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Kanon

Dentro del Sacro Santo Imperio de Abel, Kanon es el principado que está más al sur, y por tanto supone una frontera natural con otras potencias: la -casi infranqueable- Cordillera de la Cicatriz protege su flanco oeste de cualquier invasión por parte de Togarini, pero al suroeste está en contacto directo con las planicies de Bellafonte*. Por si fuera poco, el -supuestamente- neutral Lucrecio, el país con mayores adelantos tecnológicos de todo Gaïa, lo acecha por el sureste.

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Todo esto hace que Kanon sea un lugar asaltado por las continuas tensiones territoriales, obligado a mantener un ejército bien entrenado y una flota de la que se siente muy orgulloso.

GEOGRAFÍA

La de Kanon es una tierra cálida y fértil, conocida por sus interminables campos y llanuras. Como notables excepciones, podemos mencionar sus dos fronteras naturales (la Cordillera de la Cicatriz al oeste y el Mar Interior al este), el tan visitado Lago Verde, y los dos únicos vestigios de lo que antiguamente era un bosque que cubría toda la región (Bosque Blanco y el Bosque de Cozal).

Su capital es la pequeña ciudad costera de Brudge (+70.000 habitantes), donde vive el ambicioso y meditabundo Milek Vanderveer Janssen, gobernante de todo el principado.

SOCIEDAD

Los habitantes de Kanon son bastante tradicionales, con una arraigada sociedad feudal: una minoría noble dirige a los plebeyos, que en su inmensa mayoría son granjeros o leñadores (las dos grandes fuentes de ingresos del principado). Se trata de una zona pobre en minerales, pero su actividad marítima es excepcional: ya sea con la pesca o ayudando a construir los famosos Señores del Agua (quizás las mejores embarcaciones conocidas), la única esperanza de ascenso para un aldeano es viajar a la costa.

En el interior se suelen apoyar más en el comercio como ingreso complementario; destaca en ese aspecto la ciudad de Bendeck (+230.000 habitantes), que resulta parada obligada para todo aquel que viaje con sus mercancías de norte a sur.

En cuanto a su mentalidad, los kanianos tienen en alta estima el concepto de familia, y son mayoritariamente cristianos. Son muy hostiles hacia lo sobrenatural, y no dudan en informar a la Inquisición de todo acto inexplicable que presencian.
 

Berke

Situado en el suroeste de Kanon, Berke es un pueblo tan pequeño (+2.000 habitantes) que sólo aparece en el mapa por su intensa actividad comercial. Un observador casual pensaría que es por su cercanía a la ciudad mercantil de Bendeck, pero realmente eso no tiene sentido: la ruta que sale de la gran urbe hacia el oeste es peligrosa y accidentada, y cualquier tendero con dos dedos de frente llevaría su caravana por la cuidada calzada que lleva a Americh.

El porqué de ésta actividad es algo mucho más siniestro y oculto, y por supuesto el habitante medio de Berke ni siquiera sospecha lo que ocurre a las puertas de su casa.
 

La mayoría de los edificios están construidos de recia madera, pero los más emblemáticos (como la posada, las casas de los nobles rurales o la diminuta iglesia) han sido levantados en piedra. Muchos de los campesinos vive en ese núcleo de población, pero hay otros tantos que habitan en pequeñas granjas de los alrededores -caseríos que vigilan los extensos campos de cereal- o en el asentamiento maderero que hay más al norte.

Para vivir en un principado totalmente cristiano, los pobladores de Berke tienen una fe bastante débil; tanto es así, que dos veces al año celebran las llamadas Fiestas de la Cosecha, unas noches de música y cerveza donde se pasean grandes deidades paganas hechas de paja (ya sea para pedir que el trigo crezca fuerte o para celebrar que ya lo han recogido).

Por lo demás suelen ser gente honesta y trabajadora, bastante amistosa con los forasteros (sobre todo con los comerciantes) y algo más avispada que el aldeano medio -lo que no es decir mucho-.

Bosque de Cozal

Antaño parte de una foresta mucho mayor, el bosque de Cozal es una interminable masa de hayas y abetos que se extiende por el centro de Kanon. Sus árboles tienen un tamaño monstruoso, y suponen una inagotable fuente de madera de primera calidad para el principado; hay quien dice que en sus profundidades habitan criaturas de tiempos antiguos, pero lo cierto es que en la linde sólo hay que preocuparse por los animales salvajes (y de todas maneras ningún hombre temeroso de Dios se adentraría tanto en la espesura).

En Berke tienen sus propias leyendas sobre los misterios de Cozal, pero eso no les impide tener una fructífera avanzada maderera, un pequeño asentamiento desde el que los leñadores dan codiciosos zarpazos al bosque.

Organizaciones

 - La Inquisición: Como el brazo armado de la Iglesia, los inquisidores son los encargados de cazar a toda bruja, demonio o ser sobrenatural. Representan el odio que la mayoría de la humanidad siente hacia la magia, y no dudan en exterminarla allí donde la encuentran; curiosamente, la mayoría de ellos tienen poderes sobrenaturales que justifican como "dones de Dios". Al ser parte de la fe cristiana, tienen jurisdicción en todo el Imperio de Abel, incluido el principado de Kanon.
 

 - Tol Rauko: Donde la Inquisición destruye, Tol Rauko preserva. Se trata de una orden templaria cuya única misión es la de buscar y conservar todo objeto y ser sobrenatural del que tengan conocimiento (aunque para ello deban encerrarlos bajo llave). Supuestamente son independientes, pero -actualmente- su mariscal ha jurado fidelidad a la niña-emperatriz de Abel. Su base de operaciones está en una gigantesca isla del Mar Interior, así que les resulta muy fácil acceder a Kanon por barco.

 - La Orden de Magus: Se trata de una organización relativamente nueva (menos de dos siglos) cuyo mayor propósito es la conservación de conocimientos arcanos y su uso por el bien de la humanidad. Sus integrantes suelen ser reclutados en las grandes universidades o de entre las familias nobles; el único requisito es tener el Don de la magia. Disponen de muchos recursos, y trabajan de forma encubierta por todo Gaïa.

 - El Sol Negro: Poderosos mercaderes, los miembros del Sol Negro tienen como actividad principal la compra-venta de objetos sobrenaturales. Es quizás la organización secreta más extendida, y prácticamente cada ciudad de Gaïa posee una sucursal suya. Hace medio siglo, agentes a su servicio encontraron un misterioso grimorio -el Libro de los Muertos- en unas ruinas ancestrales, y desde entonces la organización no ha dudado en usar los conocimientos que contiene para crear un verdadero ejército privado de aberraciones nigrománticas.
 

 - Samael: Acosados por el odio de la humanidad, los seres sobrenaturales que quedaban en Gaïa crearon esta organización para protegerse y ayudarse entre ellos; eso no quiere decir que todos pertenezcan a ella, pero sí la mayoría de los "más civilizados". Su objetivo no es la venganza, y suelen contentarse con vivir vías tranquilas y ocultas. A pesar de que en el Imperio de Abel son perseguidos, en el vecino Lucrecio se les permite transitar libremente siempre que se mantengan ocultos a la gente corriente, por lo que no les costaría mucho cruzar la frontera hacia Kanon...
 

 - Selene: Pese a tener tan pocos miembros, Selene es el gremio de asesinas más reputado de Gaïa; sólo aceptan a mujeres entre sus filas, y éstas son entrenadas desde niñas para convertirse en auténticas máquinas de matar. Por el precio adecuado pueden acabar silenciosamente con -casi- cualquiera, y su centro de mando se encuentra en una pequeña isla del Mar Interior (con lo que tienen fácil acceso a los principados costeros como Kanon).
 

 - La Orden del Cielo: Se trata del ejército privado al servicio de la niña-emperatriz de Abel, Elisabetta Barbados. Se les distingue por sus brillantes armaduras y la cruz de Abel sobre ropajes azules (blancos a partir del Cuarto Cielo), y es una de las pocas órdenes donde aceptan a cualquiera -sea noble o plebeyo- que pueda superar las durísimas pruebas que se exigen. Están organizados en siete niveles, dónde el Primer Cielo son "simples" guardias de la capital imperial, y el Séptimo Cielo son aquellos que protegen a la emperatriz personalmente: a partir del cuarto, la mayoría posee grandes poderes sobrenaturales (dones divinos, por supuesto).
 

 - Wissenschaft: Son los ojos y oídos de Lucanor Giovanni -el misterioso gobernador de Lucrecio- y sus redes se extienden por los cuatro confines de Gaïa. Nadie sabe muy bien cuál es su verdadero objetivo, pero la organización dispone de una división armada que cumple todos los deseos de su señor.