Partida Rol por web

Turno III-8

El mago asentiría y le respondería a su maestro.

- Empezaré por la cazadora de brujas retirada, esa Theodora Pferig, y luego iré a ver a Lord Frederick a ver de que me puedo enterar. Creo que lo mas sabio es empezar por ahí, incluso seguirle la pista a esos aventureros... Lo malo es que ese enano tendrá contactos en todas partes. Habré de andar con cuidado. Le mantendré informado, maestro.-

Dicho esto caminaría hacia la casa de la cazadora de brujas, en busca de información.

Turno III-8

El templo era una amalgama de gente de un lado para otro, peor que un mercado, y con un hedor muy superior donde no lograba discernir lo que andaba buscando que, a ciencia cierta, tampoco sabía qué era pues de los sigmaritas solo sabía cosas de oídas o vagas referencias. El sumo sacerdote, alto capitular o gran teogonista... cualquiera que fuera el título que ostentaba el líder de aquella congregación no se hacía visible desde donde estaba o, peor aun, se mezclaba cual espía entre los peregrinos allí reunidos

Torcí el ceño y no me quedó otra que acercarme al sacerdote más próximo al altar mayor

Busco a tu superior, sacerdote- le dije en un tono mucho menos hosco de lo habitual. Si lo que decían, y había visto hasta el momento, era cierto aquellos sigmaritas eran lo más parecido a humanos respetuosos con la Antigua Raza que encontraría en el Imperio - Tengo asuntos urgentes que tratar; el Alto Capitular de Middenheim me avala- añadí mostrandole sin pudor el tatuaje ganado tras acabar la misión de la ciudad del lobo, símbolo inequívoco de mi implicación en el asunto que mencionaba en aquellos momentos - Quiero hablar con él, en privado, o con algún representante de la Ordo Fidelis*- añadí bajando la voz ligeramente pues, incluso yo, sabía que había temas que era mejor no airear a los cuatro vientos

Turno III-8

Después de pasar el rato contemplando la entrada del templo por fin alguien nos hacia algo de caso, mejor dicho hacían algo de caso a Dieter, pasando entre la gente nos encaminamos a una sala donde esperamos a algún superior o algo parecido de nuestro amigo, a punto estoy de sugerirle a Dieter que mejor que donar ese dinero al templo nosotros le daríamos mejor uso en la taberna, pero viendo los ojos de fervor y devoción me guardo mis pensamientos para mi mismo...nervioso empiezo a caminar por la sala hasta que una voz desconocida interrumpe el silencio, me giro hacia ella mientras espero a que Dieter tome la palabra.

Turno III-8

- Bien, déjeme ver si Hendrik, el sumo sacerdote, está disponible. Acompáñeme, pues está en uno de los edificios aledaños. - le dijo - En cuanto a la Ordo Fidelis, no sé a qué se refiere, aquí en Altdorf la orden predominante es la de la antorcha que es la que se encarga de gestionar el gran templo. No obstante, y como no encontramos en el corazón del culto es posible que encuentre también a algún sacerdote guerrero de la orden del martillo de plata, a la que veo que de alguna manera usted pertenece - señaló haciendo alusión al pendiente que llevaba el matador - También podrá encontrar a algún representante de la orden monástica del yunque y moviéndose entre nosotros y velando porque la corrupción del caos no se infiltre entre nuestras filas, se encuentran los miembros de la orden de la llama purificadora. -

- A estas habría que añadir un montón de órdenes de caballería, como los Templarios de Sigmar, los Caballeros de la Sangre de Sigmar, La Orden del León de Oro, La Orden de los Martillos de Sigmar, Los Caballeros de la Orbe de doble cola, los Caballeros del corazón ardiente... y un sin fin de órdenes menores pero ya le comento que nunca había escuchado hablar de la que ha mencionado. - le fue comentando mientras salían del gran templo y se encaminaban a uno de los edificios aledaños.

Una vez en el nuevo edificio, le hizo aguardar en gran corredor mientras él abría una puerta flanqueada por dos sigmaritas abandonándole solo durante un instante.

Al poco, apareció de nuevo y le pidió que le acompañara diciéndole. - El sumo sacerdote le recibirá en estos momentos, sígame - 

Atravesaron varios salones hasta que finalmente el sacerdote te señaló una puerta, que al igual que las anteriores se encontraba custodiada. - Ahí tiene su charla privada, como pidió. Espero haberle sido de ayuda hermano. Yo vuelvo a mis quehaceres. Que Sigmar le acompañe. - añadió a modo de despedida.

Cuando entraste en el gran despacho, tras la mesa central se encontraba un adusto humano que te miró, te ofreció asiento y finalmente te preguntó - ¿en que puedo ayudarle, maese enano? -

Turno III-8

Una vez en la habitación, a solas con el sacerdote del Templo Sigmar, se hizo el silencio, un largo silencio que se tornó incomodo. Todas las miradas se dirigían hacia Dieter, las del sacerdote ungido de la orden de la antorcha, las de sus compañeros y sin embargo, las palabras no salían de su boca. Simplemente se había quedado bloqueado.

Fue el padre el que rompió el silencio - Hijo, ¿te encuentras bien? - dijo paciente al ver que la confusión se apoderaba de la mente del recientemente ordenado Dieter.

Turno III-8

Con el apoyo de su maestro en cuanto a al tarea a seguir, Baldwin, acudió de nuevo a ver a Klemperer pues estaba convencido de que él sabría donde encontrar tanto a la ex-cazadora como a Lord Frederic, de tal manera que si no encontraba a la primera podía dirigirse acto seguido a visitar al segundo.

El archimago le felicitó por la decisión tomada de investigar los hechos y le dijo que si no conseguía de los aventureros una descripción del objeto que buscaban trataría de investigar por su cuenta a ver si le podía ayudar con eso.

Media hora después se encontraba delante de una casa de doble planta en el barrio de la universidad llamando a la puerta.

Un mayordomo le abrió y, tras indentificarse, le condujo al recibidor y ahí le dejó un rato esperando mientras iba en busca de su ama.

No tardó mucho en volver y conducirle a un salón lleno de trofeos, condecoraciones y demás ornamentos propios de una vida de aventurero. Allí se encontraba una mujer entrada en los cuarenta, en la que todavía se apreciaba que en su juventud debía haber sido muy guapa, pero los años y su vida de lucha contra el caos no le habían tratado bien. Iba vestida con ropa de viaje, la típica de cualquier aventurero, pero una inspección más cercana indicaba que era de la mejor calidad.

Te invitó a sentarte a la vez que pedía al mayordomo que trajera un par de jarras de cerveza.

- Bien Señor Köln, ¿que puedo hacer por usted? - te preguntó.

Turno III-8

Un mareo me precedió, el silencio de aquella sala me golpeo al entrar. El ruido de tanta gente, de tanta magnificencia junta me había abotargado los sentidos, necesite tres segundos que se convirtieron en ocho y antes de poder hablar habían pasado veinte pesado segundos abobado ante todo aquello.

-Mis mas sinceras disculpas, estaba intentando ordenar mi mente- respiro -hemos tenido un pequeño problema con un saltimbanqui de embrujos, un adivinador de poca monta llamado Dieter Klemperer me consta que ha intentado embaucarnos a mi y a mi grupo para robar un artefacto que puede estar en manos de una de nuestras ordenes sagradas, cosa que no vamos ha hacer bajo ningun concepto ya que creemos firmemente en las ordenes del Imperio, como creo que mi fe es firme y pura- ya había soltado las acusaciones y una paz me embargo, pero no tranquilidad el tiempo corrían en nuestra contra y ciertamente tenia pensamientos insanos sobre lo que podría pasar en un futuro cercano, tanto a mi mismo como a cualquiera de nosotros con un hechicero rondándonos. -espero que entienda la gravedad de las acusaciones, pero no las digo a la ligera por eso necesitábamos un sitio algo mas privado-

-Necesitaríamos la dirección de Konrad Messner segun parece es un hechicero Celestial, teníamos pensado pedir una cita con el, pero esto podría tardar días si no semanas. Un tiempo del que no disponemos.-mire a todos por si me faltaba algo -necesitaríamos la dirección de una tal Theodora Pferig cazadora de brujas como ya comenté, esta señora seguro que tiene mil pistas buenas, le veo mucho futuro a esta baza, sería de gran ayuda un lugar donde encontrarla- espero pacientemente, me enjuago la frente de sudor frio me siento mucho mejor, como si hubiera descargado un madero que me estrujaba la espalda.

Turno III-8

Roderic revisó con la mirada su cinto de provisiones, por si en el saquito dedicado a existencias encontraba un pellejo de vino para aliviar el repentino malestar del sacerdote. No lo tenía, así que anotó mentalmente la necesidad de comprar alguno a la próxima ocasión. Mientras tanto, adoptó postura marcial, es decir, sin apoyarse en ningún lugar que pareciera demasiado valioso o divino para que nadie se aposente en él y así, muy tieso, asistió a la conversación sin aportar nada más. Cuando Dieter hizo ademán de preguntar si había más cuestiones pendientes, él negó con la cabeza, tras pensarlo un poco. Parecía al menos suficiente con las direcciones que preguntaba Dieter.

Turno III-9

- ¿Estás seguro de lo que dices, sacerdote? - te dijo abandonando la cordialidad mostrada hasta el momento, con el rostro completamente serio y dirigiéndoos una mirada al resto - ¿Tienes pruebas IRREFUTABLES que respalden tus palabras? - añadió.

- La acusación que realizas NO es grave, ES MUY GRAVE, máxime porque ese al que llamas un saltimbanqui de poca monta, es un Archimago de la Orden Celestial, EL ARCHIMAGO de la Orden Celestial, salvador de la patria y consejero del Emperador.-

- Las implicaciones de tus palabras son mucho mayores de las que puedes siquiera imaginar, tanto si son ciertas como si son falsas. Olvídate ahora de Konrad Messner o de Theodora Pferig, esto es mucho más serio.  -

Se dirigió ahora a Zacarías y a Roderic - ¿Son ciertas las palabras de vuestro compañero, Dieter Klemperer, os ha intentado embaucar para robar un artefacto? -

Turno III-9

Mientras el sacerdote lo interpelaba, Roderic envió una mirada de reprobación a Dieter sin discreción alguna. Al herreruelo no le gustaban los recovecos de la palabra, y la conducta de recientemente nombrado sacerdote iba, paso a paso, desviándose de un camino que él entendía como recto al principio. Con mucha flema, atendió al airado sacerdote.

-No tengo por mi parte queja alguna del archimago, aunque entre eruditos no soy quién para decidir qué detalles en su voz son adecuados y cuáles impertinentes. Antes dejo que entre ustedes se pongan de acuerdo sobre lo que es correcto e incorrecto. A mi parecer, insisto, el archimago no ha sido sino un soporte necesario y siempre diligente, lo mismo que tengo que decir de mi compañero y recientemente sacerdote, aquí presente. Por eso, las divergencias en sus mutuas razones se me escapan, pero yo no sostendría una acusación en contra del muy excelente archimago.

Dicho esto, aguantó la mirada del sacerdote sin nombre y dio por terminada su aportación.

Turno III-9

Escucho atentamente las palabras del Sacerdote, desde luego a mi corto entender a Dieter se le había calentado demasiado la boca, desde luego compartía con el las ideas y desconfianzas hacia los Magos y toda su cuadrilla pero en estos momentos era algo que no venia a cuento, desde donde me encuentro sentado miro a Roderic mientras expone su punto de vista y seguidamente miro al sacerdote, mi compañero de andanzas Roderic no podría haberlo expuesto mejor, poco mas le puedo decir.

Turno III-8

El mago asentiría en agradecimiento por la cerveza, de la que daría un trago por cortesía mas que por otra cosa. 

- Iré al grano. Busco  un artefacto que presumiblemente encierra un demonio y según lo que parece está por la ciudad, o alguien influyente como usted podría saber donde se encuentra o ha escuchado algo por los bajos fondos. Mi único interés sería destruir tal objeto, pero necesito toda la ayuda que me pueda brindar para encontrarlo, o localizarlo... No tengo mucha información, pero me ha llegado que hay un grupo de hombre de fe que buscan destruir el mismo. El problema es que no parecen querer colaborar conmigo, aunque he de asegurarle que estamos en el mismo barco... Todos queremos ese artefacto destruido.

No tenía mucha información, así que dejó a la cazadora retirada hablar. Igual ella había escuchado algo...

Turno III-10

- Bien señores, ya les he dado la dirección de la cazadora de brujas por la que preguntaban, si tienen asuntos que atender ya pueden dedicarse a ellos.- os dijo, añadiendo serio, cosa que no auguraba nada bueno - Es posible que en algún momento sea requerida su presencia, espero que estén disponibles  -

- Ahora si nos disculpan, su compañero sacerdote ha de quedarse aquí -.

Turno III-9

- Jaja - rió de manera educada ante tu comentario - me siento halagada por tus palabras pero mucho crédito me das. Hace mucho que ya abandone la lucha activa contra el caos y si no fuera por la guerra que se acaba de librar con Archaon batiéndose en retirada, hubiera dicho que el caos había dejado de ser una amenaza para el imperio.

- De todos modos vosotros, los magos de la luz, sois los responsables de guardar algunos de los artefactos más peligrosos en el mundo y conocéis la localización de muchos más. Aunque como bien sabes, la información específica no está disponible para cualquiera, pero claro, si ni siquiera sabes qué estás buscando, es difícil que incluso tu maestro, Lord Messner, pueda ayudarte.

- En cuanto al grupo que señalas, si saben cuál es el artefacto que buscan quizá deberías colaborar más estrechamente con ellos, en la lucha contra el caos no tiene sentido intentar colgarse medallas, aunque algunas, como Elizabeth Baern, una snob redomada lo haga, y crea que porque tuvo un enfrentamiento con las fuerzas del caos hace años la conviertan en una especie de heroína. -

- En fin, no sé, lo único que he escuchado, que a lo mejor pudiera servirte, es que recientemente se comentaba acerca de un grupo de aventureros que encontraron un ritual que podía destruir artefactos del caos. Uno de ellos era un mago que es quien posee ahora el ritual, pero el grupo se separó. Creo que uno era un elfo que volvió a Ulthuan. -

Turno III-8

El corto pero fructífero diálogo con el sacerdote me llevó a las entrañas del templo donde, al fin, podía hablar con alguien que a buen seguro estaba interesado en los asuntos que me atañían. Aquel no era un sacerdote llano y ahora me tocaba a mí dar el do de pecho dejando clara la situación.

Ordené brevemente mis pensamientos, mientras miraba serio al alto cargo sigmarita autoconvenciéndome de que era quien debería ayudarme a llegar hasta el demonio... pero como de costumbre abordé el tema de forma directa, dejándome de sutilezas absurdas que nada tendrían que ver con mi forma de ser

-Busco un demonio- espeté, sin más, dejando caer la información de forma brusca - Vengo de Middenheim, junto a mis compañeros, de erradicar un culto de khorne que invocó al mismo demonio, o una parte de él, en el mismísimo templo de Ulric... misticismo y engaños, locuras de magia oscura y engaños... el caso es que ese ser, o una parte de él, se va a manifestar aquí, en Altdorf. Y yo quiero estar ahí para matarlo de una vez por todas... o al menos al idiota que lo convoque- añadí frunciendo el ceño al recordar las mil y una maquinaciones que giraron en Middenheim entorno a aquel tema - Todo empezó con una maldita calavera poseida, y ahora parece que es una daga el objeto maldito. El Alto Capitular de Middenheim está con nosotros en todo esto y la Ordo Fidelis ¿supongo que sabrás quienes son?- añadí

Callé un momento, en lo que parecía un silencio para dejar al sacerdote sopesar aquel tropel de información, pero antes de que pudiera hablar di un par de pasos y puse con brusquedad el brazo sobre la mesa, mostrando el tatuaje obtenido como recompensa por derrotar al demonio

Esto me apareció cuando abatimos a ese ser; espero que disipe cualquie duda al respecto- concluí mirando con fijeza al hombre

Turno III-10

Roderic hizo una breve pero muy formal reverencia y salió de la cámara donde se habían procurado discreción. Una vez fuera, hizo un gesto para que Zacarías lo acompañase. Se fue de allí con una cierta dureza en la expresión de despedida hacia Dieter. No era el herreruelo alguien a quien gustara dar explicaciones a un sacerdote.

Turno III-10

Una vez fuera con Zacarías, Roderic contuvo con dificultad la necesidad de dejar salir la tensión que le había producido el breve interrogatorio, dado que estaban a la vista de cualquier curioso y hasta la voz debía guardar un cierto tono precautorio. Así, en un susurro, habló mientras caminaban a su compañero.

-Yo esperaría fuera del templo, pero con la puerta a la vista, en todo caso, para que, si Dieter sale pronto, o ese enano buscamuertes, ir todos juntos a visitar a la cazadora de brujas. Historia ésta que me tiene preocupado -el herreruelo hizo ademán de escupir, pero se dio cuenta de que pisaba suelo santo o, al menos, resplandeciente y delator-. Tengo más curiosidad, lo confieso, por saber qué ha sido de los demás que por imaginar la papeleta que le estará cayendo a Dieter en este instante. O el embrollo en el que estará liado.

Turno III-9

- ¿Puede ser que uno de esos aventureros fuera un enano matador y un sacerdote de Sigmar con malas pulgas? Porque estaríamos hablando del mismo grupo con el que contacté. Debería encontrarme con ellos, y colaborar con ellos, o intentar que me acepten... Como bien dices de nada sirve eso de colgarse medallas mientras el Caos se extiende y no hacemos nada... Quizás vaya en su búsqueda... Tengo entendido que un Lord Imperial, Lord Frederick podría también tener información sobre todo esto... Y creo que los aventureros de los que le hablo deberían de pasar por aquí también en busca de información... Debo encontrar a ese mago también para ver si pudiera compartir ese ritual conmigo... Creo que no debería perder tiempo. Iré a ver a ese Lord. Si vierais al grupo de aventureros con el matador, el sacerdote de sigmar y el resto, estaría agradecido si les hicierais ver que contar con un hechicero de la luz con ellos podría reportarles grandes beneficios. Pero no se si lo querrán ver... Si me lo permite... Voy a ver a ese Lord. Muchas gracias por todo.

Esperaría cualquier respuesta, fuera información, consejos o lo que fuera que pudiera ayudarle. Y esperaría a que la propia cazadora le despidiera, dado que era la anfitriona.

Turno III-10

Mis compañeros hicieron unos ademanes como si necesitara ocultar mis pensamientos, y mis dudas ante aquel hechicero. -No espero que mis compañeros pagen por mi, nada de lo que yo diga, pero mis acusaciones son firmes por eso pedí hablar en privado, necesitamos alguna prueba de calado que desbarate a ese hechicero, pero es indudable que nos pidió que atacáramos a nuestras propias ordenes, ordenes Imperiales y bendecidas por Sigmar y el Emperador, para salvaguardar al pueblo. En caso de que tuvieran el posible códice corrupto al que buscamos. Esto ocurrió así. Y estábamos todos presentes- mis ojos miran a  Roderic y a Zacarias con cierto asombro. Una pena que no estuviera el enano allí presente, el me apoyaría a pies puntillas.

Turno III-10

Siguiendo los pasos de Roderic salimos fuera a las puertas del templo, durante el camino cada uno de nosotros iba absorto en sus propios pensamientos, pero por las caras de ambos, no eran nada agradables, haber si encontramos a Kurdrim, no hace mucho que conozco a Dieter, pero apostaría uno de mis ojos a que sigue en sus trece con ese hechicero, no sabría decirte entre el y el Enano quien es mas terco, de todas formas cuando acabe en el templo seguro que nos encontrara...de Kurdrim se puede esperar cualquier cosa, es capaz hasta de liarla en el templo de Sigmar, esbozo una amplia sonrisa con solo imaginarme la escena del Enano liandola ante los sacerdotes del templo, miro desde la puerta buscando algún indicio en el interior que me ayude a encontrar a Kurdrim.