Partida Rol por web

El grupo ya había recorrido aquel nivel de las cavernas, mas aún quedaban otros caminos y pasillos inexplorados, corredores que solo estaban transitados por muertos o por fieles de Azrael, la misteriosa deidad que seguían los Calaveras. Eldrid le explicó a duras penas a Arcturus de qué iba todo aquello.

Los Calaveras eran unos nativos de la isla que vivían sobre las entradas de las ruinas, en la capital de lo que un día fue la gran civilización de Thracia. Eran nativos en todos los sentidos, vivían en chozas y portaban armas muy rudimentarias; además, adoraban a una deidad extinguida llamada Azrael, el Ángel de la Muerte, aquel que acompañaba a las almas en el más allá. Una deidad desaparecida en el continente imperial como todos los Primeros. Los Calaveras portaban huesos como adornos y joyas y tenían el rostro pintado con la forma de una calavera. El grupo había contactado con Akisha, la sacerdotisa local, que les había explicado que los gnolls hacían incursiones a la superficie para llevarse a la gente a las cavernas para esclavizarla o como juguetes para el rey.

Luego estaban las Bestias, dirigidas por el Rey Strongohen, que era un minotauro. Mientras los Calaveras vivían en la superficie, las Bestias habitaban los túneles inferiores, cavernas aún más antiguos que las ruinas de la superficie. De vez en cuando, capturaban humanos para tenerlos como esclavos y una sección del complejo estaba bajo dominio de los Calaveras. El Rey vivía en un palacio que se encontraba a kilómetros de la superficie y habían llegado hasta allí atravesando un portal.

Finalmente, llegaron a su destino. Los gnolls adecentaban la entrada, pero no se acercaban al estrecho corredor oculto tras las oscuridad mágica. Mayra ayudó a los demás a cruzar hasta el otro lado con sus ojos mágicos. La inscripción de la pared continuaba allí¹, igual que las cortinas negras que ocultaban la entrada de la capilla. 

Todo seguía igual que la primera vez que habían pasado por allí. Había dos hileras de bancos en paralelo orientadas hacia un altar, cuyo símbolo sagrado no estaba muy claro. Eran como dos alas de cuervo enroscadas en una pequeña pirámide. Las paredes estaban cubiertas de cortinas negras de techo a suelo, tras las cuales estaban las paredes de la capilla decoradas con murales en perfecto estado que mostraban la figura gigantesca de un ángel de alas negras rodeado de súbditos con máscaras de cráneos y unas palabras en thracio antiguo: nadie escapa de la muerte. En las cuatro esquinas había un brasero, apagado días atrás por San Dámasor, cuyo incienso causaba un profundo sueño. En los bancos, sentados, de pie o en posición de rezo, había devotos que llevaban siglos muertos. El tumulario que oficiaba la misa ya no estaba por allí.

En la pared norte había una puerta de madera reforzadas con hierro, cerrada, y al sur había otra de similares características, excepto porque en su parte superior había engastada una calavera cuyas cuencas brillaban con tenue color dorado. Si uno se acercaba a ella, la calavera hablaba en un idioma que ninguno conocía, pero que por alguna razón, podían entender².

Tobías se puso manos a la obra para abrir la puerta, comprobando en un primer momento que no hubiese ninguna trampa. Dejando atrás la sensación de muerte inminente que se respiraba entre aquellas cuatro paredes, el explorador consiguió abrir la puerta, que conducía a otro pasillo largo, estrecho y oscuro, al fondo del cual se escuchaba el característico sonido del viento atravesando estrechas rendijas. Encendió una antorcha y avanzó en cabeza con mucho tiento, observando los muros, cada piedra y cada rendija. Los demás lo seguían de cerca. No había nada, en apariencia, inusual en ese pasillo, excepto la sensación de claustrofobia aumentada por lo desconocido en un pasillo dedicado a una deidad de los muertos.

De repente, el explorador perdió pie y Eldrid lo agarró de la capa cuando llegó al borde un foso oculto por oscuridad mágica. La tigresa lo agarró, Vika y Arcturus agarraron a Eldrid y entre todos tiraron hacia atrás para evitar que Tobías acabase en el fondo del agujero. Tras un suspiro lleno de tensión, comprobaron que había un agujero en el suelo de un par de metros de ancho, cerca de un arco que conducía a la siguiente estancia. Desde donde se encontraban, por la abertura del arco, podían ver movimiento, aunque era difícil distinguir de qué se trataba. Se escuchaba el viento y se veían ondulaciones de color negro, demasiado oscuro para discernir de qué se trataba.

El foso ocupa todo el pasillo y tiene 10' de ancho. Oculto con oscuridad mágica. La caída son 20'.

Estais donde el gorrito de explorador. Las flechas verdes son caminos transitables, la cruz blanca era una entrada secreta.

Eldrid 71/71 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje
Mayra 31/31 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje, armadura de mago varias horas
Vika 25/52 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje
Tobías 49/62 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje
Arcturus 43/74 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje

1. Inscripción en el muro

Sabed que más allá se encuentra el dominio de Azrael, el maldito, el que odia la vida; dios de la Muerte.

No busques atravesar esta puerta, porque solo lleva a su seno.

Aquellos que aman la vida han sellado estas cámaras por toda la eternidad.

Sed advertidos, no hay vuelta a través.

Una vez se cruza, se hace para siempre.

2. Palabras de la calavera sobre la puerta

¡Entrad!

Uníos a mi en la dicha de Azrael

Convertíos en uno con la muerte

En el final se encontraréis la plenitud

- Voy a ver... - Dijo Vika tras descubrir el foso y agarrar al asustado Tobías, quien a punto estuvo de caer hacia la oscuridad. 

La sacerdotisa cogió varios pasos y dio un salto largo para cruzar la distancia que le separaba del otro lado. Posó sus pies sobre el suelo a pocos centímetros de la caída. Miró atrás y vio que no había superado la distancia por mucho. Frunció el ceño y miró con desprecio la caída que acababa de superar. 

- Puede que me haya precipitado. - Se dijo a si misma. - Pero ha ido bien...

Desefundó su mandoble y comenzó a caminar hacia la entrada. Gracias a Mayra podía percibir la magia y esperaba hacerlo si es que había algún conjuro activo a su paso. Por ello, concentrada, se dedicó a tratar de verificar que ninguna trampa arcana, estaba activa en el portal de entrada a aquella nueva estancia.

Faltan favor divno y detectar magia en mi lista de comjuros persistidos.

Me he equivocado con el bono de saltar, he puesto +7 y era +0, pero aún así he sacado un 11 y la dificultad es 10. Si no es así corrigeme.

Al llegar al otro lado, Vika no veía nada. Sí, sentía la magia, pero no veía a un palmo de distancia porque todo estaba oscuro. Tobías le lanzó una antorcha y la sacerdotisa avanzó unos metros por el estrecho pasillo de piedra cuyas paredes, ásperas al tacto, mostraban las marcas del paso de innumerables generaciones.

Un arco majestuoso se erguía como un guardián silente, invitando a aquellos lo suficientemente valientes a adentrarse en lo desconocido. El arco, tallado con intrincados detalles y adornado con jeroglíficos desconocidos, parecía un portal a otro mundo. Sus contornos erosionados y su superficie desgastada atestiguaban los siglos de historia que había soportado. Siguiendo la estela de magia, Vika se asomó a la sala contigua sumida en la oscuridad más profunda. Las emanaciones arcanas procedían del fondo. Su antorcha revelaba el contorno de las paredes y el suelo de piedra. El silencio era palpable, y el aire parecía estar impregnado de un misterio ancestral.

Detectas magia en la parte posterior de la estatua. Un conjuro de viento permanente que únicamente sirve para mover la tela de la estatua. No hay trampas en el arco.

Eldrid 71/71 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje
Mayra 31/31 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje, armadura de mago varias horas
Vika 25/52 - Bendecir, elation, favor divino, detectar magia, cuchichear mensaje
Tobías 62/62 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje
Arcturus 74/74 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje

Tobías esperó solo unos instantes. La sacerdotisa podía defenderse sola, pero si tenía problemas al otro lado, no iba a dejar que los afrontase sin ayuda. Además, ella no estaba preparada para moverse por las cavernas, túneles y complejos subterráneos como alguien que llevaba años explorando lugares como ese. Dio dos pasos atrás, corrió hasta el bordo y superó el foso de un brinco.

Al otro lado, cuando la luz de la antorcha iluminó la estatua, se apresuró a unirse a Vika empuñando la espada. Sin embargo, la estatua no se movía ni un ápice, tan solo sus ropajes, mecidos por un viento fantasmagóricos. ¿Está encantada para atacarnos? preguntó, al fin.

Cuando la sacerdotisa le confirmó que el único encantamiento era la brisa que movía la tela, Tobías guardó su arma, recuperó la antorcha y empezó a buscar una salida de la cámara, visible u oculta.

Tobías salta el foso. Tomando 10 llega automáticamente al otro lado. Busca trampas y puertas secretas tomando 10 también (32).

Vika sacó su varita encantada de curación. La cosa se ponía seria y ella, con la excitación de regresar a las ruinas, ni se había preocupado en sanar sus propias heridas, que no eran pocas. Quizás el sobresalto que nunca reconocería que había sufrido, le había recordado que era vulnerable.

Antes de responder a Tobías, ya se había lanzado dos cargas sobre si misma. De esa forma podría afrontar cualquier desafío. Fue entonces cuando se giró hacia Tobías y esbozó una mueca que pretendía ser una sonrisa. 

- Es una ilusión. - Respondió al fin. - Una simple tela que se mece gracias a un conjuro permanente de viento. Una advertencia a quienes quieran cruzar el portal, sin más peligro que la mera impresión que causa. - Se mantuvo unos instantes en secreto. - Al menos no hay trampas mágicas... - Se apartó dos pasos atrás dejando vía libre a su explorador subterráneo. - Los mecanismos físicos son cosa tuya...

Los ojos de Mayra se clavaron en el abismo que se abría frente a ella, sintiendo una mezcla de excitación y temor recorriendo su cuerpo. Tragó saliva, consciente de que era un gran salto para ella pese a la facilidad con la que sus compañeros habían salvado el abismo. Necesitaba tomar precauciones adicionales para asegurarse de que su osadía no le costara la vida.

Tomando una cuerda de su mochila, se la ató firmemente a la cintura. Era su último recurso, la línea que la mantendría conectada a la superficie, una salvaguarda ante la incertidumbre que se avecinaba. Encomendó su confianza a Eldrid y le pidió que sostuviera el otro extremo de la cuerda, y se preparara para actuar en caso de que ella perdiera el equilibrio o se precipitara hacia el abismo.

Resoplando con nerviosismo, Mayra cerró los ojos por un instante, buscando reunir toda su valentía interior. Se repetía a sí misma que estaba preparada para saltar al abismo.

Arcturus no tuvo problemas en saltar el foso. Estaba acostumbrado a acabar muchos de sus ataques con un salto que le diera más potencia, así que no era nada que no supiera hacer. El hombretón también estaba herido, pero no dijo nada cuando vio a Vika curarse. Aparte de tener su situación, el matarife de las Shegarkas no era de los que pedían ayuda. Se limitaban a aceptarla en silencio cuando ésta venía de forma desinteresada. Su actitud era una mezcla de masculinidad tóxica mal entendida y de penitencia por su vida pasada. Todo lo que implicara sufrimiento y vivir al límite de la muerte ayudaba a expiar sus pecados.

Tras mirar con desprecio la estatua y el simple ardid, dejó a Tobías hacer lo suyo y buscar trampas.

Eldrid tomó la cuerda a petición de Mayra y se quedó mirando la cuerda, extrañada. Eldrid no era quién para prohibir o sugerir nada a una poderosa maga, pero Mayra era su amiga. Quizá quería demostrarse a sí misma que podía saltar al vacío, pero la tigresa no lo veía necesario. No tenía que demostrar nada, cada uno estaba en aquellas ruinas para hacer lo que mejor se le daba. Y Eldrid, que se sentía inútil por no tener poderes mágicos, solo podía hacer uso de su fuerza. Se transformó en tigre y agarró a Mayra de la mochila con las fauces.

Mayra se aproximó al borde y cogió aire, comenzó la carrerilla y apenas dio dos pasos cuando literalmente voló por encima del agujero. Se dio cuenta, agitando las piernas, de que no estaba saltando y aunque era de mente rápida, la situación la dejó sin aliento hasta que tocó tierra al otro lado. Eldrid la depositó en el suelo y le soltó la mochila, se sentó y agitó la cola, mientras ponía una zarpa gigantesca sobre la cabeza Mayra, como si intentase tranquilizarla; en realidad provocaba el efecto contrario, pero no era consciente de su tamaño, tres veces superior al de la maga. Emitió un ronroneo.

Tobías se aproximó a las paredes negras, lisas, casi pulidas. Como todo en la habitación no había rastro alguno de marcas del tiempo. La superficie era fría al tacto, pero estaba llena de matices para alguien como el explorador, que veía marcas invisibles que unos ojos menos expertos eran capaces de ver. No era piedra, sino la misma roca de los túneles y con la experiencia de quien conoce los elementos ocultos, no le fue difícil encontrar las diferencias. Estaba cubierta de yeso, siguió con los dedos unas líneas trazadas con extremada habilidad y al poco tiempo, encontró las juntas de una entrada secreta. En realidad, de varias entradas.

La habitación contenía seis entradas ocultas, tapiadas con piedra y cubiertas con pintura por encima para dar la sensación de ser paredes planas.

Las entradas ocultas tienen el tamaño de una puerta, dos metros de alto y uno de ancho. Se pueden abrir de un empujón o romperlas con un puñetazo de Vika xD Todas tienen las mismas condiciones, no detectáis magia en ninguna.

Eldrid 71/71 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje
Mayra 31/31 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje, armadura de mago varias horas
Vika 25/52 - Bendecir, elation, favor divino, detectar magia, cuchichear mensaje
Tobías 62/62 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje
Arcturus 74/74 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje

Seis puertas escondidas, señaló Tobías a Vika y los recién llegados. Se había abstraído tanto en la inspección de los muros, que no había sido consciente de la problemática que algunos de ellos podían tener para superar el foso. Mayra, específicamente —Arcturus y Eldrid tenían piernas de atletas—, pero allí estaba la maga, con los demás. El joven inspiró y dejó escapar el aire con alivio. Tres a cada lado, a igual distancia. Incluso sabiendo dónde se encontraban, estaban ocultas con tanta pericia que resultaba difícil percibirlas a simple vista. Nichos, tal vez. Por su posición, dudaba que conectasen con otras áreas del complejo, pero la arquitectura de aquel lugar era lo bastante extraña como para descartarlo.

Con cuidado, Tobías acercó el rostro a uno de los portales y pegó la oreja, tratando de discernir cualquier ruido que procediese del otro lado.

El temerario hombretón que habían encontrado solo en la selva, fue el siguiente en saltar. Su mirada de desprecio y su actitud desafiante ante todo lo que le rodeaba, denotaban masculinidad. Un hombre como los que no quedaban en esos tiempos en los que el sexo masculino se asemejaba cada vez más a una doncella desvalida, que a un ruso y vigoroso macho dispuesto a todo por tal de exhibir su poderío. Eso hizo sentir a Vika que no estaba sola y que en caso de haber peligro, su bárbaro compañero sembraría la muerte por doquier junto a ella. 

Avanzaron juntos, únicamente tras los pasos de Tobías. Aquel explorador había pasado a un segundo plano en la mente de Vika. Puede que no sólo fuera el hecho de que se había decantado por la delicada, pero letal Mayra, siendo la razón principal el elevado valor varonil del recién incorporado al grupo, pero fuera como fuera, quien estaba ahora en la mente de la sacerdotisa, no era otro que aquel rubio greñudo.

- Si no son tumbas, son habitaciones muy estrechas... - Vika remarcó lo evidente, como solía hacer de forma habitual. 

Acto seguido se acercó a la misma entrada donde se encontraba Tobías y trató al igual que él, de escuchar algo del otro lado. Si eran nichos, era muy improbable que lo que hubiera en si interior empezará a moverse, hablar o emitir cualquier sonido. A no ser claro, que se tratase de muertos vivientes y que al acceder ellos a aquel área, hubieran perturbado si descanso. 

- ¿Preparados para lo que sea? - Preguntó la sacerdotisa lista para atravesar de un puñetazo la puerta, cuando Tobías le diera la orden.

En un post anterior describí in-rol como me metía dos varitazos, pero luego no lo puse en la descripción. Sumamelo porfa.

—Preparada —musitó Mayra a través del conjuro.

Elijo 10 en Percepción, total 27.

—Adelante—dijo Arcturus asintiendo con la cabeza.

Calma, pidió Tobías, separándose del muro. Guárdate los puños para cuando las puertas se resistan a las yemas de los dedos.

Cuando todos estuvieron preparados para lo que fuese a salir, el joven explorador inspeccionó las puertas secretas con ojos y dedos, buscando la forma de abrir la más cercana de ellas.

Tobías tenía el oído muy fino, podía escuchar ratones al otro lado de gruesos muros de piedra. En este caso no escuchó nada, ni el viento ni el arrastrar de pezuñitras por la grava, ni el lamento de ningún fallecido o el crujir de huesos reanimados. Inspeccionó la piedra con los dedos, siguiendo delicadas líneas y surcos invisibles, más no encontró nada que pudiese permitirle abrir aquellos nichos si no era recurriendo a la fuerza bruta. De modo que le dio el visto bueno a la sacerdotisa.

Situándose frente a uno de los muros que delimitaban la entrada de un nicho, Vika golpeó la pared con su puño de hierro, haciéndose mucho, mucho daño. Estaba dispuesta a golpear de nuevo para aliviar la vergüenza y la humillación cuando el muro estalló desde el interior enviando una lluvia de polvo, piedrecillas y cascotes. A esta explosión le siguieron otras, de forma casi ordenada, y los nichos se abrieron solos expulsando su contenido en forma de muertos vivientes. Algunos vestían ornamentadas túnicas rituales, deshechas por el paso del tiempo.

Los que estaban más cerca de Vika y el muro que había decidido golpear, en cambio, estaban bien armados con viejas armaduras de bronce y alabardas oxidadas. El chirrido de los huesos al moverse y entrechocar se escuchó por todo el pasillo y la túnica que presidía la habitación ondeó con violencia.

Iniciativas por favor. Podéis empezar en la zona inicial de color morado. Si sacáis más de 18 podéis empezar a correr actuar primero.

(18) Esqueletos 1-11 - ilesos
(17) Esqueletos guerreros 1-7 - ilesos
(9) Eldrid 71/71 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje
(x) Mayra 31/31 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje, armadura de mago varias horas
(x) Vika 25/52 - Bendecir, elation, favor divino, detectar magia, cuchichear mensaje
(x) Tobías 62/62 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje
(x) Arcturus 74/74 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje

_{*la sepia es puramente decorativa y no ha sido maltratada durante la realización de este tablero}

Tumbas repletas, corroboró el explorador, cuando las puertas estallaron y los no muertos salieron de ellas como una riada. Ya se habían enfrentado a las creaciones de los Azraelitas en dos ocasiones. Con suerte, esta no serían más problemáticos, aunque no contasen con la extraña aura de Dámasor, que mantenía a raya a los engendros malignos.

Iniciativa 20. No había contado el +1 por el +2 a DES de elation. Tobías comienza en H-04.

—¡Muy repletas! —dijo Mayra, pero su voz sonaba calmosa y confiada—. Afortunadamente son esqueletos convencionales. Vika debería poder convertirlos en polvo.

Mayra comienza en K-06. Iniciativa 18 (entiendo que gano el desempate con los esqueltos por mayor Des, pero actúo detrás de Arcturito y Tobías de todas formas).

Saber (religión) 17 los identifica con sceletus vulgāris.

Vika agarró con fuerza su símbolo sagrado y lo alzó por delante de sus ojos. No había practicado en su vida muchos exorcismos o expulsiones, pero tenía fe en que podía ahuyentar a algunas de aquellas criaturas retornadas. Y si no era así, siempre podía barrerlos a espadazos. Eso sí se le daba bastante bien.

- ¡Por el poder de Lucifer, yo os expulso! - Alzó la voz pensando más en recurrir a su espada, que en realmente poder hacer que los no-muertos retrocedieran por el poder de la fe. - ¡Abandonad este plano de existencia! ¡Yo os lo ordeno! ¡Lucifer os lo ordena!

Iniciativa 6.

Tirada de expulsar patética.

Posición: J6

Esqueletos, Arcturus torció el gesto molesto. Su arma no era especialmente efectiva contra ellos. Pero lo que le faltaba de arma lo podía suplir con su fuerza. Además, Mayra tenia razón. Los divinos poderes de Vika debían reducir a cenizas esos engendros cadavéricos. Esto tenía que ser fácil. Y si no lo era, saldría adelante como había salido tantas otras veces.

Me ha pasado lo mismo que a Tobías, me he olvidado del Euphooooooooria! Mi iniciativa es 22. ¿Empezamos ya a repartir o qué? Arcturus empieza en I4.

Acturus fue el primero en reaccionar, pero Mayra se dio cuenta de que su apreciación no había sido correcta. Aunque eran esqueletos normales, había algo que los hacía diferentes, no sabía si por la oscuridad en las cuencas de sus ojos o la determinación que mostraban en sus posturas a la hora de avanzar. Parecían criaturas más duras y no sería fácil reducirlas a polvo.

Los esqueletos no son los básicos, son criaturas de hueso.

Turno de Arcturus, Tobías y Mayra

(22) Arcturus 74/74 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje
(20) Tobías 62/62 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje
(18) Mayra 31/31 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje, armadura de mago varias horas
(18) Esqueletos 1-11 - ilesos
(17) Esqueletos guerreros 1-7 - ilesos
(9) Eldrid 71/71 - Bendecir, elation, cuchichear mensaje
(6) Vika 25/52 - Bendecir, elation, favor divino, detectar magia, cuchichear mensaje