Partida Rol por web

Tobías rodeó la niebla semisólida por el norte, hasta que tuvo a la vista a Hazumah, un hombre tigre enorme y siniestro, y a un humano ataviado como los «caminantes de la muerte» que habían conocido en las ruinas, más allá de la entrada al reino enterrado del rey bestia. Parecían los dos últimos enemigos, aunque sospechaba que todavía quedaban algunos otros hombres tigres atrapados en la trampa de Mayra.

Tobías se cura 8 pg con una carga del cinturón y mueve a 26 A.

20% de ocultación por «hijo de las sombras».

- ¡Oh Lucifer, que tu espada castigue a mis enemigos! - Invocó un arma espíritual para acabar con aquella criatura que sobrevolaba sobre su cabeza. 

Acto seguido y habiendo dejado entretenida a la calavera flotante, se movió en dirección sur con tal se seguir aniquilando a los enemigos del Imperio.

Conjuro espontáneo: arma espíritual, silencio. 

Muevo a Q18 (sumo movimiento de acelerar)

No había más enemigos contra los que luchar. Y parecía que los líderes de esas bestias estaban al otro lado de esa bruma invocada por Mayra. Lo que en su momento había sido una ventaja, ahora era un inconveniente. Por suerte la magistrada también se había encargado de dotarles de pies ligeros, por lo que Arcturus no tuvo problemas en bordear la bruma y encontrarse cara a cara con Hazumah y Ruzlagad.

El hombretón retorció entre sus manos el mango de su hacha y sonrió con agresividad. Por fin enemigos a su altura.

Acción de doble movimiento: Arcturus se mueve hasta E28.

Hazumah había dejado de ver, rugió furioso hacia ninguna parte en concreto, frotándose los ojos y maldiciendo algo sobre la magia. Sus tigres lograron salir de la niebla y corrieron a buscar nuevos objetivos.

La calavera flotante rodó sobre sí misma para evitar el espadazo convocado por Vika, jugando con el filo como si hubiese practicado todos los días la esquiva de armas mágicas flotantes. Molesta -si podía decirse eso sobre una calavera de ojos refulgentes- la criatura regresó junto a Ruzlagad justo en el momento en que Mayra le lanzaba su hechizo. El nigromante torció el gesto al verse venir aquello, tres anillos de acero se cerraron en torno a sus brazos y piernas, pero consiguió dejar al menos un brazo fuera. Le tocó improvisar de la mejor manera que pudo, la calavera sacó una pluma de su bolsa de componentes y lo ayudó a completar el hechizo. Ruzlagad adquirió la apariencia de un dragón de alas rojas y se alzó en el aire, todavía con los anillos alrededor de su cuerpo. Eldrid corrió para intentar atraparlo antes de que se levantara del suelo, pero la tigresa no pudo llegar. Alia avanzó en pos de Tobías y Arcturus.

Hombre tigre 6 carga contra Vika. Falla.

Hombre tigre 7 carga contra Arcturus. 1 impacto (19, 11, 9). Daño 17.

Hazumah maldice.

La calaverita vuelve por donde ha venido. Ruzlagad supera la TS de Ref por los pelos y queda enmarañado. Supera la tirada de Concentración para conjurar Alter Self y tomar la apariencia de un dragón rojo maldito* y se eleva en el aire.

(22) Alia 18/40 (acelerar 4 asaltos)
(16) Ruzlagad - ileso (enmarañado, volando a 15')
(16) No-muerto encorvado - ileso
(15) Eldrid 71/71 (bendecir, elation, acelerar 3 asaltos)
(15) Mayra 31/31 (bendecir, elation, acelerar 3 asaltos)
(14) Vika 25/52 (bendecir, elation, favor divino, arma espiritual, acelerar 3 asaltos, +3 devoción)
(6) Tobías 49/62 (hijo de las sombras, bendecir, elation, acelerar 4 asaltos)
(4) Arcturus 43/74 (acelerar 4 asaltos)
(3) Hombre tigre 6
(3) Hombre tigre 7
(3) Hombre tigre 8
(1) Hazumah (cegado 6 asaltos)

Niebla 1 - 3 asaltos
Niebla 2 - 5 asaltos

_{^{*Friendly reminder: los dragones de esta ambientación son de apariencia enteramente humana excepto por detalles estéticos como escamas y escarificaciones del color que representan. Un dragón maldito es aquel que no ha podido superar la maldición intrínseca en todos los dragones y ha adquirido una apariencia entre humano y dragón (alas, garras, dientes, etc).}}

- Pobre infeliz... - Le dijo Vika al tigre nada más intentar matarla. 

No sabía esa criatura con mente animal, que nada podía hacerle, pues le protegía su dios patrón. Ahora sufriría el castigo por su insolencia.

La sacerdotisa lanzó una serie de espadazos rápidos contra la criatura había osado desafiarla. La sangre y los miembros amputados saltaron en todas direcciones. 

- ¿Siguiente? - Pensó sonriente. 

Si muere con el primer o segundo ataque, no uso el tercero y muevo 25', hacia adelante. Si no muere o necesito los tres ataques, un paso de 5'.

Rodeando la niebla, Tobías vio cómo el nigromante echaba a volar, como Mayra, y más allá, junto a la telaraña, el enorme hombre tigre que debía ser Hazumah. Más  cerca, Arcturus se batía con uno de los esbirros, y hacia ellos se lanzó, uniéndose a la pelea.

Tobías carga con "ataque poderoso -6" y "carga del líder de batalla" contra hombre tigre 7.
    Ataque 15. ¿Daño: 37?

Untigre se interponía entre Arcturus y Hazumah. Sólo una bestia y el verdadero objetivo a abatir. Tobías intentó despacharlo pero no pudo alcanzarlo, le tocaría a él dar cuenta del felino. El hombretón lanzó no uno, sino hasta tres ataques contra la bestia. Y el único golpe que le alcanzó fue plano con la hoja sin hacerle nada de daño.

Estúpido tigre.

Acción de asalto completo: Arcturus hace un ataque completo contra el tigre grande que tiene adyacente poniéndose un -3 al Ataque para el ataque poderoso. Falla todo estrepitosamente.

Mayra revoloteaba con gracia y velocidad, moviéndose entre la jungla como si fuera su elemento, como si siempre hubiera tenido el par de alas que le dotaba el conjuro. Cerró las garras en las que se habían convertido sus pies en torno a la rama gruesa de una secuoya para posarse allí y, durante un momento, centró su atención en el combate que tenía lugar abajo. Sus compañeros estaban dando buena cuenta de los hombres tigre con una eficacia admirable en su letalidad, y Mayra se regocijó al ver que estaban ganando la batalla de forma decisiva. Después de esta victoria, los hombres tigre aprenderían a respetarlos. Y esperaba que, en consecuencia, se lo pensaran mucho antes de volver a atacarles. Mayra no dudaría en acabar con el último de ellos con tal de proteger a los suyos.

Pero su atención se desvió de inmediato cuando detectó por el rabillo del ojo que el chamán que trataba de escapar utilizando el mismo encantamiento que había utilizado ella, pero convirtiéndose él en un dragón rojo maldito. No iba a permitir se diera a la fuga si podía evitarlo, así que se propulsó hacia delante con la potencia de sus patas de althemir, e hizo unos pases mágicos en el aire. Extendió su mano hacia delante, y un haz de energía rodeó al chamán, debilitando sus protecciones.

Mayra lanza Disipar magia sobre Ruzlagad. Disipa su Armadura de Mago, su Alterar el Propio Aspecto, su Mano Espectral e, incluso, sus ganas de vivir. Creo que también disipo mis propias Bandas de Acero, puestos a disipar.

El tigre no sabía la suerte que tenía esquivando espadazos, pero no desaprovechó su buena fortuna, se abalanzó sobre Arcturus abriéndole la carne como si fuese mantequilla, cubriendo la hierba con regueros de sangre y salpicando a Tobías en el proceso. El otro hombre tigre se abalanzó sobre Eldrid, ambos rodaron por el suelo enmarañados, sajándose el uno el otro con la misma violencia. Hazumah rugió, el suelo tembló con la poderosa fuerza de su llamada y corrió en dirección al sonido de la pelea, topándose inesperadamente con Eldrid. La tigresa dio un salto para evitar el zarpazo del líder tigre y se enganchó a su cuello con los dientes.

Alia avanzó para ayudar a Arcturus, cargando su espadón de nuevo con magia arcana. Aquel tigre estaba resultando ser demasiado escurridizo, solo la fortuna debió evitar un tajo que de otra forma lo habría matado.

Ruzlagad aterrizó de bruces cuando la magia se disipó, torciéndose un tobillo. Furioso por la humillación, lanzó una mirada despiadada hacia la hechicera y arrancó uno de los ojos refulgentes de la calavera flotante, que se estremeció en el aire. Tuerta, se elevó un poquito por encima mientras el mago daba un paso atrás y aplastaba la esfera en su puño mientras conjuraba a voz en grito. Mayra sintió el aire calentarse justo después de reconocer el hechizo y lanzó una advertencia a sus compañeros. Demasiado tarde.

Sobre sus cabezas se formó un remolino rojizo, el cielo se abrió en dos y surgió una enorme esfera en llamas que impactó contra el bosque y todos los que habían allí. Chamuscó por igual ropa, cabello y carne.

Hombre tigre 7 ataca a Arcturus. 3 aciertos (21, 23, 20). Recibe 28 puntos de daño. Hombre tigre 8 ataca a Eldrid. 2 aciertos (21, 21). 21 de daño. Hazumah avanza a ciegas y se topa con Eldrid. Falla.

Alia carga contra hombre tigre 7 y falla (xD).

Ruzlagad cae del cielo y se hace 2 puntos de daño por caída. Da un paso de 5' y conjura una bola de fuego. 13 de daño, TS Ref con CD 16 para daño mitad (6). El suelo esta en llamas. A partir del próximo turno, empezará a hacer 1d6 de daño al que este dentro. El tigre 7 POR FIN recibe daño (fuego amigo xDD).

(22) Alia 12/40 (acelerar 3 asaltos)
(16) Ruzlagad - 2 (herido leve)
(16) No-muerto encorvado - ileso
(15) Eldrid 44/71 (bendecir, elation, acelerar 2 asaltos)
(15) Mayra 31/31 (bendecir, elation, acelerar 2 asaltos)
(14) Vika 25/52 (bendecir, elation, favor divino, arma espiritual, acelerar 2 asaltos, +3 devoción)
(6) Tobías 49/62 (hijo de las sombras, bendecir, elation, acelerar 3 asaltos)
(4) Arcturus 15/74 (acelerar 3 asaltos)
(3) Hombre tigre 7 - 13, herido
(3) Hombre tigre 8 - 6, herido leve.
(1) Hazumah (cegado 5 asaltos)

Niebla 1 - 2 asaltos
Niebla 2 - 4 asaltos

Vika lo tenía claro. 

- Muerto el perro, se acabó la rabia. - La sacerdotisa inició una carrera contra el encapuchado conjurador, con la clara intención de decapitarle. 

Armada con su espadón y tratando de pasar lo más alejada posible de la enorme y era criatura que todavía guerreaba con la molesta bruma que Mayra había convocado, lanzó un único ataque contra su enemigo. 

Tobías apretó los párpados y se revolvió sobre sí mismo cuando las llamas estallaron a su alrededor. Cuando abrió los ojos, se sorprendió de encontrarse prácticamente ileso. La malla metálica de su armadura estaba caliente, y tenía la frente y los labios quemados, pero el daño no iba más allá. No dudó, pues, en lanzar un tajo tras otro antes de apartarse de un salto de las llamas que avanzaban por el follaje bajo sus pies.

Tobías pasa la TS de Reflejos (27).
Hace un ataque completo contra el Hombre Tigre 7 y da un paso de 5 pies a D26.
       Ataque 1. Ataque 23, daño 17.
       Ataque 2. Ataque 35 (20 natural, confirmación 21), daño 17 (31 si es crítico).
       Ataque 3. Ataque 25, daño 15.

Desde la distancia, Mayra observaba la batalla con una mirada de dama, estratégica y segura. Era como si estuviera viendo un juego de ajedrez en el que cada movimiento era crucial. Con una sonrisa en su rostro, evaluó que aquella partida estaba prácticamente ganada y debían dar el golpe de gracia.

Mayra hizo unos pases en el aire y canalizó su poder, y añadió una pieza nueva al tablero: un bisonte celestial. Mayra se sentía como una gran maestra del ajedrez, que conocía cada movimiento de su oponente y lograba anticiparse a sus jugadas. Su planificación y estrategia eran las claves de su éxito, y sabía que su habilidad para pensar con anticipación le permitirá salir victoriosa.

Mayra lanza Convocar Monstruo III con Anticipación extraordinaria a precio de acción estándar. Invoca un bisonte celestial llamado Margarita en J-K 32-33. Margarita ataca contra Hazumah sakti de. Ataque 14, daño (si aplicable) 16.

Arcturus había recibido demasiado daño. Más del que confiaba en recibir. Tenía cortes, mordiscos y quemaduras por doquier. Su antiguo yo no hubiese dejado de luchar, para él sólo había una táctica posible. El nuevo... prefería seguir atacando y matando, pero sabía usar mejor la cabeza.

El hombretón salió del campo en llamas, buscando un buen lugar por el que cogerle la ventaja a Hazumah, mientras se llevaba la mano al cinturón. Allí, donde estabal a hebilla, tenía también un protector con el emblema de Mahaneim y no estaba ahí por nada. Había magia en su interior. El antiguo asesino la descargó sobre sí mismo , desencadenando una oleada de energía positiva sobre su cuerpo.

Acción de movimiento: Arcturus se mueve a H33.
Acción estándar: Arcturus usa las 3 cargas del cinturón de curación y se recupera 17 pgs.

Vika avanzó como una estampida en dirección a Ruzlagad y con giro del mandoble, lo arrolló. La sacerdotisa frenó unos metros más adelante con la espada en alto, cubierta de sangre y vísceras, mientras el mago, hecho pedazos, caía lentamente a su espalda convertido en dos partes sangrientas. Se giró para comprobar que el nigromante había muerto del todo, a la calavera flotante le castañearon los dientes mientras se agitaba por encima del cadáver de su amo, confusa y alarmada. No podía perder el tiempo en detalles, Vika se puso en guardia porque había un hombre tigre gigantesco atacando a sus compañeros. Aún así, fue capaz de ver cómo una sombra cubría los restos de Ruzlagad, brumas negras que se enroscaron al cadáver hasta formar lo que a ella le pareció la figura de una criatura no-muerta de rasgos cadavéricos.

No pudo ver nada más, esquivó por instinto un zarpazo de Hazumah, quién, totalmente ciego y enfurecido, agitaba los brazos de manera frenética a un lado y a otro, intentando golpear a alguien. Tobías afianzó los pies para asestar un espadazo contra el costado del tigre, hundiendo la hoja entre la armadura de hueso y el musculoso cuerpo de la criatura, que rugió de dolor. Eldrid saltó sobre su cabeza y hundió los dientes en su cuello, agarrándose al pecho de Hazumah con las zarpas. La bestia intentó quitársela de encima y Arcturus se colocó a su espalda para asestar un golpe de hacha contra una de las piernas, hundiendo la hoja en la parte trasera de la rodilla. Hazumah estaba rodeado y aún así, presentó batalla, a ciegas. Se arrancó a Eldrid del cuello como quién se arranca una sanguijuela, le dobló un brazo hasta partírselo y tiró a la tigresa al suelo, aplastándole la cabeza contra una piedra. Ella dejó de moverse. Tobías aprovechó la inclinación proporcionada para alzar la espada y hundir la hoja en el hombro, Vika se movió a su vez para embestir con el mandoble, penetrando con la hoja todo el cuerpo de lado a lado. Hazumah rugió envolviéndose con un aura que estremeció a todo el grupo, más Arcturus aguantó y con el hacha le inutilizó el brazo con el que agarraba todavía a Eldrid. Con la única zarpa libre, el tigre golpeó a Tobías desgarrándole la pierna.

Desde el cielo, Mayra dejó de pensar en ajedrez para asistir a una violenta carnicería en la que sus cuatro compañeros atacaban sin descanso a Hazumah, que ciego y furioso, se revolvía y desgarraba músculos y tendones. Eldrid estaba tendida en el suelo, su madre no se atrevía a moverse y, mientras tanto, el incauto ghoul salió de la niebla, vio la situación y pensó que no quería morir otra vez y desapareció entre la espesura.

La cabeza de Hazumah salió rodando tras un crujido, Mayra volvió a mirar y no supo muy bien cuál de todos le había dado el golpe de gracia, porque la lluvia de golpes había sido rápida y violenta. Todos estaban machacados, llenos de zarpazos, ensangrentados y agotados. Eldrid era la única inconsciente, aunque Arcturus tuvo que apoyar una rodilla en tierra, exhausto.

El silencio se extendió por la jungla, reverencial, cuando quedó patente que Hazumah había caído y que habían vencido a los Rayas Rojas.

Vika estaba cubierta de sangre felina y vísceras de su última. Todavía respiraba de forma alterada debido al esfuerzo físico y la adrenalina generada durante el combate. Tras comprobar que el combate había finalizado limpió el filo de su espada contra el cuerpo de uno de los tigres fallecidos y la enfundó. 

- Creo que ya es suficiente. - Dijo convencida. 

Con aquella incursión sangrienta, habían dejado claro que eran gente peligrosa a la que era mejor dejar tranquila. Ellos no se habían metido con nadie de buenas a primeras y en cambio habían recibido hostilidad por parte de aquellas bestias y no sólo eso, sino que habían tratado de acabar con ellos en su propio terreno. No les había salido bien. 

- ¡Eldrid! - Masculló entre dientes al detectar a la mujer felina inconsciente y reposando su cabeza contra una roca. 

Vika corrió junto a ella y se agachó a su lado. Se apresuró para comprobar sus constantes vitales. Alzó la mirda y se cruzó con la de Mayra. 

- Respira. - ​​​​​Confirmó. - Sólo está inconsciente. - Entonces extrajo su varita y activó su poder descargando sobre ella una curación divina. - Ésto le vendrá bien. - Afirmó y esperó a que reaccionara. 

Tengo detectar magia activado con la permanencia de Mayra. Hay algo mágico en la zona?

Mayra descendió, observando a su madre y sus amigos heridos y cansados, pero victoriosos. En medio del campo de batalla, empero, Eldrid estaba inconsciente. La ansiedad comenzó a apoderarse de Mayra, que cruzó una mirada de preocupación con Vika. La sacerdotisa de Lucifer se adelantó a su pregunta, como si hubiera leído su mente. Aunque el conjuro de curación de Vika estuviera restañando sus heridas, Mayra todavía estaba preocupada por su amiga. Se esforzó en asentir a modo de respuesta.

En ese momento, no podía evitar pensar en sus padres, quienes habían sido su motivación para embarcarse en La Golondrina Plateada. Y hacía poco, después de meses de preparativos y búsqueda, finalmente los había encontrado. Su madre, una aventurera por derecho propio, había tomado parte en la lucha y estaba junto a ella en ese momento. Mayra se alegraba de tenerla a su lado, aunque ahora se daba cuenta de que también significaba que ahora tenía a alguien más que proteger.

Mayra se obligó a mirar los cuerpos de los hombres tigre esparcidos por el suelo. ¿Había sido correcto matarlos a todos? ¿Habría alguna otra manera de haber resuelto la situación sin derramamiento de sangre? De repente, una sensación de culpa le abrumó. ¿Había tomado la decisión correcta? ¿Era la matanza la única solución al conflicto? La línea entre proteger a los suyos y vengarse era muy fina. Aunque la muerte y rapto de los colonos y la pérdida de suministros fue un duro golpe, ¿había justificado la muerte de todos los hombres tigre?

Mayra se tomó un momento para reflexionar sobre sus acciones y sus decisiones. Aunque la lucha había terminado, todavía había lecciones que aprender y más decisiones que tomar. Observó en silencio a Tobías, una de las pocas personas a las que había confesado sus dudas, mientras reflexionaba angustiada sobre el peso de sus decisiones y cómo afectaba al mundo que le rodeaba. Era una reflexión amarga, pero Mayra sabía que debía aprender a vivir con las consecuencias de sus decisiones.

Sin duda no se hubiera creído si le hubieran dicho hacía unos meses que estaría meditando sobre cuestiones como el peso del liderazgo o proteger a su madre.

Recuperada Eldrid de lo peor de sus heridas, Tobías respiró aliviado. Se sentó sobre una roca para limpiar la espada, comprobar los desgarros en la malla y ajustar las correas de su armadura hasta que pudiera reparar las que se habían roto durante la pelea.

Cuando la niebla mágica se disipó, Tobías pudo contemplar la escena en el claro: más de una docena de cadáveres destrozados, entre los que destacaban las horrendas mascotas no muertas del calavera, y los corpachones de Hazumah y el hombre tigre de rasgos infernales. Otra matanza. Solo eran un puñado, y habían provocado tantas muertes... ¿Cuál sería el sino de los nativos cuando el Imperio desembarcara una legión en la isla?

Probó a sostenerse sobre la pierna herida. Dolía, pero podía caminar, y si era necesario durante la marcha de vuelta, su cinturón todavía conservaba un atisbo de magia.

Recogió la cabeza de Hazumah, enorme y pesada como las calabazas encantadas de los huertos de la Torre de la Espiral Añil. ¿Deberíamos llevárnosla? Talayeh nos ha dicho que este fue el que se reveló contra el rey bestia. Sería un buen regalo para Strongohen.

Arcturus estaba cansado pero satisfecho, pero eso era algo que no le reconocería a nadie.  Hasta ahora sus luchas en Thracia habían sido por su supervivencia, pero ésta había sido diferente. Con la victoria estaban más cerca de acabar con la amenaza de los Rayas rojas y por tanto, por hacer más seguras las vidas de los colonos. Para eso había viajado.

—Coge la cabeza—le respondió a Tobías—. Podemos llevarla a ese rey minotauro, pero todavía no. Primero hay que someter a los hombres-tigre o la lucha nunca acabará. Con suerte, el trofeo será motivo suficiente como para que acepten una rendición sin contemplaciones.

El cielo, despejado durante todo ese tiempo, se cubrió de nubes borrascosas en muy pocos minutos y comenzó a llover de forma persistente, aunque no muy fuerte. Todos acabaron calados y la sangre comenzó a borrarse del claro cubierto por cadáveres desmembrados de guerreros tigre. 

Eldrid recuperó el conocimiento a los pocos minutos, se agitó buscando la amenaza hasta que comprendió que la lucha ya había acabado. Se levantó y se paseó por el campo de batalla, entre aturdida y deprimida, mientras el agua le limpiaba la sangre del pelaje. Rebuscó en cada uno de los tigres algo que al final no encontró y, un poco frustrada, regresó con los demás, protegidos bajo un gran árbol que les filtraba algo de lluvia.

-¿Y ahora qué hacemos? ¿Volvemos al campamento? -se sentó en una piedra plana y se abrazó las rodillas-. ¿Buscamos al resto de estos tigres renegados? ¿Qué hacemos con ellos?

Objetos de Ruzlagad que son mágicos: bastón, capa, amuleto
Objetos de Hazumah que son mágicos: armadura de huesos
El resto no tiene nada mágico.