Partida Rol por web

El "amable guardia" estaba intentando escapar de la situación justo cuando le nombras. Sus compañeros le miran bastante furiosos.

- Milon no esté en condiciones de salir. Y si queréis entrar tenéis que pedirle permiso a Jarlben. Por favor no causéis más problemas. - dice el hombre que no había hablado hasta ahora.

- Menos porfavores, ¡Fuera! - Dice el otro de los dos hombres - ¡Y tu te vas a enterar! - Dice señalando al "amable guardia".

- ¿Y para esto me molestáis? ¿Acaso tenemos pinta de ser guías turísticos? ¡¡Esto es una empresa!! Y tenemos mucho trabajo que hacer.

Baja la cabeza hacia sus papeles de nuevo mientras murmura -  Una excursión por el bosque... ¡¡Ja!!

Intenté protestar pero no se me ocurría nada y además no quería provocar una situación de confrontación, cosa que viendo el mal carácter de los guardias parecía bastante probable. Parece ser que en aquel campamento todo el mundo tiene un humor de perros.

Teníamos dos opciones, una era esperar a que los otros terminaran de hablar con Jarlben y obtuvieran el permiso para hablar con Milton, y otra intentar lidiar nosotros con los guardias. La primera opción era la más sensata aunque me resultaba muy desagradable ser tratado de esa manera, entendía que se me prohibiera la entrada a aquel sitio pero no me había gustado el trato de los guardias, aunque debería estar acostumbrado ya que suelen tener bastantes malos modales en la mayoría de los sitios.

Miré a Lara, la cual estaba cayada y en ese momento se me ocurrió que ella seguramente pudiera tratar con ellos. Tenía bastante más labia que yo... y menos cabeza para medir sus palabras. -Dejo la situación en tus manos.- la susurré en bajo. Estaría atento por si la situación se volviera más tensa intermediar en cualquier momento.

Has notado una reacción muy extraña durante tu presentación, sospecha que tiene algo que ver con el hecho de que eres enano, no estás muy seguro, pero dirías que has notado miedo en él durante un instante (a pesar de que luego su actitud y su forma de hablar parecen demostrar lo contrario)

Su reacción me enoja bastante, ya esperaba alguna impertinencia de este tipo, pero aún así me irrita que nos responda así cuando he sido tan educado como he podido. Además... ese brillo en la mirada mientras hablaba... apostaría mi barba a que durante un instante, he visto un destello de miedo o preocupación. Siento gran curiosidad al respecto. Al responder, esta vez mi voz suena bastante más firme y grave, casi malhumorada.

-No es necesario alterarse, señor. De donde yo vengo es costumbre responder educadamente a quien se presenta sin ofensa alguna.  Insisto, no le causaremos ninguna molestia. De todas formas, ¿podría indicarme dónde podemos encontrar a Milon?

- Yo... bueno, ya le he dicho que estamos bastante ocupados por aquí señor. Me temo que no puedo tener a mis trabajadores ocupados ayudando a viajeros - Según va avanzando su frase va apartando poco a poco su mirada, para finalmente terminar hablando sin mirarte directamente.

Esta vez no me cabe ninguna duda, hay algo en mí que le inquieta o intimida. Recuerdo entonces la sensación que tuvimos en el pueblo, de que la gente me miraba con especial recelo. Por un momento me olvido del motivo de nuestra visita. Quiero llegar al fondo de este asunto.

Mientras hablo, muevo ligeramente la mano, de forma que el anilo con el sello de mi familia queda claramente visible.

-Oh, discúlpeme, pero no soy cualquier "viajero". Mi padre, Bruenor "El Justo", es el Señor del Clan Straklen. Estoy seguro de que puede permitirse un par de minutos de su tiempo para atenerme a mí y a mis compañeros.

Entrecierro ligeramente los ojos, atento a cualquier reacción al enterarse de que tengo sangre noble.

Notas claramente el temor en su rostro cuando te habla, a pesar de que intenta disimular.

- ¡Está conversación no lleva a ningún lado! No puedo perder toda la mañana. ¡¡DARIAN!!

Al cabo de un par de segundos de su grito aparece un muchacho joven, delgado y no muy atractivo. - ¿Si señor?

- Lleva a es... al caballero y a sus amigos a hablar con Milon. ¡YA! ¿A que estás esperando? - Dice Jarlben sin dar la oportunidad de decir nada al chaval.

Lara observó la situación sin que pudiera hacer mucho por ocultar su molestia -Ustedes 3 están muy equivocados si creen que nos pueden tratar de esa manera! Mis amigos se quedaron con su jefe luego de que le pusieramos al tanto de nuestras intensiones de ver al tal Milon... Este simpático soldado solo cumplía con su labor al escoltarnos. Pero claro. Sino me creen pueden ir a preguntarle al mismo Jarlben y ponerle de un humor mucho peor que cuando le vinos. Nuestra misión es muy importante y ustedes solo nos retrasan. - dice convencida de lo que habla.

Parece que un poco de temperamento ha puesto a este hombre en su sitio. Pese a que siento mucha curiosidad por su reacción, no creo que vaya a contarme nada útil en este momento. Además, nuestra misión es encontrar cuanto antes los ingredientes para la cura. Cada minuto que nos retrasemos podría costar vidas.

-Muchas gracias, señor. Recordaré su ayuda. Que tenga un buen día.

Acto seguido me doy la vuelta y miro al joven que ha entrado.

-Si fueses tan amable de llevarnos ante Milon, te estaríamos muy agradecidos, muchacho.

Mientras Lara y Arannis están hablando con varios hombres en la puerta del edificio de dormitorios llegan Kildrak y Kilqiroth acompañados por un joven muchacho.

Los hombres que hablaban con Lara y Arannis, estaban a punto de decir algo, pero se paran y se quedan mirando sorprendidos a Kildrak, Kilqiroth y el muchacho. Le preguntan - ¿Que haces con esta gente?

Algo acobardado el muchacho responde - Jarlben me ha pedido que los acompañe, ellos y sus amigos tienen permiso para entrar.

Un enorme cabreo se refleja en el rostro de los hombres.

Alzo una ceja ante el evidente cabreo de los hombres y lanzo una disimulada mirada inquisitiva hacia Arannis y Lara. Algo me dice que no fue mala idea impedir que Lara que fuese a hablar con Jarlben.

-Buenos días señores, como quizá les hayan contado mis compañeros, nos gustaría poder hablar con Milon un momento. Jarlben ha tenido la amabilidad de pedir a este muchacho que nos condujese hasta él

-Vaya, justo a tiempo, y parece que habéis tenido más éxito que nosotros. Este sitio verdaderamente tiene unas normas de seguridad bastante férreas.- les dije a los dos recién llegados.

Tenía interés en saber como era ese tal Jarlben, aunque ahora pensaba que aunque fuera estricto con sus muchachos no sería tan mala persona si nos había dejado hablar con Milon tan rápido y además dejándonos pasar a los barracones.

Preferí esperar a estar sin guardias para preguntar por Jarlben, no quería que estos escucharan la conversación por si se decía alguna opinión poco conveniente.

Los hombres os miran con bastante mala cara, pero comienzan a dispersarse sin decir nada. Cuando los veis alejarse poco a poco notáis como su actitud cambia claramente, parecen simples trabajadores, leñadores quizás, no matones.

- Pueden pasar, yo esperaré aquí - Dice el muchacho mientras os abre la puerta principal de los dormitorios.

Al abrirla veis un largo pasillo con varias puertas dobles a ambos lados del mismo.

- Última puerta a la izquierda, si no recuerdo mal. - Os indica el muchacho.

Lara hizo mucho para no burlarse de los que le hacían mala cara Eso... Shu, ya vayanse. dice dejando claro la felicidad que le producía que volvieran a por donde vinieron con el rabo entre las piernas.

La picara siguió las indicaciones del nuevo muchacho que llegó Vaya, a pesar de ser tan joven parece que te haces respetar... Como es que ni te han intentado responder esos tres? Bueno, ya me contaras... dice mientras se prepara a irse por le camino que el joven decía.

-Muchas gracias, muchacho.

Inmediatamente entro por la puerta y me encamino hacia el dormitorio que ha señalado. Espero que Milon tenga algo interesante que decirnos.

Seguí a Kildrak hasta la puerta en la que nos habían dicho que se encontraba el hombre que buscamos. 

Una vez nos pusimos delante de ella hablé: -Bueno, luego cuando estemos fuera del campamento os preguntaré por el tal Jarlban, tengo curiosidad de como habéis sido capaces de convencerle tan rápido. Daba la impresión de ser un tipo con malas pulgas.-.

Llamé a la puerta esperando a que alguien de dentro contestara.

Avanzáis por el pasillo, no demasiado bien iluminado, la única luz que llega es la que sale de un ventanal al fondo del todo del mismo, y la que brota de alguna de las puertas laterales que se encuentra entreabierta.

Cuando estáis solo a unos pasos de la puerta que os han indicado, cerca del ventanal del final del pasillo, escucháis una voz - ¿Que se os ha olvidado?

Mientras abrís la puerta, y sin daros oportunidad a hablar dice - Oh vaya, pensé que serían...

Ante vosotros tenéis un dormitorio con docenas de camas, y un pequeño armario al lado de cada una. La persona que os habla está sentada en el borde de una de las camas, una bastante iluminada por la ventana que hay al lado, sostiene un libro a medio abrir en una de sus manos. Es un hombre de mediana edad, de aspecto bastante curtido, su cara muestra varias cicatrices. Casi al instante os dais cuenta que la postura de una de sus piernas no es muy natural, está completamente estirada, como si estuviese entablillada.

Al entrar en el dormitorio, miro fugazmente el libro que sostiene Milon y después su pierna, que parece demasiado rígida. Quizás la tiene herida y por eso no está trabajando con los demás.

-¡Buenos días! Milon, ¿verdad? Mi nombre es Kildrak "Brillo Dorado", hijo de Bruenor "El Justo", del Clan Straklen. Me acompañan Arannis Amastasia, Lara "La Trota Mundos" y Kilqiroth. Hemos venido a hacerle algunas preguntas sobre el bosque cercano, si no le importa. En el pueblo nos dijeron que no hay nadie que lo conozca mejor que tú.