Partida Rol por web

La famosa Pagoda del Hielo se halla en el mismo nivel que el Vertedero y consiste en una caverna de dimensiones aparentemente infinitas dominada por un palacio construido enteramente de hielo al más puro estilo Disney. Cuando llegáis a las puertas abiertas del patio exterior, os recibe un ejército completo de soldados armados con espadas y lanzas de hielo y armaduras del mismo material. El cómo logra la Reina del Hielo mantener a semejantes tropas es un misterio para vosotros, aunque no el único que se encuentra tras estos muros. A vuestra derecha podéis ver un bosque de árboles altos completamente cubiertos de nieve y su linde veis zorros, tigres blancos y osos, observando curiosos.
Los soldados os miran con cierto respeto cuando pasáis a través de sus filas y os dais cuenta de que no sois vosotros sino vuestra llamativa indumentaria lo que marca la diferencia. Aquí en el Inframundo nadie es más de lo que parece y vosotros, vistiendo las ropas que os identifican como Los Dragones, acumuláis los éxitos y proezas de todos cuantos ostentaron vuestra misma posición en el pasado.
Cuando llegáis a la recepción del castillo, que no es más que una enorme sala vacía flanqueada por enormes escalinatas de hielo transparente, os espera la Reina del Hielo junto con varias personas más. Parece ser que sois los últimos en llegar, pues rápidamente la Reina comienza a exponer sus ideas.

-Bienvenidos Dragones y gracias por venir a ésta reunión, facciones. -Comienza a decir la Reina. -El asunto que nos une es de suma importancia para todos nosotros, aunque todavía no seais conscientes del todo. Como todos sabemos, el Buró está enviando tropas, armas y recursos al vaticano, en su coyuntura temporal. eso solo puede significar que han descubierto el verdadero potencial de ese lugar Feng Shui.
-Como algunos ya sabréis, en el pasado... en otra realidad, el Vaticano fué el hogar de mi hermano, el Rey del Trueno, donde tenía su palacio de hierro. En esos tiempos todos conocíamos el verdadero poder de ese lugar. No solo era un importante lugar Feng Shui sino que tenía la capacidad de crear corredores de energía hacia otros puntos, lo que podía generar una red de energía feng Shui capaz de englobar el mundo entero. Desgraciadamente, las relaciones entre hermanos no eran muy buenas y las diferentes pagoda sno nos pusimos de acuerdo en cómo/quién dominar esa energía. Y nuestra era terminó.
-Si el Buró ha descubierto ese poder y lo pone en pracitca, no solo deominará su coyuntura sino que será intocable. Y sabemos lo que eso significa: Vendrán a por el Mundo Interior y nos destruirán a todos.
La Reina os mira, satisfecha de haber causado el impacto suficiente en las caras d elos asistentes, que murmuran para si mismos alarmados.
-¿Alguna idea de cómo evitar esto?

Caminaba con la ropa recién estrenada e impoluta. daba la impresión de estar recién planchada y perfumada, cosa que me incomodaba un poco. Cada golpe de tacón iluminaba el calzado como si pisase metal al rojo vivo. Aquello me gustaba, daba la impresión de que fuese un demonio caminando entre el hielo.

Una vez la reina se dirigió a nosotros, la saludé rozando el ala de mi sombrero y me giré hacia le chino, el cual era quien controlaba mas y mejor que nadie el tema en cuestión, porque entrar a balazo limpio en casa del enemigo no creía que fuese una contestación satisfactoria, al menos para la reina.

No es mi costumbre hablar antes que los demás, pero por una vez me animo y suelto lo que viene a ser mi especialidad.

- ¿Cuáles son sus puntos débiles? -digo como mirando hacia otro sitio.

-Ninguno- Dice tajante el mono parlante y que a pesar de su aspecto ni siquiera habíais visto. -El nuevo vaticano es una fortaleza inexpugnable. Y si además, como hemos podido comprobar, el buró está llevando tropas allí, es posible que esté blindado hasta más allá de nuestra comprensión. Ni todos los ejércitos de todas las facciones juntas podrían alcanzar la puerta del mismo; y mucho menos destruirlo.
El semblante de Arnold se ensombrece cuando una idea pasa por su cabeza.
-Además... Allí tienen a Desdemona Death Angel. La máquina de matar perfecta. La mayor creación de la ingeniería genética de la ACID y el mejor par de tetas que un hombre haya visto jamás... Y el último, por supuesto, si eso que cuentan sobre su afición por la carne humana es cierto. Y conociendo a la ACID lo será.
Arnold sacude la cabeza con resignación.

-Simio, deja de pensar con esa frente de neandertal y de ser tan negativo. -dije escandalizado al escucharle- nadie ha dicho que se tenga que atacar abiertamente por un frente, sino que podríamos intentar colarnos dentro de su fortaleza y atacar desde allí. 

Rasqué una cerilla en mi barba y la encendí:

-Además, puf puf -encendí un purito, ahora con aquel traje ya no servían los cigarrillos- yo no me pierdo ese par de tetas...

Me quedo un rato pensativo, mirando al mono. Luego se me ocurre una idea y me dirijo a la Reina de Hielo:

-¿Y si nos hiciélamos pasal por agentes del Buló pala entlal en el Vaticano y ablil la puelta desde dentlo?

Si nos funcionó con los Jammers, podría funcionarnos con el Buró, pienso para mis adentros.

-Muy bien, muy bien... Veo que no tenéis ni idea... Pretendéis disfrazaros de agentes del buró, colaros en la fortaleza más inexpugnable de todos los tiempos y... ¿Vais a desmontar el Vaticano ladrillo a ladrillo? Porque por lo que dicen, ni siquiera una explosión nuclear podría destruir sus muros reforzados mágicamente.
El mono está a punto de decir que es imposible, o que todo está perdido o alguna de sus frases pesimistas, cuando una voz conocida le interrumpe.

-El Puño de Shiva.
Todas las miradas se dirigen a La Profesora, que habla sin dejar de mirar su ordenador portátil.
-El arma más poderosa del mundo, creada por el Buró para ser utilizada en casos extremos. Un satélite que orbita la Tierra y armado con tal potencia de fuego que podría destruir el planeta entero. El arma final del Buró por si algún día pierden su influencia.
Nadie se atreve a interrumpirla, así que prosigue.
-La idea es buena. Un grupo reducido de hombres y mujeres disfrazados como agentes del Buró se infiltran en la estación espacial que envía regularmente suministros al satélite. Se ocultan en el siguiente vuelo, se hacen con El Puño de Shiva y destruyen el vatican y sus alrededores. Fácil.

-¿Fácil? -Ruge Arnold. -¡Es un suicidio! Puede que no tanto como ir al vaticano directamente, pero... ¿Quienes se van a ofrecer voluntarios para salir a espacio con nulas posibilidades de re-gre- sar?
Las palabras de Arnold se entrecortan cuando la Profesora os mira directamente a vosotros cuatro y sonríe.

-¿Tenemos un plan entonces? Si los Dragones van a ir, yo también elegiré a un campeón de entre mis filas, y espero que las demás facciones hagan lo mismo. Crearemos un supergrupo de héroes invencibles que se harán con el control de ese satélite y salvarán el universo. ¿Alguien tiene algo que objetar?

Lo del satélite y ese arma especial no acababa de entenderlo, pero dije:

-Pues claro que vamos a ir, nosotros no somos como este mono -señalé a Arnold con desprecio- Y con nulas opciones llevo desde que empecé esta aventura.

Sin tener nada claro el lío en el que nos estamos metiendo, asiento levemente y trago saliva.

-Sí, vamos allá -digo asintiendo en dirección a mis compañeros-. Salvalemos el Feng Shui. Aunque eso del satélite no lo he entendido muy bien... -digo mientras me rasco la cabeza.

Y luego a ver si puedo volver a China, con Flor de Loto... -pienso para mis adentros.

Susan nunca se había tomado muy en serio todo ese rollo del Inframundo. Simplemente se dejaba llevar. Que sus compañeros pensaban que era mejor estar con los Dragones, pues con los Dragones que iba...su brújula estaba dañada desde el momento en que aquellos hombres la violaron y maltrataron. Sin embargo, algo había cambiado en ella desde que vió a la Reina de Hielo.

- Sí, mi Reina. Tenemos un plan - dijo muy segura de sí misma. ¿Alguién había cambiado a Susan? Sí, a esa mujer de malos modales y que siempre estaba metida en lios...hasta ella misma pareció darse cuenta de que algo no iba bien - ¿Sí ,mi Reina? Joder, no podía haber soltado otra jilipollez...- pensó. Inmeditamente tosió y continuó hablando - ¡Cough, cough! Sí, nosotros tenemos un par para entrar ahí dentro y mucho más. ¡El Buró no nos derrotará! - dijo con energías renovadas.

-Está decidio entonces... Que cada facción decida a sus campeones para que acompañen a los Dragones en su cometido. Elegis sabiamente y nos reuniremos aquí mismo mañana a esta hora.
La Reina del Hielo se gira y de sus faldones y volantes surgen copos de nieve y vientos gélidos.
Todos los reunidos se miran una última vez, algunos de ellos con desconfianza, y se retiran también. Parece ser que solo vosotros estáis seguros de qué hacer. Aunque solo sea por que no tenéis otra opción.

Al día siguiente, aunque en el Inframundo no hay noches ni días, a la hora acordada, os reunís de nuevo en el palacio del hielo, donde cada facción presentará a sus campeones.
Parece ser que vosotros sois los últimos en llegar, por lo que nada más aparecer por las puertas de hielo empiezan las presentaciones.

El primero en dar un paso al frente es Steve Chung, un oriental bajito y rechoncho que forma parte de los Ascendidos, que como sabeis, son animales que se transformaron en humanos al alcanzar algún tipo de iluminación.
-Soy Steve Chung... -Dice con sequedad.
Parece un hombre callado y taciturno, bastante soso, y deja paso inmediatamente a la mujer que le acompaña.

La mujer posee una belleza extraña. Combina rasgos orientales, posiblemente indios, con nórdicos, creando un conjunto esbelto y exhuberante. Sus ojos azules contrastan con su cabello negro y cuando camina, contonea las caderas de forma seductora.
-Perdonen a mi marido. Steve es algo tímido en reuniones sociales. Está más acostumbrado a actuar en solitario. Yo soy Nayirah, y debo decir que es un honor participar en esta misión... especialmente al lado de los legendarios Dragones.
La chica os lanza una mirada coqueta y parece guiñarle un ojo al Rubio discretamente. Os parece sorprendente que una mujer así sea la esposa de ese chino pequeñajo, pero cosas peores habeis visto en el Inframundo.

Después de los Ascendidos, da un paso al frente el elegido por los Comedores de Loto: Un oriental alto y delgado, muy jóven y con una sonrisa permanente en su rostro. Lleva el mismo traje que John travolta en Pulp Fiction y lleva una pistola espantosamente grande en una pistolera colgada del hombro.
-Yen Li. A su servicio. -Entonces mira a Nayirah y se coloca a su lado. -Y al de la señorita, por supuesto.
A la chica parece hacerle gracia el acercamiento de Yen Li y le sonríe, pero su marido le mira con la misma expresión severa de siempre.