Partida Rol por web

Cena, pensando en la Kitsune y su petición, y se va a dormir.

Busca entrar en la habitación, haciendo el menor ruido posible, y buscó en la oscuridad a Makoto, a punta de pies, avanzo hasta él, y sentándose en la cama, se sacó la ropa, lentamente.

- te amo, Mako-kun...- susurró, de espalda a él, inclinada sobre su rodillas. Estaba cansada, y él la escucha sollozar, pero hacia el esfuerzo para no hacerlo demasiado fuerte.

Estaba dormido. El remor de un leve sollozo me despertó suavemente.

- Eh... cariño... ¿qué ocurre? - me vuelvo hacia ella y la beso, suavemente.

Pasando sus manos por sus ojos, se giró hacia Makoto, apoyándose en su pecho, agazapada contra él, como un naufrago que busca la salvación en los maderos del barco que se hunde. Tiembla, haciendo un esfuerzo más allá de su ánimo para no soltar un llanto que venía macerándose desde que el encuentro con el grupo en el pasillo, incluso, desde antes. La joven buscó que ambos se acostaran, sus piernas desnudas, y su torso rozando la piel cálida del japones, parecían encontrar un poco de consuelo.

- estoy cansada... demasiado.. de estas personas, quiero volver a casa, o quiero quedarme contigo aquí... estoy cansada de todos, ¿por qué no podemos ser simplemente normales?... o no.. o simplemente.. - se muerde el labio inferior, y levanta su mirada oscura  - estoy... cansada amor mio... es sólo eso, abrázame por favor...- se acurruca aún más, conteniendo las lágrimas, era una chica fuerte o así quería pensarlo. 

Tras escucharla, sonrio con ternura y la abrazo con fuerza. Llevo la mano tras su cabeza y la pongo entre su suave pelo y la acaricio suavemente, peinándola con los dedos de mi mano, mientras susurro tratando de que se duerma en mis brazos.

- Pronto todo habrá terminado. Vamos a conseguirlo, estamos en el camino correcto.

La besó una última vez antes de recuperar el sueño.

Asiente, pero sabe que hasta ese momento, tendrá que convivir con personas que le son desagradables, o que ella les desagrada por alguna razón que aun no determina, sin embargo, se queda callada, Makoto tampoco podría cambiar aquello, así que sólo se apoyó en su pecho y se durmió al ritmo de sus latidos que lograban calmarla. 

 Me doy una ducha y lavo mi herida antes de meterme en la cama.

 Dormir no es tan fácil como me gustaría. Vuelvo a recordar a T.J., me asaltan dudas sobre cómo saldremos de ésta situación, de lo que haré con mi hijo, de cómo salir adelante con esa carga, o si desprenderme de ella, y dársela al espíritu, o de lo que somos, él o ella, y yo. ¿Qué pensarán los demás? ¿Para qué lo querría Rina? ¿Cómo sería mi vida con un hijo a tan temprana edad? ¿Y cómo me afectaría durante el resto de mi vida si decidía deshacerme de él? No era fácil, no era nada fácil.

 En el fondo sabía que no había estado sola desde que desperté, aunque no quise admitirlo hasta que no lo tuve en la cara. No puedo seguir negando el destino, porque es inevitable. Lo que soy, la muerte de T.J., mi hijo... Tengo que aceptar todo eso.

 Pero los días aquí no están siendo fáciles. El cansancio acaba por vencer a mis preocupaciones, y sucumbo al sueño, con una mano posada en mi vientre.

Despertó primero, abrió sus ojos, e intento nuevamente descubrir donde estaba, sí, no era un sueño, era el mismo lugar de la noche anterior. Makoto dormía, ella acaricio su pecho, y comenzó a besarlo, para despertarlo lentamente, muy suavemente, era un día importante, estaba asustada y desanimada, pero deseaba besar aun mas a Makoto. Llegó a sus labios.

- buenos días... amor mío... - murmuró, montándose, y acurrucándose en su pecho, apretando sus rodillas contra los costados del oni- ¿nos quedamos aquí?- le pregunta, aunque sabía que no podían, pero se sentía bien el poder decirlo, susurrando como un ronroneo, besando su cuello - esta calentito aquí... ¿Cierto?... Di que si... - se ríe, aunque seguía muy triste, en sus ojos se podía ver. Apoyó su cabeza en el hombro de Makoto - creo... que necesito... recargar mis energías.. - hace un mohin, de niña mimada, para ver si Makoto enganchaba en sus intensiones, todo por tenerlo y por eludir el tener que juntarse con aquellas personas. Aunque le agradaba  las chicas, aún así, estaba agotada.

Llegamos al cuarto bastante cansados, tras un día bastante intenso, y sabiendo que nos espera otro más intenso aún. Usamos el cuarto de baño por turnos, y nos metemos en la cama en ropa interior, cubriéndonos apenas con la sábana ya que la temperatura es bastante agradable. Aún así, dejamos una manta preparada por si hace fresco más tarde.

Y así, acurrucados el uno junto al otro, nos dejamos llevar por el sueño.

 Despierto y antes de salir hago la cama y me lavo la cara y la herida, que envuelvo de nuevo en una tela que también lavo previamente. También cojo la katana. Hoy por fin haremos algo que nos ayude a salir de aquí.

Despierto, pero no abro los ojos. Estoy demasiado a gusto, bajo la sábana, con Elizabeth apoyada en mi hombro, mi brazo rodeándola, mi rostro inmerso en su cabello.

Acaricio su rostro con mi mano libre, dándome cuenta de que tiene pelo sobre su rostro. La miro y se lo aparto suavemente, descubriendo su plácida expresión dormida. Sonrío, con ternura, la que me despierta verla dormir, y le doy un beso en la frente.

Cariño... -Susurro- Hay que despertar...