Partida Rol por web

Este maldito paladin del caos es un portento con el hacha, peor mi técnica ha sido refianda en le fragor del combate y pocos enemigos pueden medirse conmigo.

 La estocada baja abre su guardia penetrando entre las junturas de la armadura y destripando al soldado del caos.

Mientras aparecen más tropas de Morcar mis compañeros se encargan de acabar con ellas de forma eficaz y yo mientras estoy atascado con un guerrero del caos. No hay cosa que más frustración me cause que quedarme atrás en la batalla. Pero ahora cuando llega el final de nuestra aventura me encuentro tan atascado como en el principio de ella siendo incapaz de acertar un golpe a mi oponente.

Morcar, blandiendo sus garras cargadas de energia se lanzo a por Ungrim, quien a pesar de su velocidad con el hacha, era tan lento como el agua erosionando la roca. Con dos rapidos movimientos, el pecho del enano comenzo a brotar sangre por las heridas causadas.

Mientras las tropas que iban llegando, llenaban cada vez mas el campo de batalla. Por mas que mataran, siempre llegaban mas. En este asalto habian terminado con la vida de dos poderosas Gargolas y uno de los Guerreros del Caos, aun asi, mientras Morcar siguiera con vida, toda matanza era un movimiento esteril.  

Durgin, aprovechando la destrucción de la gárgola, arremete contra Morcar quien sobradamente consiguió parar el ataque.

Arramus dejó a los enanos rodeando a Morcar y lanzó a sus esqueletos sobre uno de los orcos que acechaban al fondo. Entre los dos acabaro con él y eso permitio al sacerdote coger martillo y escudo y abalanzarse sobre el Guerrero de Caos que lo acompañaba. Arramus embistió con el escudo, derribandolo al suelo y luego, montanodse a horcajadas, procedio a descargar su martillo sobre el yelmo del guerrero del coas, que ya no se levantó tras la avalancha de golpes.

Continuo mi lucha contra el guerrero, pero el resultado es el mismo. La lucha está completamente en tablas, ninguno somos capaces de herir al otro.

Con una sabia actitud de precaución e instinto de supervivencia, continúo oculto tras la columna, esperando mi momento, que no me imagino cuál puede llegar a ser.

Aprovechando que Morcar estaba distraido con Durgin, Ungrim se alejó del combate buscando otros enemigos a los que pudiese vencer. No tardó en ver una pareja de orcos que se acercaban rápidamente hacia su posición, seguidos de otro guerrero en armadura. En otras circunstancias, Ungrim se habría lanzado al ataque inmediatamente, pero las heridas que le había causado Morcar eran demasiado serias para ignorarlas, así que se tomó unos segundos para sacar un frasquito de su cinturón y apurarlo de un trago.

Al momento, sus heridas comenzaron a cerrarse, y Ungrim, con una sonrisa en la cara, desenfundó su hacha mágica y se lanzó contra los pieles verdes con tal ferocidad que ambos estaban muertos antes de siquiera haber desenfundado sus armas. Ahora ya había vía libre hasta el guerrero..

Jandrus, procurando no ser visto, oculto en las sombras de la columna, sintio el agitar de la tierra, vio como se abria y como se levantaba la hueste de Morcar, decenas de esqueletos por todos lados y algunos demasiado cerca para un mago sin magia.

Agamenon, seguia en su eterna lucha, sin ceder ni un paso, cada golpe que daba, era parado y cada golpe que le intentaban asestar, era frenado. Al parecer, una lucha sin final.

Ungrim, armado con su hacha magica, decapitaba Orcos a su paso, hasta encontrarse con un rival, que tal vez, era un digno oponente. El guerrero descargo su ira sobre el matador, que supo esquivarlo a tiempo. 

Arramus, haciendo uso del poder del Anillo que encontro tiempo atras, y usando su valerosa fuerza, acabo con dos enemigos, por desgracia, ese combate le arrebato uno de sus ayudantes animados.

Aenur, se defendia del Orco restante, asegurandose de que no se acercaba.

Durgin, por fin estaba cara a cara con Morcar. Le habia lanzado un tajo, pero el Lord Brujo lo aparto con sus garras cargadas de energia del caos. Dio una orden y los esqueletos se levantaron. Complacido observo como sus tropas rodeaban a sus enemigos - estupido, no eres digno de enfrentarte a mi, ni de portar esa espada ¡Rindete! 

- Jamás! Por Valaya!

Ungrim apenas tuvo tiempo para cambiar de nuevo el hacha antes de que el guerrero se lanzase a por él. Por suerte, su enemigo no era demasiado diestro, así que no tuvo problemas para parar su ataque e incluso causarle algunas heridas leves.

La larga lucha continuaba, pero está vez mis golpes fueron más certeros. Consigo hacerle un corte entre las junturas de la armadura, pero aún así no consigo acabar con él. Eso si parece que ya queda poco para ello, se le nota más renqueante.

A lo lejos aparecían más sicarios del rey brujo y Arramus seguía matándolos. su esqueleto saltó sobre un orco y le clavo su guadaña en la espalda. El sacerdote, a su vez, cargó ocn escudo y martillo sobre el esqueleto que amenazaba a Durgim y su arma destrozó totalmente al ser de hueso.

Lanzo un golpe demoledor y preciso hacia el piel verde que de milagro para, pero quedando desequilibrado para que mi espada corta penetre por sus costillas hasta el corazón.

Después me lanzo a por el esqueleto más cercano para evitar que molesten a Durgin en su duelo personal.

¡Maldición! Parece que ya no estoy seguro tras la columna, así que será mejor que busque cobijo entre mis compañeros. Salgo a toda prisa y, sin darme cuenta, tropiezo con un esqueleto que no había visto. Caemos los dos al suelo, yo sobre él; aprovechando esta momentanea superioridad le sacudo con toda mi alma un golpe de vara que lo desmonta en trocitos como si fuese un puzzle.

Llego junto al sacerdote y me pongo de espaldas a él, en formación defensiva, para que no nos pillen desprevenidos.

El Filo toco a Morcar y la ira de apodero de el. Poseido por las fuerzas del Caos el Brujo se lanzo a la carga contra el Enano y sus golpes fueron tan repetidos que apenas logro verlos venir.

Mientras tanto, las numerosas fuerzas del Caos, rodeaban a los heroes. ¿quien sabe cuanto podrian aguantar asi? 

La criatura de Arramus se lanzo a librar a Durgim del asalto de un esqueleto rival (11,7) y lo logró al despedezarlo con salvajismo. Mientras tanto, Arramus aprovecho para lanzar un conjuro de curacion sobre Durgim.