Partida Rol por web

Son las 10:00 de la mañana del dia 20 de abril de 1924.

En la casa de Burke, cerca de la biblioteca municipal, asentada en el barrio universitario. Hay una pequeña libreria, llamada "El rincon", es la libreria de Burke, en un edificio de 2 plantas, bastante viejo, la planta inferior es la libreria, la superior es la casa del señor Burke Breslauer. En la puerta de la vivienda, junto a la de la libreria hay un señor trajeteado con el pelo hacia atras y gafas, lleva un maletin y parece que espera desde hace rato.

Salí del hotel a las nueve de la mañana. Fui a desayunar a un café cercano a la casa de Burke. La casa tenia una vieja librería que  seguía donde la deje la última vez que Burke me mando un encargo. Hace casi dos años que no hablaba con Burke y ahora requiere mi presencia de nuevo. Teniendo en cuenta la índole de los trabajos que me pedía estoy temiéndome lo que podría desear de mí.

El hotel en el que me alojo esta algo lejos de la casa de Burke, parece que la decisión del señor Schulen de quedarse en el hotel de una sola estrella fue la más acertada… esta justo al lado de casa de Burke. Aun que quizás eso tampoco sea muy bueno que digamos.

Desde el café pude observar como llegaba un hombre con maletín y se paraba en la puerta de Burke. Seguramente estaría esperando a que llegasen los herederos. Me subí la gabardina y pedí otro café.

Prefiero esperar a los demás y después unirme yo.

9:45 BIP BIP BIP!!!

-MIERDA! MIERDA, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda.

Me levanto lo mas rápido que puedo, me pongo la ropa y salgo a la carrera por la puerta del hotel

Pfff menos mal que esta cerca, siempre igual, por lo menos anoche me dio tiempo a ducharme...

Puntual como un reloj, y tras comer todo lo que pude en el pobre buffet que servian en el convento, cuatro tostadas con mantequilla de la mejor calidad, jugo de manzana y leche fresca -Estas no saben lo que se pierden, que ganas de volver a Frankfrut para comer buenos dulces y embutido- alli estaba Hildegarda, dispuesta a recaudar fondos para su causa, ella misma.

Diviso una cara desconocida; esperando.

Buenos dias, la tienda está cerrada, el dueño era gran amigo mio, desgraciadamente ha fallecido, vayase usted con Dios.

Sonrio amablemente, esperando a que, de ser el encargado de darnos las llaves de la casa, no se quedara mucho tiempo. Si no, por mi se puede ir al infierno.

Me levanto un poco nervioso, no sé, nadie puede imaginarse que dirá el testamento del difunto Burke, que querrá ese chiflado de los libros. Desayuno algo rápido en un bar cercano y salgo con tiempo hacía la dirección de la casa.

Cuando llego me encuentro con un señor todo trajeado y un maletín, también se encuentra una hermana (monja) a su lado.

Saludo a los dos y me presento.

- Hermana, buenos días (hago un gesto con la cabeza)

- Señor, buenos días, soy Frimme Hersh, conocido del señor Burke. Le estrecho la mano

El señor trajeteado de maletin, os responde educadamente.

-Hola, buenos dias, me llamo Alexander Stein, soy abogado de oficio, vengo por la herencia del señor Bresaluer, aunque vamos a esperar a que esten todos y pasamos dentro si les parece.

Veo que se acercan al señor del maletín el hombre de gafas que estaba en el tren ayer y una monja. Quizas la hermana venga por que Burke era religioso nada mas, no tiene que ser necesariamente una heredera.

Pero Schulen y Kurz aun no aparecen… espero que no se retrasen.

Pego un ultimo sorbo al café y me levanto de la silla. Me pongo el sombrero negro, me ajusto el cuello de la gabardina y recojo mi mochila. Dejo el dinero de los dos cafes y una pequeña propina encima de la mesa y me encamino a la puerta del señor Burke.

Nada mas llegar saludo al señor de traje con un apretón de manos:

- Buenos días señor. Soy Till Haisfich estoy aquí por la carta que recibi en nombre del señor Burke.

Me giro y saludo con un gesto del sombrero a la monja y al señor de las gafas.

- Buenos días.

Mientras todos estáis delante de la casa de Burke esperando, alguno me sorprendéis completamente despistado observando con cara de emoción a través del cristal de la librería.

Alguien de vosotros tose y me giro hacia el grupo sonrojado y con media sonrisa de disculpa

-Buenos días- digo muy bajito

Parece que la herencia va a estar muy repartida.

Ya solo falta la señorita 'fina', ayer nos hizo retrasar y parece ser que hoy va por buen camino tambien ¿Alguno la conoce?

Me impaciento. Como se me ponga en el Chuminäguel se queda sin herencia.

Me dirijo cordialmente a la monja:

-Creo haberla visto alguna que otra vez que hable con Burke, serian conocidos también. Edna creo que se llamaba… espero que esto empiece pronto.

Tengo otros asuntos que atender… lo del chico de ayer no se me quita de la cabeza.

Perder el tiempo sin saber que hacer, es de las cosas más desesperantes que pueden pasar.

- Esperemos que llegue pronto la señorita.

La señorita del tren, la que viajo con vosotros, por fin llega. El abogado cordialmente la saluda y le pregunta su nombre, es Edna Maudet.

El abogado se dirige a todos vosotros y os pide que le acompañeis. Al abrir la puerta de la libreria, llega un olor a papel muy intenso, es algo pequeña, llena de estantes con libros. Entonces el abogado saca unos papeles, los lee y acontinuacion os comunica lo siguiente:

-La herencia del señor Breslauer, fue cambiada hace unos dias, en ella declara todas sus posesiones a repartir entre sus allegados personales, los cuales citados en una lista estan presentes hoy. Asi pues la libreria, el piso de encima, la motocicleta del trastero y sus posesiones personales de la casa pasan a ustedes. Les dejo aqui encima del mostrador las llaves de la casa, de la libreria y de la motocicleta, si son tan amables podrian firmarme esto y me marchare.

Muy sorprendido exclamo en voz alta:

- ¡¿El viejo Burke nos ha dejado todas sus posesiones?!... ¿A nosotros?

Esto tendrá que tener la trampa escondida en algún lugar. Ninguno de los aquí reunidos éramos muy cercanos a burke, el hecho de que nos de todo me da mala espina. No se siquiera si firmar ese documento. Pero ya que estoy aquí…

- ¿Nos la ha dejado a los más allegados? que raro. 

Esto me huele mal, eso de que se haya cambiado el testamento hace unos días, no pinta nada bien. 

- ¿Y no específica como se hará la división?. Siempre he querido tener una motocicleta. 

Mejor no decir nada todavia, no me da confianza alguien que no esta al tanto de... ah, me toca.

Firmo encantada el documento.

Bueno señor, muchas gracias por todo, le invitaria a subir a tomar algo, pero seguro que tiene usted muchas almas que alegrar.

Hildegarda esperaba encontrarse en la caja alguna joya familiar, cuyo valor estaba dispuesta a compartir de buena fé.

¡Vamos chicos, que me queda poco en esta vida y esto va en burra coja! Sonrio. Me suda la frente.

Edna se acerca al papel y firma.

El abogado en respuesta a la pregunta de Frimme.

-Señor Hersh, la reparticion queda en vuestras manos, el como y el porque es asunto vuestro.

Miro el testamento y lo leo por encima, pero no encuentro anda extraño.

Firmo sin mas.

Me abro paso entre los asistentes y firmo,

Si esto me mete en algun lío al menos se que no estaré solo

- ¿La repartición entre nosotros? que herencia más rara.

Me quedo pensando y prefiero despejar todas las dudas que tengo ahora mismo en la cabeza. 

- ¿Y si no firmo, señor Abogado, que es lo que puede ocurrir?