasgos, ahora, se confunden en un mar de tristeza... comprendo que ahora soy un monstruo, es correcto temerme.

Mi boca, trémula, parece implorarle perdón, parece disculparse... sólo logra un quedo: "- Por favor, no me temas... por favor... - menciono entrecortadamente y en susurros concluyo- quiéreme".

Un fuego parece atravesarme, como si mi propia sangre eferveciera en un ínfimo instante. Siento el calor llegar a mis ojos y a mi lengua, pero se desvanece antes que pueda preocuparme por ello. Algo ha cambiado... y no soy yo el que lo ha hecho.

La muchacha, ahora sonriente, me mira con un cariño tal que siento llenarme de gozo por ello. Esbozo una sonrisa para devolverle el favor y, como si fuese envuelto por el más oscuro deseo, me lanzo sobre ella en la cama. Nuestras bocas se encuentran y, por un instante, a mi mente viene el recuerdo del carruaje. Apoyo mis brazos en la cama y observo el rostro sonriente y libidinoso de la doncella entre ellos, y ella plácidamente recostada en el lecho, envuelta en seda.

"Afuera esos recuerdos, ahora tan sólo somos ella y yo", me digo al observar a la muchacha. Nuevamente voy hacia ella, pero esta vez comienzo a desvestirla. Ella parece de acuerdo conmigo, pues me imita y comienza a quitarme las ropas. Un abrazo infinito nos une, agolpa nuestros cuerpos desnudos. La joven me lanza, me coloca boca arriba y se sube a mí, dejándose llevar por una mística pero encantadora danza diabólica que me consume, que me encanta. Sus movimientos me llenan de placer y finalmente olvido esa tristeza que me invadía, me siento querido.

Agarro a la niña y la traigo junto a mí, apresándola contra las sábanas y tapándonos a ambos para quedar ocultos en la cama. Mi lengua recorre su cuerpo y me detengo en su pezón. Paso mi rostro por él y vuelvo a besarlo, hasta que un impulso y deseo interno me hacen morderlo. Repentinamente, otra sensación de gozo me invade y creo sentirlo también en ella por sus sensuales gemidos. Siento que no puedo parar y menos ante el fervor que en sus vociferaciones y movimientos siento... tan sólo continúo.

El éxtasis me llena y, finalmente, me freno. Tal vez la he dejado exhausta, pues yo no gime, no hace nada. Con emoción, levanto las sabanas para ver su cara... pálida, fría, tan falta de vida, pero con una sonrisa en ella. Sé que está muerta, pero en ningún momento pareció luchar por seguir viviendo... simplemente me dejó ser para que esté feliz.

La miro un momento, mis ojos parecen caerse. Debe ser el sueño que me invade. Esta vez no estoy triste... más allá de este hecho, ahora no estoy triste. Tampoco temo que esa falta de tristeza me esté alejando de mi lado humano y me lleve a convertirme en lo que esa anciana o la mujer son. Tal vez, sólo tal vez, signifique que estoy empezando a comprender lo que soy.

Coloco la cabeza de la fenecida doncella en la almohada y muevo sus brazos para que me rodeen. Me recuesto entre sus pechos y la abrazo, como si le devolviera la atención. Por esta noche, a pesar de todo, me siento querido.

Una sonrisa recorre el rostro ajado por la edad de la anciana pero no dice nada, solo se lleva un dedo a los labios.

Si, debe saber algo y algo que es importante, ya has visto que los demas la tienen respeto y eso solo se tiene si tienes poder o si eres una maldita bruja. Si, sera eso una bruja.

..........
La muchacha laxa sobre la cama con los ojos fijos en el techo, con los brazos sin fuerza, con mas frio del que tu propio cuerpo tiene, ya muerto, ya destruido o eso piensas cuando llaman a tu puerta y no esperan contestacion por que se abre.

Por amor de Cain Uriel, levantate y acompañame. Replica una voz femenina mientras tira de ti hacia atras.
Te transforme para salvarte de morir, te transforme para que vieras el mal que habias causado entre tus feligreses y sintieras el aguijon de los tuyos contra tu ser.
Te salve para que volvieras a ser humano y... para que estuvieras conmigo el resto de la eternidad.

Aun recuerdo al muchachito de cabellos rizados que corria por las calles de Genova perseguido por ese cachorro de perro, mas de una vez me queme mi piel para poder verte y mas despues de esa enfermedad que tuviste siendo niño.
Como ardia tu piel y la calmaba abrazandote contra mi.

Llore sangre cuando te marchaste a Florencia a unirte a la Iglesia y mas cuando comenzaste a hacer las cosas que hiciste, rogue y hice que mil favores se me devolviera para que no te mataran los mios, para que vinieras a un lugar seguro.

Notas como algo cae manchando tu piel, rojo, sangre y luego otro mas. La cara de Isabella esta surcada por las lagrimas que manchan hasta su vestido. 

Se lo prometi hace mucho a alguien, que cuidaria a su familia. Le amaba demasiado y le tuve que dejar ir, que tuviera una familia, hijos, lo que yo nunca podria darle y en su lecho de muerte al verme como el dia que me conocio supo por que, pero aun asi me seguia amando.

La muchacha sobre la cama te alimenta lo suficiente pero queda como muerta sobre ella. Un hilo de sangre corre por su piel antes de que lo pares con tu lengua lamiendolo, se han cerrado las heridas. Deberias pensar ahora en como...

Sopor, simplemente sopor hasta que no se oye nada ni la respiracion entrecortada de tu acompañante. Pero en tu mente aun estan el fuego y las llamas, la mirada de los que te transformaron, de lo  que te arrebataron todo lo que eras y su risa que resuena en tu mente mientras no puedes hacer nada...

La muchacha sobre la cama te alimenta lo suficiente pero queda como muerta sobre ella. Un hilo de sangre corre por su piel antes de que lo pares con tu lengua lamiendolo, se han cerrado las heridas. Deberias pensar ahora en como...

Sopor, simplemente sopor hasta que no se oye nada ni la respiracion entrecortada de tu acompañante. Pero en tu mente aun estan el fuego y las llamas, la mirada de los que te transformaron, de lo  que te arrebataron todo lo que eras y su risa que resuena en tu mente mientras no puedes hacer nada...

El muchacho sobre la cama te alimenta lo suficiente pero queda como muerta sobre ella. Un hilo de sangre corre por su piel antes de que lo pares con tu lengua lamiendolo, se han cerrado las heridas. Deberias pensar ahora en como...

Sopor, simplemente sopor hasta que no se oye nada ni la respiracion entrecortada de tu acompañante. Pero en tu mente aun estan el fuego y las llamas, la mirada de los que te transformaron, de lo  que te arrebataron todo lo que eras y su risa que resuena en tu mente mientras no puedes hacer nada...

El muchacho sobre la cama te alimenta lo suficiente pero queda como muerta sobre ella. Un hilo de sangre corre por su piel antes de que lo pares con tu lengua lamiendolo, se han cerrado las heridas. Deberias pensar ahora en como...

Sopor, simplemente sopor hasta que no se oye nada ni la respiracion entrecortada de tu acompañante. Pero en tu mente aun estan el fuego y las llamas, la mirada de los que te transformaron, de lo  que te arrebataron todo lo que eras y su risa que resuena en tu mente mientras no puedes hacer nada...

La muchacha sobre la cama te alimenta lo suficiente pero queda como muerta sobre ella. Un hilo de sangre corre por su piel antes de que lo pares con tu lengua lamiendolo, se han cerrado las heridas. Deberias pensar ahora en como...

Sopor, simplemente sopor hasta que no se oye nada ni la respiracion entrecortada de tu acompañante. Pero en tu mente aun estan el fuego y las llamas, la mirada de los que te transformaron, de lo  que te arrebataron todo lo que eras y su risa que resuena en tu mente mientras no puedes hacer nada...

La muchacha sobre la cama te alimenta lo suficiente pero queda como muerta sobre ella. Un hilo de sangre corre por su piel antes de que lo pares con tu lengua lamiendolo, se han cerrado las heridas. Deberias pensar ahora en como...

Sopor, simplemente sopor hasta que no se oye nada ni la respiracion entrecortada de tu acompañante. Pero en tu mente aun esta la mirada del  que te transformaron, de lo  que te arrebataron todo lo que eras y su risa que resuena en tu mente mientras no puedes hacer nada...