Partida Rol por web

Nos cruzamos con unos viajeros, tan solo saludan y siguen su camino, pero no puedo evitar preguntar por mis compañeros.
Disculpen buenos señores, ¿no se habran cruzado con un grupo de enanos con un par de muchachos? Tememos que puedan estar en peligro y queremos ayudarles. Nos seria de gran ayuda cualquier información que nos puedan aportar.

Los trolls ven que uno de los enanos se escapa y uno de ellos no aguanta más la espera y se abalanza hacia él con todas sus fuerzas, levantando su gran martillo...

Nos giramos para escuchar al enano. Luego miramos al hermano que está con él con cara de extrañeza. Volvemos la mirada al enano. Asombrados por esa amistad y por caminar juntos por este camino.

- No hemos visto a ningún enano.

Muy amables mis señores.

Luego miro con extrañeza a Thorin, y vuelvo la mirada al sendero que estamos discurriendo.

Sigamos la marcha.

Digo sin mucho candor en la voz.

Kramghrat se interpone entre el Troll y su compañero. Cuando el brazo del Troll va a impactar contra el escudo del enano, su piel comienza a petrificar y en pocos segundos se convierte en una estatua, justo cuando su gran martillo iba a impactar contra el escudo de Kramghrat. Cuando este lo retira, puede apreciar que el golpe se ha quedado a solo unos milímetros de él.

Los demás trolls comienzan a gritar, escupir y lanzar huesos y restos de botellas al enano mientras observan como el otro parte fuera de la caverna.

Corres lomo arriba en busca de los Grumms y el norteño. Cuando llegas, ves que están vertiendo aún leña por el agujero. Escuchan todos tus órdenes, pero se quedan paralizados.

Fui el primero en reaccionar. Se que los enanos no tenían todo mi cariño. Pero tampoco deseaba su muerte. 

- ¡Vamos!

Grite a los niños, que tras mi voz, rápidamente siguieron al enano para buscar el agujero del que hablaba. Mientras tanto, yo acerqué el aceite por donde habíamos lanzado las maderas y lo vertí. Era hora de prenderle fuego.

     -- Aunque había retrocedido con cuidado uno delos Trolls se movió, aún así sali de la gruta y continue con el plan establecido, con la ayuda de los Chicos y Matho estábamos cerrando la chimenea y preparando para iniciar el fuego...  

El enano se cubrió entre el troll petricificado y su escudo para hacer frente a la lluvia de basura, "¡Uno menos!", pensó para si todavía rabioso por la muerte de Kraner. De un potente martillazo Kramghrat intentó destrozar la rodilla del desequilibrado troll mientras avanzaba unos pasos gritando como un poseo, esperaba que al romperse contra el suelo eso enfureciera lo suficiente a los trolls para que alguno de esos otros idiotas volviera a cruzar la linea que les mantenía a salvo de la luz. El odio ancestral entre los enanos y los trolls no conocía limites, la reciente perdida de Bodolf y ahora la de Kraner era más de lo que el estoico capataz podía soportar, ningún troll iba a seguir vivo al final del día en aquella pútrida cueva al menos mientras el enano siguiera respirando.

Rápidamente encuentras la salida de la chimenea de la cueva de los Trolls. Un humo claro y casi invisible salía de un agujero de apenas 50 cm. Por lo que puedes ver, más de un animal se había caído en el agujero, que estaba bien tapado por la vegetación. 

El troll de piedra cae sobre el suelo de la cueva con gran estruendo, levantando una pequeña nube de polvo y suciedad. El fuerte olor que inunda el lugar se remueve y hace por un instante que aquello sea casi insoportable. A pesar de ello, el enano, con su odio sin contener no estaba dispuesto a abandonar aquél lugar sin acabar antes con sus enemigos mortales. Éstos, al ver que su hermano caía al suelo y que se partía en varios trozos se enfurecieron. Pero no iban a caer en la trampa de volver a arrimarse al sol, al menos por ahora. 

Lentamente, la línea del sol que entraba por la entrada, se estaba arrinconando hacia un lado. Pronto, dejaría de alumbrar el interior.

Sigamos, no podemos perder tiempo.Miro en el camino por si veo alguna huella o indicios de que mis hermanos pasaron por aquí para ver que dirección pudieron tomar.
No veo nada que me indique que pasaron por aquí, asi que me dirijo a la cueva de los Trolls que estuvimos anteriormente

Andáis por el Gran Camino de Este y cuando alcanzáis el sendero que lleva a la cueva de los trolls, la cogéis con premura. Camináis durante un rato hasta alcanzar la entrada. Ésta se encuentra bastante por debajo de la cima de la colina y parece ser que estaba bloqueada por una roca que se encuentra apartada de la entrada. Un vistazo a la cueva y os dais cuenta de que puede tener unos cuatro metros y medio de altura. No se ve ni rastro de los demás enanos.

Así que este es el refugio de los troles. Interesante.

Y dónde se supone que vamos a encontrar a tus hermanos, en el interior.

La pregunta la hace con ligereza, mientras se atusa la barba del mentón. Entrar en una cueva que, sin duda, ha sido usada por troles para hacer campamento no le parecía para nada estimulante, pero había venido a ayudar el pequeño.

Así que espero a ver qué plan se elaboraba en aquella cabeza de piedra.

Por el momento los trolls no avanzarían más ni el enano tampoco, intentó aproximarse con pasos laterales hacia el cadáver de Kraner. Totalmente a la defensiva y sin quitarle el ojo de encima a aquellas bestias trataría de coger al enano por la barba y arrastrarlo fuera, Kramghrat mantendría a los trolls distraídos con sus idas y venidas para darles tiempo suficiente a sus amigos para taponar la chimenea y convertir la caverna en un infierno en llamas. Que le vieran allí les mantendría nerviosos y ocupados,si el humo no sacaba a los trolls nada podría hacerlo.

Si el cabeza hueca de Kramghat vino a acabar con ellos estoy seguro que está dentro con los hijos de los posaderos. Entremos con sigilo y sin armar ruido. Sígueme. - comento a mi nuevo compañero mientras avanzo poco a poco al comienzo del interior de la cueva.

Asiente, y sin decir nada más, camina despacio y mirando el suelo. Pero en cuanto empieza a haber sombre del interior, y menos luz del exterior, levanta el brazo y coloca la mano delante de él.

Nada ocurre mas allá de la pinta extraña que tiene al caminar.

Kramghrat consigue distraer lo suficiente a los Trolls como para poder coger a Kraner y tirar de él hacia la luz. Uno de ellos, se percata tarde de la situación y lanza un ataque contra el enano, pero al atravesar su cuerpo la luz del sol que apenas entra por la entrada de la cueva, su cuerpo se convierte en piedra y cae al suelo, rompiéndose en varios pedazos. El otro Troll gruñe con fuerza y se mueve más impaciente por la cueva que antes.

Tapáis el agujero con ramas, hojas y piedras, intentando que se escape la menor parte del humo que sale de la chimenea. Cuando estáis satisfechos, dais por terminada la tarea.

El pasaje desde la entrada lleva a una caverna sombría y pestilente. Os extrañáis como unas criaturas pueden llamar a esto hogar. Hay cuatro jergones enormes, uno a vuestra derecha, cerca de la entrada, otros dos en la pared de la izquierda y otro en frente de por donde habéis entrado. Podéis ver un pasaje justo entre ese jergón y el de la izquierda, que se adentra más aún en la cueva. Un riachuelo recorre la parte derecha, viene de un pequeño pasaje que se abre a la derecha, a continuación del jergón, lo cruza, continúa por la pared y se pierde por otro gran pasaje que se abre. 

En esa zona, podéis observar que es el lugar donde cuatro trolls suelen dormir, comer, beber y fanfarronear. Hay un fuego encendido en medio, que ilumina la sala. Un agujero en el techo permite que salga el humo, agujero que no habéis visto con anterioridad y que se encuentra tapado por algún motivo, haciendo que poco a poco se vaya llenando el techo de humo. Esparcidos por el suelo de la cueva se ven botellas vacías y rotas, y muchos huesos. 

Dos trolls convertidos en piedra están en el suelo, rotos en varios pedazos, mientras que un tercero mantiene su garrote en las manos y andan de un lado para otro en la zona esperando vuestra llegada. No se arrima a donde estáis porque aún estáis protegidos por la luz del sol que entra de la entrada. Pero os gruñen y os amenazan. Avanzan unos pasos hacia vosotros y luego retroceden. 

Kramghrat está en el límite de la luz y tira del cuerpo inerte de Kraner, cerca de uno de los trolls convertidos en piedra.