Partida Rol por web

Turno III-1

Si la llegada a Middenheim golpeó vuestros sentidos con una amalgama de olores y de ruido, esta sensación se vio multiplicada sobremanera en Altdorf, el hedor era casi insoportable y el ruido hacía de aquella ciudad una auténtica casa de locos a la que os tendrías que acostumbrar si queríais sobrevivir.

La caravana se detuvo en la gran plaza de Konigs tras entrar por la puerta norte de la ciudad. En aquel lugar atestado de gente comenzaron las despedidas. Los comerciantes os agradecieron vuestra labor custodia, y los guardas de camino en un sincero gesto de aprecio, os comentaron que en cualquier momento estarían encantados de volver a viajar con vosotros.

En este momento de despedidas el que os sorprendió fue Wolfang, quien cuando estaba apunto de irse y tras despedirse de Thorsten y desearle toda la suerte del mundo en su prueba en el colegio de magos, se volvió hacia vosotros y os dijo - No sé los planes que tenéis, pero tras ver vuestra solvencia en los combates por los que hemos pasado durante el viaje, me he preguntado si no estaríais interesados en trabajar para mi como guardaespaldas. No es fácil encontrar gente de confianza en estos tiempos y la suerte ha querido que me topara con vosotros. El sueldo será generoso, tendréis un buen alojamiento en la ciudad y algo de tiempo libre. ¿Que decís, estaríais interesados? -

Turno III-1

La llegada a Altdorf fue precedida por el hedor de las grandes urbes humanas, igual o peor a Middenheim, no reprimi un gargajo de asco en cuanto aquella olor, que parecia pegarse al cuerpo cual mortaja, hizo presa en mi Por si no fuera poco al final resultó que Thorsten no había sido el artíficie de los pirománticos hechizos en el bosque, sino uno de los escoltados que se reveló como un brujo de altos vuelos Perfecto, otro charlatán ahogado en magia fue cuanto me limité a decir al respecto Pero como de costumbre, las malas noticias no llegaban solas, y ahora aquel amante de papiros y besador de glifos arcanos nos proponía escoltarlo nuevamente ¡JA! Tengo cosas más importantes que hacer que evitar que el culo sonrosado de un maldito brujo acabe en mitad de un charco de fango, pateado por alguien cuerdo -bufé airado Y el resto también están ocupados, así que cuida tu solo de tus oscuros grimorios, humano - añadí desafiante, con los brazos cruzados sobre el pecho y la barba, mirando al mago directamente No sería este enano el que se arrastrara para lamer las botas de un brujo Y si llego a saber qué eras tal vez mi hacha hubier buscado un objetivo más cercano que esos cobardes hombres bestia durante el paso del bosque Era mejor dejar las cosas desde un inicio. Solo me faltaría que alguien me tildara de amigo de magos o escolta de brujos...brrr

Turno III-1

No me había terminado de acostumbrar a las grandes ciudades, eran necesarias por una parte, símbolo de poder "sine qua non" para conseguir las universidades, las escuelas de magia y muchas otras virtudes. Pero entre el árbol mejor cuidado, siempre aparece fruta podrida, esto siempre seria así. Me despedí con gusto de cada uno de los miembros de la caravana, habíamos salvado el pellejo entre todos y eso ponía de buen humor a cualquiera.

Fui a dirigirme al mago cuando hizo el ofrecimiento,el enano se me adelanto para soltar una retahíla de improperios, algo realmente de mal gusto;

-Ruego disculpe a nuestro compañero enano, estoy seguro que eso es justo lo que piensa- si no tenia la menor duda, pero aquel no era el momento el mismo hacia días que no se limpiaba y ya comenzaba a oler a ganado, pero igual nadie se lo recordaba a cada momento, aunque todos lo padeciéramos -pero ahora no es el momento, su pudiera darnos unos minutos quizás podría hacernos una indicación- me acerco al hechicero mientras meto la mano entre mis ropas para sacar un tuvo y tendérselo, bajando la voz añado - podrá comprobar que el documento es autentico y si se fía mínimamente de mi palabra quizás pueda ayudarnos, ya que necesitamos encontrar a un hechicero de la luz en el menor de los tiempo- miro al rededor para evitar que nadie que no conozca escuche nada de lo que tengo que decir - Soy el padre Dieter seguidor de la causa de Sigmar, y tenemos una misión de vital importancia, ¿podría indicarnos donde encontrar el colegio de la magia celeste en esta ciudad? ¿o como contactar con alguno de sus miembros?- como un susurro salen mis palabras serenas y firmes, aunque parezca un bruto de poca monta mis rutinas de rezos y mi fe me permiten estar concentrado en lo que tenemos entre manos.

Turno III-1

Había llegado el momento de despedirnos de los miembros de la caravana, con un fuerte apretón de manos nos vamos deseando buena suerte para el futuro, sin mas me encamino donde están mis compañeros manteniendo una enternecedora conversación con el mago que nos acompañaba en la caravana, no puedo evitar reírme ante la respuesta de Kurdrim, aunque era algo esperado no dejaba de sorprenderme lo directo y testarudo que podía llegar a ser, por suerte Dieter tenia mas mano para estos asuntos...

Turno III-1

El noble humano negó con la cabeza al escuchar las palabras del enano, con claro gesto de resignación y trató de apoyar las palabras de disculpa del sacerdote. 

- Agradecemos la oferta, Wolfang, pero no somos espadas de alquiler, que colaborásemos con la escolta de la caravana ha sido una cuestión fortuita y puntual. Aparte y como le comenta el padre, en estos momentos otros asuntos requieren de nuestra atención.-

Aguardó no obstante la respuesta del mago, con la esperanza de que fuera condescendiente con el enano. Era una autoridad imperial en Altdorf y las palabras de Kurdrim podrían meterle en un buen lío.

Turno III-1

- No hace falta que se moleste en responder maestro - dijo Thorsten - Dieter ha debido olvidar que soy de la ciudad. Yo me encargaré de conducirlos hasta el colegio celestial antes de encaminarme al nuestro. -

- Ha sido un honor conocerle y muchísimas gracias por todo - dijo a modo de despedida esperando que con sus palabras el archimago decidiera dejarlo estar.

Turno III-2

Contra lo esperado las palabras del enano no parecieron molestar al mago, quizá por la rápida intervención de sus compañeros, quizá por que comprendía la naturaleza del matador, así que la afamada naturaleza irascible de los magos de fuego no se manifestó en aquél momento, decidiendo contestaros con naturalidad.

- Me hubiera sorprendido que aceptaran mi oferta, así que esperaba que la rechazaran, no obstante, no he podido resistirme a la tentación de hacérsela. -

- Bueno, padre, le dejo entonces en manos del aprendiz para que les muestre la ciudad y les deseo mucha suerte en su empresa. Espero que podamos encontrarnos en el futuro. Ahora, si me disculpan. - añadió con la habitual coletilla de despedida.

Acto seguido, llamó a un par de mozos de la plaza para que se hicieran cargo de su equipaje y le siguieran y al poco se marchó.

Turno III-2

Allí os quedasteis en la plaza con varias posibilidades que hacer pero sin la decisión tomada por cuál optar. Ir al colegio celestial, ir directamente al domicilio de Dieter Klemperer u optar por una acción previa más mundana, la de elegir una posada donde instalar vuestra base de operaciones antes de continuar vuestra búsqueda y no ir cargados como mulas por la ciudad.

Turno III-2

Había mucho trabajo que hacer y poco tiempo para hacerlo, así que pensé en ir directamente al grano sin tomar ningún atajo, aquel grupo parecía un poco espeso después de tanto camino en el Drakwald así que era cuestión de atizarlos con el martillo para que se alegraran o corrieran delante mía hasta que lo entendieran.

-Parece que aqui hay una direccion en la carta que tengo, opto por ir hasta la casa de este mago celestial- igual no lo encontrariamos o ni nos abrieran la puerta, yo si fuera un mago no lo haria a un grupo como nosotros pero hay gente extraña en este mundo y mas cuando se camuflan entre una super poblada ciudad como esta - tambien podemos hacer el vago y esperar a que los ladrones y las putas nos vacien los bolsillos y nos den mal de amores pero claro, seguro que eso no es lo que queremos, verdad?- deje la pregunta en el aire, y si que necesitaban un descanso aquellos hombres, merecido y ganado con sudor, sangre y lagrimas. Pero encontrar al mago era lo que necesitabamos para tener una senda por la que seguir.

Turno III-2

Pese al cansancio no deja de asomarme una sonrisa en la cara, me quedo mirando al Sacerdote, puestos a elegir la segunda opción suena mucho mas interesante...pero mucho me temo que no va a ser nuestro camino, de todas formas de camino hasta donde se supone esta ese mago podríamos pasar por alguna posada donde poder dejar nuestros bultos, no es que tenga problema en llevarlos, pero parecemos una banda de buhoneros, empiezo a cargar mis pertenencias esperando que Thorsten se ponga en marcha.

Turno III-2

- Yo tengo la imperiosa necesidad de acudir a mi colegio de magia y es una cuestión que lamentablemente no puede esperar más, así que sabiendo la dirección del mago celestial, podré localizaros en cuanto tenga la oportunidad. Si paráis en alguna posada hacedle saber cuál es para que pueda localizaros -

Dicho esto y ya con sus cosas encima se despidió del grupo - Venga nos vemos. - 

Turno III-2

El maldito hechicero camuflado de la cavarana por fin nos dejó tranquilos, pudiendo así decidir nuestro sino sin su insufrible presencia, ante lo que Thorsten pareció algo más raro de lo normal; seguro estaba tramando alguna clase de cópula arcana con aquel bicho raro para asemejarse a él, ante lo que decidió marcharse en pos de su orden

Gruñí a su momentánea despedida, sin que nadie supiera identificar si era un tic nervioso, una especie de despedida o una abreviatura monofónica de "lárgate de una vez". El resto, empezaron a dudar sobre si ir a un lado u otro, haciendo que el ceño fruncido bajo mi cresta se girara hacia ellos

Vayamos a ver a ese charlatán de una vez, cuanto antes mejor, pero primero quiero un trago*... y pobre del bastardo que intente acercarse a mí con intenciones de robarme; no estoy de humor para cortabolsas ni meretrices

Baldwin tomaría una taza del tibio té que se servía en la casa del archimago y seguiría hablando con él.

- Aun no sabemos en qué circunstancias o porque murió, pero mi padre gozaba de una salud de hierro. No puedo dejar de pensar en qué podría estar trabajando para que todo desembocara en su muerte. O propiciara que alguien acabara con su vida... Todo esto me hace plantearme salir de la ciudad y abandonar mis estudios, no puedo dejar esto así. Necesito saber, necesito tomar parte en esta guerra invisible para la mayoría de los hombres... Ayudar en lo que sea necesario y buscar la verdad. Me entristece mucho que desde las altas esferas estén mas preocupados de llenar sus arcas y ganar poder que en luchar contra lo que se nos echa encima... Son tiempos oscuros...

Dicho esto daría otro sorbo a su taza. Habían pasado muchas lunas desde la muerte de su padre, y aunque ese acontecimiento le seguía atormentando intentaba mantener la mente lo mas despierta posible.

- Si finalmente decidiera marcharme, podríais darme algún consejo o ayudarme con algo, ¿querido amigo? No se ni por donde empezar para ser sinceros...

Turno III-2

Tras escuchar y sin apenas tiempo de decir nada vemos como Thorsten desaparece por las calles en dirección a los Colegios de Magia, cuando lo pierdo de vista me giro hacia el resto del grupo a la vez que Kurdrim hace su propuesta, una sonrisa se dibuja en mis labios, -esa propuesta me parece estupenda, ya era hora de que sacaras alguna moneda...-

Turno III-2 .- Anexo

Me giré hacia Zacarias, hosco y ceñudo

Si quieres beber gasta tu oro; no soy el tesorero de nadie- repliqué con acritud

Solo me faltaba eso, tener que pagarle los caprichos a un humano usurero

Turno III-3

Como no tenían muy claro dónde ir, pues la ciudad les era desconocida, aprovecharon que estaban en la plaza y que los guardas de caminos todavía estaban por ahí, para preguntarles por un sitio donde alojarse de camino hacia la zona a la que querían ir. 

Estos le señalaron la posada de la mesa ardiente. Era un sitio limpio, de comida aceptable y con precios razonables y su dueño, Mathias Tafel, no era racista y aceptaba a todo tipo de personas con tal de que pagasen la cuenta y se comportasen razonablemente bien en el interior de su establecimiento.

Llegaron al sitio y este era tal y como les habían dicho. Además había varias habitaciones libres por lo que podían el elegir¹ cómo alojarse. No se entretuvieron demasiado, dejaron lo que pensaban que no iban a necesitar y tras unos breve refrigerio salieron para presentarse ante el que sería su contacto. 

No les tomó demasiado tiempo llegar desde la posada a la casa. Esta estaba situada en un buen vecindario y se apreciaba un nivel más que aceptable de capacidad adquisitiva. Llamaron a la puerta con decisión y al poco un mayordomo de mediana edad les abrió la puerta. - Sí, ¿que desean preguntó? - 

Bastaron unas breves explicaciones para que el mayordomo tras unos minutos, volviera y os dejase pasar conduciéndoos a una habitación anexa al gran recibidor. Allí había dos hombres, ambos de pelo blanco pero uno sensiblemente mayor, que fue el que tomó la palabra. 

- Caballeros, bienvenidos a mi casa. Soy Dieter Klemperer y este señor es un buen amigo mio, Baldwin Köln - dijo - estaba esperándoles - añadió.

Inmediatamente después volvió a hablar - Creo que tienen una carta para mi de mi querido amigo el profesor Zwestein - afirmó mientras extendía la mano en dirección a Roderic que era el que la llevaba.

Este, con cierta sorpresa se la entregó y rápidamente el veterano mago pasó la vista por encima y más que leer parecía que confirmara algo que ya sabía. - Bien, cuéntenme y veamos cómo puedo ayudarles. -

Turno III-3

La respuesta del archimago se hizo esperar pues el mayordomo entró en la sala justo en ese momento. - Mis disculpas señor, pero como ordenó vengo a avisarle que el grupo que esperaba ya está aquí. ¿Les hago pasar? - 

- Sí, Jeeves, hágalos pasar. - respondió depositando su taza de té en la mesa.

Muy poco tiempo pasó antes de que un grupo de 4 personajes entrase en el salón. Tres humanos aunque todos del norte eran muy diferentes entre sí. A simple vista, uno era un joven noble y por sus galones, un teniente del cuerpo de herreruelos , el otro, también de una edad similar a la Baldwin era claramente un sacerdote de Sigmar y el tercero una persona corriente, una especie de mercenario o algo por el estilo.  Junto a ellos un rudo enano. Llamaba la atención que todos ellos llevaban en la oreja el pendiente del martillo de plata, una de las máximas distinciones que la iglesia de Sigmar concedía.

Habló entonces el anfitrión - Caballeros, bienvenidos a mi casa. Soy Dieter Klemperer y este señor -dijo en clara referencia a ti - es un buen amigo mio, Baldwin Köln - dijo - Estaba esperándoles - añadió.

Inmediatamente después volvió a hablar - Creo que tienen una carta para mi de mi querido amigo el profesor Zwestein - afirmó mientras extendía la mano en dirección al noble.

Este, con cierta sorpresa se la entregó y rápidamente el veterano mago pasó la vista por encima y más que leer parecía que confirmara algo que ya sabía. - Bien, cuéntenme y veamos cómo puedo ayudarles. -

Durante un segundo te pareció percibir en el archimago una leve sonrisa y una breve mirada muy similar a la que tu padre acostumbraba a dirigirte para señalarte que prestases atención a lo que estaba por venir. Una especie de ahí tienes tu respuesta a lo que me has preguntado.

Turno III-3

El hechicero de la luz se dedicaría a analizar el aspecto de los diferentes aventureros que acababan de entrar a la sala. Sin duda parecían honorables, mas que nada por el pendiente que lucían en la oreja.

Habían luchado para erradicar el Caos de las tierras del Imperio, y encontrar gente así era difícil, aunque fuera por dinero. Hacía falta mucha gente así en el mundo, la oscuridad se cernía sobre su amada tierra, pero la mayoría de la gente no se daba cuenta de ello.

¿El profesor Zwestein? ¿Una carta? Estos tipos no pueden ser vulgares carteros. Algo se está cociendo mientras hablamos...

Escucharía a partir de ese momento detenidamente cada palabra de los sujetos que tenía enfrente.

Después de dejar el equipo en la posada, y de dar un par de tragos para hacer mas llevadero el camino nos dirigimos a casa del mago, por suerte no nos fue muy difícil encontrarla, por lo visto el mago no vivía nada mal, una casa grande llena de comodidades y con mayordomo, nunca me había fiado de los magos, por muy leales al Imperio que dijeran ser, nunca había visto ninguno mal viviendo en la calle, con estos pensamientos entramos dentro de la casa y conducidos hasta Dieter Klemperer, el cual para sorpresa de todos ya tenia conocimiento de que teníamos una carta para el, supongo que eso ya lo explica la carta que acaba de leer, me quedo callado segun salen esas palabras de mi boca, pensando lo estúpidas que suenan y esperando que Dieter o Roderic tengan mas don de gentes que yo.

Una posada más en el camino, un simple lugar donde dejar los trastos que realmente no nos servirían durante nuestro ir y venir por la ciudad que, a juzgar por su tamaño, podían ser semanas; tras la parada de rigor, y remojar el gaznate, llegamos al caserón del mago con el humor algo más entonado aunque no por ello más receptivo a lo que esperaba.

Otro conjurador, como si no hubiéramos tenido ya bastante durante el camino, que nos recibe con una pompa y unos aires de sabelotodo que me hace dedicarle una larga mirada ceñuda, por no hablar de sus preguntas que parecen no necesitar respuestas

¿Acaso no has leído la maldita carta? Déjate de monsergas y dinos donde está el demonio para que pueda cercenarle la cabeza de una vez- estallo tras las palabras de Zacarias

Tanta palabrería, tantas vueltas y retóricas... ¿tan difícil era decir las cosas claras y concisas, directas? 

Malditos magos...- refunfuño cruzado de brazos esperando respuestas