Partida Rol por web

No me da tiempo a frenar a mi madre. Sale de la casa como alma que lleva al diablo y yo sólo acierto a mirarla. Corro por casa y cojo la guía telefónica rápidamente deseando que Lissey tenga teléfono en casa. Es una guía anticuada, pero aún así no pierdo nada por intentarlo.

Busco pasando por las hojas hasta que llego a la hoja de la C y busco despacio CRAUF, o algo parecido.

Emily tardó bastante en encontrar el telefono de Lissey, puesto que había muchos apellidos con C en la guía local, además de unos cuantos negocios lo que añadiendo los nervios de la niña y que había cuatro apellidos que podían coincidir (Craff, dos Crauff y un Crauft)

Miro rápidamente cual de ellos vive en la calle de Lissey y marco el número deprisa tratando de no equivocarme.

"Crauff" repito en mi mente y espero ansiosa que el teléfono de señal.

- Hola, casa de los Crauff. ¿Con quién hablo? Por favor.

-¿Lissey?-pregunto tímidamente con miedo a equivocarme-. Soy Emily.... mi madre va hacia allí.

- Emily, ¡ho... Tu madre está en mi casa. ¿Qué ha pasado? Phil estaba de acuerdo en tomar un café con ella...

-No lo sé-respondí-le comenté lo del café y ella decidió salir e ir a tu casa. No... no lo entiendo, hace apenas dos minutos ella misma me dijo que no debería ir a casa de un hombre que ahora mismo está solo con su hija, que eso daría de qué hablar... y de repente se levantó y me dijo que iba para allá... Igual hice algo mal... igual fui yo... igual... igual-dije cada vez más alterada y con lágrimas en los ojos.

"No debes llorar" me dice la voz de mi padre en la cabeza, pero no puedo evitarlo.

¡Oh, Dios mío! ¡EEstoy mintiendo! ¡He mentido a mi madre... voy a hacerlo! ¡Oh, Dios mío! ¿Quién soy yo? Me martirizo mientras trato de relajarme y dejar de llorar, esperando las palabras de Lissey al otro lado.

Lissey trató deconsolar a Emily por telefono diciendola que ella no tenía la culpa pero no tardó en cortar. Probablemente no pudiera o quisiese hablar por telefono mas tiempo y era buena idea colgar.Sería mejor hacerlo antes de que volviese su madre.

El té en casa de Emily había sido aún más surrealista que la conversación en casa deLissey,pero al menos las niñas estaban juntas.Las conversaciones delosdos adultos variaban como cuchillos lanzados en el aire a matar, criticando constantemente la madre de Emily la educación que estaban dado a la niña (y matizando que era un milagro que con aquella ropa no estuviese ya con novio) y críticas del padre de Lissey hacía la palidez y falta de energía deEmily, quien se notaba que necesitaba algo mas de luz del sol y menos de luz delas velas. Las pullas que parecían veladas al principio habíanido "in crescendo" hasta ser auténticos ataques. No obstante, los adultos eran unos seres extraños que fingían llevarse bien y la discusión no llegó a más... aunque gracias a aquella charla Emily se qeudó encerrada unas cuantas horas en el armario...donde volvió a ver la tortuga,aunque esta vez no le dabatanto miedo ¿no la veía acaso tambien en sueños?

 Precisamente aquella noche, cuando su madre levantó el castigo y fue a dormir, la niña volvió a soñar con ella... y con el espejo ¿Cómo podía ser aquel sueño tan extraño? Por más que miraba al espejo no veía nada raro...Desde aquella noche hasta el mismo día del cumpleaños de Martin (al que su madre le había dejado ir al no pensar que fuese de un chico) estuvo teniendo el mismo sueño...la habitación del espejo y la tortuga decara bondadosa. El mismo día de la fiesta la tortuga le habló

Eres especial Yanthary, eresespecial... tu no eres Emily la rara, eres Yanthary, la virgen, Yanthary la poderosa... Recuerda esto...y mira al espejo pensando en mis palabras.

Cuando la niña, como hipnotizada miró a traves del espejo vio unos niños jugando...eran cinco niños y dosniñas, pero no reconocía a ninguno y sin embargo,uno de ellos le era muy familiar...Además había algo, como un rostro desesperado que lo cubría todo...pero tampoco fue capaz de reconocerlo.

Emily y Lissey se separaron cuando llegaron a la desvencijada casa de Emily. Esta se desvió hacia su hogar, donde su madre ya la esperaba con la cortina entreabierta, espiando sus movimientos. Nada más llegar entrar, la niña fue sometida a un interrogatorio sobre la fiesta donde, afortunadamente, la madre obvio las preguntas que hubiesen hecho que la madre llamase a un sacerdote para exortizar a su hija si esta respondía sinceramente. Después de un montón de recomendaciones sobre  "no acercarse a las casas de los ricos porque jamás irían al reino de los cielos" y leer un par de capítulos sobre el tema en la Biblia, Claire permitió a su hija ir a la cama. Al día siguiente había quedado con Lissey en la casita después de comer. Esperaba que se lo pasasen bien.