Partida Rol por web

Las cavernas de Thracia

7. - El Rey de las Cavernas

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10/04/2023, 20:13
Vika

- Creo que ahora que hemos dado muerte a estas criaturas, estando entre ellas algunos de sus mayores guerreros, debemos seguir adelante. - Reflexionó la sacerdotisa. - Recuperemos fuerzas y luego continuemos hasta el lugar donde moran los "renegados". - Afirmó con rotundidad. - Es el momento de forzar un pacto, una tregua o... - Tomó aire. - O acabar con el problema de raíz. No siempre estaremos en el campamento de los colonos cuando a los rayas rojas se les antoje ir a asesinar. - Negó con la cabeza y cerró el puño. La sola idea de que aquello pudiera suceder, la llenaba de rabia. - Debemos asegurarnos de que no se repitan los ataques. Por las buenas o por las malas. - Miró entonces a Mayra. Esperaba que ella escribiera de acuerdo con ella. 

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11/04/2023, 13:02
Arcturus

No aceptaremos nada que no sea una rendición incondicional—dijo Arcturus descartando cualquier pacto o tregua, mientras se sentaba en una piedra—. Y nos llevaremos rehenes a nuestro campamento. Así no tomarán represalias.

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13/04/2023, 09:56
Mayra

Mayra se quedó pensando en las palabras de Vika y Arcturus. Obligar a los tigres renegados a rendirse era una solución aceptable para evitar futuros ataques. Esa había sido la motivación y la causa de su intrépido ataque: la consecución de una victoria tan fulgurante y decisiva que obligara a los hombres tigre a capitular. Pero entendía perfectamente al campeón de Mahanaim. ¿Podrían realmente fiarse de la palabra de los Rayas Rojas? Al fin y al cabo, Bagha se había mostrado extremadamente belicoso aún en la derrota.

Se levantó de la piedra y se acercó al árbol donde los demás estaban resguardados de la lluvia. Observó a sus compañeros, heridos y cansados, pero también vencedores. Sabía que habían pasado por mucho para llegar hasta allí, y que habían conseguido una victoria importante. Después de unos minutos en silencio, la maga de la Torre de la Espiral Negra tomó finalmente una decisión.

—No me gusta la idea de llevar rehenes al campamento, pero puede que no tengamos más opción —admitió.

Mientras hablaba, Mayra observó el campo de batalla, todavía lleno de cuerpos y sangre. Se estremeció al pensar en todo lo que había pasado allí, y la matanza que aún los aguardaba en días venideros.

—Y si no aceptan la rendición incondicional, tendremos que tomar medidas más drásticas. Ya sabéis a qué me refiero —dijo. Tragó saliva y se obligó a expresarlo en voz alta—. Matarlos a todos. No podemos permitir que sigan atacando a los colonos. Debemos garantizarles la seguridad. A cualquier precio.

Terminó de hablar y se acurrucó junto a Tobías, tratando de encontrar algo de confort en medio de la lluvia. El orgullo, la pena, el miedo y la incertidumbre se mezclaban con un terrible cansancio. Dejó escapar un lago suspiro, cerró los ojos y se masajeó las sienes.

Sugiero volver al campamento y echar un sueñecito. Estoy terriblemente cansada y desanimada después de todo esto, y tengo la mente embotada de tanto lanzar conjuros. Cuando nos hayamos repuesto, con la cabeza un poco más fría, podremos tomar nuestra decisión. Y prepararnos para lidiar con las consecuencias.

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13/04/2023, 11:25
Vika

- Bien. - Respondió Vika a la propuesta de Mayra de regresar al campamento. - Comparto la idea con vosotros sobre garantizar la seguridad de los colonos. - Afirmó. - No se me había ocurrido la idea de lle sr rehenes, pero es un seguro de vida. - Miró a Mayra. - Deberemos elegir a las crías de los rayas rojas. Podríamos enseñarles nuestra pacífica y verdadera naturaleza... - Se quedó un instante pensativa y reflexionado sobre aquello que acababa de afirmar. - Quizás con el tiempo se integren entre los nuestros y se conviertan en un activo útil para la comunidad.

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19/04/2023, 20:35
Tobías

Tobías soltó la cabeza y pasó un brazo alrededor de la espalda de Mayra. Podía sentir el agotamiento de la joven por el suave temblor bajo su piel. Sus músculos dorsales, allí donde habían brotado las alas, estaban duros y agarrotados. La tomó por el hombro y la acercó hacia sí, embriagándose por el aroma de su perfume, y el de la mujer que no podían ocultar a su fino olfato.

¿Con quién vamos a parlamentar? preguntó. Hemos matado a sus líderes. ¿Y cuántos son estos rayas rojas? Si quedan varias de ellos en la isla y no se rinden, cómo vamos a matarlos a todos. Aunque lo intentemos, algunos sobrevivirán y se ocultarán en la jungla. Dejemos que Talayeh se ocupe del problema, que unifique a las dos tribus si es capaz.

Todo lo que quería era regresar a las cavernas. El motivo de la expedición, incluso de su forzada inclusión en ella, era la exploración, y cuando por fin habían alcanzado una tregua, tal vez un acuerdo, con los habitantes del reino subterráneo, no deseaba que otras inconveniencias los retuvieran en la superficie.

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20/04/2023, 11:28
Narrador

Con el silencio como único compañero, el grupo emprendió el regreso al campamento, arrastrando los pies y un desánimo palpable. El camino desandado fue casi dramático: la lluvia persistente, el cielo negro por las nubes, el silencio en el interior de la jungla, el barro hasta las rodillas y humedad en los huesos.

Fueron recibidos como de costumbre, con calidez por parte de absolutamente todos los nuevos integrantes que formaban el campamento. El pequeño Truxz había cosido una capa nueva para Tobías, para que pudiera esconderse por las ruinas, un regalo humilde que al gnoll le hizo más ilusión que, seguramente, al explorador. El minotauro Mino estaba sentado con la espalda apoyada en un tronco y tenía los ojos cerrados mientras la lluvia lo empapaba porque al parecer, le gustaba estar así, mojándose, mientras que los imperiales se mantenían estoicos en el interior de sus tiendas y la mayoría protestaba por el mal tiempo, como si estar acampado en tierra a salvaje tuviera que ser cómoda.

La cocinera les sirvió una sopa caliente para que no cogieran frío, pan y un estofado de carne con pimientos y cebollas excesivamente condimentada con especias de la zona. Por lo visto era una receta que había en un libro que tenía Truxz en su mochila. Informaron a Steinheill de los avances de la misión y se fueron a descansar. O lo intentaron, por la noche la lluvia fina se transformó en tormenta y agitó todas las tiendas. La magia de Josephus impidió que salieran volando y creó una cúpula para evitar quedar inundados. Al amanecer, todo estaba cubierto de agua y encharcado, excepto el perímetro mágico, que estaba ligeramente húmedo. Aún con todo, los integrantes del campamento continuaron con su labor y siguieron cortando madera, reforzando tiendas y realizando trabajos varios. Faltaban colonos perdidos, por lo que el grupo fue en busca de los últimos Rayas Rojas para rendir cuentas.

Al regresar al lugar en el que habían peleado, los cadáveres continuaban en el mismo lugar, cubiertos de barro y hojas húmedas, y los gusanos comenzaban a dar cuenta de ellos. Exploraron los alrededores y tras horas de búsqueda, no encontraron absolutamente a ningún tigre, solo algún que otro animal salvaje que prefirió seguir a lo suyo antes que atacarles. El sol apareció entre las nubes para calentarles un poco después de tanta lluvia mientras comían unas raciones y también alguien más. Eldrid salió al encuentro de alguien con tensión en los músculos, pero se relajó al comprobar que se trataba del tigre blanco.

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20/04/2023, 11:47
Talayeh

-Saludos -dijo Talayeh aproximándose a vosotros.

Venía acompañado de unos cuantos hombres tigre, más delgados y menos fieros que aquellos contra los que los exploradores había luchado con anterioridad. Seguían a Talayeh con disciplina marcial, no se mostraban hostiles pero sí firmes. Portaban armaduras de cuero de buena calidad y amuletos con un símbolo en forma de garra pintada con rayas negras. La mayoría estaban heridos y tenían vendajes aquí y allá. Uno de ellos tenía media cara cubierta por una venda, cojeaba y trataba de mantenerse erguido apoyándose en una lanza.

El tigre blanco se detuvo a una distancia segura para que el grupo no pudiera sentirse amenazado y echó un vistazo al campo de batalla.

-Las noticias de vuestra victoria llegaron hasta nosotros y vinimos a comprobar lo ocurrido, pero ya no estabais. Habéis matado a sus líderes y los Rayas Rojas que quedaban han huido; hemos dado caza a algunos, a otros todavía estamos siguiéndoles la pista, el resto se han rendido y han vuelto a ser Rayas Negras. Gracias.

La patrulla de Rayas Negras realizaron el mismo gesto: una inclinación de cabeza y el puño sobre el pecho.

-Encontramos un grupo de humanos que son de los vuestros en unas jaulas en las ruinas donde estaban asentados los tigres. Los hemos llevado a una cueva cercana para que estén a salvo, seguro que querrán irse con vosotros. Nos han contado que algunos de ellos fueron sacrificados por el chamán y no todos han sobrevivido a sus rituales.

Talayeh miró entonces a Eldrid y la tigresa no supo hacia dónde mirar concretamente.

-He preguntado entre los míos, te acogeremos si lo deseas y buscaremos tus raíces.

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20/04/2023, 12:04
Eldrid

La tigresa miró al cielo, luego al suelo, luego a Mayra.

-Creo que prefiero quedarme con ellos -señaló a la maga y al resto-. Me necesitan -murmuró. En su tono fue demasiado evidente que era Eldrid quién necesitaba al resto-. Cuando acabemos, sí, iré contigo. Ahora no. Por favor.

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21/04/2023, 09:48
Mayra

Mayra había contemplado su reflejo en el tazón de sopa en silencio durante buena parte de la cena, meditando sobre todo lo que había ocurrido desde que La Golondrina Plateada hubiera naufragado en la costa de la isla perdida de Thracia. Había dejado que la sopa se enfriara. No le apetecía tomarla caliente, puesto que el ambiente refrescante le resultaba vigorizante comparado con las sofocantes jornadas de calor húmedo que habían tenido que soportar. Cuando la probó, por supuesto, no estaba buena. Se obligó a llevarse un par de tragos al estómago y se excusó antes de retirarse pronto de la mesa. Se inclinó sobre Tobías y le dio un beso en la mejilla.

Te espero en mi tienda —le susurró en el oído, con una promesa.

Sin embargo, cuando el buscador de reliquias llegó al saco de dormir de la maga, se la encontró profundamente dormida: tan agotada estaba física, mental y emocionalmente. Durmió tan profundamente que le costó casi media hora salir de su sopor cuando fue la hora de levantarse. Se tomó un baño refrescante y dedicó unos momentos a nadar en las aguas tranquilas de un pequeño estanque dominado por un salto de agua, a poca distancia del campamento, como si el agua pudiera limpiarla metafórica y no solo físicamente. Se vistió con la coquetería habitual y se reunió con los demás al desayuno. El estómago le rugía por no haber comido apenas al día anterior, así que tomó unos huevos revueltos y una exótica fruta amarilla autóctona, de textura parecida a la naranja. Limpia, perfumada, con el estómago lleno y renovado optimismo, Mayra dedicó unos minutos de estudio para preparar sus conjuros del día. Después, se reunió con el resto, lanzó un conjuro protector1 y emprendió su sombría misión. 

No obstante, tras horas de deambular por la jungla, no encontraron más rastro de los Rayas Rojas. Sí de los Rayas Negras: Talayeh les contó que el día anterior ya habían conseguido su objetivo. Habían descabezado a la banda de los belicosos hombres tigre. Los colonos estaban, por el momento, a salvo. Mayra dejó escapar un hondo suspiro de alivio. Dejó que los demás se ocuparan de hablar con Talayeh del asunto de los colonos y abrió los brazos en dirección a Eldrid, ofreciéndole un abrazo.

Puede que nosotros no seamos tus raíces —admitió—, pero podemos ser tu familia si tú quieres.

Podía encontrarse algo de belleza entre tanta muerte, aparentemente.

 

1: Armadura de mago prolongada con su Cetro de prolongación menor (2/3 usos). Duración: 14 horas desde que salen del campamento.

Conjuros Memorizados (4+1/5+1/4+1/3+1/2+1)

Nivel 4: Bruma sólidacBruma sólidac, Puerta dimensionalc
Nivel 3: (Espacio abierto), (Espacio abierto), Bandas de acerocDisipar magia
Nivel 2: (Espacio abierto), (Espacio abierto), (Espacio abierto), Partículas rutilantesc, Truco de la cuerda
Nivel 1: Agrandar persona, Armadura de magoc, Armadura de magocGrasac, Imagen silenciosa, Retirada expeditiva rápida.
Nivel 0: Abrojosc, Cuchichear mensaje, Cuchichear mensaje, Detectar magia, Detectar magia. 
   C: conjuro de conjuración

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22/04/2023, 08:22
Vika

Vika aprovechó el tiempo en el campamento para lavar sus ropas y lavarse a si misma. Estaba cubierta de sangre propia y ajena, así como de otros restos orgánicos procedentes de la matanza. 

La guerra es sucia. - Se dijo a si misma. - No tiene nada de bonito, pero es necesaria. Hoy los colonos están más seguros que ayer. 

Sí, en su cabeza estaba más que justificado el hecho de haber arrasado con todo lo que se puso en su camino. Si bien había empezado a aceptar que no todos los no humanos eran seres despreciables, el ejemplo de Eldrid era el más evidente, si tenía claro que aquellos que atacaban a sus protegidos sin piedad, debían rendirse o sucumbir.

A diferencia de Mayra, a Vika si le gustó la sopa y pidió repetir. La matanza le había abierto el apetito. El esfuerzo había sido grande y necesitaba recuperar energía. Todavía no habían acabado el trabajo y al amanecer debían regresar aa selva y finiquitar lo que habían empezado. 

Su sorpresa fue que otros habían concluido la faena por ellos. Talayeh, líder de los Rayas Negras fue quien les desveló la noticia y lo más importante, habían logrado liberar a algunos colonos, los que habían logrado sobrevivir. 

Deben de estar aterrados. - Vika apretó los puños y frunció el ceño. - Eso me confirma que hemos hecho bien. ¡Gracias Lucifer por guiar nuestros pasos!

Eldrid por su parte había decidido seguir con ellos, lo cual reconfortó a la sacerdotisa. Hubiera echado de menos a la mestiza de hacerse alejado del grupo. Al fin y al cabo, le había cogido mucho cariño y deseaba que siguiera con ellos. Su amistad era importante para Vika y además, gracias a ella, iba entendiendo que los cambiaformas podían llegar a ser una parte importante del Imperio, aunque llevar a cabo los cambios que se requieran para ello iba a ser muy complejo. 

Llévanos con ellos Talayeh. - Le dijo de forma escueta. - Los llevaremos a nuestro campamento. 

Nivel 0: Detectar magia P, Luz, Leer magia, Sin Luz (radio de 20' de oscuridad 20% ocultación), Purificar comida y agua.

Nivel 1: Favor divino P, Interposición protectoraCapa de hielo, Bendecir P, detectar el caos*
Nivel 2: Cerrar heridas x2, silencio, Elation P, zona de verdad*
Nivel 3: Visage of the deity, Disipar magia, vigor menor en grupo, Detectar pensamientos*

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27/04/2023, 22:56
Arcturus

Arcturus comió con avidez. Después de una semana sobreviviendo en el infierno thracio, la comida cocinada (estuviera como estuviese) era un placer para sus sentidos. Además encontró la sopa bastante rica. Ni que decir tiene que repitió. Más de una vez. Necesitaba alimentarse.

El hombretón aprovechó la noche para ir a lavarse. En ese humedal de jungla la temperatura era mucho más agradable que en su fría tierra natal. Así que el baño nocturno no le supuso ninguna dificultad. Y agradeció volver a sentirse limpio. Ni siquiera en sus días como carnicero había llegado a ir tan sucio.

Tras encontrarse con Talayeh, Arcturus saludó con un seco gesto al hombre-tigre y escuchó con satisfacción sus palabras. Su primer encuentro con él había despertado algo en su interior. Algo que el reconocimiento de todos sus pecados habían enterrado durante mucho tiempo, pero que se encontraba en el origen de su conflicto y su vida criminal. El antropocentrismo imperial. ¿Era correcta la actitud del Imperio hacia el resto de criaturas y culturas? Por él se había visto arrojado a una vida horrible llena de dolor y sufrimiento. Parecía que ese era un tema olvidado pero tras la charla con Talayeh y la actitud de Mayra hacia el hombre-tigre, las dudas habían vuelto a florecer. Sólo esperaba que su fe en Mahanaim sostuviera sus dudas.

Me alegro por ti. Tu pueblo y el nuestro podrán ayudarse—entonces miró a Eldrid—. ¿Realmente la necesitas para buscar sus orígenes?

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30/04/2023, 17:33
Tobías

Tobías sonrió con resignación cuando encontró a Mayra dormida en la tienda. No le sorprendía, tras aquel larguísimo día de marcha y violencia. Con cuidado, para no despertarla, le quitó las botas y la cubrió hasta los hombros con una manta ligera. Salió de allí y salió de la caverna. Solo las estrellas y la luna iluminaban la jungla, pero el explorador se movía por la oscuridad con pasos tan seguros como los de un felino. Llegó hasta un cercano arroyuelo, se desnudó y se zambulló en sus aguas tibias, en las que se quedó hasta que sintió que tanto su cuerpo como su espíritu estaban tan limpios como podía esperar, tras los acontecimientos desde que habían llegado a Thracia.

A pesar de haberse acostado tarde, despertó temprano. Sus años junto a sus compañeros saqueadores de ruinas le habían acostumbrado a las jornadas largas y tensas, y descansos cortos. La que les esperaba tras el desayuno no fue mucho más breve que la previa, pero al menos, sí menos sangrienta para los imperiales. No así para los rayas negras de Talayeh con los que se encontraron horas después de iniciar la marcha, que habían seguido donde ellos lo habían dejado. Si sus palabras eran certeras, los rayas rojas ya no existían. Un puñado de ellos seguía en paradero desconocido, pero no parecía probable que volvieran a reunirse sin líderes carismáticos y fuertes, y en solitario no eran una amenaza para el campamento.

Tobías palmeó el hombro de la tigresa. Agradecería su presencia junto a ellos durante los días que vinieran. Lo que hiciera cuando se marchasen, o se estableciesen en Thracia, o lo que fueran a hacer, pues no parecía haber un fin definido para su trabajo en la isla, sería una decisión para otro día. Dejó a Eldrid con Mayra, y se acercó a Talayeh con Vika y Arcturus.

Gracias por liberar a nuestros compatriotas, dijo al albino. Todo apuntaba a que su labor en la jungla estaba a punto de terminar, y al día siguiente podrían volver a descender las escaleras de las ruinas hacia las cavernas de Thracia.

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01/05/2023, 13:09
Eldrid

Eldrid era una mujer fuerte, todos la habían visto luchar y defenderse ante enemigos peligrosos; pero en cualquier asunto no relacionado con la destreza o la fuerza física, se sentía insegura. Talayeh no añadió nada a su petición y asintió, comprensivo. Pero ella no parecía segura de su decisión y podían verse los engranajes de su cabeza funcionando a toda potencia. Cuando Mayra le abrió los brazos, ella vaciló, porque no sabía si había tomado la decisión correcta y tampoco sabía si estaba obrando bien. 

Se acercó a la maga y le devolvió el abrazo. Como era más grande que ella, Mayra acabó enterrada bajo los brazos de Eldrid, a la que sintió sollozar en toda su inmensidad. Una guerrera tan fuerte y tan poderosa como ella solo buscaba cariño y amistad, lazos familiares que había encontrado en un grupo de imperiales. Eldrid se enderezó y se secó los ojos con el brazo, mientras los demás discutían con Talayeh, y se sentó frente a la maga.

-Gracias por querer ser mi amiga.

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01/05/2023, 14:57
Talayeh

Talayeh observó a Eldrid y luego respondió a Arcturus.

-No buscaremos ni indagaremos en su pasado porque es su asunto personal. A su vez, necesitamos que responda preguntas y que nuestros chamanes la vean para preguntar a los Primeros quién es ella. Vamos, os llevaremos con los vuestros.

Luego se fijó en Tobías y le tendió la mano.

-Gracias a vosotros por ayudarnos. Habéis salvado a nuestra tribu y nuestra forma de vida; sobreviviremos a la jungla. Y estamos en deuda. Yo, personalmente, os debo la vida.

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01/05/2023, 15:02
Narrador

El grupo de Talayeh condujo al grupo al lugar mencionado. Un grupo de hombres tigre, armados con lanzas y cubiertos con armaduras de cuero, custodiaban el lugar.

Era una cueva pequeña, acondicionada con algunas tiendas de pieles y una hoguera, alimentada por un arroyo que discurría bajo tierra. Los colonos habían sido maltratados y en sus miradas se dibujaban los horrores que habían presenciado, pero les habían tratado las heridas y les habían dado de comer. Cuando reconocieron el uniforme imperial de Vika, agradecieron la presencia de los aventureros y rezaron una plegaria a la Triada. Corrieron a arrodillarse ante la sacerdotisa de Lucifer.

-Por la Triada, habéis venido a rescatarnos.

-Gracias, gracias.

-¿Cuándo volvemos a casa?

-Este lugar es el infierno, necesitaba empezar una nueva vida... no esto...

Algunos sollozaron, otros solo querían regresar a suelo imperial, la mayoría estaba agradecido.

Encontráis a seis personitas en la cueva, cuatro mujeres, un hombre y un niños. Están en buen estado, alimentados y sus heridas están sanadas. Se podrán incorporar al campamento para hacer labores y generar recursos para seguir mejorando vuestra base. 

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01/05/2023, 17:34
Vika

Ver a aquellas personas suplicando y arrodilladas fue vegonzoso para el Imperio. Vika podía entender que habían sufrido lo indecible, pero aquel evidente signo de debilidad ante Talayeh no era bueno. El hombre tigre era ahora un aliado, aunque en un lugar tan hostil como en el que se encontraban, eso podía cambiar en cualquier momento. Vika deseaba que el Imperio se mostrase fuerte y digno ante los nativos y que éstos sintieran respeto, sino temor por ellos. 

- Al fin y al cabo son civiles y no guerreros del Imperio. - Bufó resignada. - No puedo pedirles más. Mucho han hecho sobreviviendo hasta ahora.

Vika agarró de la mano uno a uno a todos los colones arodillados frente a ella y mirándole a los ojos con expresión cálida y un intento de sonrisa, les ayudó a levantarse, mientras guardaba silencio. Les miró a todos uno a uno y acarició levemente sus hombros tratando de alguna manera de reconfortalos. No se le daban demasiado bien las relaciones personales, pero de alguna forma, trataba de transmitirles algo de paz.

Os llevaremos al campamento dónde se encuentra el resto de colonos. - Les dijo finalmente. - Allí estaréis seguros. Ese es ahora nuestro hogar. - Asintó con la cabeza muy segura de sus palabras. - ¿Nos vamos? - Preguntó de forma retórica y acto seguido le dio la mano al niño y éste, algo temeroso, se la cogió. 

Emprendieron entonces el camino de regreso al campamento. Esperaba que pronto, pudieran empezar a llamarlo "el pueblo" y que la vida de los colones se afianzará por fin en aquell isla maldita y que poco a poco se convirtiera efectivamente, en un nuevo futuro para todos aquellos que abandonaron los territorios imperiales, en busca de una vida mejor.

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04/05/2023, 08:29
Mayra

Mayra se aferró a Eldrid mientras la guerrera hombre tigre lloraba en sus brazos. Se sentía agradecida por ser capaz de ayudar a su amiga. Le devolvió el abrazo con fuerza y le susurró al oído palabras de confort. Mientras se separaban, Eldrid la miró con lágrimas en los ojos y le agradeció por querer ser su amiga. Mayra sonrió y le respondió con sinceridad:

—Gracias a ti también por querer ser mi amiga. Siempre estaré a tu lado, pase lo que pase.

Finalmente, ambas se reunieron con los demás colonos. Mayra los encontró asustados y traumatizados, pero al menos en buen estado de salud. Se acercó a ellos con decisión.

En marcha —dijo con voz firme—. Querréis volver con vuestros seres queridos lo antes posible. Vamos a ayudaros a volver a casa y a encontrar la seguridad que merecéis.

Mayra sabía que su trabajo no había terminado. Todavía había mucho por hacer para ayudar a los colonos a recuperarse de la pérdida y el trauma que habían sufrido, pero estaba segura de que habían emprendido el camino óptimo para ayudarles en su camino hacia la curación y la reconstrucción.

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09/05/2023, 08:45
Tobías

Tobías recordó un tiempo, años atrás, cuando le arrebataron su vida ociosa y lo arrojaron a las minas de Kaltarum como si hubiera sido un criminal irredimible, sin más valor que el que pudiera sacar de la roca mientras sus músculos aguantasen o los peligros que aguardaban en la impenetrable oscuridad terminasen con su existencia. La ordalía de los colonos había sido más breve que la suya, pero ellos no habían tenido la ocasión de encontrar aliados; tan solo desesperanza y terror, que hacía de cada momento de vida no un bien valioso, sino una agonía de incertidumbre. Al menos, se dijo, podían ponerlos a salvo en el campamento, y tal vez, con el tiempo, conseguirían sanar sus mentes.

El campamento es seguro, dijo, pero tenemos que marchar por la jungla. Quedaos juntos; no os separéis ni rezaguéis. Si las fuerzas os abandonan, decídnoslo. Más valía detenerse o cargar con alguno de ellos que perderlos a los peligros de la jungla después de haberlos recuperados.

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12/05/2023, 18:18
Ginky

El viaje de regreso fue veloz, el grupo ya se había familiarizado con la jungla y sabían orientarse. Talayeh se despidió y regresó junto a los suyos, con la patrulla de Rayas Negras tras él. Eldrid se detuvo varias veces a mirar atrás, más con curiosidad que arrepentimiento, hasta que finalmente se dio por satisfecha y adoptó su forma humana para viajar, caminando en pos de Mayra. Tobías era el que mejor conocía la zona, el campo abierto no era su especialidad, pero era el explorador más destacado que tenían sin contar con Eldrid, que ayudaba siguiendo los rastros en la vegetación.

Tras dos horas de larga caminata, llegaron al nuevo emplazamiento del campamento, las cuevas horadadas por el río y los lagos subterráneos. Los colonos recién llegados buscaron a los suyos entre los que se habían asentado en las cavernas y tuvieron emotivos encuentros. El niño encontró a su madre y una de las mujeres encontró a su esposo desaparecido. Como agradecimiento, os prepararon una doble ración para comer, aunque no os quedasteis a descansar ni un poco. El deseo de volver a las ruinas era demasiado fuerte y, solucionado el problema con la tribu bárbara de hombres tigre, faltó tiempo para correr hacia las ruinas de la vieja Thracia. O la nueva, según se viese.

En cuanto llegaron a las proximidades, notaron actividad que antes no había. Una patrulla de gnolls custodiaba las escaleras que descendían al interior de la tierra, cuando antes era habitual que estuviesen escondidos al acecho de algún Calavera incauto. No obstante, debían tener instrucciones sobre el grupo, en cuanto los divisaron se prestaron a indicarles dónde estaba la entrada sin preguntar por sus asuntos. Resultó un poco extraño, los gnolls eran soldados, nada que ver con los desharrapados con los que os habíais encontrado hasta el momento. Vestían la armadura completa con los símbolos de Rey y habían clavado sendos estandartes junto al monolito que presidía la entrada, a modo de señalización de su territorio.

Cuando bajasteis, en las primeras salas también había algo de... actividad. Un grupo de gnolls había espantado a la mayoría de los murciélagos asentados en lo alto de los túneles y habían empezado a limpiar el medio metro de mierda para sacar lustre a la piedra. Estos gnolls tenían ropajes que en un entorno más civilizado podría haberse considerado como ropa de criados, miraron al grupo con extrañeza, pero siguieron a su tarea.

Unos niveles más abajo, alcanzasteis el templo subterráneo que guardaba la plataforma de teleportación a los jardines del palacio. Un rostro conocido os estaba esperando, el gnoll con gafas de nombre Ginky.

-Bienhallados, aventureros. Nuestro excelso Strongohen desea enterarse de las últimas noticias acontecidas tras las negociación y quiere saber cuál serán vuestros próximos pasos. Me ha solicitado que atienda vuestras preocupaciones y os informe de todo lo que necesitéis saber, además de informar a sus siervos de que no ataquen a tan magnífico grupo de aventureros. Así pues, ¿qué nuevas traéis? ¿A dónde os dirigiréis?

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15/05/2023, 17:42
Tobías

Era curioso comprobar cómo había sido la violencia desatada por los exploradores la que había traído consigo la civilización. Los colonos volvían a ser suficientes para cultivar la tierra y levantar edificios permanentes donde eligiesen emplazar su campamento definitivo. Los rayas negras había sojuzgado a sus belicosos hermanos. Y en las cavernas, los súbditos de Strongohen limpiaban y adecentaban salones que llevaban años bajo el dominio de la fauna subterránea. El rey bestia era consciente de que lo que había llegado a su reino era algo más que un pequeño grupo de buscadores de gloria.

Venimos con buenas noticias, dijo al secretario del rey. Los hombres tigre atacaron nuestro campamento. Los despachamos y seguimos su rastro hasta su morada en la espesura. Traemos las cabezas de sus líderes.

De nuevo bajo tierra, el joven estaba de buen humor. Para otros, las cavernas eran una jaula opresiva, pero él no se sentía mejor en ningún otro lugar.