Partida Rol por web

Los centinelas no lo dudan. Comienzan a abrir fuego contra vosotros... aunque mas concretamente a la embarcación. Las ametralladoras comienzan a rugir su fuego, pero afortunadamente para vosotros solo unas pocas balas logran dar en el blanco. Estas balas impactan únicamente en la parte trasera de la lancha, provocando que tengáis que agachar un poco la cabeza al notarlas tan próximas a vosotros. 

Mientras el resto se preparan para que su vehículo de escape salga pitando de allí, Tom hace lo único que sabe hacer realmente bien: Disparar.

Su enorme arma ruge de nuevo en la ciudad.

Más vale que esto les sirva a los centinelas para saber que tienen que dejarnos en paz. ¿Cómo van los preparativos para irnos de aquí?

Mientras Tom realiza dicha pregunta, la lancha mas alejada comienza a retomar su posición inicial, intentando de nuevo ponerse a vuestro alcance. 

El disparo de Tom vuelve a hacer mella en el centinela ya tocado, el cual tiene la mala suerte de caer hacia atrás, con tal mala fortuna que cae al agua. Uno menos.

Ve como la segunda lancha vuelve a acercarse, pero Max se concentra con la lancha a la que ha disparado antes.

Se estremeció levemente al sentir los impactos que mellaban el casco. Apunto a la nave más cercana… Una mueca de disgusto seguía perfilándose en su rostro. Todo aquello era una mierda.

No obstante, la necesidad apremiaba. Disparo al primer tirador enemigo que tuvo a la vista, mientras alzaba la voz, dirigiéndose a nadie en particular

- Los que tienen escopetas o armas grandes, dispárenles a los motores!+exclamo. El mismo lo haria, pero las balas de su pistola tendrian que ser muy atinadas para causar el daño necesario, o eso pensaba...

Frunció el ceño cuando vio como el hombre la miraba. Entonces, sin ningún tipo de recato, la cogió y la colocó en el sitio del piloto - ¡Eh, esas manos!- protestó mientras cogía el mando. Dibujó una leve sonrisa - ahora vas a ver como se pilota de verdad. Aunque sea una destartalada lancha...

Arrah llevaba bien los mandos en aquella lancha y su conducción o bien fue muy buena o es que los que les perseguían eran realmente malos, porque en un abrir y cerrar de ojos logró dejar atrás a las dos lanchas.

A esto también se le unía que los disparos de sus compañeros eran cuanto menos certeros, y si bien era cierto que estos no lograron acabar con los centinelas, si sirvió para paralizar una de las lanzas así como hacer que la otra tuviera que aminorar sino quería correr el mismo destino de su compañera. El resto solo tuvo que hacerlo Arrah.

Kellerman miró como dejaban atrás a las dos lanchas y sonrió. Guardó su arma y se dirigió hacia donde se encontraba la piloto.

Sigue recto, y te avisaré cuando debas parar. Vamos rumbo a casa.

Tras diez minutos de travesía, Kellerman señala una zona de tierra firme y allí dejáis la lancha. Kellerman se baja de un salto, y corre apresuradamente por las calles seguido de vosotros. Se detiene en cada esquina para comprobar que no nadie os seguía. 

Finalmente, llegáis a lo que parece ser la calle principal, la cual parece pertenecer a un viejo y abandonado boulevard. Las tiendas y establecimientos comerciales están en desuso aparentemente desde hace ya mucho tiempo. Salvo algún vagabundo gnomo, la avenida parece desierta, bajo la atenta mirada de las lunas. Kellerman os hace un gesto con la mano indicando que le sigáis. 

Finalmente, llegáis a una gran casa de ladrillo visto, rodeada por un modesto jardin rodeado por una verja de hierro forjado. Tras adentraros os dirigís a la puerta, donde Kellerman saca de su bolsillo una llave y la abre. 

Adelante- os dice. Entráis y en el recibidor veis el sorprendente interior de la casa, un lugar modestamente decorada con antigüedades provenientes de diferentes lugares del mundo. El suelo es de madera barnizada y las paredes están tapizadas con una tela con motivos florales, anticuados incluso en New Big Hall. También podéis ver un reloj de péndulo junto a la pared que da al pasillo central.

Kellerman os lleva al tercer piso, a su estudio, el cual parece más bien una nutrida biblioteca acondicionada con una gran chimenea de piedra y un ventanal que da al jardin. En una de las mesas de trabajo, atestadas de libros y legajos escritos en lenguas olvidadas, se encuentra una mujer elfa. La conocéis, es la ayudante del profesor, Valya, la cual os estaba esperando con un revólver Smith entre sus manos, pero que se relaja nada mas ver que se trata de los ayudantes de su mentor. 

¿Que diablos ha pasado?- pregunta la mujer, pero Kellerman la ignora completamente. Simplemente comienza a introducir documentos en una bolsa y moverse de un lado para otro de la sala nervioso.

Una vez en el refugio, inspiro hondamente. Con pasos largos busco una silla y se desplomo en la misma. Su mirada no se apartaba de Kellerman… y apenas Valya termina de hablar, acota.

-Exactamente lo mismo que quisiéramos saber nosotros… ¿De qué diablos se trató esto?

Su voz transmitía rabia, una muy profunda, así como la dignidad ofendida. Ni siquiera quería mirar sus ropas. Tendría que bañarse y cambiarse, cuanto antes. Pero ahora lo primero era lo primero.

- Tenga por seguro que varios aquí queremos unas malditas respuestas, Kellerman…  Sera mejor que las dé mientras todavía salen por las buenas. Odio que me disparen. 

Luego de la proeza en la lancha y gracias a que nuestra compañera es buena pilotando llegamos a destino. En todo momento me mantuve alerta con  la pistola en mi mano, que por suerte o gracias a mi buena puntería los disparos fueron certeros. 

Nada de lo que ocurría me gustaba, éste sujeto nos llevaba como si fuéramos sus empleados de las narices y no teníamos tiempo siquiera a negarnos. Yo no trabajaba de esa forma por lo tanto el mal genio que me caracterizaba comenzaba a notarse. 

Una vez que llegamos a la casa de Kellerman, no tomo asiento y lo fulmino con la mirada. Observé el lugar detenidamente pensando en sus objetos valiosos, tal vez en la posibilidad de llevarme alguno como parte de pago ya que él hace lo que quiere con nosotros, en mi caso haría exactamente lo mismo.

En un momento escucho a lo lejos, ya que mi mente estaba ocupada, como August lo enfrenta, bien de su parte. - Es momento de que comiences a dar explicaciones porque mi paciencia se acaba y si no veo ganancia en esto me retiro del lugar. No vine aquí para salvarte el trasero Kellerman. - afirmo con cierta altanería propia de mi clase.

Tom emitió un gruñido y cruzó sus brazos por delante. Miraba a Kellerman y a la mujer con el mismo gesto de desaprobación que sus compañeros. Sus colmillos inferiores parecían asomar aun más de lo que es habitual.

Finalmente habían conseguido huir. Kellerman los condujo hasta una casa. Subieron al tercer piso y se instalaron en un estudio. Max se sentó en una silla y saco su pistola, mientras empezó a recargarla y limpiarla. Escucho a sus compañeros quejarse

Me uno a mis compañeros Kellerman, podría explicarnos que esta pasando?

Kellerman se detiene finalmente, y os mira.

Merecéis una explicación, claro está. Bueno, el Occulum va detrás de mi- tras oír aquel nombre se hace el silencio, aunque ya habíais imaginado que con aquellos centinelas detrás de vosotros algo debía estar relacionado con ellos. Tras la Guerra Oscura*, fue elegido presidente de los Estados Unidos de Ansalance Lord Gilbert Anson, que es el líder del partido político de Occulum.

Poco se sabe de la aparición del partido Occulum entre los candidatos políticos para la reconstrucción del país tras los estragos de la guerra. Se han mantenido en secreto los valedores económicos del partido, así como los prinipales apoyos dentro de la debilitada cámara de senadores del gobierno ansaliano tras la guerra. 

Una de las opiniones más extendidas (aunque por el momento con poco peso político) es que el conjunto propuesto por el partido  de G.Anson aprovechó la desestabilidad tras la guerra y logró un apoyo viral entre la diezmada población de Ansalance. Primero, fueron desapareciendo gradualmente todos los partidos en oposición, dejando en un lugar de considerable ventaja al Occulum. También se vió reforzada su candidatura con el discurso antimagia que Gilbert Anson tuvo a bien de extender entre los ciudadanos. Aquello convirtió al Occulum en un aparentemente "remedio" contra lo que consideraban negativo para los Estados Unidos de Ansalance, la magia. Con la llegada de este partido al poder, la magia -como bien sabéis- ha sido prohibida y perseguida en los Estados Unidos de Ansalance- veréis, existe una teoría científica que afirma que los cráneos de garlak fosilizados se cristalizan formando un duro y azulado cristal que desprende energía. Estas investigaciones me han llevado a exponerme a las críticas de los mas cercanos a las posturas radicales de Occulum. Muchos han desacreditado esta teoría durante muchos años, porque no había forma de probarla, pero se sabe que en tiempos antiguos estas escamas se usaban como potente eter para reconstituir la energía mental de los practicantes de la magia. Y esto es lo que creo que ha hecho saltar las alarmas entre los espias de Occulum presentes en el gremio. No esperaba esta reacción la verdad, porque yo no deseo el cráneo para ningún tratamiento mágico

Desgraciadamente, es muy difícil saber donde hay un esqueleto garlak lo suficientemente antiguo como para encontrarlo fosilizado en el estado óptimo. Por suerte, mis últimas investigaciones revelaron el rastro de una antigua cultura yurita que adoraba una figura esquelética que emitía luz azul- el hombre sonríe- este puede ser un buen punto de partida, aunque me temo que no logré averiguar nada mas sobre ese culto yurita. 

Mi idea era reunir un grupo de expedicionarios y liderarlo para encontrar el culto, pero ahora mi vida está en peligro, como bien habéis notado, y no puedo hacerlo. Pero quizás- os mira- quizás vosotros podáis hacerlo. Si, es una buena idea, ¿que me decís? Se os pagará bien, claro está. 3000 nuevodólares a cada uno si conseguis encontrarlo y traerme al menos un fragmento del tamaño de un puño, de cualquier parte del cráneo.

Enséñanos el dinero. Las locas ideas suelen tener a loco detrás de ellas. No me fío ni un pelo de los chiflados sectarios si no vienen con los nuevodólares por delante.

El orco tenía un semblante serio. En el caso de un orco, serio significaba horriblemente desagradable y feo.

Por suerte se le acabó dando esquinazo a los perseguidores. Kellerman debía una explicación, una que se lo pidieron los demás y no sin razón. Se cruzó de brazos, golpeando de forma nerviosa el suelo con el pie. No pudo evitar fruncir el ceño cuando dijo que Occulum iba detrás de él -Creo que deberías haber avisado de eso... - cabeceó hacia Tom, señalando al orco - aquí el grandullón tiene razón, enseña que tienes el dinero... No es por nada, pero hace poco nos perseguían como a ratas, así que es normal desconfiar. 

Está bien, esta bien, no hay porque ponerse así- dice el hombre levantando sus manos. Se dirige hacia un pequeño cuadro y tras esto, lo retira descubriendo una caja fuerte. Tras poner una combinación -que cubre celosamente con su cuerpo para que no la veáis- la abre y de él extra un buen fajo de billetes- bueno, aquí está el dinero. Me supongo que no seréis los tipicos tipos que os iréis con el dinero y dejaréis la misión sin cumplir ¿verdad?

La situación cambió drásticamente cuando el vil metal hizo acto de presencia, vivimos en un mundo en donde el dinero ocupa un lugar importante en nuestras formas de vida, moviliza e incluso es un buen transformador de actitudes. Por esa razón, esbozando una sonrisa complaciente porque evidentemente si hay paga las cosas cambian, tomo mi tajada y respondo. - Creo que ahora nos entendemos, cuenta conmigo para la misión ya que soy una persona de palabra. No sé que dirá el resto pero esta cantidad merece la pena, al menos para mi. - argumento decidida en lo que haría de ahora en más, ya no resultaba escabroso ir corriendo por los tejados con la incertidumbre de no saber para que haces esto, los motivos son otros y cuentas claras conservan la amistad aunque en este caso el acuerdo entre socios temporarios.