Partida Rol por web

Tras atravesar la barrera de magia del brujo y caer al suelo muerto por la tremenda herida del Enano, el suelo comenzo a temblar. El fimir, viendose solo y acorralado, sintio panico y fue facilmente derribado entre los dos humanos. Mientras, avanzando a toda prisa, Durgin y el mago avanzaban, tan veloces como podian.

Un gran temblor sacudio la entrada y luego un gran crujido, seguido de muchos escombros cayendo y estrellandose contra el suelo. Luego llego el eco.

Cuando Durgin y Jandrus, llegaron a la ultima sala, encontraron un gran abujero, un enorme socavon que cubria toda la estancia y de sus compañeros nada quedaba.

Arramus, Agamenon y Ungrim, abrieron los ojos, todo estaba lleno de polvo, tosian desesperadamente, sintiendo la asfixia que causa la tierra al penetrar los pulmones por la nariz.  Cuando quitandose las piedras de encima, vieron que estaban en otra planta, alguna inferior y que habian caido junto a los cadaveres de los fimir y el brujo.  Ante ellos se abria una nueva puerta.

Reviso los restos de la habitación antes de volver a la escalera que que vimos para bajar

- A mí el salto me parece demasiado arriesgado -le comento al enano a ver que opina- Creo que miraré primero si esa estancia central por la que pasamos cerca, tiene unas escaleras que bajen a esa planta.

Cuando Ungrim abrió los ojos de nuevo, se llevó un susto terrible al no ver nada a su alrededor, hasta que se dio cuenta (probablemente devido a cierta incomodidad en la nariz) de que lo que le bloqueaba la visión era un pedrusco que le había caido encima de la cabeza. Por suerte, los craneos enanos eran suficientemente duros como para soportar este tipo de cosas, así que tras quitar la piedra y sacudir la cabeza a los lados para despejarse se sintió mucho mejor.

Al mirar alrededor, vió a sus compañeros que tambien empezaban a moverse, quejandose de sus magulladuras, y al levantar la cabeza descubrió un gran agujero en el techo, por donde al parecer habían caido.

- ¿Estais bien? No estoy muy seguro de lo que ha pasado, pero por algun motivo el suelo se ha desplomado, con nosotros encima. Es probable que el ruido haya alertado a algun guardia, asi que lo mejor seria salir de aqui cuanto antes

Mientras sus compañeros terminaban de recuperarse, Ungrim registró el cadaver del brujo en busca de cualquier cosa de valor que hubiese resistido al derrumbamiento.

Arramus contesto a su viejo amigo.

-Estoy bien, la verdad. Ahora bien, estamos obligados a encontrar la forma de volver al piso superior o encontrar una salida alternativa. Solo somos 3, asi que esta vez yo no me separaría. ¿Como estais? ¿Necesitais curación?

Mientras habla, el sacerdote imita al enano, examinando a conciencia la habitacion.

Mientras me sacudo el polvo de la ropa y compruebo que todo está en su sitio escucho atento a mis compañeros.

Yo también estoy bien, a pesar de la caída. De momento no necesito de tus hechizos, pero gracias de todos modos. Contesto a Arramus, mientras me dedico a registrar la sala y los cuerpos al igual que mis compañeros.

Ungrim interrumpió un momento su búsqueda para contestar a Arramus.

- Tranquilo, no son más que un par de arañazos y golpes. Nada que no se cure con una buena jarra de cerveza, asi que mejor guardate los hechizos para el mago o alguno de los otros.

Sacandose el aturdimiento de encima, el grupo que habia caido al piso inferior busco tratando de encontrar algo que lo explicase, pero solo estaban los cuerpos vacios de los monstruos. Ni tan siquiera el brujo parecia poseer nada.

Jandrus, Durgin y Aenur, descendieron tan rapido como pudieron al piso inferior. La sala de las escaleras estaba bañada por una niebla morada que probocaba un temor antinatural...

En la habitación sólo reinaban los escombros y el polvo, así que me decido a salir por la única salida que hay. Vamos chicos, aquí no hay nada interesante. Sigamos avanzando.

Aenur avanzó antes de que nadie espiara tras la puerta, para ver si habían sorpresas al otro lado. A Arramus no le quedaba otra mas que avanzar hacia lo desconocido.

Un poco decepcionado por no haber encontrado nada de valor, Ungrim siguió a sus compañeros hacia la siguiente habitacion.

Bajamos a toda prisa la escalera de caracol que desciende hasta la planta inferior. Una vez en la estancia gemela a la que venimos, abro las puertas que acceden al pasillo y trato de orientarme para ir a la búsqueda de nuestros compañeros caídos, esperando que no haya heridos o que el sacerdote haya podido sanarlos.

- Creo que es por aquí -indico a mis compañeros una vez fuera.

- Bien, chicos, cómo estamos? Seguimos avanzando agrupados? Creo que Morcar intenta separarnos.

Asiento al tiempo que sobrepaso a mis compañeros encabezando el grupo y parándome para buscar trampas.

 Tras cruzar las puertas Arramus y compañía se encontraron frente a dos momias. Dos rivales temibles, para otros, pero no para ellos, pues eran los discípulos de Mentor y habían peleado contra enemigos mayores. 

Al otro lado de la planta, Jandrus y los suyos, avanzaron por el pasillo, para encontrarse como varios zombies salían de sus escondites para devorarlos sin contemplación. Ademas, Aenur, encontró una trampa junto a la puerta. Pero no pudo dedicarle mucho tiempo. 

avanzo para despachara mi zombi. Aun que el zombí en otro tiempo debió de ser un maestro de esgrima pues para o detiene todos mis ataques.