Partida Rol por web

Arramus observó el cadáver del guerrero del caos  a sus pies y jadeó una última vez. A continuacion se acercó a Ungrim. El enano aún estaba en combate y eso le impedía a Arramus ver cómo de herido se encontraba.

Ungrim, Jandrus, ¿Como estais? necesitais curación?

El último ataque del guerrero del caos hizo que Durgin viera un escenario de color rojo ante él; la sangre le cegaba!.

De momento sobrevivo, amparado en la torpeza del guerrero del caos y en la protección de mis muñequeras. Decido fortalecerme con el encantamiento de Valentía, si no, va a ser imposible derribar a esa mole con mi bastón.

- ¡Yo aún estoy bien! -le contesto a Arramus que nos brinda su curación- ¡El pedazo de lata éste sólo me ha impactado una vez!

Agarro la vara con ambas manos, tratando de intuir por dónde llegará el próximo golpe.

Todos los enemigos habían caido, salvo por un esqueleto que todavia se alzaba desafiante. Al menos se alzaba desafiante hasta que un barrido del hacha le cortó ambas piernas a la altura de la rodilla.

- Bueno, aqui ya hemos terminado, pero a juzgar por los gritos, no somos los unicos que nos hemos encontrado con enemigos. Deberiamos buscar una forma de rodearlos y ayudar los demas

Al caer el último de los oponentes busco en la habitación algo que pueda ser de utilidad antes de partir al rescate de los compañeros.

Tras la montaña de huesos y carne putrefacta, Aenur encontro una pequeña joya, cuyo valor era superior, la palpo para asegurar que no tenia fisuras, pesaba bastante y de un color ambar, bastante puro. Al menos 100 monedas sacare por esta piedra, penso el elfo.

Al otro lado, aguantando como bien podian, rezando a los dioses para que les sirvieran de guia y sin bajar la guardia aunque algo ya fatigados, el resto del grupo repelio el nuevo ataque de los esclavos del caos.

Me acerco a Ungrim y le toco sin esperar más, transfiriendole el poder de mi dios para que lo cure  y lo restablezca todo lo que puedo.

Acabad al menos con uno, si no, no puedo curaros a los dos o ellos tambien se verian beneficiados por el conjuro.

El hechizo de valentía fortalece mis ataques pero, aún con todo, el guerrero es capaz de parar mi embestida.

Estoy rabioso y esto se está empezando a convertir en una cuestión de honor. O el pedazo de hojalata con hacha, o yo.

Investigo un poco por la habitación y por las montañas de huesos a ver si encuentro algo de valor, cuando haya revulto bien todo paso a la habitación siguiente.

La batalla estaba agotando al pobre enano, que empezaba a dar palos de ciego. Sin embargo, con ánimo renovado, Durgin lanzó un par de embestidas que dieron un contundente tajo al cuerpo del guerrero que, sorprendido, se desplomó a sus pies.

Ungrim vio como Agamenón se iba por la puerta de la derecha, así que decidió investigar la de la izquierda. Eso si, antes de avanzar, al igual que había hecho sus compañeros buscó cosas de valor en la habitación.

La suerte no acompañaba a las fuerzas del caos. El bien ganaba terreno y eso se notaba en la resistencia del enemigo. Los golpes fueron lentos y debiles, permitiendo a Jandrus que los desviara con facilidad.
El combate parecia llegar a su fin, mientras los demas miembros se preparaban para acabar con el de una vez por todas.

Agamenon y Ungrim buscaban nuevos enemigos, nuevos retos y algo de tesoro. Solo Ungrim encontro algo de valor en esta ocasion, pero le fue hallado con gran dolor, pues habia caido en un foso, al entrar tan impetuosamente en la sala.

La nueva sala me deparaba un nuevo combate, dos esqueletos me esperaban con ansia, pero yo tenía más ganas de acabar con ellos.

Me acerco al primero de ellos y comienzo a acribillarlo a golpes para acabar con él antes de que el otro reaccione y no me encuentre en desventaja numérica en ningún momento.

No consigo acabar con él, mis golpes son muy acelerados y previsibles. Las prisas nunca son buenas. Recuerdo las lecciones de mi entrenamiento.

Arramus corre para rodear al Guerero de Caos que queda y, de paso, busca puertas secretas y trampas.

AGUANTA JANDRUS! VOY A INTENTAR RODEARLO!

Viendo a los oponentes que atacan a Agamenon y estando ellos mas cercanos que el combate del resto de los compañeros voy ha echar le una mano.

 La inesperada irrupción en escena de mi persona pilla por sorpresa al no muerto que no ve venir y al cual despacho con facilidad.

 Acaba con el otro compañero y vayamos a ayudar al resto. Digo a mi compañero

Continua el toma y daca de golpes inútiles entre el guerrero y yo. Escucho con satisfacción el eco de la voz de Arramus, que acude en mi ayuda y me preparo para repeler el siguiente ataque.

- Por Grond!! ¿Es que no puedo avanzar sin caer en algun agujero?

Los gritos de Ungrim, seguidos de una ristra de maldiciones y juramentos retumbaron contra las paredes del foso donde había caido. Por suerte, ninguno de sus compañeros se encontraba por ahí, así que su orgullo no acabó muy magullado, aunque no podía decirse lo mismo de su trasero.

Tras un par de saltos, consiguió agarrarse al bordillo del agujero, y con un gran esfuerzo se izó hasta arriba.

 El combate parecía no tener fin, casi eterno. Los golpes iban y venían y los monstruos soportaban las embestidas casi tan bien como los héroes. 
 Agamenon, erro en su intento de terminar con la vida animada del no-muerto. Fallo, y fue su compañero elfo quien si lo logró. Pero inmediatamente el otro esqueleto se lanzo a arrebatarle la vida, algo que no logró. 

En el otro rincón, Arramus, corrió a la desesperada para rodear a su enemigo. Pero al girar la esquina se topo con una sorpresa desagradable. Otro guerrero del Caos que aparecía en escena...