Partida Rol por web

Habían ido a buscar a Björmolf a Bastión Hueco y le habían convencido para ir al castillo disney a defender los mundos de la amenaza que se acechaba sobre ellos, incluido su tierra natal. Después de un viaje con una nave gumi, cosa que tardaron en explicarle que era al joven indígena, hasta su llegada al castillo.

El castillo era inmenso y sus torres se curvaban hacía el centro como si algo lo absorbiera, habían llegado a una estación donde unas ardillitas llamadas chip y chop estaban manejándolo todo, saludando a todos con sus manitas mientras subían las escaleras una tras otra y llegar al jardín. 

El jardín era verde, con setos podados en formas de animales con instrumentos o círculos demasiado grandes, casi se podría pensar que te caerían encima, entonces un traqueteo se escucho y delante de ellos calló un hombre... o un perro... no se sabría bien que decir,

Goofy se levanto con torpeza, agarrando el escudo y mirando a los guardias con una sonrisa un poco tonta, a lo que estos rieron igualmente, se acerco a Björmolf y lo observo detenidamente.

-¿Eres tú uno de los elegidos? vaya, me recuerdas a un viejo amigo, pero eso no viene al caso ahora- se rasco la nuca con esa misma sonrisa que le hacía parecer un tontorrón.-  Mi nombre es Goofy, soy el capitán de la guardia real y te hemos traído aquí para que nos ayudes a defender los mundos de los sin-corazón... espera eso no tenía que decirlo por que no sabemos si son ellos.

Su risa, era un Ajia un poco raro, pero los soldados pronto dejaron a los dos solo y se retiraron.

- Dime ¿como te llamas y de donde eres?

Björmolf miraba extrañado todo, era muy diferente a su mundo, todas esas cosas, todas esas formas, ardillas dirigiendo un lugar en el que había mucho agetreo, la "nave gummy" que aún no tenía ni idea de como se supone que funcionaba... todo esto era antinatura.

Ahí no se escuchaba a los espíritus, ahí no se veía el alma del mundo... ¿era un mundo sin alma?

Entonces cayó el ser mitad humano mitad perro, no entendía porque los espíritus le habían convertido en humano habiendo tantos animales como si tal cosa, pero se asustó, dió un salto hacia atrás y se puso en guardia apuntando con la lanza al pecho del ser que acababa de caer delante de él.

Dió unos pasos alrededor de él como sopesándo si atacarle o no

-Mi nombre es Björmolf, y vengo de un mundo de Espiritus, fuí elegido por ellos para defender mi mundo... pero no es este.

Goofy sonrió al joven sin moverse mientras lo seguí con la mirada, mirando sus movimientos y incluso parecía que miraba algo mas en él, pero esa sonrisa borraba todo atisbo de que estuviera pensando en algo que no fuera una tontería.

- Cálmate, Bjölmir, estas estas en el castillo del rey Mikey, en tu mundo y todos los mundos existe una alianza para defenderlos de todo mal y ahora necesitamos tu ayuda para llevarlo acabo- le tendió la mano contraria al escudo y espero que se la estrechara no sin añadir antes-Si tu mundo es el de los espiritus, entonces ellos habran decidido que estes con nosotros y que te encontráramos ¿no crees?

No parecía confiar en lo que decía Goofy, pero lo que dijo sobre los espíritus tenía razón.

-Es Björmolf, no Bjölmir -dijo mientras bajaba la lanza y se acercaba y olisqueaba la mano de Goofy, tras lo que hace el mismo gesto, sin estrechársela y vuelve su atención hacia otro sitio- ¿y quién es ese tal "rey mickey"?

Presupone que eso es un hola en su mundo y le olfatea a él también.

- El Rey Mikey es nuestro soberano y el defensor de todos los mundos, te diría que tendrás el placer de conocerlo, pero se marcho en cuanto sintió que algo sucedía, es un rey bueno, sabio y fuerte- Sin conocerlo, solo por como Goofy lo describe, puedes deducir que es lo bastante increíble como para hacer que una persona como él lo trate con fe ciega y hable de él con un tono de voz casi de admiración... aunque también es para preguntarse si eso sería difícil- te llevare a la biblioteca, allí encontraras a alguien que te podrá dar mas detalles y decirte por qué estas aquí.

La biblioteca no se encontraba lejos, solo tuvisteis que subir unas escaleras y cruzar el enorme pasillo en el cual Björmolf contemplo la gigantesca puerta, que debía de ser para un gigante, cuando Goofy dijo que era la entrada al trono real, empezaron las dudas de sobre si ese rey Mikey no era un gigante... total todo era muy raro.

Al llegar a la puerta de la biblioteca, Goofy toco dos veces antes de que una voz con un tono de sabiduría ese que tanto había escuchado el joven en su mundo por los mas ancianos, les dio permiso para entrar, sentado en una mesa se encontraba un hombre con ropajes azules, un sombrero de copa gigantesco adornado con estrellas y lunas doradas y una barba gris grande, que miro a ambos esperando que les dijeran a que venía esa interrupción, o mas bien miraba a Björmolf, esperando su reacción.

Ese era el lugar más extraño en el que Björmolf había estado, puertas gigantescas, jardines muy estravagantes... y ahora un tipo de barba larga que me recordaba a esos sabios de los humanos que les vinculaban con un animal 

Ahora tu eres un humano

-¿quíen eres? -pregunté al hombre barbado, goofy había dicho su nombre de buenas a primeras asique Björmolf creía que esa era la forma de presentarse

El hombre le miro detenidamente mientras se levantaba, era muy alto, bastante si se puede comparar con otra persona.

- Goofy, puedes irte, ya has cumplido tu cometido por hoy- dijo mientras se acercaba al Björmolf, lo inspecciono detenidamente y luego decidió responder con ese tono sabio y anciano - Me llamo Yen Sid, soy el sabio de los mundos y ahora estoy evaluando tu potencial Björmolf... en ti vive el espíritu del oso, puedo notarlo y también se cual es tu mundo si te lo estas preguntando, pero te quiero preguntar algo... ¿que estas dispuesto a hacer para defender tú mundo, joven oso?

Mientras dejaba que el respondiera se dirigió a las estanterías mirando algunos libros, escogiendo, pero sin dejar de escuchar a Björmolf.

-Estoy dispuesto a todo, ¿no me he convertido en humano y venido a este mundo por eso? podría haberme quedado tranquilamente en mi cueva- tras esto, Björmolf soltó un resoplido y no le quitó la vista de encima al hombre que buscaba en esas paredes repletas de cosas sin ningún sentido para Björmolf

Yen Sid tomo un libro y lo abrió en la mesa dejándolo pasar hasta detenerse en una pagina mientras miraba al joven indígena.

- Entonces si te dijera que para salvar tu mundo debes destruir otros mundos ¿aceptarías sin dudarlo?-Giro el libro para ponerlo a su vista mientras le invitaba a acercarse - ¿Sacrificarías a otras personas y familias por salvar a tu gente? por que puede que eso te lleguen a ofrecer a cambio de tu ayuda ¿aceptarías esos términos?

Se quedó observándole un momento y luego se giro para mirar por la ventana que daba al jardín, en silencio.

No lo dudó ni por un instante

-Los espíritus de mi mundo están en todos, pero la gente no sabe escucharles, asique no creo que pudiera destruir un mundo para salvar otro... a no ser que fuera imposible recuperarlo.

Se quedó un poco pensativo tras lo que añadió -creo que, sin equivocarme, mi gente estaría más gustosa de sacrificarse para salvar a otros... si tiene que haber sacrificios siempre tienen que ser los más dolorosos, eso es lo que nos enseñan los espíritus.

Asintió y se acerco nuevamente a la mesa, volviendo a indicarle con la mano que se acercara.

- En este viaje veras cosas que nunca imaginarias, lugares extraños que van mas haya de tu comprensión y criaturas que son tan temibles como los animales mas salvajes de tus bosques-Delante de ambos tans una humareda, una pequeña criatura negra y extraña estaba inmóvil mientras Yen Sid se acercaba al joven -No temas esto solo es una imagen, una visión de lo que te puedes encontrar, esto son los Sin-corazón, son la esencia que se crea cuando una persona pierde su corazón, estas criaturas no piensan en otra cosa que en recolectar corazones de las personas y hacerse mas fuertes.

Dicho esto espero a que el joven asimilara la nueva criatura que se le mostraba.

Björmolf se quedó mirando al ser

-Lo reconozco, me tuve que enfrentar a unos pocos en mi mundo, habían entrado en mi territorio

Se quedó pensando un rato y luego pregunto

-¿Como puede una persona perder el corazón? 

Yen Sid asintió nuevamente, contento por la pregunta lógica del muchacho.

- Toda persona alberga Luz y Oscuridad en su corazón, incluso tú Björmolf, algunos son mas solícitos a la luz y otros a la oscuridad, pero cuando un corazón cae en la oscuridad, aparecen los Sin-corazón y se lo arrebatan, para así transformarlo en uno de los suyos y dependiendo de la fuerza de la persona, incluso mucho.- La voz de Yen Sid se tornaba sombría cuando hablaba de ese tema y en ese momento se acerco al muchacho para inspecionarlo mas detenidamente. -Los espíritus de tu pueblo, han luchado milenios igual que nosotros, contra la misma oscuridad, pero es una enemiga poderosa y siempre consigue hacer caer a los mas débiles, o incluso a los que dudan. Por eso Björmolf, debes tener la mente clara, y no albergar oscuridad o duda en tu corazón, pues ese sera tu pero enemigo.

Y con un movimiento de la mano la imagen desapareció y el libro llego hasta ellos, colocando Yen Sid el dedo en uno de los párrafos.

- Debes aprender ciertas cosas y leer es una de ellas, si aún lo desconoces, yo te enseñare lo básico y aprenderás con el tiempo.

-¿leer? ¿te refieres a interpretar los sonidos dibujados? -Björmolf estaba bastante descolocado, no veía ningún poder o interés en eso.

Luego empezó a pensar en lo de tener la mente clara...

-¿Un Sin-corazón alberga algo de la persona que fue o esta es completamente destruida?

Rió con una carcajada mientras le daba golpes en la cabeza.

- Para eso te hace falta leer, amigo mio, pues la gente sabía grava su sabiduría en las letras para así compartirla con el resto que no pueda llegar a hablar con ellos, pues las letras perduran eternamente- 

En ese momento con un movimiento de la mano las letras del libro se separaron de este y formaron una escena, una persona que estaba completamente sola y desamparada, o eso parecía, sucumbía a las sombras y su corazón le era arrebatado por la misma forma anterior, entonces el cuerpo se transformaba en una especie de criatura blanquecina que se movía serpenteante y desaparecía

- Un Sin-corazón no es mas que una criatura de la oscuridad, no queda nada de humano en ellos ni de ninguna otra criatura, la carcaza vacía que queda se llama Incorpóreo, estas si son fuertes, pueden tener recuerdos de su vidas anteriores incluso parecer humanos, pero no te fíes, al perder su corazón no saben lo que son los sentimientos, desconocen sus significados aunque los sufran, por eso viven en un busqueda continua por volver a tener un corazón.- volvió a poner la mano en el libro y miró al joven -la lectura te puede desvelar mucho mas, si aún deseas aprenderla-

No le sentó nada bien los golpes en la cabeza pero no pudo evitar fascinarse por la imagen que le mostró y cuando vió formarse al sincorazón y al incorporeo se sobrecogió

-No deseo aprenderla pero parece que será útil para mi cometido... asique pongámonos a ello.

Después de algunas clases sobre lectura y gramática, Yen Sid cerró el libro suspirando, no por que fuera mal alumno, sino por que es una tarea ardua el enseñar desde el principio a leer, en ese momento alguien entro por la puerta.

Un chico encapuchado y con un aura extraña de tristeza se adentro en la biblioteca, seguramente no esperaba a nadie, pero allí estaban Björmolf y Yen Sid, el anciano le sonrió.

- Al fin has llegado Alconcerr, te estaba esperando, por favor toma asiento, vuestros dos ultimos compañeros no deberían tardar.

Levanté la vista de un libro que era complicado, los sonidos escritos eran difíciles de descifrar, y miré al hombre que acababa de llegar

Incliné la cabeza ligeramente a modo de saludo al recién llegado y seguí con mis símbolos complicados