Una vez ambos hombres salen del saloon, el pianista vuelve a tocar y segundos después se le une al piano la voz de una corista. Aunque pese a esto, el ambiente estaba extraño seguramente a causa del tipo al que habían cosido a balazos instantes antes delante de los ojos de todos los presentes.
Bueno señores yo me retiro a descansar, mañana será un dia duro.Bill le comenta al barman si tiene alguna habitacion donde poder dormir la mona.
Tonterías. Aún es temprano–respondió Roodlfley mirando las largas piernas de la corista. ¿Alguno se anima a echar unas manos hasta que sea una hora respetable para irse a dormir?
Yo me apunto a esa mano pero no sin un trago de whisky.
Claro. Por un dolar la noche dispone de todas las que quiera.- Contesta el camarero a Bill mirando hacia arriba.- Todas las que quiera.
Poco a poco el ambiente vuelve a calentarse. La corista se retira después de un par de canciones y deja paso en el escenario a un grupo de cinco bailarinas que bailan al son del piano moviendo sus faldas que al levantarse permiten ver sus enaguas o incluso algunos trozos de sus esbeltas piernas.
Al fondo hay un par de mesas donde se continúan las partidas de texas hold'em que tuvieron que ser pausadas por los disparos sobre las que revolotean jugadores y curiosos por igual.
Con el pasar de las horas poco a poco todos os fuisteis retirando a las habitaciones del piso superior. Alguno casi enseguida, como Bill que deseaba encontrar un reparador sueño. Otros tras perder unos cuantos dólares en la mesa de texas hold'em e incluso alguno con compañía femenina para festejar su nuevo trabajo.