Thog, ¿cómo te has curado estos 30ypico pv?
A Gerald no le quedan ni pociones de curación ni pergaminos, o sea que todo lo que cure sale de mis conjuros diarios.
¿Alguien más quiere añadir algo antes de que empiece el festival de curaciones?
El enano quería empezar ya la marcha... pero Gerald se sentía vapuleado y al límite de sus fuerzas. Sabía que probablemente necesitaría la ayuda divina de su dios más adelante, pero ¿de qué iba a servirle guardarse sus oraciones si no le quedaban fuerzas para pronunciarlas? De nada, se respondió a sí mismo.
Espera un momento, Thognar. voy a echarme una mano.
Gerald pronunció elevó una plegaria a su dios e inmediatamente empezó a sanarse. Lentamente, sus magulladuras fueron desapareciendo. Al cabo de un minuto, el clérigo dejó de sentir el efecto benéfico de su dios, y decidió volver a pedirle ayuda, pues aún se notaba muy débil.
Un minuto más tarde, se sentía listo para el combate.
Vamos, pues. Cuando queráis. Si alguno de vosotros está también magullado, que lo diga y veremos qué se puede hacer.
Uso dos lesser vigor para curarme 28 HP.
Gerald: 33/34.
He memorizado dos más, porque estáis superjodidos. Cada uno cura 14 PG y no es buena idea usarlos en combate. Hablad ahora o callad para siempre.
Por ejemplo, entiendo que Thognar está a 16. Le faltan 27 para el máximo. Dos vigores menores más y a tope, que es como debería ir nuestro guerrero. Pero como quiera.
- Quizá serrría más prrrudente que me echarrras otrrra mano a mí, amigo. No sabemos que encontrrrarrremos al otrrro lado.
El guerrero sabía que a pesar del descanso aún se encontraba lejos de estar en plenas facultades. Sus heridas aunque habían dejado de sangrar podrían abrirse de nuevo en el combate, los ataques del Traidor le habían propiciado numerosos y profundos cortes.
Yo estaba jugando a otra cosa.
Estoy a 16, disculpad y sí, me vendrían bien esas curaciones, por lo de poder llevarme las galletas.
El enano también necesitaba su ayuda, estaba claro. Siguiendo el mismo procedimiento que había llevado a cabo para sí mismo, Gerald se acercó a Thognar y cerró todas sus heridas.
Ale, como nuevo. Para que después me vayas sacudiendo con tu hacha...
Tras terminar con sus rezos, Gerald se volvió hacia el resto del grupo.
Bueno, he gastado la mitad de mis favores divinos para hoy. O sea que si alguien oculta una poción de curación, o un pergamino, o lo que sea, ahora sería un buen momento para mencionarlo.
Dos Lesser Vigor para el enano, que se pone a tope. Así, tras el descanso, estamos:
Gerald: 33/34
Thognar 43/43
Izhan 8/16
Malickud 17/26
He gastado mis 4 conjuros de nivel 1. Solo me queda el de Dominio. Y aún así, Izhan está a media Vida y Malickud también tocadito.
Vosotros diréis.
- ¡Arrrgh! ¡Porrr Morrradin! Me siento como nuevo -exclamó el enano mientras levantaba sus brazos para cerciorarse de que una gran fuerza llenaba de nuevo sus músculos-.
- Yo tengo aún un parrr de asquerrrosas pociones que esos ladrrrones mezclarrron con agua. Perrro no estoy segurrro de que sea lo mejorrr gastarrr todo ahorrra Gerrralt -el guerrero introdujo su mano en la bolsa y sacó ambas botellas ofreciéndolas a sus compañeros-.
- Me quedan dos pociones de HL, pero si nos fundimos todo, no habrá forma de levantar a nadie después. En cualquier caso están a vuestra disposición.
Las pociones curan 1D8+1. Izhan está a tiro de un piño de caerse redondo otra vez. Yo creo que no estaría de más que se las tomaran.
También podría gastar un par de conjuros de lvl 2, pero curan 2D8+4, más de lo que necesitan (de media).
Yo creo que deberían tomárselas. Empezar el día a media vida es chungo, la verdad.
El gnomo esperó paciente los pocos minutos a que sus compañeros les tomó prepararse para continuar con su marcha. - ¡Vamos allá! - dijo abriendo la puerta secreta, a la vez que echaba un rápido vistazo y dejaba paso al enano que se había ofrecido para encabezar la marcha.
Se que malickud tiene prisa xD Pero antes de nada. ¿Se toma las pociones o no? Es importante...
Viendo que tanto Malickud como Izhan se sentían suficientemente fuertes como para seguir avanzando, Gerald agarró su espada y se colocó detrás del animado bardo, listo para seguir avanzando.
Cuando queráis, pues. Y que el Caballero Rojo nos proteja...
Malickud sabia perfectamente por donde debia guiar al grupo. Los ruidos continuaban y estaba claro que encontrarian algo al otro lado de la puerta. Esperaba que fueran los enemigos que habian ido persiguiendo. Tras la puerta, una diminuta esclaera, solo cómoda para el gnomo, descendia hasta un rellano inferior. Entre sonidos repiqueteantes y agudos que parecian ser los de alguna herramienta metálica contra la piedra, escuchasteis un grito en una lengua gutural que ninguno logró entender.
¿Alguna preparacion especial?
Gerald: 33/34
Thognar 43/43
Izhan 8/16
Malickud 17/26
El gnomo volvió a colocarse en su posición habitual, en segundo lugar y con la ballesta preparada. Los sonidos metálicos y el gutural grito provenientes del final de la escalera sirvieron tan solo para que andase con mayor cuidado y listo para actuar.
- Venga, a lo hecho pecho. Ya no hay vuelta atrás, descubramos cuál es la siguiente amenaza a la que tenemos que enfrentarnos. Con un poco de suerte es una viejecita haciendo calceta en una mecedora que ha pisado la cola de su gato. - concluyó con un chascarrillo tratando de elevar el espíritu de sus compañeros.
Avanza y deja la acción de disparar preparada.
Motivo: Escuchar (+1,+5)
Tirada: 2d20
Resultado: 6(-13)=-7, 7(-13)=-6 (Suma: -13)
¿Puedo reconocer el sonido de alguna forma? Están picando, están forjando algo...
Es sólo curiosidad
El guerrero enano se colocó el escudo a la espalda y ató el martillo a su cinturón. Con ambas manos agarró con fuerza su hacha de guerra enana que lucía la excelente manufactura del trabajo enano. Giró la cabeza por un segundo para mirar a sus compañeros antes de seguir avanzando de forma decidida.
- Adelante, acabemos con esto -pensó-.
Gerald desenfundó su espada, embrazó su escudo y se preparó para seguir al enano, asegurándose de dejarle a Malickud suficiente espacio como para que pudiera disparar a lo que fuera que les esperaba al otro lado de la puerta.
Cuando quieras, fortachón.
La estrecha escalera daba lugar después a una ancha sala iluminada levemente por una débil luz blanca.
Cuatro estatuas se erguian en la amlpia zona donde la estancia ensanchaba, cada una de ellas aparentemente encantadas para añadirles un aspecto hiperrealista.
La primera representaba a un hombre alto, que tenia una barba entrecana, armadura de placas y un símbolo de Heironeous engalanando su escudo. Sus ojos marrones brillaban y el pelo, moreno, se mecía en un viento imaginario.
La segunda mostraba a una mujer elfa vestida con un a armadura hecha con hojas metálicas superpuestas. Su gran arco estaba hecho con marfil y el verde de su capa parecia mezclarse visualmente con el fondo de la estancia. Se mantenía en una posición algo agachada, en una postura de cazadora, apuntando en la distancia a un objetivo inexistente.
La mujer de pelo rojo de las pinturas, era la tercera de las estuatuas. Su pelo, agarrado por una diadema de plata con un brillante diamante ensartado, caía en ondas por u espalda, sobre su túnica de colores dorados y blancos. En una mano, sujetaba una vara acabada con una forma de cabeza de dragón. La otra mano se alargaba hacia otra de las estatuas, al otro lado de la habitación -una figura que parecía de un rey. Con una corona dorada sobre la cabeza enmarañada entre sus rubios y ondulantes cabellos rubios. Los ojos azules del hombre titilaban en la penumbra como si mirara fijamente a la mujer que le esperaba al otro lado de la estancia. Sujetaban una larga espada negra que apuntaba al suelo en una de las manos. La otra la tenia levantada, con la palma hacia arriba, en dirección a la mujer pelirroja.
Además de las estatuas, habia sarcófagos a lo largo de la pared sur que habian sido rotos y abiertos, con las tapas sujetas contra sus laterales. Desde donde estais, no podeis ver la parte este de la estancia, de donde proceden los gritos y el sonido metálico.
Avanzasteis en silencio, confiando que el ruido camuflara vuestros pasos, hasta que entrasteis en la sala.
Dos sarcófagos más, abiertos también, ocupaban parte de la zona este de la habitacion. Además, un trasgo varón, usaba un pico contra el suelo. Portaba una robusta armadura, el pelo negro lo tenia prácticamente rapado al cero. Cerca de él, se erguia un hombre flacucho pero imponente con ricas túnicas moradas, escamas reptilianas en su frente y su coronilla calva, asi como amarillentos y algo repugnantes ojos, que indicaban que claramente no se trataba de un humano. No en su totalidad al menos. Se inclinaba con cansancio sobre una lanza de ornamentación.
"Idiotasss" - balbuceó - "¡Essstropeareis todo!"
Motivo: Iniciativas (Buenos, Malos)
Tirada: 6d20
Resultado: 12, 20, 6, 20, 11, 1 (Suma: 70)
25 - Thognar 43/43
21 - Izhan 8/16
18 - Xeron
13 - Gerald: 33/34
8 - Malickud 17/26
3 - Jeroog
- Cómo yo me incorporé más tarde, no sé si podéis comentarme al respecto de si estos tíos los hemos visto antes, o nos han hablado de ellos, o quizá de algún pariente cercano.
- Lo de idiotas entiendo que es a nosotros al vernos entrar, ¿no?
Malickud había llegado a ese punto cansado de una persecución sin saber bien a qué y porqué, pero desde que había entrado en aquél maldito lugar no había recibido más que ataques por parte de cualquier criatura con la que se encontrara, así que, aunque estaba casi convencido de que podía dejar fascinado a aquellos dos con sus palabras y casi por tiempo ilimitado, no estaba de humor para ello, y haciendo uso de sus facultades, conjuró un conjuro de armonía, mientras instaba a sus compañeros a concentrar sus ataques en el tipo de la túnica.
Iba a esperar a que me tocase, pero adelanto mi acción para que no se demore de más el tema.
¿Idiotas? Sí, bueno, quizás... pero les doblaban en número, o sea que aún estaba por ver quién era el idiota aquí.
Dejad lo que estéis haciendo y rendíos, si no queréis terminar enterrados en uno de estos ataúdes - dijo Gerald mientras se preparaba para cargar contra aquellos otros intrusos.
Yo entré incluso después de ti, Thog, o sea que ni idea.
Ya si eso tú sacúdeles primero, y preguntamos después. Porque la verdad, pinta de hermanitas de la caridad no tienen, o sea que dales duro.