Partida Rol por web

Las comadrejas son para el verano

Misión 1: Entregar el correo

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13/06/2018, 02:56
Quentin

Se sucedieron las felicitaciones y los reencuentros. Robin parecía tener el pelaje chamuscado, pero si era algo que quisiera compartir con su superior, probablemente sería más tarde, cuando las aguas se hubieran calmado - y nunca mejor dicho. Quentin abrazó al zarpatierna dándole la enhorabuena y ayudó a sus compañeros a guiar a los esclavos hacia la superficie.

Estoy de acuerdo, lo primero es lo primero: acompañar a los enfermos, informar de la situación de Jerome y su grupo, y de la existencia de estas ruinas —sin embargo, alzó el dedo cuando Sadie y Robin sugirieron qué hacer con uno y con otro— Se hará un informe y Jerome será apresado y juzgado, Sadie. La Guardia no es lugar para las venganzas personales. Créeme que no eres el único afectado por sus acciones. 

Se refería a Dain, claro. Jerome era el responsable del asesinato a sangre fría de Tuk, que si bien era un maleante, tenía buen corazón y era amigo de la infancia del líder de patrulla. Sin embargo, no le correspondía a él hablar de esa relación.

Respecto a qué hacer con estas ruinas... aunque yo quisiera derribarlas y tu propuesta no es mala, Robin... no nos corresponde a nosotros decidirlo. El Consejo de Sprucetuck tomará en cuenta nuestras opiniones, pero al final harán lo que vean mejor —suspiró— También merecemos un descanso como esta gente: la luna ha salido dos veces y no hemos dormido aún, y si seguimos a este ritmo vamos a desfallecer.

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13/06/2018, 23:44
Dain

Dain se había mantenido en silencio, tras el emotivo reencuentro con el zarpatierna desaparecido, al que abrazó como un hermano. 

Ahora que las cosas parecían calmarse, ahora que se vislumbraba un final, las palabras de todos parecían retumbarle todavía en la cabeza. ¿Qué harían ahora?

-Cierto es -dijo a todos-, que las venganzas no son propias de Guardianes. Ante todo somos soldados, y nos debemos a las misiones que se nos encomienden. Sadie, sé que sufriste mucho, pero debes dejar fuera los sentimientos personales, o nunca serás la excelente Guardiana que aparentas... Por lo demás, cierto es que hay en Sprucetuck quien sabrá aprovechar este lugar mejor que nosotros. ¡Ayudemos a los heridos, y salgamos de aquí de una vez!

Tenía ganas de descansar por fin tranquilo algunos instantes. Y volver a probar aquella estupenda cerveza de la taberna, ahora ya sin prisas. Disfrutar del hogar, hoy más que nunca sin maleantes por los alrededores.

-Os invito a tomar algo en la Taberna. Nos lo hemos ganado, ¿no creéis, equipo? -les dijo afectuosamente.

Y sí, lo pensaba. Los mejores acompañantes que pudo haber tenido estaban ahora a su lado.

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14/06/2018, 23:09
Director

Música para Oirasime ;)

El hecho de que Isaac estuviera con vida aliviaba el espíritu de Sadie, pero no era un bálsamo lo bastante efectivo como para evitar el resquemor del odio y la ira en su interior. Lo que había sufrido por su culpa tardaría mucho en perdonarlo, si es que llegaba a ese punto algún día.

Los tres miembros de la patrulla no tardaron en intentar calmar sus ánimos. Quizá viéndolo desde fuera también era más fácil cumplir con los principios de la orden ratonil y no dejarse llevar por los bajos instintos. Pero eso no significaba que sus palabras no estuvieran imbuidas de gran sabiduría.

La venganza era un camino tortuoso y lleno de oscuridad que podía tornar la mente de un ratón para jamás volver a ser el mismo. Casos como esos eran conocidos por todos los guardias tras la guerra. El odio al enemigo seguía enraizado fuertemente en los corazones ennegrecidos de muchos... 

* * *

Tras decidir que la prioridad era sacar a los prisioneros de la trampa acuática que anidaba bajo las profundas raíces de Sprucetuck, comenzáis a ascender por el camino del que Robin había venido. El zarpatierna no tarda demasiado en orientarse por pasillos que ya ha recorrido con anterioridad, así que os conduce por una serie de túneles y galerías cada vez más y más arriba.

Llegado a un punto, cerca de la salida según Robin, veis un túnel excavado en la piedra a vuestra izquierda. No parece pertenecer a ese complejo, pues pueden verse la tierra y la roca vírgenes. Según os cuenta Robin la salida está hacia delante y ese camino nunca llegó a tomarlo.

Lo que os hace deteneros un instante frente a esa boca negra que se extiende sin fin, pues no hay ningún tipo de antorcha, a diferencia de las ruinas que si tenían cierta iluminación, es un ruido.

Pronto aguzáis el oído y podéis distinguir entre distintos ruidos alguna conversación, ininteligible a tal distancia. El eco reverbera demasiado como para distinguir las palabras. Lo si sabéis es que hay mucha tensión e incluso algún grito o gruñido que os recuerda vagamente a la voz de Jerome...

Os miráis los unos a los otros esperando una reacción de vuestros compañeros. Los supervivientes parecen muy asustados y con ganas de salir de ahí. Al frente se extiende un pasillo que más pronto que tarde os llevará a la salida.

   

Notas de juego

Postead un poco sobre las conversaciones que tenéis mientras vais por los pasillos guiados por Robin mientras cuidais muy bien de ser sigilosos y de que también lo sean los prisioneros. Contando a todos sois una docena de ratones y bastante malheridos. 

Imagino que iréis dos ratones delante y dos ratones detrás, protegiendo así a los supervivientes. Entiendo también que al menos uno de los que va al frente es Robin, pues es el que os guía.  El resto decidme que posición tomáis.

Está será la última decisión que tomaréis antes del Epílogo. ¿Pasaréis de largo y dirigiréis a los supervivientes directos a la superficie? ¿Alguno de vosotros estará tentado de ver que sucede en ese oscuro túnel? ¿Sadie podrá controlar la ira y el odio que recorren sus venas ahora mismo?

Vosotrxs decidís ;)  

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15/06/2018, 09:15
Robin

Robín avanzaba con cautela, señalando con su alabarda las rocas salientes, por si alguien necesitaba apoyarse en ella o evitarla. Antes de llegar al túnel oscuro, dijo a quienes le seguían que pronto verían a un grupo de salamandras, y que gracias a ellas él les había podido ayudar, pues enfrentaron al grupo de Jeromé juntos, el intercambió golpes con el enorme ratón, mientras ellas atacaban a sus subalternos, y que a causa de ello, Jeromé lanzó una antorcha a su nido. Explicado eso, no costaba adivinar el motivo de malas quemaduras del joven ratón, siempre dispuesto a ayudar a todos por encima de su propia seguridad, y las salamandras sin duda no habrían sido excepción.

Poco después acercándose a aquella boca negra, se colocó de espaldas un momento explicando que aquel lugar había preferido no investigarlo "sobretodo estando solo", y en voz baja para que le escuchara su mentor le dijo su hipótesis.

- psps cuando escuché de que iban a vender los esclavos y nunca más volvería a verles nadie... No pude evitar pensar que si tan antiguos son estos túneles, pudieran pretender venderles como comida a las comadrejas... - miró el túnel de nuevo, preguntándose si su pensamiento era posible, y que ahora Jeromé estuviera teniendo que rendir cuentas ante unas comadrejas hambrientas - pensé que si mi idea era posible, tomar un túnel sin luz podría ser mi perdición, y ahora me alegro, gracias a eso llegué a vosotros...

El joven ratón casi tenía prisa por seguir, le habían contado tantas historias de miedo sobre comadrejas, que lo último que quería en esa ocasión era comprobar su pensamiento - esta gruta se debería derrumbar a lo grande...

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15/06/2018, 10:43
Dain

Casi instintivamente la formación surgió de modo que los guardianes se dividieron en parejas, yendo a la vanguardia Robin, que conocía el camino mejor que los demás, y Quentin. Sadie y Dain cubrían la retaguardia, con los demás ratones heridos enmedio.

Caminaban despacio, pues tanto tiempo encerrados y los acontecimientos recién acaecidos no ayudaban a la premura. Las fuerzas flaqueaban, aunque el ánimo era ya el de saberse dueños de su libertad.

Dain cuidaba de que ninguno se quedase atrás, animándolos y ayudando a los que caminaban con alguna dificultad, incluída la propia Sadie.

-¡Ánimo, amigos! -decía a todos-... ¡Ya pronto estaremos fuera!

Aún así no las tenía todas consigo, y vigilaba constantemente temiendo algún otro ataque o trampa. Pero quizás el cansancio le había vuelto un blando, pues tenía las esperanzas puestas en salir sin mayor problema.

-Sadie, no hemos tenido apenas ocasión de hablar. Espero que a partir de ahora las circunstancias sean más propicias para ello. Al volver a Lockhaven, aunque las misiones que nos encomienden nos lleven por caminos distintos, espero que consideres que tienes en mí a un amigo. 

Los corredores que recorrían eran lúgubres, y no dejaba de preguntarse si podrían llegar a ser reciclados para alguna buena causa, como había propuesto el bueno de Robin. Demasiado dolor y malos recuerdos no podían ser fáciles de olvidar. 

-Espero que los mandamases de Sprucetuk puedan hacer algo útil con esta estructura. ¡Es impresionante todo lo que teníamos bajo nuestros pies sin saberlo!

 

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16/06/2018, 06:42
Quentin

No reparó en que había terminado encabezando la marcha junto a Robin hasta que no echó la vista atrás para comprobar el ritmo de los prisioneros. Dain, prudente como siempre, protegía la retaguardia y charlaba con Sadie, probablemente conociéndola más íntimamente. En silencio, arco en mano, escuchó la historia de Robin y su enfrentamiento con Jerome junto a las salamandras. La historia era desgarradora, y estuvo tentado de poner la mano sobre el hombro de su subalterno para mostrarle su apoyo. Pero Quentin no era así. Era un ratón estoico y callado, así que sólo asintió y siguieron adelante.

Hm... —gruñó, cuando dedicaron unos segundos a analizar ese oscuro pasillo. Tenía bastante sentido lo que el zarpatierna había imaginado. Jerome tenía pinta de ser uno de esos ratones que no le hacían ascos a actos innombrables. Había esclavizado a ratones, y pensar que pudiera tratar con comadreja entraba dentro de lo plausible. No respondió a Dain, pero tenía sus propios pensamientos al respecto— Este sitio debería ser derrumbado hasta los cimientos.

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17/06/2018, 17:54
Sadie

Sadie caminó en silencio, algo rezagada en la parte final del grupo, sumida en sus propias cavilaciones. Tenía tanta, pero tanta rabia. Cabizbaja se mantuvo un buen rato sin decir una palabra, mientras arrastraba los pies por el túnel.

Lo que le habían contestado, sobre lo indigno que era para un ratón de la guardia desear venganza, le había golpeado de lleno. ¿Acaso merecía si quiera su capa? Ahora mismo, si tuviera a Jerome delante no dudaría en apuñalarle con el cuchillo, y no movida por la necesidad y la justicia, si no simple y llanamente propulsada por el odio que se alojaba en su interior. Siempre pensó que el odio se sentiría frío, pero estaba equivocada, era caliente, y la quemaba por dentro. ¿Podía considerarse, albergando tales sentimiento nefastos, que era una digna integrante de La Guardia? No solo eso, había fallado estrepitosamente en su misión, casi consiguiendo que los mataran a todos...

Las lágrimas de frustración e impotencia comenzaron a resbalar por su rostro, y por ello, se cuidó de caminar la última del grupo, para que nadie pudiera verla. Aún lloró unos minutos de forma silenciosa, consumida por sentimientos en constante colisión: rabia, vergüenza, culpa y tristeza. Después, limpió sus lágrimas, las cuales se habían fundido en su pelaje aún mojado y se detuvo un momento, observando al grupo. Fue entonces cuando Dain le ofreció sus amables palabras. ¿Amigos? ¿Cómo podría pararse si quiera a la altura de estos ratones, que tan integramente habían cumplido y cumplían con su deber? Sonrio a Dain con tristeza.

-Gracias, pero... Tenéis razón. - dijo con la voz quebrada - No merezco ser un miembro de la Guardia. Cuando regresemos renunciaré a mi capa. Aunque por supuesto, vosotros tres siempre podéis contar conmigo, os lo debo - agregó.

¿Qué haría luego? No lo sabía, quizás ayudar a Bonnie en la taberna, o a sus padres. La verdad le costaba imaginarse otra existencia que la que había llevado, y no estaba segura de saber hacer nada más... Pero ahora mismo no se sentía capaz de continuar llevando su capa con orgullo.

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17/06/2018, 20:27
Dain

-Sadie, no creo que debas renunciar a nada. Serás Guardiana hasta que los dioses decidan tenerte con ellos. Pero... ¿recuerdas lo que todos juramos cuando nos convertimos en Guardianes?

Dain se irguió un poco, como cada vez que recitaba una y otra vez las palabras que se sabía de memoria, a las que había destinado su vida:

Nosotros como Guardia
ofrecemos todo lo que somos para
proteger la santidad de nuestra
especie, la libertad de nuestro
pueblo y el honor de nuestros
ancestros. Con conocimiento,
espada y escudo llevamos a cabo
estas hazañas, sin poner jamás
a un único ratón por encima de
las necesidades de todos, o los
anhelos personales por encima de
los de los demás. Nuestro afán es
servir al mayor de los bienes.

 

-¿Te das cuenta, Sadie?- continuó- "Sin poner jamás a un único ratón por encima de las necesidades de todos, o los anhelos personales por encima de los de los demás". Ser un Guardián, además de valentía requiere también mucha generosidad para olvidar nuestros propios deseos y pensar en el bien común. Gracias a tí y a tu bravura muchos ratones sin esperanza ahora mismo caminan hacia su libertad. Eso sí es lo que merece la pena, amiga. Ellos sí podrán decirte lo buena Guardiana que eres y seguirás siendo.

Dain le sonrió, convencido de que esos malos momentos acabarían por esfumarse. Cuántas veces él mismo había dudado de su propia valía, sobre todo cuando las cosas no salen según lo esperado. 

Ojalá Sadie recapacite. La Guardia necesita siempre guerreros con corazón bravo, como el suyo - pensaba.

 

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19/06/2018, 01:58
Director

Música

Escoltáis al grupo de supervivientes a la superficie sin ninguna demora. Lo que suceda con Jerome es problema suyo. Todos conseguís evitar meteros en más problemas a costa de saber que ha sucedido en aquel oscuro pasadizo. Lo que si tenéis claro es que aquel complejo subterráneo tiene que ser derrumbado y sellado.

La arqueología perdería la oportunidad de investigar aquel misteriosos lugar bajo Sprucetuck, pero nadie más volvería a pasar por ese calvario. O al menos eso es lo que vosotros esperáis. La guardia ratón era muy influente en la sociedad, pero los gobernadores eran siempre los que tenían la última palabra.

Al llegar a las escaleras os sorprender ver allí a Isaac, el amigo de Sadie. Resulta que ya dado la alarma y muchos ratones habían acudido en su ayuda para poder sacar de ahí a los que se habían internado, sin saber siquiera que había tantos prisioneros. Pronto os envuelven con mantas y os van ayudando de uno en uno. Él en particular atiende vuestras heridas, empezando por los que estén más graves. Parece ser un médico experimentado y os lo demuestra con creces.

Aliviados de haber salido de aquel agujero, la familia de Dain y Quentin son llamados y el reencuentro es casi más emotivo que en la tarde del día anterior. Saber que mientras ellos dormían, sus hijos estaban jugándose la vida era muy duro. Pues aunque ser guardia ratón implicaba estar dispuesto a enfrentar el peligro, la familia es la familia...

Amanece un nuevo día y muchos ratones se despiertan por el ajetreo que hay en la plaza. Allí se ha improvisado una especie de campamento para ayudar a todos los afectados. Contando a los guardianes son 12 ratones que precisan atención. Todo sucede en esa misma plaza que estaba llena de guirnaldas dispuestas para celebrar la fiesta de la primavera , el Vernestal. Algunos se sienten culpables y comienzan a recoger los adornos. Algunos de sus conciudadanos han muerto y quieren rendir homenaje respetando un día de luto. 

De todas formas veis como el ambiente no está para fiestas, no sólo hoy sino probablemente durante toda la semana que supuestamente iba a durar. Os apena un poco haber llevado el desanimo a esa gente, pero por otro lado sabéis que habéis salvado 10 vidas (8 cautivos, Sadie e Isaac) y eso os llena de orgullo, aunque no podáis expresarlo abiertamente.

* * *    

Pasó una semana hasta que todo volvió más o menos a la normalidad. Por un lado os recuperasteis en mayor medida de vuestros golpes y heridas. Aunque Sadie todavía cojeaba un poco y no sabía cuanto más necesitaría para estar al máximo de sus capacidades. 

La fiesta pasó a un plano más íntimo y sólo algunas familias quisieron celebrarlo en el interior de sus hogares, más que desde un ambiente festivo, desde uno de recogimiento y para agradecer que todos estaban a salvo de esos maleantes.     

El padre de Quentin le informó de que el consejo había decidido pedir ayuda a la guardias ratón para la misión de recabar información del lugar, para luego echarlo abajo. Era arriesgado, pues no sabían que clase de peligros podían esconderse todavía allí. En esa expedición solicitaron la ayuda de la patrulla que se había internado por primera vez. No era una orden directa de Gwendolyn, así que era vuestra elección participar en esa batida o no...

El correo, al igual que la patrulla,  seguía parado en Sprucetuck y esa era vuestra misión, que solo habíais podido cumplir hasta la mitad.

Bonnie y su marido acogieron a Sadie un tiempo más en la posada. Ella debía entregar un detallado informe de todo lo acontecido de regreso a Lockhaven. Más tarde decidiría que seguiría haciendo. Quizá tomándose un descanso para replantearse su vida a partir de ahora...

* * *     

De una forma u otra os acabasteis enterando de que en esos túneles subterráneos había habido comadrejas. Por desgracia no sabéis si la idea de Robin sobre lo acontecido con Jerome era cierto o no. Pero lo que estaba claro es que después de estudiar la zona ese túnel debía sellarse para siempre. Una entrada así desde el oeste permitiría al enemigo campar a sus anchas bajo vuestro territorio sin ser detectados.

No sabéis si durante el verano las comadrejas volverían a actuar, pero todo apuntaba a que se estaban preparando para una nueva oleada de incursiones...

* * * 

Robin, como era de esperar, recibió su bien merecida capa. Era una de las mayores promesas de la guardia ratón a tan temprana edad. En Barkstone además le esperaban sus dos nuevos hermanos... 

Dain fue ascendido finalmente a líder de patrulla como responsable directo de haber salvado numerosas vidas al mando de su grupo...

* * *  

El correo llegó íntegramente, quizá algo más tarde de lo que se esperaba, tanto en Dorigift como Gilpledge...

De Jerome no se volvió a saber nunca nada más de él... 

Notas de juego

Os dejo el Epílogo en vuestras manos. Contadme en vuestro último post un poco que fue de vuestros personajes después de esta aventura. 

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19/06/2018, 07:20
Quentin

La luz al final del túnel. Nunca antes se había alegrado tanto de salir de un subterráneo como aquel día. Y tratándose de un ratón, eso era algo que marcaba. Junto a Robin, fue el primero en salir, y luego ayudó a cada uno de los prisioneros hasta que vio el familiar rostro de Dain confirmando que era el último.

Entonces, se dejó caer al suelo. Estaba agotado, pero hasta ese momento no sabía cuánto. Su visión se nublaba y las manos le temblaban. Estaba húmedo, inquieto, malhumorado y feliz al mismo tiempo. Habían quedado muchas dudas pendientes de resolver y eso le ponía de los nervios, pero sus obligaciones como Guardia primaban por encima de sus necesidades personales. Ese túnel sería investigado; Jerome, capturado. Ahora sólo importaba que habían rescatado a ocho padres, madres, hijos e hijas de alguien. Ocho almas que regresarían con los suyos.

Ahora, tocaba descansar.

* * * 

Durante la siguiente semana, el ratón se dejó cuidar y mimar por su madre y disfrutó de la compañía de su padre. Obligada recuperación, les habían dicho. Pero Quentin sospechaba que también querían compensarles de alguna forma, permitirles paladear algo tan preciado para cualquier ratón como es la familia. No tardó en dejarse ver por el campamento, preguntando a uno y a otros sobre su estado. Y por supuesto, cuando Gwendolyn les reclamó para volver a bajar, no dudó, y supo que Dain y Robin también estarían allí. Su pupilo ahora era su compañero, y Quentin supo que era una de las incorporaciones más valiosas que la Guardia Ratonil tendría jamás. Arco en ristre, descendió a aquellas mazmorras para desentrañar sus secretos. Secretos que, desgraciadamente, confirmaban sus sospechas.

El ratón estuvo más que conforme con que aquellas estructuras se sepultaran.

* * * 

La primavera avanzaba con rapidez, y eso significaba un aumento de la actividad enemiga. Con aquella sencilla, en apariencia, misión para repartir el correo culminada, tocaba reunirse de nuevo en el cuartel general a recibir nuevas órdenes. Quentin aprovechó para compartir con otros ratones interesados sus mapas y nuevas rutas, indicando especialmente aquellas en las que se habían convertido en terreno de cortejo de lechuzas. Por supuesto, también dejó bien marcado el lugar donde el joven Baron luchó ferozmente y finalmente perdió la vida ante aquella serpiente. No sería olvidado, no sólo por la pérdida, sino como una enseñanza más para los nuevos zarpatiernas: Un Guardia Ratonil nunca debe trabajar en solitario.

No sabía si volvería a encontrarse pronto con Dain, con Robin e incluso con Sadie. Desconocía los pensamientos de la ratona acerca de su futuro pero deseaba que se quedara entre los suyos. Tenía aún mucho que aportar, no sólo con su experiencia como guerrera, sino con sus vivencias personales. Lo que sí sabía es que sus caminos volverían a encontrarse, porque Gwendolyn era sabia y sabía bien que trabajaba bien junto a su viejo amigo, y que aunque Robin había dejado de ser su pupilo, nunca le quitaría un ojo de encima. Al fin y al cabo, Quentin tenía alma de tutor.

Él, por lo pronto, estaba listo para una próxima aventura. O para la guerra. Estaba listo para lo que el mundo tuviera que ofrecerle. Porque era un Guardia Ratonil.

Y eso es algo que se llevaba en la sangre.

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19/06/2018, 14:01
Robin

Salir de aquel complejo fue un alivio, sentir el aire del exterior en su chamuscado pelaje fue una sensación de picazón a la vez que de descanso. Rechazó la manta cuando se la ofrecieron, pues si bien los demás estaban empapados y les ayudaría, a él le causaría cierta molestia. Miró con orgullo a Isaac, como si tuviera con el algún tipo de promesa moral de volver con Sadie.

Si bien el zarpatierna no esperaba que hubieran tantos prisioneros, saber que les devolvía a la ciudad también le hacía sentir bien, Quentin, Dain y Sadie, hicieron bien encontrando y liberando a aquella gente.

La plaza utilizada como campamento improvisado, se vio menguante al perder poco a poco el color de los adornos, a Robín no le gustó que una fiesta se cancelara por la caída de unos ratones, esos ratones caídos estarían deseosos de poder festejar esa semana. Por ello incitó mientras se recuperaba a las gentes, guardar el luto era bueno, pero quienes se iban querían ver las sonrisas de la gente también, no querían estancarse con lágrimas que no sabrían consolar, debían hacer pequeñas fiestas, para que vean que les echaran de menos, pero que seguirán adelante en honor a quienes se marchan.

Esa semana conoció bastante mejor el lugar, se unió a varios pequeños festejos ofreciendo sus historias, estar quieto no era su fuerte, y aunque pasó días en la casa de Quentin y otros en la de Dain, procuró también conocer al resto de los habitantes. Hablar de sellar los puentes de pisos superiores, añadir más escaleras y útilizar los locales abandonados como almacenes. El joven ratón creía imperdonable tener sitio y que este se desperdiciara.

Escribió de su propio puño y letra una petición de que mantuvieran alguna cámara subterránea para que las valientes salamandras pudieran anidar. También la idea de aislar algunas calarán como criaderos de insectos. Bastaría con sellar el lugar por tantos sitios como quisieran, si con ello veían reciclables algunas grandes cámaras. Esperaba que su capacidad de trovador sirviera para convencer de mejorar algunas cosas u ofreciera algunas ideas.

***

Pronto les dijeron que serían requeridos en la exploración de los túneles, Robín pese a ser aun un zarpatierna estuvo incluido en esa expedición, visitar de nuevo aquellos pasillos era de algún modo espeluznante, aunque se alegró de volver a ver a sus amigas salamandras. Fue de los primeros en bajr , pues quería acariciar a algunas de aquellas criaturas, ver que seguían adelante sin problemas.

A causa de su incapacidad de descansar estoicamente en los días anteriores, y dado que algunas de las familias a la que visitó tenían niños, una leve sección de su omoplato derecho quedo casi sin pelo, en parte por las quemaduras, y en parte porque los pequeños ratones se agarraban ahí en su chamuscado pelaje cuando jugaba con ellos, la incapacidad de Robín por enfadarse con esos inocentes ratoncitos hizo que dicho pelaje le quedara resentido. Pero no le importaba, con ese hombro frenó una de las lenguas de fuego que hubieran acabado con los huevos de salamandra que logró salvar, sería su recordatorio de sus inicios, una marca de quien era y de por qué.

***

Al acabar la expedición, pudo acabar la misión original, repartir el correo, el contacto con la gente de las ciudades, en parte preocupados de que no llegara el correo, hacía sonreír al zarpatierna, y le daba una excusa perfecta para contar allí a donde llegaba, la historia de como cuatro guardias ratoniles habían iniciado un reparto de correo complicado, como murió para salvar a una ratona el primero y como los tres restantes habían asegurado un túnel que podía estar siendo preparado para un nuevo ataque de comadrejas, frustrando un posible futuro ataque. Invitando a los líderes de cada lugar a revisar sus subsuelos, pretendiendo asegurar que el intento de una ciudad no fuera el único.

Facilitar la seguridad de cada asentamiento era una prioridad.

***

[°°°] y llegó el momento, al fin iba a recibir su capa, una pesada capa llena de las expectativas de quienes se la ofrecían, "una gran promesa", "esperamos mucho de ti", " serás un gran guardia"... Pero Robín veía esas palabras como ánimos, eran un gran peso si, pero a él le bastaba con seguir siendo él, con darlo todo por los demás.

Una capa naranja de manos de su mentor, atada a su cuello por la propia Gwendolin, Quentin dijo mientras la gran matriarca la acomodaba sobre sus hombros.

- He escogido el naranja para ti, por tu entusiasmo en todo lo que haces, por la calidez con la que intentas tratar a todos, por tu intento de ser creativo y buscar alternativas, por tu ánimo, y sobre todo, deseándote todo el éxito existente...

La matriarca sonreía, y el joven ratón luchaba por contener una lágrima de orgullo en sus humedecidas mejilla. Tras recibir aquella prenda, tendría unas semanas de reposo, para visitar a su familia, estaba deseoso de visitar a los gemelos, y a sus jóvenes hermanastros, y obviamente a sus padres.

Su hogar no era el más devoto hacia la guardia, pero Robín no dudo ni un instante de que todo su querido pueblo se sentiría orgulloso de su logro, no por ser de la guardia iba a olvidar sus orígenes,... Por suerte la capa ocultaría su cicatriz de su madre, no le quería preocupar, pero presumiría de ella ante los más jóvenes, a ellos les gustaban esas cosas.

Notas de juego

Quentin no has contado por que una capa naranja :P esperó no te importe la minipnjotización.

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19/06/2018, 22:52
Dain

Salir afuera... Respirar por fin aire fresco, y no pensar en que podrían ser atacados de nuevo. Una vez en el exterior, ayudado por la firme mano de Quentin al salir de la penumbra, Dain se sentó, descansando por fin.

Soñaba con una cama mullida y mil horas de sueño por delante. Soñaba con dorada cerveza fría. Soñaba con terminar con éxito la misión, y volver a Lockhaven, con sus demás hermanos de armas. Soñaba con su rutina, tan aburrida para muchos y tan apasionante para él mismo.

Unos días en Sprucetuk sirvieron de aperitivo a esas futuras ilusiones. Compartir de nuevo hogar con su familia era algo anhelado, y más ahora que la paz parecía haber llegado a la ciudad. El destino de las catacumbas encontradas no dependía de él, pero sí opinó que las salamandras deberían tener un lugar adecuado para vivir, y parecían haber elegido ese lugar. Les debían la libertad, y merecían ser respetadas.

Su madre le obsequió en la partida una capa blanca que suplía en parte a la que había perdido en su descenso a aquel sórdido lugar. No tenía la hechura de las originales, pero para Dain esa era mucho más valiosa. La llevaría con orgullo y la reemplazaría por la oficial en cuanto tuviese oportunidad, pero la guardaría siempre como emblema personal y regalo materno.

Cuando retomaron marcha Dain se reencontró con su vieja arpa. Hacía mucho que no la tocaba, y acariciar de nuevo sus cuerdas le trajo sentimientos agridulces. Largas horas de tedio en Lockhaven le habían hecho perfeccionar su música, y se prometió a sí mismo tratar de componer alguna canción que contase estas aventuras vividas.

Más adelante, con la proclamación de Robin como nuevo guardia, aprovechó para abrazar ya como hermano Guardián a su nuevo compañero.

-Bienvenido a la Guardia, Robin. Tu corazón ya lo sabía, pero te faltaba la capa... ¡El naranja te sienta bien! ¡Llévalo con orgullo, Hermano!

Sadie formaba ya parte del grupo, y aunque no tenía claro si se quedaría o no, Dain confiaba en que sí. Su bravo corazón de guerrera debía servir a buenos fines.

Quentin, su amigo y hermano. Una vez más, habían llevado a término una misión, y esperaba que el destino volviese a juntarlos en alguna otra. 

Había tanto por hacer... Y el ascenso a lider de patrulla le pilló desprevenido. No creía merecer el honor, aunque lo aceptó con toda la humildad posible, confiando en que quienes se lo otorgaban hubieran sabido ver en él algo que él mismo desconocía. 

-Solo cumplía con mi deber... -añadió azorado como explicación, antes de aceptar su nuevo cargo.

-Gracias a todos los que confían en mí para este cargo, y especialmente a los miembros que formaron parte de esta misión, y formarán parte de mi corazón. Quentin, Robin, Sadie y el recordado Baron han hecho posible que tanto la misión como esas vidas salvadas fuesen un éxito. ¡Les debo incluso la mía propia! Amigos... ¡Hermanos! Festejemos ésto con unas buenas bebidas frías... ¡Yo invito! 

Aunque se quedase sin dinero, un día era un día. Y en la Guardia cada día que llegaba a término siempre era algo que se podía celebrar.

Quizás llegasen sombras más adelante, pero en ese momento parecía un gran día de sol.

Dain respiró tranquilo y satisfecho, y musitó:

-¡Misión cumplida!

 

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22/06/2018, 01:28
Sadie

Sadie no pudo evitar suspirar de alivio al sentir el aire del exterior contra su maltratado pelaje, y tampoco pudo evitar abrazar con fuerza al bueno de Isaac. Había sido poco tiempo el que habían compartido, pero intenso, y ahora el médico formaría parte de su vida por siempre. A partir de ahí todo fue rápido, y la ratona intentaba mantener el ritmo ante las preguntas y las atenciones de los ratones que habían venido ayudar sin lograrlo del todo. Al fin el mal sueño que hubiera comenzado cuando se coló en aquella casa abandonada y encontrara a Jerome intimidando a Isaac, había acabado. Pero no podía terminar de creerlo, como si algo en su interior hubiera quedado allí abajo, en esas catacumbas, y por eso confundiera la realidad con aquel episodio tan negro de su vida.

***

No obstante la vida siguió, pasaron los días en aquella ciudad conmocionada y ella tuvo tiempo para recobrarse de sus heridas, físicas y emocionales, y hablar con Isaac sobre lo que había pensando cuando escapaba con sus nuevos compañeros: dejar la guardia. Su mente se debatía constantemente entre la alegría de haber escapado y haber salvado a los prisioneros, la calidez de sus nuevos amigos y el odio hacia Jerome y la vergüenza. A veces la aguerrida ratona se quedaba mirando el horizonte, perdida, preguntándose si algún día volvería a haber espacio para la felicidad completa tras lo sucedido. Entre estas cavilaciones, pasó el tiempo, y cualquiera que la hubiera conocido antes se hubiera dado cuenta que su temperamento había cambiado mucho, de uno temerario y fuerte a otro más reflexivo y apocado. No obstante, a pesar de sus heridas, se afanó en ayudar con todo lo que pudiera a los pobres prisioneros liberados.

 

Ya en la posada de Bonnie y su marido, Sadie siguió con esa actitud pasiva, que preocupaba mucho a sus amigos. Isaac la visitaba periódicamente para poder verificar el estado de sus heridas, y la conversación con el era de las pocas que la hacía reaccionar. A veces daba paseos en solitario, ensimismada, que la llevaban a la casa abandonada donde todo había comenzado para ella, y se la quedaba mirando por largo rato, luego regresaba a la posada y se encerraba en su habitación sin hablar con nadie, mientras Bonnie y su marido intercambiaban una mirada preocupada. La capa ciruela seguía guardada en un cajón que la ratona se negaba a abrir...

***

Entonces llegó el nombramiento de Robin, y el ascenso de Dain Sadie presenció la ceremonia, y se descubrió recordando con nostalgia el día en que ella misma recibiera su capa color ciruela, la misma que aún la esperaba en casa de Bonnie, a la que se moría de ganas de volver a ver. De pronto, se encontraba derramando lágrimas, y aunque estaba triste de alguna manera, y notaba un pesado nudo en la garganta, fue como si ese llanto, y la visión del azorado Robin con su flamante capa naranja (que le quedaba muy bien), le hicieran recuperar la fe y recompusieran su espíritu quebrado.

- Felicidades, Robin - le dijo con un abrazo y los ojos húmedos - Fuiste brillante ahí abajo. Te mereces esta capa, muchacho - agregó palmeando su espalda. Como sucedía con Isaac, había compartido poco tiempo con Robin, Quentin y Dain, pero había estado apunto de morir con ellos y con ellos se había salvado, y se quiera o no, eso une mucho a un ratón con los otros, por lo que su afecto por el chico era sincero.

Observó el ascenso de Dain en segunda fila, como mera exploradora, y ya pasado el jolgorio, se dirigió al ahora lider de patrulla. Se situó a su lado, sin saber muy bien como decir lo que tenía en la garganta. Finalmente se atrevió a adelantarse y darle un abrazo. -Felicidades... Y Gracias- susurró al oído del ratón, para luego alejarse y darle una sonrisa amplia y vivaz, a pesar de sus ojos humedecidos - He decidido permanecer en la Guardia. Quería que lo supieras. - le dijo entonces. - No se cuando podré estar en activo otra vez, y tampoco se si esto será posible o ocurrirá en breve,  pero quiero que sepas que me encantaría formar equipo de nuevo contigo y el resto. Serás un grandioso lider de patrulla, y me encantaría servir contigo, de verdad.- agregó . Luego miró a Robin que ostentaba su capa naranja feliz y su sonrisa se ensanchó aún más - Que tonta he sido - dijo más para si que para el resto - Hay mucho futuro por delante.

Al volver a su casa, miró el cajón donde su capa seguía esperando por ella, lo abrió y tomó la tela entre sus manos para observarla, notando la pesada carga que conllevaba, y a la vez, la calidez inherente a ella. Tras unos instantes se la colgó de los hombros y comprobó que le quedaba como un guante.
 

Notas de juego

He asumido que todos estábamos en los nombramientos de Dain y Robin y esas cosas, ¿no?

Hay que penica me ha dado >_<

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22/06/2018, 01:29
Director

Música

Lejos de Sprucetuck, al oeste, más allá de los Territorios Ratón, un grupo de comadrejas salen a la luz del sol radiante de la primavera. Tardan en acostumbrar sus ojos a la luz después de haber estado bajo tierra un buen puñado de horas, recorriendo túneles. La salida de la cueva queda oculta por unos matorrales. Las plantas crecen por doquier allá donde miran. Esto es territorio salvaje...

Sin un sendero marcado que seguir, más allá de una leve marca que fue cubierta por la hierba alta siguen en dirección al sol a medida que este va bajando lentamente. Se trata de dos comadrejas una de pelo gris y la otra casi tan pálida como un armiño. La segunda parece llevar la voz cantante, va equipada como un guerrero veterano. Lleva consigo varios trofeos de guerra que penden de unas pequeñas cadenas a modo de adorno. Son armas de ratones que mató durante la guerra, no cabe duda.

Un poco más atrasada se ve a una comadreja de cabello castaño oscuro que arrastra de un par de cuerpos inertes por el suelo. Apenas hacen bulto en comparación con su tamaño. Atados por las patas traseras tres ratones son arrastrados sin miramientos. Parece que están muertos, o al menos eso diría cualquiera que los viese.

Pasan las horas y al atardecer, casi cuando la luz del sol abandona las tierras de Dark Heather, llegan a un campamento. Es un lugar tribal cuanto menos. Una empalizada de madera, toscamente colocada rodea un pequeño fuerte construido del mismo material. Varias antorchas comienzan a encenderse por los guardias del lugar mientras ven como sus compañeros regresan de si incursión en territorio enemigo.

Con un saludo marcial les dejan pasar hasta la edificación principal. Esta está adornada con un gusto exquisito, lleno de suaves muselinas que cuelgan rodeando una cama con dosel. Allí, tumbados hay una pareja de comadrejas, una hembra y un macho. La hembra se retira en cuanto su acompañante le hace un gesto y atiende a los recién llegados...

- ¿Sólo me traéis esto? Me prometisteis al menos una docena de esclavos. A demás esos tres parecen estar más muertos que vivos. ¿Algo que decir antes de que os aplique el castigo? - dice haciendo una señal a dos guardias personales fuertemente armados que se acercan a los recién llegados por detrás.

- Lo siento mi señor. - se arrodilla el albino. - No tengo excusa para lo sucedido. - dice para agachar la cabeza en señal de sumisión.

Nada más decir eso, la comadreja que está tumbada en la cama hace una señal. Uno de sus centinelas saca un látigo del cinturón y lo estalla contra la espalda del albino mordiéndole la carne. Así sucede dos veces más sin que este emita apenas un quejido de dolor.

- Es suficiente. - ordena aburrido el líder para que dejen de azotar al guerrero. - La próxima vez no prometas aquello que no puedes cumplir o serán el doble. 

La sangre le chorrea por la espalda y pueden distinguirse antiguas cicatrices del látigo, demostrando así que no era la primera ni seguramente la última vez que recibía un correctivo así.

Recomponiéndose de la paliza, como si no hubiera sido nada, el guerrero albino levanta la rodilla incorporándose de nuevo. - Nada queda en esos túneles salvo una posible entrada para eliminar a los de Sprucetuck mientras duermen. Pero me temo que esos prisioneros fueran liberados y tapiadas las entradas. Hemos perdido el factor sorpresa mi señor.

El líder se levanta de la cama y se deja ver más allá de las sedas que lo cubrían. Es bastante anciano y con el pelo gris. Se acerca andando hasta el guerrero y le dice...

- Todavía tenemos nuestro arma secreta. Prepara a los tuyos, atacaréis antes de que puedan cerrar esos túneles. el resto... - ordena señalando a sus guardias personales.  Que vayan a preparar al lobo, vamos a salir de caza...  

 

Continuará...