Partida Rol por web

Lágrimas de Poder

Capítulo I - Génesis

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07/12/2013, 11:19
Dorian Arganan

Dorian no pudo más que observar como esa mujer recién llegada se ponía en medio y les daba la razón. Eso no podría ser bueno, nada bueno, pero no iba a quejarse de la ayuda que acababa de echarles. Aún así, el ojo de Dorian se entrecerró con suspicacia, como si le pareciera demasiado oportuno o apropiado como para ser bueno, además de que el aspecto de la mujer, bueno, que no parecía una "dama" precisamente. Un hombre de su condición no sobrevivía sin sospechar de unas cuantas personas.

El hombre se había ido, pues parecía haberse sentido amenazado por la chica morena, no sabía poqué, pero era así. Eso le hizo soltar una ligera risilla, si el hombre supiera en realidad... solo con que hubiera osado ladrar una vez más o si quiera tocar a su hermana, bueno, digamos que no habría sido nada diplomático.

-Vos habéis escuchado mi nombre, pero no conocemos el suyo, señorita... -alargó la última "a" para que ella digera su nombre y, así, estar más o menos en igualdad de condiciones. Miró a su hermana y luego al chico, al que sonrió con amabilidad poco antes de volver a mirar a la chica morena.

No se iría a ningún lado sin que supiera el nombre de esa mujer.

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07/12/2013, 14:55
Alice Payne

- Mi nombre es Alice, Señor Dorian- replicó la joven con elegancia y un tono dulzón.

Sacó un reloj de bolsillo de donde podía esperarse, un bolsillo, y lo contempló sus manecillas tras abrirlas. Casi pareció que ni se fijaba detalladamente en qué hora, como si fuese mera figuración. Lo guardó tras cerrarlo con un pliegue de sus manos.

- Me marcho en horas de la ciudad- informó sin más, sin apremio ni urgencia pero a sabiendas de que no le sobraba tiempo-. Quisiera hablar con ustedes en una mesa, mientras el joven come- añadió señalando vagamente a la hambruna viva que llevaban al lado la pareja-. Tiene usted un Don... atractivo- apuntó con una sonrisa encantadora, a sabiendas de que lo que había hecho tenía dos significados-. Más que cualquier capa, pendiente, parche o pergamino.

Alzó una ceja. Era obvio que había mentado Artefactos con poderes sobrenaturales.

Señaló el interior del local.

- Confíe en mí- pidió sin esforzarse lo más mínimo-. Pese a que no me conoce, piense que por ahora sólo le he ayudado. Soy una arquitecta, no una bola de demolición.

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08/12/2013, 00:46
Edrian Mysh'

Edrian sonrió ante la afirmación de Viorica, y no se sintió molesto por los pensamientos de Randie que le atravesaron la mente impunemente, siempre abierta a tales invasiones. Al contrario, pareció parecerle más divertida la situación así., más por la replica que le devolvió:

“Randie, no conoces a la gran mayoría de los Mysh’ y eso nunca supuso problema. Recuerda, octillizos” Le recordó el lio mental que se había hecho de camino a aquel lugar. “Al menos ella es famosa en la familia, que ya es mas que no saber nada”

Edrian salió corriendo detrás de su tía, adelantando a su hermano y dejando a Cassius el ultimo, responsable de cerrar. El ambiente del lugar era cómodo, familiar, no era como estar cerca de cualquier hoguera, o en cualquier carro zigeuner, no, era la sensación que sentía cuando entraba en terreno Mysh’. De ser una farsante, sería una maestra del engaño.

- ¿Anoche? – Pregunto con curiosidad felina. - ¿Qué es lo que ocurrió anoche que temes a la guardia tía?

Los hermanos pasaron la noche anterior en su carro, peleándose por más espacio en el mismo y fuera de la ciudad, además acababan de conseguir entrar, así que no se habían puesto al día sobre los últimos rumores y cotilleos. 

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08/12/2013, 11:19
Dorian Arganan

-Un placer, señorita -dijo al presentarse y no hizo apenas un gesto al mencionar los diferentes objetos que llevaba encima- Me parece estupendo que seáis una arquitecta, pero debe de entender que no sé que es lo que quiere construir y mucho menos si nosotros vamos a ser ayudantes o argamasa -esbozó una sonrisa cándida y asintió a la vez que extendía un brazo en dirección hacia La Codorniz- ¿Entramos?

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08/12/2013, 14:32
Alice Payne

- Claro. Ardo en deseos de ello- dijo de forma ensayada, vacua, aunque sin perder el tono afrutado.

Pasó a zancada elegante y se dejó guiar por el camarero hasta una mesa esquinada, sentándose de cara a la puerta. Pidió asado de codorniz para el pequeño y una sencillísima taza de té para ella misma, alegando al camarero que tal cuerpo requería ciertos sacrificios. Sin llegar a la desnutrición, Alice parecía bastante delgada para su metro setenta y pico de altura, pero no por ello parecía también menos enérgica.

Y sin más, tras que cada uno pidiese, la mujer metió una mano dentro del abrigo y rebuscó hasta sacar un mapa gris. Lo extendió sobre la mesa de tal forma que el mismo mirase a Cassandra y Dorian.

- Terhel- dijo sin más-. Borrado del mapa de un plumazo- explicó, directa y sin medias tintas-. He hablado con Organizaciones y con seres milenarios- añadió sin que supusiese algo especial, como si dijese que había consulado libros-. Nadie ha visto u oído hablar de nada igual en muchos siglos. Comparable a Ra, Solomon y Abel.

Naturalmente, borrado del mapa en sentido literal, pero también fulgurado. Terhel barrido físicamente.

Se recostó en el asiento y recogió la copa de té que le tendía el camarero. Dio un sorbo.

- Se me da bien la gente- se justificó en cuanto se fue el camarero-, ya lo ha visto. Su Don me ha llevado a fijarme en usted- señaló a Dorian con recato, juntando ambas manos como si rezase pero apuntando a él-. Su estética, su parecido físico, sus juguetes sobrenaturales, el espadón de ella- clara referencia a Cassandra, a la que miró con un firme cabeceo- y su Don- terminó en referencia a Dorian.

Sacó un Papyrum, de uso ya extendido entre Organizaciones, aquelarres y libre asociación de individuos versados en el mundo del Ocultismo. Simplemente lo enseñó a los presentes. Luego lo guardó.

- Que tengan esto también ayudó- añadió, pues relevaba ciertos lazos preestablecidos-. Seré clara. Quiero su participación- pidió en tono franco, liso y tajante, sin perder la dignidad-. No le ofreceré nada especial por ello. Ni bienes ni servicios- denegó de antemano, como si no fuese una negociación-. Sólo tienen mi simpatía y mis buenas intenciones. Si tienen alguna empresa constructiva que pueda requerir auxilio, quizás les ayude- un vago ademán de la mano desechó cualquier posible interés al respecto-. Lo ofrezco sólo por cortesía, que conste. No me interesa meterme donde no me llaman.

Cogió el mapa de la mesa y volvió a guardarlo dentro del abrigo. Otro trago de té.

- He sido llamada para averiguar qué ha pasado exactamente, porqué, y cómo evitar que vuelva a suceder- esclareció finalmente, como si actuase bajo encargo expreso voluntario-. Mi interés es evitar que mueran más civiles y se arrase más geografía. Dispongo de los recursos humanos para investigarlo- lo cual daba a entender que, u ella u otros, podían detallar la naturaleza exacta del fenómeno-, y estoy reclutando más. Es un fenómeno inaudito de extrema gravedad. No puedo permitirme escatimar en recursos.

Se quitó un guante, revelando una mano pálida y suave, de un rosado blanquecino y apagado, levemente parecido al marfil sin perder la humanidad. Simplemente, no tomaba el sol y vestía como si fuese pleno invierno. Llevaba un pequeño anillo con una gema engarzada en el anular y una rejilla negra en la mano y dorso de la misma, anudándose en la base proximal del dedo corazón y escondiéndose en el abrigo. Tendió la mano al centro de la mesa, estirada, ofreciéndola para que la estrechasen o la rechazasen.

- Como ven, no me gusta perder el tiempo- ensanchó una sonrisa sana, femenina, encantadora-, y cuando se trata de algo importante, no me ando con tonterías. La decisión de ayudar al mundo o seguir su camino es sólo suya- declaró, pues ella había expuesto la situación general y su punto de vista, pero nada más-. Si lo rechazan, aconsejo miren al cielo de vez en cuando, y espero que nuestros caminos vuelvan a cruzarse en algún momento- apuntó con el tono de quien valora semejante habilidad y personalidad-. Si aceptan, un placer contar con ustedes en el barco de los salvadores.

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08/12/2013, 15:33
Cassandra Arganan

Con la aparición de la mujer Cassandra aflojó la sujección de la muñeca del pequeño. La altivez y elegancia que exhibía la dama como si de un don fuera no le impresionó, si bien consideró la posibilidad de que estuviera acostumbrada a que obedecieran cada palabra que brotaba de sus primorosos labios.

Estirando la falda con la mano libre, realizó una reverencia y el cabello cayó en una cascada de plata sobre uno de sus hombros pero no se pronunció, su hermano le había dado el visto bueno y eso eliminaba cualquier reparo aunque la dama ni le agradaba ni necesitaba su aprobación para lo que quisiera que tuviera en mente.

Con pasos cortos y ligeros, colocando un pie delante de otro en un andar elegante y femenino, Cassandra entró en La Codorniz, quizá esperando algun consejo de su hermano pero si así era no dio muestras de ello, guiando consigo al pequeño.

Ayudó al pequeño a sentarse con una breve sonrisa tranquilizadora y después, con el rostro convertido en la habitual máscara de indiferencia, recogió la tela del vestido y la capa para que no se arrugara al sentarse, dejando la tela caer alrededor cuando la soltó para colocar las manos entrelazadas sobre el regazo.

No miró lo que Alice estiró sobre la mesa sino que mantuvo la mirada en ella aunque en realidad no la estuviera mirando, Alice era menos que una figura borrosa cuyas palabras en su mente lo decía claro aunque la mujer parecía tener alguna predilección por la palabra Don. Una predilección o un afán autodestructivo de lo menos afortunado.

Saliendo de su ensimismamiento y deslizó la mirada hacia su hermano pestañeando con deliberada lentitud.

Después giró el rostro hacia el niño y apoyó la mano en su cabecita.
-No comas mucho o te sentará mal-dijo en un susurro que no parecía salirse de la entonación normal en la joven.

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08/12/2013, 15:33
Cassandra Arganan

Usa muchas palabras solo para impresionarnos pero solo quiere mano de obra gratis, no importa el conocimiento que tenga o no.

Las palabras resonaron entre los gemelos mientras la dama pestañeaba con lentitud y cierto desdén.

Esto es una pérdida de tiempo,concluyó girando el rostro para prestar atención al pequeño.

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08/12/2013, 17:21
Dorian Arganan

Dorian accedió a La Codorniz dentrás de la mujer y delante de su hermana, como haciendo de intermediario entre ambas. Cuando llegaron a la mesa observó el mapa que había extendido la mujer con tranquilidad mientras escuchaba todo lo que la decía- yo quiero algo de comer ligero, gracias -dijo al camarero cuando trajo lo que había pedido Alice.

Cuando mencionó todas las cosas que llevaban encima y sus habilidades, no pudo más que sonreír ligeramente, era una sonrisa divertida, como si le hubieran contado un gran chiste que ya conocía, pero aun así le alegraba- veo que no se anda por las ramas y, sobre todo, que no parece saber que hay cosas que es mejor no nombrar abiertamente -no lo decía a modo de puya, solo puntualizando que no le gustaba que se hablaran de esas cosas como si nada.

Observó el papiro que había sacado la mujer con detenimiento y siguió escuchando y, cuando terminó, no pudo más que asentir- No voy a negar que es algo más que interesante, señorita Alice, pero veo algunos problemas en su oferta -el rostro mostraba una alegría triste- el primero es que no me ofrece nada seguro a cambio de que la ayudemos, porque la "simpatía" no me ayuda en las labores que tengo entre manos, lo segundo es que, aunque me da mucha curiosidad, aún no he terminado lo que he venido a hacer aquí y vos parecéis tener mucha prisa -dice aludiendo al comentario de que tenía una o dos horas que dijo fuera del local- y yo no podría irme aún de aquí.

Observó la mano con detenimiento, y con cuidado acercó la suya, pero en vez de estercharla, la giró con cuidado y delicadeza e hizo que la mano de la chica apoyara la palma en la mesa- Lamentablemente, ahora mismo tengo que rechazar su oferta -dijo con su mayor sonrisa- yo soy una persona paciente y meticulosa, y puedo tardar bastante en terminar mis labores aquí. Se que salvar al mundo es importante, no lo niego, pero ahora mismo -negó con la cabeza- no tengo tiempo para ser un héroe. Lo siento mucho.

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08/12/2013, 17:39
Alice Payne

Alice ronroneó volviendo a enfundarse un guante.

- Una lástima- siseó Alice edulcoradamente-. Su tremendo poder destructivo podría ser tremendamente constructivo- apuntó con una sonrisa lumínica, divertida ante la antítesis-. Pero es libre de tener vida propia, aunque seguro que lo siente mucho de verdad- matizó, a sabiendas de que aquella empresa era deliciosa-. No se preocupe por los presentes- añadió en relación a los comensales, abarcándolos con un abanico de la mano-, están demasiado ocupados pensando en otras cosas- terminó con una sonrisa afilada, y dada el aura de seducción de Alice, era fácil suponer cuál era el objetivo de sus pensamientos si osaban mirar a la esquinada mesa.

La mujer dejó sobre la mesa una pequeña moneda, para pagar su té, y otra por la codorniz del muchacho. Las movió hacia el centro de la mesa y volvió a beber. Té, sólo té. Y más té.

- Si en el futuro tiene tiempo, le animo a emprender un buen camino en la empresa que se le presenta- le animó en relación a Terhel, claramente-. No esperaba, ni espero, que me acompañe hasta allí. Tengo más asuntos personales que atender en mitad- se recostó ligeramente, satisfecha, como si la sola idea la volviese una balsa de aceite-. Pero encontrar de nuevo su Don allí...- aspiró por la nariz, cerrando los ojos, como si degustase el aroma. Suspiró- sería una agradable sorpresa. Para mí, y para mis acompañantes.

Suspiró. Bebió. Hacía deliberadas pausas, pero iba a desaparecer del escenario en breves.

- Sin embargo, mantengo lo dicho- reafirmó en relación a lo siguiente-. No le ofrezco nada expreso por su ayuda. Le ofrezco, y de hecho le he dado, la posibilidad de contribuir a la causa- alzó un dedo, solicitando más tiempo para explicarse-. No quiero que trabaje para mí. Ni siquiera conmigo. Sólo en el bando adecuado. A mí me importa el objetivo, no el mérito ni la recompensa personal.

En resumidas cuentas, Alice no hacía aquello por los beneficios que pudiese sacar. Lo hacía por el mero hecho de que, con sus facultades, podía ayudar, y lo haría. Eso era exactamente lo que ofrecía a Dorian. Hacer algo de provecho, constructivo, duradero y meritorio, responsable, con sus poderes. Hacer del mundo un lugar mejor. Pero para nada le estaba intentando ceñir ningún contrato, sino todo lo contrario. Simplemente, le abría una puerta.

Procedió a levantarse del asiento, sin más. Juntó la silla a la mesa y se terminó el té.

- Debo irme. Me esperan- se excusó con brevedad-. Piénsenlo. Es mi deber animarles a tomar parte en algo así- carraspeó-. E informarles- añadió con un levantamiento de las cejas, pues no estaba mal saber que había un fenómeno suelto capaz de arrasar ciudades con todos sus habitantes dentro, indistintamente de su nivel de poder-. Un placer, y ojalá volvamos a vernos. De verdad que sí. Cuídense, y suerte con su estancia en Du'Lucart.

Y dicho eso, echó a andar hacia la salida del local. Volteando las miradas de los ciudadanos ante la viva imagen de una belleza perfecta enfundada en ropa perfecta y un compás ambiental ultraterreno. Las firmes pisadas de sus botas se alejaron, como el eco de un huracán sobre simples ramas de árbol. Salvando los otros dos huracanes, claro.

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08/12/2013, 18:18
Cassandra Arganan

-Habla como una emperatriz pero anda como si se hubiera dejado el caballo en casa- dijo finalmente Cassandra con el mismo tono que se usa para hablar de las nubes que tapan el sol cuando la dama salió con la endulcorada negativa a su endulcorada y altruista oferta. Fue entonces cuando hizo caso de su plato tras colocar la servilleta sobre el regazo, aún tibio por el calor de sus manos.

-Voy a empezar a aumentar la restricción, no sea que el próximo lunático que quiera ofrecerte algo empiece a gritar incoherencias que no convienen- anunció con voz suave, después observó al pequeño y su rostro se suavizó abandonando  la máscara de indiferencia- ¿tienes nombre?

Claro que tenía nombre. Pero él había de dárselo.

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09/12/2013, 21:14
Dorian Arganan

Miró a su hermana cuando la mujer se fue y no pudo evitar una sonrisa. Verdades cortantes e hirientes, así era su hermana. Pero verdades, al fin y al cabo- Me ha parecido muy interesante lo que comentaba, pero las formas de exponerlo... el bien común, ¿cuando nos han ayudado a nosotros? ¿Solo porque puedo ayudar tengo la obligación de hacerlo y sacrificar lo que llevo años haciendo? -resopló ligeramente- si la gente se dedicara a algo tanto como nosotros también podrían ayudar.

Negó con la cabeza y comenzó a dar cuenta de su comida mientras miraba al niño y a su hermana- Vamos, pequeño, come o se enfriará y no estará tan bueno -esbozó una medio sonrisa para animarlo a comer.

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09/12/2013, 21:22
Cassandra Arganan

Los iris zafiro brillaron acusadores cuando la dama dirigió la mirada hacia su hermano sin girar el rostro de muñeca.

¿Perdiste la apreciación de la belleza con tu ojo, hermano?

Y, para hacer énfasis en su pregunta, hizo un leve movimiento hacia los hombres presentes que babeaban tras la fémina de gestos nada femeninos y que seguían con el rostro girado como si jamás hubieran visto a una mujer.

Se sentía asqueada por ese tipo de reacciones y más aún por las mujeres que las provocaban. Estaban acostumbradas a conseguir lo que querían con una simple caída de párpados y unas palabras de sus preciosos labios y cuando se les negaba el capricho... actuaban así.

Emperatrices del drama. Cassandra escupía sobre ellas.

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10/12/2013, 09:09
Dorian Arganan

No hermana, pero las mujeres que van queriendo ser el centro de atención tan solo me dan lástima por esa necesidad de que todo el mundo atienda sus deseos.

Esbozó una ligera sonrisa mientras volcaba la mirada en los hombres que ella había mirado y no pudo evitar sonreír. No podía culpar que esa mujer usara esas habilidades para conseguir lo que quería, pero él no era de los que caían de esa forma en esas cosas.

Dorian tenía muy claras sus prioridades y nada ni nadie las cambiaría.

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11/12/2013, 23:28
Iwan

Iwan alzó sus cejas y sonrió ante el comentario de Nüll. Una clara señal de que lo que le había dicho era interesante, y su última frase no había hecho sino incrementar su interés y su curiosidad y no había ocultado para nada esos sentimientos. Era un hombre ávido de conocimientos y conocer sobre criaturas extrañas. Seguro que serían criaturas extrañas e interesantes. Había leído sobre hormigas gigantes en según que lugares, o panteras realmente violentas y agresivas. Iwan observó a Nüll con curiosidad, ese hombre podría ofrecerle información que no tendría en los libros que podía encontrar por el lugar.

-En fin, está claro que no te voy a obligar ni mucho menos, señor escolta, pero sí- dijo marcando la última palabra- me gustaría escuchar tus historias.

Tras esto, se giro hacia la chica esperando su contestación. Si Nüll no quería hablar sobre esas extrañas criaturas, no sería de buena educación insistir.

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12/12/2013, 00:26
Nüll

Nüll se encogio de hombros; si aquel tipo quería tener pesadillas esa noche, peor para él.

- Como quieras. ¿Has oído hablar de la ciudad de Terrasanta, en Dwänholf?

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14/12/2013, 10:28
Iwan

A Iwan se le pudo apreciar una sonrisa en su cara de pura satisfacción. Al fin y al cabo iba a satisfacer su curiosidad. Per entornó los ojos, frunciendo el ceño, intentando recordar. Un país tan lejano como Dwänholf...

-No, No conozco tal ciudad. Dwänholf está bastante lejos de aquí.- dijo intentando explicar su falta de conocimiento. - Ha viajado usted mucho Sr. Nüll.- la observación resultaba puramente obvia.

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14/12/2013, 13:56
Nüll

Nüll asintió

- Si, he estado viajando mucho tiempo. De todos modos me sorprende que no hayan oído hablar de lo que ocurrió en Terrasanta; algo tan... terrible no puede permanecer tan oculto, ni siquiera a tanta distancia.

Sabía que no podía dejar a sus acompañantes colgados con la historia, así que prosiguió, pero esta vez en un tono más bajo, para evitar que nadie más en la posada les oyera.

- Dentro de un país de ladrones y criminales como Dwänholf, Terrasanta era, según decían, un núcleo de cultura, riqueza y refinamiento. No estaba exenta de crimen y corrupción, por supuesto, pero al menos uno podía caminar por sus calles sin miedo a que le asaltaran unos navajeros. Pero había mucho más en aquella ciudad de lo que mostraba en su superficie. Yo no recuerdo casi nada de mi vida anterior a cuando... desperté en el complejo subterraneo que se extendía bajo la ciudad; para entonces, ya tenía estas vendas y quemaduras cubriendo todo mi cuerpo. El complejo era una especie de laboratorio que una gente empleaba para realizar experimentos aberrantes. Fuera lo que fuera el propósito que tuvieran aquellas personas, algo había fallado y todas las criaturas horribles que guardaban en los laboratorios se liberaron y asaltaron la ciudad. La organización o lo que fuera que dirigía aquel sitio cerró la ciudad para que nadie pudiera escapar y contase lo que habia ocurrido, pero por alguna razón yo conocía todas las entradas y salidas secretas y conseguí huir tras abrirme paso a través de esas monstruosidades hechas de trozos de carne de diferentes cuerpos cosidos entre si. Pero si me preguntan, creo que los verdaderos monstruos que había en aquel lugar eran todos humanos, los mismos que condenaron la ciudad y me hicieron esto -finalizó mostrando sus manos vendadas

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23/12/2013, 21:25
Narrador
Sólo para el director

Notas de juego

Búho?

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05/01/2014, 10:19
Iwan

Iwan entrelazó los dedos de sus mano y apoyó los brazos en la mesa, aqella historia que le iba a contar Nüll prometía ser interesante. “Tan terrible” sonaba a una buena historia de miedo, de aquellas que haría tener a todos los niños de la población pesadillas durante una buena temporada.

Cuando Nüll empezó su historia, Iwan alzó una ceja y permaneció bien atento, aquella pequeña historia era sin duda una joya. Una ciudad confinada llena de monstruosidades hechas de partes de humanos. Y si era verdad que Nüll se había despertado en esa situación y había podido escapar de ese pequeño infierno, estaba claro que Nüll no era una persona común.

- Esa es una historia sorprendente Sr. Nüll. De verdad que ha conseguido usted mi deseo por que permanezca una temporada en la ciudad. Sin duda alguna pondré todos mis esfuerzos en que Roland le preste sus mejores servicios. Seguro que podrá contarme más sobre esas monstruosidades y esos laberintos.

Iwan asintió mientras sonreía, como si el sólo hecho de escuchar una nueva historia de Nüll fuese a enriquecer su alma una vez más.