Partida Rol por web

Mientras vais andando te vas fijando en las gentes con las que os cruzáis, efectivamente ves gente con todo tipo de ropas, algunas con aspecto de ser bastante buenas, otras bastante raídas y mucho más sucias.

Nada te llama la atención en nadie concretamente.

Kellen, Koyaanisqatsi tras unos minutos charlando amigablemente entre vosotros, os dais cuenta que no tenéis ni la más mínima idea de donde encontrar a Laurel.

Umm, difícil elección - digo pensativa, con una mano en la barbilla y el codo sujeto por la otra mano -
Seguramente los lugareños estarán más la taberna, al poseer vivienda aquí.  Además parece que hay más gente.

Bajo los brazos y miro a la tiefling - ¿qué crees que deberíamos hacer? - le pregunto pellizcándole algún pliegue suelto de la ropa y tirando levemente, en un gesto de esperar su respuesta.

Me dirijo hacia la taberna y voy comentando... Quizá dentro de la taberna podamos ver mas gente que en una posada y podamos saber que nos depara el pueblo.

Cuando veo que me adelanta esbozo una pequeña sonrisa. Cuidado Nyx, el venado no se va a escapar.

Mientras entro le doy vueltas al nombre... venado azul, espero q no sea de ese color por beber agua del manantial jeje.

Abro sin miramientos la puerta, apoyando ambas manos y usando todo el cuerpo para ello para situarme en el portal -
Ahh - Respiro profundamente, deleitándome con el olor de la cerveza y de cualquiera platos de comida se hallen sirviendo.

Cuando Nyx abre la puerta veis un pequeño local, con solo cuatro mesas pero con abundante mostrador, tras el cual se ve una puerta que asumís lleva a la cocina o al almacén. Os llega olor a comida y a bebida, aunque ahora mismo os fijáis que no hay nadie comiendo ya, únicamente veis seis personas apoyadas en el mostrador tomando cerveza.

Al abrirse la puerta varios de ellos se giran durante un momento para ver quien ha entrado, alguno lo hace de forma más disimulada, otros de forma más obvia, alguno mira solo durante un instante otros se quedan mirando varios segundos.

Hola chicas - Dice con cara sonriente un rechoncho camarero desde detrás de la barra. Buena parte de su cuerpo va cubierto por un mandil aún más grande que él, en algún momento parece que dicho mandil fue blanco, pero seguramente hace mucho tiempo ya de eso. - ¿Queréis mesa o barra? ¿Vais a comer?

Pongo las manos delicadamente sobre los hombros de Nyx y como se que ella se mueve mucho por la ilusion le susurro... Mesa, por supuesto.

Observo sin que se note mucho a la gente que hay en el local (hacia las mesas, luego ya tendre tiempo de mirar a los demas).

Os acercáis a las mesas vacías, veis que a pesar de estar vacías no todas están limpias, en alguna quedan incluso platos y jarras aún. Incluso las supuestamente limpias... dejan bastante que desear.

Desde donde estáis sentadas podéis mirar tranquilamente a la barra sin llamar la atención.

Si miráis más en detalle veis que a parte del camarero en la barra hay seis personas, cinco humanos y un elfo. Todos ellos llevan ropas bastante modestas. Uno de los humanos parece llevar alguna bebida de más y habla en voz bastante alta, no está muy claro con quien. El elfo está algo apartado en uno de los extremos de la barra bebiendo solo. Los otros cuatro humanos parecen estar charlando entre ellos mientras beben.

- Bueno, no hay mal que por bien no venga, con un poco de suerte ahora habrá más trabajo para nosotros, ¿no? Jajajaja.

- ¡Ja! Bendito cabrón - Dice uno de los otros mientras suelta una carcajada.

- Otro distinto a los otros dos da un codazo en el costado al primero que ha hablado - Cierra el pico coño - E intenta susurrar sin mucho éxito - Sabes que su madre está enferma joder.

Me levanto y voy hacia la barra y le pido al hombre detrás de la barra. Perdone, una pinta de cerveza tan grande como mi amiga y una copa de vino para mi.

Observo al elfo lo que esta tomando y si tiene la mirada puesta en el infinito o si esta prestando atención sin ser descarado a lo que se cuece aqui. ¿Qué ropas lleva? ¿Lleva algún arma?

Y cuando me sirva el tabernero cojo las bebidas y les comento a los cuatro humanos.. Habláis de alguna epidemia ¿no? y mirando al hombre que no decia nada (ni el q da ni el que recibe el codazo).. Espero que tu madre se mejore.

Y hago el amago de ir hacia la mesa pero me espero un poco y si nadie comenta nada o después de que lo hagan le digo al tabernero. Ponganos algo bueno de comer señor.

Temiendo que desconfíen de una tiefling, decido probar si son más receptivos con una "adorable e inofensiva" gnomilla.
Me acerco - ¿Su madre está enferma? ¡Cuánto lo siento! - susurro con voz lastimera al que propinó el codazo.

Pongo ojos como platos, casi como si fuera a llorar de pena - ¿Y no han intentado curarla? Me han dicho que hay una clériga y una herborista por aquí, a lo mejor si trabajaran juntas ... - susurro con la voz apagándose, esperando que me cuente algún secreto.

Jajaja, la cerveza más grande que tenemos entonces - Dice el camarero mientras llena una jarra de unos dos litros.

Y un vino de la casa - En total hacen 3 monedas de plata.

Por supuesto que hay una epidemia, y ni esa inútil de clérigo ni esa charlatana vende-ungüentos tienen puñetera idea de lo que ocurre - Responde airadamente el hombre que no había hablado hasta ahora.

En lo que a mi respecta pueden irse al infierno, no me verán pisar ese templo ni gastar una moneda más en brebajes engañosos.

El hombre deja de prestaros atención, pero uno de los otros pregunta con curiosidad - ¿Tienen problemas entre ellas?

Marchando un especial de la casa para las chicas. - Dice el camarero, mientras se da la vuelta y se mete por la puerta que hay tras la barra.

Entonces Kellen, ¿donde te dijo la clériga que estaba Laurel?   

¿Qué?  Yo pensé que te había dicho a tí...  No, es que... ¡Oh no!   ¡Vamos de regreso!

Jjajaja, un gnomo y un tiefling hacen un par de distraídos seres... jajaj

Si, a las chicas no les hubiera pasado esto, no, definitivamente no...  Jajja, no, no les digamos nada.  No nos la acabaríamos nunca con sus burlas...  Jaja.  No.

y así, riéndose el paladín de ellos mismos, rápido fueron de regreso al templo de Torm. 

Cachando de nuevo su aliento, le dijo a la joven religiosa: Lady Cirthana, -jadeó un poco-se nos olvidó preguntarle donde es que podríamos encontrar a la herbalista.  ¿Donde vive, o donde está ahora Laurel?  

Os mira claramente decepcionada al ver que vais a ir a visitar a Laurel, pero os responde.

Si seguís la avenida por la que habéis llegado hasta aquí hacia el norte, llegaréis hasta su establecimiento. No tiene pérdida, lo reconoceréis por las colas de gente que hay para entrar. Las que ya no hay para venir a rezar a Torm.

Suerte señores, y que ella sepa ayudaros mejor de lo que yo he podido.

Se da la vuelta dandoos la espalda, se aleja unos metros y continúa realizando tareas en la habitación donde estáis.

Pago las monedas y observo lo que están comentando los demás.

Mientras "hablamos" tengo mis brazos sobre los hombros de Nyx en actitud protectora (ella delante mia, yo a su espalda y su cabeza sobre mi cuerpo, como si tuvieras a un niño ante ti). Y la acicalo el pelo de vez en cuando.

Digo a Nyx con tono totalmente maternal... Nooo, es ese hombre el que parece tener a su madre enferma. Y señalo al hombre que estaba antes callado en el grupo de humanos.

¿Desde hace cuanto tiempo pasa eso? Una epidemia puede ser algo muy grave.

Aprovechas distintos momentos de la conversación con el camarero y los cuatro humanos que están en la barra para echar alguna mirada furtiva al elfo.

Su aspecto es el de alguien de corta edad, aunque juzgar la edad de un elfo no es tarea sencilla. Sus ropas aunque limpias parecen algo desgastadas por algunas partes. Su manos muestran grandes callos, por lo que deduces que debe de trabajar realizando tareas manuales.

No te parece ver ningún indicio de armas o armadura bajo su ropa.

Parece que lleva ya unas cuantas bebidas, pero no está completamente ebrio.