Partida Rol por web

El guerrero enano dio unos pasos para corregir su posición en el combate y ponerse entre el rey y el clérigo para defender a su compañero, a la vez que levantaba de nuevo el hacha para descargarla sobre su enemigo.

- ¡Métete con alguien de tu tamaño escorrria!

El gnomo con las armas en la mano y viendo que su inmediato enemigo huía bajo el poder sagrado de Gerald, avanzó a toda prisa para atender a Izhan. No es que fuera especialmente bueno en atender a los caídos, pero los demás parecían tener mayores preocupaciones en aquél instante y salvar al humano podía no ser tan mala idea, si es que todavía llegaba a tiempo.

El enano trató de ponerse entre el clérigo y el no-muerto mientras lanzaba un hachazo, pero la armadura de aquel ser era dura como el acero, y repelió el ataque sin que hubiese causado ningún tipo de daño.

Igualmente, Geral trató de dañar al enemigo con un arma espiritual. Era un conjuro bastante básico pero al menos le permitiría atacar desde la distancia. Sin embargo, no conseguirían dañar al no-muerto de no concentrarse más en los ataques. La distancia que puso con el Traidor no era la suficiente, ya que detrás de él se encontraba el asustado caballero lancero y eso limitaba los movimientos del clérigo si no quería romper su encantamiento.

Mientras, el gnomo trataba de atender a su compañero caido. La verdad es que Izhan no era el compañero más agradable del mundo, pero su ayuda habia sido la gran causante de que aun estuvieran casi todos alli.

El falso rey avanzó abalanzándose de nuevo sobre el clérigo. Parecía tener un objetivo que no cesaría de atacar hasta matar del todo, por suerte esta vez sus ataques solo cortaron el aire. Quizás el hecho de que hubiera conjurado magia divina podia haber sido el causante de semejante odio hacia su persona.

- ¡Traiciona a tus amigos, enano. Eso es lo que te hará más fuerte!

El gesto del guerrero cambio al escuchar las palabras de aquel ser, volviéndose entonces sobre su compañero a la vez que levantaba su gran hacha...

Pues yo sigo palmando guapamente

El gnomo trató de estabilizar a Izhan, pero sabía que aquello no era lo suyo, así que no sabía si su intento funcionaría o no, pero no podía dedicarle más tiempo, la vida de todos estaba en riesgo y no le quedaba otra que participar de manera activa en el combate. 

El hachazo de Thognar casi parte a Gerald por la mitad. Pero ese "casi" es lo que marca la frontera entre la vida y la muerte. Tambaleándose y sujetándose las tripas para que no se le salgan de entre los cachos de metal de su armadura, el clérigo se retira y pide a su dios que le eche una mano.

Caballero, cierra mis heridas para que podamos derrotar a tu Enemigo Acérrimo.

No era la oración más inspirada de su vida, pero tampoco puedes pedirle más a alguien que acaba de ser destripado.

Mientras, la espada espiritual, ignorando el sufrimiento de su amo, seguía arreándole al rey no-muerto con escaso éxito.

En enano algo confundido por la situación al ver la herida de Gerald giró para atacar de nuevo al caballero pero el filo de su hacha cortó el aire sin encontrar a su enemigo.

- ¡Arrrgh! ¿Qué me has hecho maldita crrriaturrra?

El grupo tenía la ventaja de que se habia quitado de encima a los dos jinetes, pero el Traidor era un formidable enemigo y estaba destrozando las defensas del grupo, y evitando recibir ningún tipo de daño por parte de los mismos. El tiempo de retención de los jinetes se estaba acabando, debian darse prisa en matar al Traidor si no querian verse en "verdaderos" problemas.

Movido por algún tipo de control mental, Thognar soltó un hachazo a su compañero Gerald que a duras penas pudo mantenerse en pie. Al recobrar la cabeza el enano, enfadado, lanzó un poderoso ataque contra su enemigo, pero no pudo traspasar la fuerte armadura que portaba.

Gerald tuvo que retirarse un poco para poderse curar, mientras que el gnomo trataba -por ahora sin éxito- de estabilizar a Izhan.

Lo cierto era que las cosas no pintaban bien para los exploradores, y asi lo sabia el Traidor, que centrándose ahora en el enano, se dispuso a destrozarle de un golpe.

- Aun no te he hecho, pero te haré. Morirás, enano.

La espada cruzó el aire, sobrepasando la defensa del hacha del enano y se clavó en su hombro derecho. El grito de dolor del enano fue aún mayor cuando, con el puño izquierdo, le pegó en la cara. Por unos instantes la piel y los músculos del enano parecieron estirarse y contraerse alli donde golpeó, parecía que la piel se volviera putrefacta al contacto con su enemigo, lo mismo que le pasaba al propio Traidor.

Frustrado y dolorido por el golpe que le ha soltado antes el enano - quien, a su vez, parece incapaz de darle al Señor Oscuro, Gerald se dirige hacia Izhan y se arrodilla a su lado, y empieza a hablar con Malickud.

Tú no sabes curar, pero sí sabes golpear. ¿Por qué sigues intentando sanar al mago? Sé que el tipo grandote de la espada da miedo, pero si queremos salir triunfantes de este combate, debemos empezar a usar la cabeza. O, en tu caso, las dagas.  Déjame a mí las cosas de la vida, y ocúpate tú de dar una muerte definitiva al Traidor.

Dicho esto, Gerald impone sus manos sobre las heridas de Izhan, que mágicamente dejan de sangrar.

Esto es todo lo que puedo hacer por ti por ahora, compañero. Reservo mi magia más poderosa para los que aún pueden mantenerse en pie.

Además, como Malickud no vaya a enfrentarse al Falso Rey, pronto no tendrá ninguna importancia si logramos que Izhan deje de sangrar o no...

El gnomo dejó en seguida lo que estaba haciendo, había intentado salvar la mago, pero ahora manos expertas podrían hacerlo, flanqueó a su enemigo y le atacó para apoyar al enano, que sin lugar a dudas era el que podía hacerle daño de verdad.

El enano aprovecho el movimiento de su compañero para reponerse del ataque y lanzar su hacha contra el enemigo. La hoja se clavo sobre la armadura de aquella criatura pero pareció no ser capaz de traspasarla.

La frustración cada vez era mayor en el guerrero enano que se sentía impotente mientras veía la agonía de sus compañeros luchando con sus últimas fuerzas.

Tal y como el enano esperaba al lanzar el golpe, la armadura del enemigo hizo que el gran hacha rebotara sin hacer daño, pero eso sí, inundando la sala con un fuerte sonido metálico. La ayuda de Malickud que trataba de flanquear y distraer al enemigo poco parecia ayudar.

El enemigo, lanzando un grito, hizo un corte a media altura que por poco no rebanó el pescuezo del gnomo.