Partida Rol por web

 -Oh... 

Se tapó los labios con la diestra y miró a su compañero ligeramente divertida. - la verdad es que si pareces algo oscuro. - le reconoció sin ninguna clase de preocupación, a eso se le llamaba confianza. - hasta que se habla contigo. - matizó, reflejando que la segunda impresión había sido mejor que la primera.

 Luego, se dio cuenta de algo...

 - Veo que conoces mi apellido. - sonrió, con una simpatía casi melancolica, había pasado poco tiempo, pero allí atrapada, su mundo parecía lejano, demasiado distante, aterradoramente fácil de olvidar.

 Pero...no lo he mencionado. Eso quiere decir....¿?

 - Me temo que Thosk! ha fallecido. - Aunque no lo has comprobado...¿quién podría sobrevivir a eso? ¿Cómo traerlo a la vida sin la tecnología adecuada? Sería una pérdida de recursos y de tiempo. Lo...lo siento Thosk.

 - Y Sarah ha huido a la clandestinidad. - Podía reaccionar con sorpresa, con dudas, con temor, pero esa no era la verdadera Angela. Allí había una persona que la conocía, y eso era, a todas luces, algo bueno. No tanto que conociese a todos, porque eso significaba que no la conocía por ser alguien de su Tierra.

 Pero...allí estaban, allí estaban las futuras respuestas. Angela sonrió al hombre.

 - Siéntate. 

 Recupera el aliento. - le animó. Y si lo hacía, Angela se sentaría frente a él. - Te esperaremos lo que necesites. - quitó importancia a la premura.

 - Encantada de conocerte Caballero Alath.

 sería un momento de pausa perfecto para comprobar su estado de salud. Pero mientras, necesitaba más información. Miré al mago oscuro y pregunté sin tapujos.

 - ¿Sharon?

Alath parecía sorprendido, y a decir verdad preocupado por la reacción de Mól. Mientras tomaba aire, el mago se calmó, por lo que pudieron hablar con más naturalidad. El caballero seguía agotado, pero tenía una buena forma física y sobretodo una tenacidad fuera de las escalas corrientes.

Discúlpeme... Supongo que es usted el señor Mólor Lóion... No quería ofenderle, tan solo me limitaba a leer el texto que me fue entregado... y textualmente ponía 'Mago sombrío'. Tomó un poco de aire. Acepte mis disculpas.

Preocupándose mínimamente por su aspecto, escucha a Angela cuando da la noticia de que Thosk murió, y suspira.
Lamento oír eso. De veras. En cuanto a la navegante... Me temo que no sé más que ustedes. Estaba en Musgolito, realizando mis oraciones matutinas, cuando recibí una visión del Señor del Alba. Me apremiaba a encontrarles a ustedes y a darles un mensaje... Supongo que para al menos dos, he llegado tarde, pero mientras hay vida hay esperanza.

Él espera que vayan a su encuentro en el templo, hay uno pequeño en Vélen... No tengo más respuestas, pero Lazhánder es un dios antiguo, poderoso, justo y bondadoso, sin duda es un gran honor que les convoque de una forma tan personal... y...

Mago y doctora se miraron. Poco quedaba del templo profanado, masacrado e incendiado, desde luego no estaba enterado de la última noticia.

¿Sucede algo...?

 Angela podía suponer que había entidades poderosas allí, ya lo había sentido con Kerrigan, aquello no era magia, lo que acechaba los mundos era algo, poderoso y antiguo. Sin duda un mortal, como lo eran ellos, llamarían a esas entidades "dioses", pero si la tecnología de su mundo y el de Sarah eran posibles, también era posible un conocimiento tal de las particulas y fuerzas que conforman el mundo conferiese tales atribuciones lingüisticas. Era como para que un escalofrio recorriese la espalda desde el coxis hasta la nuca.

 El rostro de la doctora se convirtió en uno de semblante preocupado, amable y lleno de dolor por la empatía, al suponer como recibiría la noticia:

 - Nos honras con el mensaje que traes. - suavizó. - Pero me temo que la corrupción de otro mundo amenazaba como una peste el lugar en el que se encontraba el templo.

 Es muy posible que las llamas lo hayan purificado ya. - Angela no evitaría buscar con su mirada sus ojos para entender lo grave que eso podía llegar a ser. - Tal vez precipitáramos que así fuese con nuestras acciones. Queriendo salvar esta villa e ignorando si quien os envía tendría una solución más reconfortante.

 Lo lamento.

 Compartió,  mirando atrás en busca de una gran columna de humo. ¿Estarían a tiempo?

Angela entendió de las palabras del enviado de aquel "dios", que no debían temer, si cumplía todas aquellas virtudes, sin duda entenderían sus actos. No se sentía culpable por tratar de ayudar, pero sí empezaba a plantearse que tomar ciertas decisiones precipitadamente podía tener consecuencias imprevistas. Aquel no era como su mundo, y sus decisiones, aunque parecidas, no podrían ser idénticas.

 Dudé un instante si habría hablado con propiedad en un sitio como aquel, sobre entidades que desconocía en alcance y poder, y no pude evitar mirar fugazmente a Môl en busca de cierta aprobación o confirmación de que no había utilizado ningún término dificil de captar, o había simplificado demasiado.

El ojo izquierdo de Alath se cerró un instante al recibir la noticia, como si se tratase de un golpe físico estoicamente encajado. Quedó en silencio unos segundos y miró hacia Velen. Un par de horas antes del amanecer habían logrado extinguir el incendio, y las volutas de humo se habían dispersado a los cuatro vientos hacía rato.

Tragó saliva y volvió a mirarles. En su mirada se adivinaba dolor, pero lo sobrellevó con una entereza envidiable.
Los templos pueden reconstruirse. Dijo con un hilillo de voz. Lo lamento por el Padre Doust...

Tomó aire, mitad por el cansancio y mitad para recomponerse, y siguió hablando de su misión. Aunque parecía evidente que quería saber más, sus sentimientos deberían quedar en segundo plano por ahora.

¿Osellë, Riley y Sharon se encuentran bien? No se habrán... ido por su cuenta. Menudo lío sería reunir a cinco desconocidos... y buscar a la tal Sarah Me gustaría escoltarles a todos al Salón de la Mañana más cercano, si no tienen inconveniente. No puedo permitir que quienes han sido llamados por Lazhánder corran más riesgos que los estrictamente necesarios.

He dicho que yo no soy eso… ese no es mi nombre… no…- dije una vez conseguí calmarme lo suficiente, pero aunque todavía estaba afectado por haber escuchado ese nombre allí, el hecho de  que se disculpase, aunque no fuese exactamente por ello, ayudó. Y que no pareciese tener ni idea de lo que realmente significaba ese nombre, todavía más -No me vuelvas a llamar así… mi nombre es Mol- le dije en un tono que no admitia réplicas ni preguntas, mientras intentaba poner en orden mis ideas… y pensar sobre todo lo que había dicho cuando no estaba en condiciones de hacerle demasiado caso.

Supongo que si realmente ha tenido una visión de su Dios, tiene sentido que sepa eso…- pensé, aun poco acostumbrado a pensar en intervenciones divinas más allá de la que asolaba su mundo.

Osellë, Riley están en la ciudad- le contesté -Pero no sé nada de ninguna Sharon- añadí -De todas formas, respecto a tu oferta, a mí también me gustaría hablar con él- dije, pues al fin y al cabo, un Dios podía saber cómo regresar a mi mundo… y dada la naturaleza de Lazhánder, tal vez incluso proporcionarme ayuda -Aunque no puedo opinar por los demás, claro- le dije -Por otra parte… sobre la otra mujer que has mencionado, la que tiene aspecto de demonio, Shara… fue ella quien destruyó el templo en Velen antes de que la ahuyentásemos, no recomiendo que intentes encontrarla tu solo- le advertí.

Alath escuchó a Mólor.

Mól, está bien. Dijo, anotando mentalmente, sin importunar preguntando los porqués. Tomó aire y frunció el ceño al escuchar el 'detalle' sobre que Sarah fue quien destruyó el templo.

Cumplir con el deber puede ser mortalmente peligroso a veces, pero es el deber. Por algún motivo, el Señor del Alba tiene planes para ella, así que la llevaré ante él, preferiblemente pacíficamente y por su propia voluntad.

Suspiró, con un pequeño dilema en la cabeza.

Cuanto más tiempo pase, más lejos estará y más difícil me será localizarla, pero por otra parte, también quisiera escoltarles a ustedes si me lo permiten... ¿Debería dejarles encontrar el camino mientras busco a Sarah...? Puede que no la encuentre, y algún otro Enviado muera. Eso sería un gran fracaso. O puede que la encuentre, pero pretenda matarme.

¿Saben hacia dónde fue? ¿Huyó a pie, en montura, o... volando o teleportándose? Un demonio, definitivamente podría tener muchos ases en la manga.

- Se volvió invisible. - expliqué.

- Simplemente desapareció. Por el sonido, posiblemente volando. Eso la sitúa lejos. 

 Creo que Riley la hirió. Pero puede regenerar daños críticos en su anatomía con facilidad, consumiendo materia orgánica, creo que con el requisito de que esté "viva". - se llevó la diestra a los labios, quizás no entendiesen nada de eso. - creo que seguirla no será un problema si actúa como hasta ahora  - matizó, tranquilizando al mensajero - dejará un rastro muy fácil de detectar. - presuponía. Y allí, llegó una proposición:

 - Lo más lógico será aprovechar que estamos juntos para que nos lleves ante el Señor del Alba. - sonrió amablemente - Sarah desea encontrar el sentido de su estancia aquí y poner fin a ella cuanto antes. algo comprensible y compartido con muchos de los "extranjeros." -   se refería a ellos mismos - creo que con ayuda de riley podríamoss ponernos en contacto con ella a distancia - teorizó, para ella era sencillo pensar en una especie de "radio", algo banal para un ser tan avanzado tecnológicamente como Sarah - Siempre será más sencillo si acude por su propia voluntad, y eso evitaría que tuvieras que correr riesgos innecesarios. - no entraría a evaluar si estaba preparado para enfrentarse a ella o no, simplemente quería ser precavida y paliar cualquier daño antes de que se produjera.

 - Si sirve de algo mi opinión... - rió con sinceridad ante su falta de comprensión de lo que estaba pasando - me sentiría más tranquila si nos acompaña a ver a su Señor.

 Miré de soslayo a Mol. 

 ¿Por qué le molesta tanto ese nombre? ¿Es algo parecido a lo que sucede con mis alas...? Hum...que curioso.

 Sonreí de soslayo, femenina, sin apartar la mirada ni parpadear centrandome en los ojos del "mago sombío"

No creo que sea el tipo de ser que sigue más planes que los suyos…- le dije al caballero -Y perseguirla solo es un suicidio, especialmente si engendra más criaturas- añadí, pensando en las criaturas que la habían acompañado aquella noche, y ya recuperado de la impresión por escuchar aquel nombre… al menos, en el exterior.

No sé si Riley puede hacer eso que dice Ángela…- dije -Pero estoy de acuerdo con ella en que lo mejor sería que nos acompañases a ver a tu Dios- dije, haciendo un gesto hacia Ángela para mostrar mi acuerdo con lo que había dicho, devolviéndole tanto la sonrisa como la mirada.

Alath suspiró decepcionado al oír que Sarah se había marchado volando. Desde luego eso la ponía muy lejos de su alcance... aunque su fiel corcel siguiera con él, y tuviera fuerzas para seguir persiguiéndola.

Me aseguraré entonces de que lleguen los que están en Velen Cueste lo que cueste. Y si es posible localizaré a Sarah más tarde.

Se mantenía de pie, pero aún visiblemente agotado. 
Si son tan amables de decirme dónde puedo encontrarles más tarde... creo que iré a descansar, y si reúnen a sus compañeros Osellë y Riley, podré explicárselo a ellos más tarde.
Antes pasaré por la plaza... a ver qué ha quedado del templo.

Es lo más sensato que podía decir- me dije cuando escuché que no perseguiría a la mujer-monstruo llamada Sarah.

Bueno, no sé dónde estarán ahora…- le dije, en referencia a Osellë y a Riley -Pero nos estamos quedando en el cuartel, así que será fácil encontrarnos luego- le expliqué -También hay una sacerdotisa de Tempus y dos de sus guerreros con nosotros- añadí.

- No iremos a ninguna parte. - aventuró - como ha dicho, podrás encontrarnos a todos en el cuartel tarde o temprano.

 Haría bien en descansar. Creo que todo está bajo control, y mientras dure la calma - nunca duraba demasiado, Angela lo sabía bien - hay que aprovechar para recuperarse.

 Seguro que encontramos una solución para con Sarah que no ponga a nadie más en peligro. Seamos optimistas. - les animó, dando por hecho que no era algo tan complicado. De todos, seguramente, la más cercana en nivel tecnológico a ella era la propia doctora. No se sentía especialmente vinculada o representada por ella, pero podía entender ciertas motivaciones y malinterpretaciones como ellos parecía que no podían.

 Había cosas imperdonables, el asesinato no era una de ellas, aunque sin duda, tendría que pagar por lo que había hecho. Aún así, era evidente que Sarah ya había pagado un alto precio por sus atrocidades.

 - Nosotros volveremos antes de que nos echen de menos. - prometió con una sonrisa cálida, por el momento, podría seguir conversando con aquel mago "oscuro"

Algo de lo que dijo Angela hizo que Alath sonriera, como riéndose un poco de sí mismo.
Sí... no debería ser tan pesimista. Confiemos en que los dioses nos sonrían. Quizá haya aprendido la lección y mantenga un perfil más.... bajo. Al menos uno que no cause daños, y... si Riley puede contactar mágicamente con ella, quizá podamos hablarle sin tener que luchar.

Entonces habló Mólor, comentando que estaban con unos tempurianos.

¿Tres tempurianos? Preguntó a medio camino entre el disgusto y la sorpresa. ¿También viajan con ustedes?

- Lecciones a parte - no comulgaba con esa teoría, Sarah podía adaptarse, podía aprender, pero aquello parecía una referencia a lecciones morales a partir de la violencia. Los actos vividos en la plaza, desde el comienzo hasta el final sólo eran una forma de alimentar su desconfianza y su manera de proceder, en su mundo la violencia engendraba violencia, si no quería que nadie la atacase debía eliminar a los atacantes. - una comunicación fluida puede poner en riesgo a Riley, como le ha ocurrido a Yaril-la. Primero debemos estudiar como hacerlo, pero merece la pena intentarlo antes que arriesgar la vida en un acercamiento personal. No hay que temer a Sarah, pero si respetar su espacio.

 Se ha mostrado muy territorial.

 Se encogio de hombros mirando a Mol, por sí algo de lo que fuese a decir no era cierto.

 - ¿de...Tempur? - arriesgó - ¿Tal vez vuestros acompañantes? - asintió, creyendo que se refería a los guerreros de aspecto medieval que acompañaban al variopinto grupo con el que ahora se sentía más identificada.

Arqueé las cejas ante el comentario de Ángela de que “no había que temer a Sarah”, pues era algo con lo que.

Es cierto que hay que tener cuidado cuando contactemos con ella- dije, corroborando las palabras de Ángela -Y también prepararnos por si no funciona- le dije -Al fin y al cabo, territorial no sería precisamente la palabra que yo usaría para definir su comportamiento…- añadí en voz baja.

Tempus- la corregí, mirando al caballero por si estaba equivocado -Pero si, se refiere a Yaril·la, a Hoglerruk y a Varken- le dije -Fueron ellos los que nos encontraron cuando aparecimos… y además, la sacerdotisa quedó afectada en la lucha con Sarah- le expliqué a Alath.

Tal vez por estar muy cansado, un atisbo de preocupación se dibujó en el rostro del estoico caballero.

Si han luchado a vuestro lado y tienen vuestra confianza, tendrán la mía. Dijo al fin, aunque con menos convencimiento del habitual. Veré si puedo hacer algo por la sacerdotisa... al fin y al cabo... -Fueran cuales fueran sus razones para luchar- luchó por defender un templo del Señor del Alba.

Se inclinó a modo de reverencia. 

Si me disculpan... buscaré alojamiento, y nos reuniremos en el cuartel al ocaso, si les parece bien.

¿Será cosa suya, o simplemente ambas iglesias no se llevan bien?- me pregunté al ver la reacción del caballero. Al fin y al cabo, no era la primera tensión entre seguidores de distintos dioses que veía desde que había llegado.

Espero que tengas más éxito que sacerdote de Valkur- le dije, recordando el poco efecto que habían tenido las plegarias de este en Yaril·la… aunque la verdad es que lo dudaba. Seguramente lo que había hecho la mujer-monstruo no era algo que pudiesen tratar en este mundo, al menos, no los sacerdotes normales.

Nos vemos en el cuartel entonces- le dije, a modo de despedida.

Bueno, desde luego, no me esperaba esto cuando salí esta mañana…- le dije a Ángela una vez el caballero se hubo marchado.

- Yo no habría esperado esto en mi vida. Y creéme, he visto cosas muy raras. - Compartió con aquel hombre con el que empezaba a nacer algo similar a la confianza. Su forma de hablar y de tratar a las personas, de forma prudente y pausada, eran exactamente lo que Angela necesitaba para estar suficientemente cómoda.

 - Si te refieres a todo. - dibujó un círculo con los ojos, como si tratase de crear un diagrama de Venn sólo con la mirada. - si no recuerdo mal, querías...¿Preguntarme algo, o hablarme sobre algo?

 Trató de retomar la conversación a la par que recuperaba el paso.

 - No quiero que me malinterpretes. - espetó para dejar clara su posición - me gusta ayudar cuando puedo hacerlo, pero prestar ayuda a veces conlleva algo más. En mi mundo soy una sanadora, si puedo mejorar la vida de alguien curando sus heridas, en mi mundo, no tengo problema en hacerlo. No sólo es mi trabajo, es mi responsabilidad profesional y moral.

 En otro mundo eso no debería de cambiar, pero dotar de salud al enemigo de otro, sin que todos se beneficien, es dar un fin partidista, no es luchar contra un mal natural, es ponerse del lado de un mal que puede llevar o no razón.

 Quiero ayudaros. - se sinceró, no tenía problema en hacerlo - pero si algo pone en peligro lo justo y bondadoso que hay en la ayuda, no puedo colaborar.

 Angela se refería a que si aquel hombre le pedía usar sus conocimientos para matar a otros hombres, por ejemplo, algo que podría hacer sin demasiado problema, por la causa que fuera, seguramente no le ayudaría. Igual que no le brindaría capacidad médica si no se aplicaba a todo herido y no sólo a los de un bando. Los derechos humanos eran una verdad incuestionable para Angela, aunque tal vez, dichos derechos, le fueran desconocidos al extraño.

Bueno, tras ser sacado de mi mundo cuando era algo completamente imposible, casi había pensado que ya nada me iba a sorprender- le dije medio en broma, aunque su siguiente pregunta hizo que mi rostro adoptase una expresión sombría.

Está claro de que venimos de mundos muy distintos…- empecé a decir -¿Dices que ayudar a un solo bando en una guerra no es lo correcto? Nuestro enemigo es un Dios, uno que fue expulsado de su plano por todos los otros dioses por su maldad, incluidos el resto de dioses malignos… pero que alteró su destierro en nuestro mundo para aislarlo de todo, incluyendo el resto de dioses. Solo la Caída nos quitó la magia, las bendiciones divinas, e incluso las mismas estrellas. Hace mil años de ello, y seguimos tan impotentes a las consecuencias como el primer día- le dije -Aun así, podríamos haber seguido viviendo en paz… pero desde que descendió, no ha dejado de intentar dominar el mundo. Luchamos y le derrotamos en dos ocasiones… pero hace cien años, resurgió de nuevo y nos derrotó desde dentro. Ahora, los reinos humanos que no ha destruido, los usa como marionetas y fuente de esclavos y sacrificios. El reino enano ha sido aplastado de tal forma que los que aún resisten en él, ni siquiera piensan en vencer, solo en llevarse a cuantos puedan antes de morir, y aunque a mi gente le va algo mejor, a lo máximo que aspira la mayoría es a resistir…- continué -Llevamos un siglo luchando contra hordas inacabables de orcos, trols, no muertos y otras abominaciones que solo buscan nuestra extinción, sin contar que los únicos sacerdotes capaces de curar usando poderes divinos sirven a la Sombra, así que, aunque cada metro es pagado con su sangre, no dejamos de retroceder… la justicia, el honor o la bondad con el enemigo son lujos que hace tiempo dejamos de poder permitirnos, y cuya única consecuencia siempre ha sido la muerte de los nuestros - le dije, deteniéndome por un segundo para tomar aire.

Sin embargo, tú dices que tus habilidades no son magia, ni tampoco dependes de ningún Dios, así que deberían poder usarse incluso en mi mundo, así que sí, quiero pedir tu ayuda, aunque sea solo enseñándome tus métodos para sanar de manera que pueda llevarlos a mi mundo- finalicé.

 Angela levanto el dedo índice cuando el mago terminó, no sonreía únicamente porque lo que le contaba era realmente serio, realmente aterrador. Pero Angela quería corregir a su nuevo compañero.

 - Lo que necesitas es un médico.

 Asintió. No quería que se malinterpretara su posición, pero había principios, reglas, que no podía pasar por alto. Eso sería lo más dificil para alguien que aparentaba ser muy inteligente, muchos creían que en la guerra vale todo...

 - El único lenguaje que el mal entiende es la fuerza. ¿No? - quiso entender su modo de encarar aquel conflicto - No soy de esa opinión. - espetó cuando parecía estar de acuerdo con la respuesta violenta. - Pero es fácil verse arrastrado por la oscuridad, perder la identidad, renunciar a lo propio frente al juego de los demás.

 Es la desesperación. El miedo. Y, a veces, la esperanza. 

 Uno ha de mancharse las manos para poder sobrevivir. ¿Quién puede mantenerse recto, impoluto, dentro del lodo?

 Cuanto más blanco...más corrupto, más se ensuciará en esa guerra...

 Parecía no estar hablando del conflicto al que Mol se había referido...

 - Puedo enseñarte algunas cosas. - aclaró, totalmente segura de lo que decía. - Lo más básico, sin nociones previas, puede resultar complicado. Pero no es un obstáculo insalvable para ningún ser humano. - era una técnica que podía aprender mejor o peor cualquier persona implicada en su estudio - en mi mundo es un "arte", que muchos disfrazan de "técnica".

 Como me imagino que sucede con lo que llamais "magia", existe una responsabilidad. Claro que hay "médicos" que utilizan sus conocimientos para elaborar armas, o crear daños. Pero es extraño que así suceda. Quien aprende formalmente a curar lo hace siempre con un código estricto, un código moral.

 Hizo memoria.

 - En realidad ese código sólo afecta, en la medida que es un juramente, a los seres humanos. Podría conformarme con ello.

 Si un juramento, en tu mundo, significa algo. - Lo único que la doctora perseguía era que aquello se hiciese para beneficio humano, por el bien y el deber. Mol tendría que convencerla de que así sería. Ella no tenía problemas en enseñarle.

 - Llevaría bastante tiempo...eso sí.