Partida Rol por web

Turno III-6

Como en incontables ocasiones te dirigiste al colegio de la luz, aunque en esta ocasión acudías a él con el corazón inquieto. En parte por el nuevo e incierto camino que se abría ante ti, por otro, por el extraño encuentro que acababas de vivir y del que no podías dar crédito.

Mecánicamente y cuando llegaste a un punto concreto en la orilla izquierda del Reik en uno de los barrios más deprimidos de Altdorf, otrora hogar de muchas de las familias de mercaderes más prosperos, giraste 90 grados hacia cada uno de las 6 direcciones cardinales: arriba, abajo, izquierda, derecha, adelante y atrás, para girar por la esquina imposible que daba acceso a la plaza donde se encontraba tu colegio, una enorme pirámide cuadrangular, que a primera vista parecía hecha de luz.

Al entrar en la plaza notaste como era habitual el reverberante poder del Hysh. Avanzaste en dirección a la puerta hasta el punto en el que la ilusión de luz desaparecía y revelaba una construcción de piedra de la que salían a través de sus juntas miríadas de haces de luz.

Las grandes puertas del Colegio estaba forjada en acero y chapada en plata pulida, tan reluciente como un espejo, hasta el punto que relucía más que el resto de la pirámide.

Saludaste a los guardias de la puerta y te dirigiste al interior decorado en blanco, oro y plata. Por todos lados había candelabros, lámparas, linternas y cualquier otra fuente de luz imaginable, cuyo brillo era reflejado una y otra vez por las paredes, dejando, literalmente la zona sin sombra alguna. No había ventanas pero los pasillos brillaban como si la luz del sol los alumbrase directamente en un día de verano.

Directamente te dirigiste a ver a tu maestro a sus habitaciones y, tras llamar a la puerta, escuchaste su invitación a entrar.

Al entrar le viste sentado en su escritorio leyendo un grueso volumen. Levantó la vista hacia ti, hasta que cruzásteis las miradas y te dijo - Hola Baldwin, ¿qué tal con Klemperer?, ¿en qué puedo ayudarte? -

Turno III-6

Roderic, admirado por la magnitud y opulencia del sagrado lugar, a pesar de no ser especialmente devoto del Dios del Imperio en los nuevos tiempos. Parpadeó para quitarse de encima el sentimiento, pues en el fondo no le parecía adecuado dar semejante valor al exceso, que era aquello tanto como decir que las apariencias importaban más que la realidad, y semejante ridiculez la dejaba para alborotadores, políticos y demás criminales. Así que, en continente, miró al sacerdote de Sigmar.

-Tú guías, Dieter. Nosotros te seguimos.- 

TURNO III-6

Entramos con paso firme en la que era la casa de Sigmar, me quedo unos segundos en la entrada contemplando todo con detenimiento,guau, no se lo montan mal, nada mal... desde luego no habían escatimado en bienes a la hora de construirla, al igual que Roderic me giro hacía Dieter, tu dirás, adonde vamos...

TURNO III-6

Deambulamos por Altdorf rumbo al templo, logrando que acabara dando empujones a diestro y siniestro cuando llevábamos ya un buen rato de aquí para allá, tras la ubicación del maldito templo sin saber exactamente a dónde ir...

¿De qué sirve tener a un sacerdote si no sabe dónde está su maldito templo?- rezongué molesto antes de parar a un transeúnte y pedirle explicaciones ¿Por dónde se va al templo de Sigmar?

...

Un buen rato después llegamos a un opulento edificio que sin duda era el templo más grande que había visto jamás, además de uno de los que tenían la mejor mano de obra en la mamposteria... había que reconocer que aquello era un trabajo exquisito, obra de los mejores canteros enanos.

Pero el hedor... aquello era peor que una pocilga.

Había pisado guaridas de trolls con mejor olor que aquel templo y solo la necesidad me obligaba a quedarme allí, aunque el resto parecían pollos sin cabeza a juzgar por la forma de mirarlo todo, embobados, sin saber hacia dónde dirigirse; no me dejé engatusar por las apariencias. Había caminado por los Grandes Salones de Karaz-a-Karak, en la sala del trono, donde se podían congregar diez veces más enanos que los pueblerinos allí reunidos.

¿¡Que a dónde nos teníamos que dirigir!? Qué sois, corderos o guerreros?

Lancé una mirada decepcionada a Zacarías y Roderic antes de iniciar mi avance, templo a través, rumbo al altar principal... si quería hablar con alguien que nos pudiera ayudar ese no sería un sacerdote de tres al cuarto; tenía que llamar más alto si quería hacerme oir

TURNO III-6

-Cordero soy -respondió Roderic, tranquilo, sin impedir que el enano haga lo que todos, su voluntad sin pedir permiso-. Cordero con dos buenas pistolas y el entendimiento suficiente como para pedir permiso en casa ajena. Quizá signifique tu gesto, amigo, que podría entrar yo en una fortaleza vuestra al paso, sin más.

A los demás echó una mirada rápida, asegurándose de que nadie más sigue al enano.

-Yo aquí espero, hasta que nuestro valedor nos diga adónde. Ya te buscaremos a la vuelta. Imagino que bastará con seguir el alboroto.

Turno III-6

Mire a Roderoc muy serio Intentalo, cordero, y perderas bastante mas que la lana... esto nones una fortaleza, esta abierto a todo el mundo, o ademas de debil de voluntad estas falto de vista?- le gruñi antes de adentrarme en el templo

Turno III-6

Escucho las palabras del enano sin que me produzcan ninguna sorpresa, déjalo Roderic, el es así y ya nadie le va a cambiar, tanto para bien como para mal, solo esperemos que no la lie mucho, miro a Dieter, pero sera mejor que entremos cuanto antes y no le dejemos mucho tiempo a su aire...ya me entiendes, no...

Turno III-6

-Cambiará el día que lo maten, que espero que no tarde en llegar, ya que tanto lo desea. Además, no se entera de nada. Que algo tenga las puertas abiertas no implica que el paso esté franco a la cortesía, pero qué tiempo vamos a perder, como bien dices, enseñando a un suicida a comportarse fuera de su propia obsesión.

Se volvió el hombre al sacerdote y se encogió de hombros.

-Tú dirás, Dieter. Tampoco yo quiero estar aguantando estos soportales el día entero.

Turno III-6

Pasee con aquel grupo de elegidos, para a base de preguntas y malas miradas tener una calle segura en la que terminar encontrando el templo de Sigmar, mis ojos se llenaron de lagrimas al ver aquel enorme edificio, decorado con presuntuosas y magnánimas estatuas de el mismsimo Sigmar, derrame lagrimas de jubilo que no oculte de ninguna manera, era posiblemente el dia mas feliz de mi vida y lo estaba disfrutando.

La marabunta de feligreses allí reunidos me llenaban de jubilo, cada una de aquellas animas era una esperanza mas para el imperio, una luz que no terminaba de apagarse gracias a sus rezos y su verdadero  credo, era todo mucho mejor de lo que hubiera imaginado. Quede embobado al ver las cristaleras de la vida de Sigmar, y allí en medio de toda multitud y con el grupo esperándome comencé a rezar suavemente para mi, escuchando por enésima vez los versiculos desgastados que no olvidaría en mi vida :

"Sigmar, infinitas gracias por darme un dia mas de vida

Infinitas gracias por los rayos que aun tocan mi piel

Infinitas gracias por los alimentos que hoy disfrute

Infinitas gracias por todas las personas a las que me cruce hoy, si incluso aquellos que me desearon mal porque no sabian lo que hacian

Infinitas gracias por las monedas que aun poseo, donare todo lo que me pidan hoy mismo

Infinitas ...

Asi segui largo rato, mientras ignoraba abiertamente las miradas y preguntas de mis compañeros hasta que en medio de la multitud como una luz de paz vi a unos de los mios un sacerdote que tenia unos razgos fuertes como el metal, espartanos a la hora de vestir y servicial para los mas necesitados de palabras de consuelo. Hacia el me dirigi para implorandole aun con lágrimas en los ojos hablarle;

-Hermano!-al acercarme hinco una rodilla en el suelo en señal de sumision.-  siento importunarlo en sus quehaceres con mis palabras pero si la ayuda que necesitamos es de extrema urgencia-deje un momento de silencio, la voz me temblaba de jubilo -necesitamos hablar con alguien en privado que tenga cierto rango en esta inmensa casa de Sigmar, trabajamos para el Ordo y toda ayuda sera agradecida y bien venida. - lo miro a los ojos para ver sus expresiones -tengo mucha intencion de donar todo lo que poseo si asi me lo pide, dejeme solo mi martillo y mi fe para castigar a los portadores de mal que nos acosan por los cuatro costados- espere una respuesta firme de manera marcial.

Turno III-6

Baldwin asentiría a modo de saludo a su maestro y le empezaría a describir el encuentro con los aventureros.

- Llevaron una carta a Klemperer. Esa carta hablaba de la posibilidad, sino certeza de que se estuviera preparando algún tipo de ritual para invocar a algún demonio en Altdorf. No se específicaba donde. Además se hablaba de un artefacto a destruir, un artefacto que está en las cámaras de este Colegio, protegido... Parecía un grupo capaz en términos de audacia, y maña en la batalla, pero escasamente preparados en las artes arcanas. No se si están preparados para algo tan delicado... Cazando mutantes serían inigualables... Pero en este sentido no estoy del todo seguro.

Le explicaría con todo lujo de detalles lo acontecido anteriormente y esperaría una respuesta aún afectado por la importancia del tema. Podía ser la misión de su vida... La búsqueda del conocimiento definitiva...

Turno III-7

El enano se dirigió en solitario al altar principal del Templo, mientras que sus compañeros se encaminaban, encabezados por Dieter hacia uno de los sacerdotes del lugar. 

Turno III-7

- Bien hermano, levántese y acompáñeme un momento. - le dijo mientras se separaba un poco del resto, lo justo como para no ser escuchado. 

Turno III-7

- Hermano, no sé ni quién es usted, ni de dónde sale. Lo primero que debería hacer, aparte de calmarse, es presentarse y luego ordenar sus ideas antes de hablar. - le dijo de manera amable pero firme.

- Ya estás ante alguien de cierto rango, como deberías saber, por lo que has de ser más concreto acerca de con quién deseas hablar. Como sacerdote ya deberías saber cuál es la jerarquía de la iglesia. -

- Tampoco sé quién o qué es el Ordo ni qué relación puede tener con esta iglesia y o eres un poco más explícito con eso que llamas extrema urgencia o no podré ayudarte. En definitiva, preséntate adecuadamente y sé más claro o en poco voy a poder ayudarte.-

- En cuanto a lo de donar, bien deberías saber que no es algo que se pida. Si crees que es la voluntad de Sigmar deshacerte de todas tus pertenencias simplemente hazlo. -

Era claro que la emoción de encontrarse en aquél sagrado lugar le habían hecho olvidar de que ya no era ni un simple fiel, ni un iniciado, sino un verdadero sacerdote de aquella grandiosa Iglesia, y un superior no solo se lo estaba recordando sino que había tenido la deferencia de no hacerlo delante de sus compañeros.

Turno III-7

El herreruelo dio un paso al lado, como para observar, y de hecho también aprovechó para hacerlo, la belleza sobrecogedora de la arquitectura que los observaba desde lo alto. Se esforzó por encontrar el equilibrio entre esconder sus intenciones y enterarse de lo dicho. Quería saber qué tenía que decir ese hombre al sacerdote, pero no al precio de perder su dignidad, al menos sin forma de defenderla.

Turno III-7

Me levanto sobre cogido, las obras que me rodean, el poder de la fe latentan entre estas cuatro paredes, el calor de las llamas, todo junto hizo que mi cabeza se perdiera entre fabulas de fantasia, en caminos que solo llevan a la locura aquel sacerdote era sabio a su manera y me hizo recomponer la compostura de cierta manera.

-Lo siento padre, ha sido un camino dificil y el calor de la fe que se respira aqui me ha hecho perder el sino de mi camino hasta aqui- me toco la frente intentando tener un segundo para organizar mis ideas -Soy el padre Dierter, del orden del martillo plateado. Venimos un grupo de valientes, tenemos una mision bastante delicada y necesitamos encontrar a una antigua cazadora de brujas Theodora Pferig y quizas podriamos tener alguna ayuda de vuestro templo, las manos no sobran cuando la amenaza se cierne contra nosotros y toda defensa es poca para conservar el Imperio-  miro al grupo para identificarlo como mis "amigos" o seguidores en una causa comun -quizas podriamos hablar juntos en una habitacion privada, prometo que seran solo unos minutos- rogue a aquel senor unos minutos de su tiempo, unas preguntas una donacion y seguiriamos nuestro camino.

Turno III-7

- Vayamos por partes, lo que me cuentas es demasiado vago todavía. Puede ser una amenaza cierta la que comentas, pero todavía no es concreta. Nuestras cámaras guardan numerosos artefactos a la espera de ser destruidos y lamentablemente, si no lo están es porque desconocemos el ritual adecuado para hacerlo. Si es uno de ellos habrás de encontrar la forma de destruirlo, si no, lo más seguro es que permanezca en la cámara hasta que se de con el ritual adecuado. - 

- Sabes que es bastante anómalo, pero creo, por lo que me cuentas que lo que has descubierto es lo suficientemente serio como para que te autorice a que tu búsqueda empiece en Altdorf. No obstante, ten cuidado, hasta ahora te he mantenido al margen, pero si vas a moverte por Altdorf haciendo pesquisas sobre artefactos del caos has de saber que Gottri Hammerfist, el enano cazador de brujas, anda buscando cualquier escusa para vincular al colegio de la luz y en especial a mi y ti, por tu relación conmigo, con las fuerzas del caos. - 

- Si encuentras una descripción exacta del objeto que buscamos podemos mirar en las cámaras a ver si estuviera ahí. De todos modos para poder sacarlo y destruirlo hemos de asegurarnos de que Gottri esté neutralizado y de que existe un ritual para su destrucción. -

Turno III-7

Asentiría.

- ¿Como puedo conseguir información sobre el artefacto? Ese grupo aventureros podría tener la información, pero eran bastante reacios a colaborar con usuarios de magia... No confían en nosotros. Solicitaron la ayuda del Colegio, pero no se hasta que punto pueden estar con nosotros. ¿Tenéis alguna sugerencia? ¿Debería acercarme a ese grupo para ofrecerles mi apoyo?

Esperaría la respuesta de su maestro pacientemente, estaba un poco perdido. Eran demasiadas preguntas sin respuesta, la única realidad que parecía fidedigna era que un enano trataba de mancillar el nombre de su Colegio... ¿Como conseguir tanta información sin levantar las sospechas de un grupo con tanto poder?

Turno III-8

- Poco puedo decirte acerca de cómo has de obrar. Estoy seguro de que sabrás lo que hacer y que elegirás la mejor de las opciones para conseguir avanzar en esta cuestión que me comentas. -

- Cuando consigas despejar las incógnitas que tenemos delante y apartar los peligros que nos acechan vuelve a verme, hasta ese momento habrás de valerte por ti mismo.- le dijo el maestro con una sonrisa conocedor de las aptitudes de su otrora aprendiz.

Turno III-8

Desde la posición en la que se encontraba el enano lo único que había modificado era la perspectiva. La zona en la que se hallaba al lado del altar principal no permitía una mejor visión de lo que le rodeaba. Al igual que el resto del templo se encontraba lleno de gente y aunque sí era capaz de identificar a muchos de los sacerdotes de Sigmar estaba más allá de su conocimiento el saber distinguir por sus ropajes el rango jerárquico que ocupaban en la iglesia, de hecho ahora que lo pensaba, sabía que la iglesia de Sigmar estaba encabezaba por el Gran Teogonista y poco más, con la guerra ni siquiera sabía qué hombre ostentaba el cargo.

Turno III-8

- Acompañadme pues, padre Dieter - dijo refiriéndose con un gesto también a sus compañeros que se habían mantenido a unos pasos de distancia.

Por el camino a una sala adyacente el sacerdote les comentó que sí que conocía a Theodora y que no les sería difícil dar con ella pues solía permanecer bastante tiempo en su casa, al otro lado del río en la zona de la universidad.

No tardaron en quedar solos en una habitación - Bien, ¿en que más puedo ayudarte hermano? - preguntó.