Partida Rol por web

Nels levantó el hacha para lanzar un nuevo ataque contra Bodolf. Mi hacha se clavó en la parte superior de la pierna del enano, produciendo otro corte profundo. 

Veo a mi compañero caer al suelo muerto de un duro golpe del enano y de mi se apodera una furia asesina, levanto mi arma y golpeo con fuerza al asesino de mi amigo, pero el enano es hábil con el escudo y consigue parar mi golpe.

La contienda se está poniendo dura. Uno de ellos cae a manos de Kramghat, voy por Freicwiam ya que parecía el mandatario del grupo. Atacó con todas mis ganas esperando ser certero.

El golpe de Thorin pilló desprevenido a su contrincante, que no pudo esquivarlo, el sonido del hueso de la pierna rompiéndose con el impacto, se escuchó seguido de un grito de dolor del dunlendino. El propio hueso se le clavó sobre los tendones,, desgarrándolo por dentro. 

Rothrim se sacude los golpes con energía, y en un gesto rápido, mueve su pelo suelto desde delante a atrás con la cabeza. Ahora con los ojos bien abiertos, y una mirada fiera vuelve a emprender el ataque.

Levanta su arma y la deja caer como si fuera a cortar madera sobre un tocón, pero el tocón no era otra cosa que uno de sus enemigos, que ya sonaba como hueso quebrado después de que Thorin le hubiera golpeado severamente.

Los golpes recibidos me dejaron sin reaccionar, aquellos enanos sabían luchar más que nosotros. Solo tenía una salida...

- ¡No queremos luchar! ¡Dejar las armas! ¡No queremos ver más gente muerta!

Los ataques recibidos me habían dejado descolocado, no sabía por donde venían los golpes y era incapaz de pararlos a tiempo. Por un momento temí por mi vida, pero la voz de Freicwiam me dio esperanza. Una rendición.

- ¡Sangre por sangre! ¡No me rendiré jamás!

Hago caso omiso a Freicwiam y sigo atacando. Pero mi espada es fácilmente esquivada por Rothrim.

     -- Parece que el combate se paro o por lo menos se mantenía a una distancia que me permitia arreglar mis heridas de la mejor manera posible, mientras realizo esta acción pienso: Como es posible que los oponentes siempre terminen enfrentandose a mi dejando a sus espaldas a unos contrincantes bien armados...

   -- Quizá en otra ocasión tenga mejor suerte...

Kramghrat retuvo el martillo un segundo para hablar por primera vez en todo el combate.-Retén a tú perra cabrero o acabareis todos siendo pasto de los gusanos. La sangre de un naugrim vale mil veces más que todas vuestras miserables vidas juntas.¡Tú mujer! tira las armas y atiende a tú hombre antes de que muera.- dijo refiriéndose a Coedfa.-Lo diré solo una vez, quienes de todos vosotros malditos bastardos son Cles y Odorus.- el enano se interpuso entre Bodolf y los atacantes, cruzando su martillo hacia el que se estaba recuperando del aturdimiento, no pensaba darles cuartel a no ser que les viera totalmente indefensos. Les daba el tiempo justo para soltar las armas y responder, si no lo hacían no detendría su martillo. 

- ¡No podemos permitir que unos sucios enanos hayan entrado en nuestro hogar!

Todos paran el combate, jadean, sangran y maldicen.

- ¿Que habéis venido a hacer aquí? ¡No os queremos en nuestras tierras!

Rothrim seguía con el arma en las manos, y solo restaba bajarla para descabezar a aquel extraño hombre.

Guárdate los insultos para cuando puedas respaldarlos con acciones muchacho.

Dijo con virulencia. A veces le costaba controlar su mal genio, y hacia tiempo que no hablaba con ese tono.

Y la respuesta a tu pregunta es tan sencilla que tú mismo deberías de haber caído en ella.

Hemos llegado aquí a pasar la noche, y guarecernos del frio y de los animales salvajes.

Y si estas son tus tierras, eres el peor gobernante de ellas que jamas haya podido ver.

La mirada de sus ojos era mucho mas furibunda, y le costaba horrores mantener su hacha en aquella posición, pero al fin y al cabo era el mismo quien solo unos minutos atrás abogaba por el dialogo y la comprensión.

Debía rendir cuentas a su buen juicio, a pesar de que sus cuerpo le pedía mas sangre.

- No hemos abandonado estas tierras, malditos enanos. ¡Y no sois nadie para decir como tenemos que tener nuestras tierras e invadirlas y pasar la noche! ¡Nuestro hermano las vigila!

Y eso es verdad, Además, siempre teníamos que ir a pastar con nuestro ganado a otras tierras más fértiles y  menos peligrosas. La idea del enano de dejar unas tierras abandonadas me cabrea más. Pero no puedo pensar ahora en eso, ¿donde estaba metido nuestro hermano?

- Largaros de aquí antes de que acabemos con vuestra vida.

Corro en dirección a Nels para ver como se encuentra.

Invadir. ¿INVADIR?

Lanzo otro golpe de hacha que pasa a unos tristes 2 centímetros de la cara del que parecía su portavoz.

Crees que si esto fuera una invasión me iba a molestar en hablar con vosotros. Eh, saco de guano.

Estoy aquí, en mitad de tus tierras, esperando a que vuelvas, para darte las gracias por dejar que nos cobijáramos, y tu único pensamiento es acabar con mi vida.

Espero que sepas vivir sin cabeza. Porque con ella no vas a sumar más años de vida.

Escupió al suelo y volvió a levantar la cabeza. Animales, eso es lo que eran, animales. La razón de estos hombres la habían pedido. Puede que jamas la hubieran tenido.

Le chocaba cómo había conocido estos últimos días a gentes de buen corazón, con sus preocupaciones y sus vidas ajetreadas, y cómo, unos simples pastores eran prácticamente animales. Mas animales que el rebaño que llevaban

Veo como Arewiam amenaza a Rothrim. No hables así a mi amigo está inmunda. Nadie nos amenaza. La única causa por la que no acabo contigo ahora mismo es porque tú jefe que es más coherente te ha dado la orden de alto los combates, si no morderias el polvo

Aquella arrogancia, aquella amenaza, no podían salir con vida de aquí. ¡No estaba dispuesta!

- ¡Arrrgh! 

Con un grito , levanto  mi espada y vuelvo a arremeter contra el enano con todas mis fuerzas. ¡Acabaré con sus vidas! Mi espada esta vez, si alcanzó al enano y le produjo un tajo en el antebrazo.

Kramghrat apretó los dientes con rabia, esos bastardos tan solo estaban tratando de ganar tiempo para acabar con ellos. Vio como Bodolf perdía el conocimiento a causa de la grave perdida de sangre.-Traje hasta aquí el cadáver de tú hermano por que dio su vida por el tesoro de sus ancestros, os haré un último favor, en breve os reuniréis con él.-el tono lúgubre y el odio desatado del enano no fueron rival para las tenues defensas del dunlendino que se replegaba sobre su hermano caído. 

El martillo descendió con la fuerza de un gigante apartando el brazo del escudo descargando un buen golpe sobre el hombro pero el resto de la inercia se perdió al deslizarse el martillo sobre el angulo del escudo hacia el exterior.

Parecia que algunos de ellos no entendían lo que su jefe les había dicho que se rendían. Asi que con toda mi furia lanzo un ataque hacia Boeda. Rendiros no teneis nada que hacer contra nosotros. No queremos que acabéis muertos. Asi que basta yagrito mientras le meto un buen mazazo a Boeda para que vean de lo que somos capaces.

Aquellos enanos morirán, no terminaremos la lucha hasta que mueran. Y lo sabía. Ataqué con furia a mi contrincante, pero estaba ciega por el odio que estaba apoderándose de mi y fallé el ataque.

El martillo del enano me golpeó con fuerza en el antebrazo y un dolor intenso me recorrió el cuerpo.